domingo, 31 de julio de 2011

Julio... quince días de vacaciones y mis recomendaciones literarias

Julio... mes llamado así por algo. Y en ese mes, un librero tuvo quince días de vacaciones donde lo que más ha hecho ha sido leer... o hacer ver que leía y entendía algo... y de esas lecturas, tres han sido tres, las que más me han marcado y siento la necesidad de recomendar a todo el mundo.

Anal-ítico. Una fabula eroticomística posmoderna, Ton Yin, ed. Alpha Decay, 2011

La novela revelación de la temporada en los círculos literarios de post-modernidad más radical. Una nueva y radical apuesta de Alpha Decay para su colección de Héroes y Modernos. Una de esas novelas que uno se pregunta dónde coño las encuentran y que provocará grandes adhesiones y profundos rechazos. La historia de un dilatador anal extremo explicada en primera persona. Un trozo de látex manufacturado contando sus vivencias, sus incursiones, sus entradas y salidas, sus jugosas aventuras en un ¿estilo? repetitivo, anticlimático y muy posmoderno.

Desde la mesa de manufacturación en Made in Taiwan (Taiwan) hasta su destino final en un museo de los horrores, pasando por las estanterías de Dildopolis y los anos dilatados de forma extrema de sus catorce dueños, asistimos como lectores estupefactos y horrorizados a esta suerte de Historia de un caballo sexual. Desde su experiencia como autor posmoderno definitivo,Ton Yin aburre hasta el suicidio masivo de las piedras con una novela plagada de referencias a las últimas tecnologías, redes sociales y series de televisión de la cadena BHU, una serie minoritaria que hasta los usuarios de la HBO encuentran pedante. Estilo pobre, descripción básica, 200 palabras de vocabulario, quinientas páginas. Sexo aséptico, novela erótica fría y distante, retrato de la crisis de valores y esperanzas del treintañero que miente en su perfil de facebook diciendo que tiene veintipocos.

Entrar. Salir. Entrar. Salir. Esperar a que el ano se dilate de forma extrema y así llegar a cumplir mi función en el mundo. Entrar con difícultad, arañando, lacerando, hiriendo las paredes anales de  Helen BosBos, mi actual dueña. Y no estoy solo. Periquitos, ratones, manos, puños, bates de béisbol. Bolardos. ¿Por qué yo también? ¿Por qué un dilatador anal extremo cuando en el que tiene que ser mi provisional hogar cabe de todo, hasta una banda de indigentes? ¿Por qué entrar y salir de un lugar que no tiene dificultad? ¿Dónde se pierde el sentido de un dilatador anal extremo cuando no hay extremos? ¿Qué sentido tengo? Entrar. Salir. Entrar. Salir.

Mírame a los ojos, Percy Collins, ed. Roca, 2011

Después del éxito obtenido con las dos novelas de John Verdom, Roca vuelve a la carga con una nueva novela de misterio en un desesperado intento de repetir el acierto y la ventas porque si no... Y lo hace con la primera novela de Percy Collins, exagente de seguros reconvertido en autor de éxito. Una novela negra como las de antes, con palabras y letras y párrafos y páginas numeradas...

La ciudad de Nueva York vive acosada por la siniestra figura de un asesino en serie que la prensa ha bautizado como BolsaWoman; una tía buena que se pasea en bikini por Central Park matando a todos los hombres "que no la miran a los ojos a la primera" y que va con una bolsa de papel en la cabeza. Solo dos agredidos han sobrevivido a las cuarenta y tres puñaladas que suele emplear BolsaWoman en castigar a sus victimas. Sus declaraciones son las mismas, es imposible mirarla a los ojos. "Ni siquiera recuerdo si tenía", dice uno de los testigos. ¿Y a quién le encargan el trabajo de investigar estos ataques? A Peter Wallace, un duro y muy machado inspector de policía con afición al bourbon de baja calidad, vestirse con la ropa de hace dos días, gatillo fácil, lenguaje soez, problemas con las mujeres incluyendo tres divorcios, cuyo mejor amigo murió en un tiroteo por su culpa, una pésima relación con su hija adolescente y la sensación de que ya no hay justicia ni en la ciudad, ni en el mundo, ni en correos. Para resolver el caso tendrá la ayuda de Karen Foster, una psiquiatra que trabaja en días alternos para la policía. Atractiva, dura, con voz de miércoles de resaca, a la que le gustan los hombre que miran a la cara...

- ¿Qué pasó en el parque?
- Iba caminando tan tranquilo para ir al gimnasio cuando de repente apareció en mi camino una mujer en bikini... Iba descalza, tenía unas piernas largas y bien torneadas...
- ¿De qué color era el bikini?
- Negro...
- ¿Y el rostro?
- No pude verlo.
- ¿Por qué?
- Algo me impedía mirar a la cara... no podía pasar de los hombros... como si una fuerza gemela no me dejara avanzar en mi mirada.
- ¿Y entonces?
- Dijo que le gustaban los hombres que miran a los ojos... yo le dije que estaba mirándola a los ojos y...
- Se llevó cuarenta y tres puñaladas.
- Y alguna de ellas dolían mucho.


Electrizante, adictiva, sorprenente, larga, llena de descripciones tipo "la calle era larga y llevaba a una plaza redonda", imprescindible. Una estupenda lectura para este julio que se acaba que tanto se ha parecido a un marzo.

Sé mi primigenio highlander, Claudia del Moral, ed. Nefer, 2011

La ALMUP (Asociación Lovecraft Mola Un Puñao) es la responsable directa de esta nueva novela de Claudia del Moral. Preocupada por el hecho de que la figura de Lovecraft y, sobre todo, su mayor creación que es Cthulhu se ha convertido en figura para la broma y la parodia y en muletilla para libreros sin otras cosas que hacer, ha decidido tomar cartas en el asunto y contratar a algunos de los mejores escritores actuales para devolver a la mitología lovecraftiana su antiguo esplendor. Y conseguir nuevos mercados y nuevos publicos. Y Claudia del Mora, que se apunta a un bombardeo siempre que le paguen, ha sido elegida para escribir una serie de novelas que llevaran por título genérico, "Los amores primigenios" donde cada dios vivirá una historia de amor con una terrestre. Y será aquí donde se desvelará esa parte que Lovecraft obvió en sus relatos... También los que duermen se enamoran...

Las estrellas son propicias... Natalia cree tenerlo todo. Un trabajo que le gusta, reconocimiento, amigos, apetito y un buen fluir del aparato intestinal y excretor... Se cree feliz hasta que por las noches caen las máscaras y cuando duerme sueña... Sueña con una ciudad de infinitas columnas (tanto en número como a lo largo y a lo ancho) y un ser que duerme... una criatura que la colmará de placeres inimaginables y la devorará con su amor y pasión... algo cefalópodo, quizás, pero con un buen fondo, buena conversación y el poder de conducir a la locura a pintores y poetas... Esta criatura que responde al sexi nombre de Cthulhu está durmiendo y sueña... y en esos sueños, la llama. ¿Cómo podrá Natalia despertar al único ser que puede colmarla? ¿Y podrá Cthulhu despertar y cumplir su sueño de ser amado, de sentir una mano que le acaricie los tentáculos, de saberse comprendido y aceptado por lo que es y no por el miedo que provoca? Cthulhu solo quiere amar y ponerse falda escocesa... pero su envidioso y malvado hermano Tsathoggua hará todo lo que esté en su mano para impedirlo...

Sueños, pasión, locura, sectas, profundos, cánticos, celdas, manicomios, seres más allá de los hielos, malos despertares, dolor de cabeza, amor que vence todas las dificultades, masa gelatinosa... todo esto y mucho más en la nueva novela de Claudia del Moral.

Soñé. Recorría de nuevo las calles de R'lyeh admirándome en sus comercios y sus parques llenos de pequeñas semillas estelares que jugaban a atormentar pescadores confiados ante la mirada atenta de sus amorosas madres. Soñé. Y Cthulhu me esperaba. Despierto. Y sonreí al verlo en el quicio de la puerta con sus tentáculos agitándose a modo de cariñoso saludo y llevando la falda escocesa que le había regalado en mi último sueño. Ya no se despertaba con aquel mal humor de antes del café que producía que todos los poetas del mundo compusieran malos versos al calor de la inspiración y la jaqueca. Ahora sonreía y las poesías se llenaban de trinos.
-  Ph'kul mgtw wghai'l csag.
- Yo también te he añorado, Cthulhu.
- Nileha gwany'lh.
- Pero lo conseguiremos algún día... debes tener fe.
- Wgem thu'ly nafjw'lp.
- Lo sé... lo sé...
Y sentí como sus tentáculos me empezaban a acariciar la piel y su carne gelatinosa y húmeda empezaba a endurecerse y calentarse.
- T'hull wgman tu.
- Yo también te quiero.
Y me besó cubriéndome la cabeza con sus tentáculos. Y fue la fuerza de ese beso la que provocó la licuación del cerebro de millones de poetas en todo el mundo. Nadie les echo de menos. Salvo sus egos.

miércoles, 27 de julio de 2011

martes, 26 de julio de 2011

Versiones de Muerte

 La profesional

 La gótica encantadora

 La que escucha... y todo es jazz

 La que guía

La que se va de vacaciones

 La negra

La de la máscara roja

La icónica

lunes, 25 de julio de 2011

Se fue una semana

Ya pasó una semana de vacaciones y empieza la cuenta atrás. De momento las vacaciones son como pretendía que fueran, tranquilas, sosegadas y llenas de momentos para leer, escuchar música (¡Offenbach mola!), leer tranquilo y entendiendo cuatro palabras de cada seis, ver buena ficción televisiva y cinematográfica (que en según qué casos se confunde... y mucho). También me ha servido para retomar el contacto con una antigua compañera de universidad, casi lisiar para el resto de las vacaciones al insustituible Capitán Chistorra (es lo que tiene visitar la casa de un archienemigo que a veces pecas de inocente, alma de cantaro) y hacer dos o tres cosas más que no puedo mencionar porque son ilegales en algunos países y tampoco es cuestión de preocupar a mi madre.

Entre lo que sí puedo contar.

Me he acabado Stone Juction. Gran novela. Extraña y difícil en el buen sentido de la palabra. Es uno de esos libros que te demuestran lo mucho que queda por leer. Entretenido, divertido, paródico, triste, denso, ligero. ¿Recomendable? Pues, hostias,  no lo sé. Me cuesta recomendarlo porque entendería que alguien me dijera que no le ha gustado o, incluso, que le ha parecido una tomadura de pelo. Para mí, Jim Dodge se ha convertido en uno de esos autores si no imprescindibles, sí importantes. Aunque esto ya lo sabía después de leer esa maravilla que es Fut. Investigaré si hay algo más de este autor traducido en nuestro país. Mi parte favorita es toda la segunda  sección... el viaje iniciático del protagonista y su paso por tantos maestros. Momentos delirantes.

Visionado de dos películas que hacía la tira de tiempo que había visto. Darkam y Arizona Baby.


Con la primera no puedo ser objetivo. Una sonrisa de imbécil me acompañó todo el visionado. Es que está película de Sam Raime está en mi origen como ser culturalmente disperso. Mi amor al monstruo y a los diálogos acartonados (¡qué mierda de diálogos en la ¿pelea? en el rascacielos a medio construir! ¡Y yo tan contento!) Un cómic entendido como espectáculo y no como estudio de la psicología de los personajes o las contradicciones del superhéroe. Cine de los noventa. Exagerado y cutre. Malos imposibles. Diálogos forazados. Pero con un encanto irresistible. Con los monstruos de la Universal y La sombra y los vengadores anónimos y la música de Danny Elfman repitiendo lo que ya había hecho en Batman, y lo alto que es Liam Neeson y esas "tengo otras siete razones". Cine de superhéroes y serie B.  Llamadme, Darkman. Jo, como mola.

Y con la segunda... pues muy poca gente puede hacer este tipo de películas con este humor, estos personajes y estos gags y no caer en la chorrada. Los Coen bordean y salen triunfadores. De aquella época en la que Nicolas Cage sabía actuar (¿qué le ha pasado?) y elegía sus papeles con tino (en serio, ¿qué le ha pasado? Que este tío hizo Corazón salvaje y sí, a mí me gusta, qué pasa). Mi escena es la visita del jefe de Nicolas Cage con su mujer y sus monstruos por hijos. No es exagerado. Hay gente así.

Y tengo una idea rondando la cabeza para escribir... Reconozco mi deuda (no monetaria) con uno de los clientes de la librería que me insiste en el mismo tema... trabajando en la mente... algo de no más de ciento cincuenta páginas puede salir de eso.

Por cierto, que Niño Lobo ya se ha comprado su primer cómic de superhéroes con el que dice que empieza su biblioteca personal. Green Lantern. No sabe leer imprenta todavía, pero se queda embobado con los monstruos, las tortas, las batallas y las muchachas escotadas. Vamos, que lo tiene todo para que en unos años nos salga friky. Y sí, voy a llevarlo a ver la película. Y desde ya intuyo que se lo pasará teta y yo, bueno, lo intentaré... lo que hecho de menos esa mirada desprejuiciada de cinco años ante el cine espectáculo.

Por cierto, Elliot Goldenthal es la leche puta en vinagre.


Que ya lo sabía, pero no está mal recordarlo.

sábado, 23 de julio de 2011

Portadas


A ver... no presumo mucho de saber de tíos más allá de creer que Clive Owen es un tío guapo, Jason Statham tiene un cuerpo y el Pattison es un tirillas grimoso, pero que alguien me ayude... ¿este pavo es encantador? Vale que sea héroe, hipócrita, maniatico y un monstruo (lo que no lo hace un buen partido), pero ¿encantador? Con el pijama a medio poner...


Y a la morena tirada en el suelo... un poco de dignidad y menos peyote, mujer.

viernes, 22 de julio de 2011

Fotógrafos - Elliott Erwitt

Elliott Erwitt, París 1928









jueves, 21 de julio de 2011

Para qué están sirviendo mis vacaciones... algunos ejemplos prácticos

Leyendo Stone Junction, una novela alquímica, chamánica e iniciatica repleta de un exquisito sentido del humor y que es una de esas lecturas estimulantes que me recuerdan que mi cerebro está vivo y que hay algo a parte de vacío y monstruos con cremalleras incorporadas. Novela de iniciación de las de siempre con héroe en pos del conocimiento. Diamante o piedra filosofal que para el caso es lo mismo. Y también parodia de la novela de conocimiento. Pienso en Simplicius Simplicissimus. Y una serie maravillosa de profesores que me hubiera soñado tener. Mejor que te enseñen a abrir cajas fuertes que aguantar por tercera vez la explicación de lo humano que es el Mio Cid (¡años universitarios, ¿para qué estuvisteis?! A sí, para hacer campana). Y lo mejor de todo es que es entretenida y divertida.

Por lo que es una buena semana lectora (y me dejo todo en el tintero porque 1) no he acabado el libro y 2) es grande y se me escapa de las manos) y audiovisual. Porque al mazazo físico y emocional del final de la tercera temporada de Breaking Bad (la mejor serie que he visto en muchos años) se añade haber disfrutado con el primer capítulo de Treme (¡gracias Diego porque te lo debo!).


Ejemplo de narrativa y diálogos de bar con una impresionante banda sonora con mucho jazz, trompeteo y baile. Nueva Orleans es Nueva Orleans y todo suena mejor cuando lo criollo anda metido.

 

Me gustan las historias de gente de la calle. Normal. De tipos con problemas para llegar a fin de mes, que tendrían que cuidarse un poco más, algo bastante bocazas y que prefieren un disco de jazz o un buen libro antes que ahorrar.

Ah, y el sol en el balcón... todas las casas deberían tener un balcón... Y el placer de levantarse a las nueve porque yo quiero y no porque un reloj me lo diga... Cenar tarde y lectura hasta altas horas de la noche...

Podría acostumbrarme a todo esto.

miércoles, 20 de julio de 2011

martes, 19 de julio de 2011

El extraño caso del pastel cadena

Un día mi señora madre nos explicó la leyenda del extraordinario bizcocho de la suerte. Fue en una comida familiar y alrededor de una paella o de carne asada (que no recuerdo ahora, pero una de los dos platos era seguro), nos contó que a sus manos había llegado la masa madre del famoso pastel de la suerte de unas monjitas sevillanas. Esa masa madre había ido pasando de persona en persona a lo largo de los siglos y los siglos y con ella se había repartido suerte y fortuna. Porque cada agraciado con la masa tenía que preparar el pastel con la receta siguiendo de forma estricta los tiempos (unos diez días) y luego repartir el resultado entre tres personas queridas para que el pastel de la suerte se fuera difundiendo. Y, al acabar, nos preguntó si queríamos a lo que respondí.

- No.

Interrogado por el motivo de mi tajante negativa, aduje que...

- No pienso dejar mi felicidad futura en manos de un pastel.

Y di el tema por zanjando. Pero una madre es una madre y en estos momentos tenemos en el horno un bizcocho haciéndose. Y es que una madre no se queda tranquila si parte de la felicidad que lleva consigo un pastel fermentado de fermentación de fermentación no ha llegado al hogar de un hijo. Y, ahora, tenemos que cargar con un poco de esa masa madre a tres personas que difundirán la alegría y el alborozo en forma de bizcocho.


Realmente, la cadena de cartas y mails ha realizado un paso en su evolución que nunca me hubiera imaginado. De aquella carta que cayó en mis manos en el colegio donde se anunciaban horribles desgracias si no la enviaba a siete personas más y que estaba plagada de historias de terror de hombres de Michigan que no hicieron caso y se les cayó un tractor encima, a los mails de niños con cuatro o cinco enfermedades terminales dependiendo del día, deseos de ángeles de nuestro señor que si reenvías tendrás amor, pero si no alguien tu familia morirá lenta y muy dolorosamente (y piensas qué hijosdeputa los angelitos de los cojones), a un pastel que trae fortuna... ¿Y si no? Porque la receta no habla en ningún momento de qué pasa si no repartes la masa madre, si en un acto de descuido egoísta no repartes un poco del pastel.

Pues he investigado un poco y he descubierto algunos espeluznantes sucesos de personas que no repartieron la masa madre...

Laura Solano de Cartagena no compartió la masa madre. Y eso que quien le hizo la entrega fue su querida abuela Sonsoles, una adorable viejecita de noventa y seis años, sorda, ciega, palmípeda, afrancesada, pero que conservaba toda su mano (menos dos dedos) para la repostería y los canalones. Toma, nietecita, para que te traiga suerte. Laura dijo sí, sí, y al salir de casa de su abuela (que seguía viviendo sola pese a las continúas fugas radioactivas de la central nuclear ilegal del vecino de abajo) tiró la masa madre en la primera papelera sin culo que encontró y se dedicó a admirar los cuchillos y tenedores de plata que le había arrebatado a su yaya. Pobre insensata, porque llegó el día de su boda y todo fueron desgracias: su padre perdió el vestido de novia en una apuesta de pedos, su hermana se lió con el novio y con el padre del novio a la vez, se quemó la comida del banquete, su yaya se murió y le quitó todo el protagonismo y acabó loca comiéndose a los invitados y muriendo tiroteada por un policia de Arkansas que por casualidad pasaba por allí.

Laura poco antes de recibir treinta y seis tiros a bocajarro.
Sus últimas palabras fueron, masa madre.

Paco Tapias de Badalona era un tipo majo, de verdad. Lo suficientemente friki, pero sin llegar a resultar inquietante. Con amigos que lo aceptaban y que a sus espaladas no pensaban eso de seguro que se tira a su madre y menudo patético fracasado. No, estos amigos jugaban a cartas con él, se disfrazaban de superhéroes en los cumpleaños y podían recitar en orden alfabético mientras bebían cerveza el nombre de todos los villanos de las películas de Star Trek. Hasta tenía una novia guapa, rubia y divertida que le gustaba disfrazarse de Canario Negro o Power Girl y jugar a quedarse sin poderes y cachonda e indefensa. Paco era culturalmente disperso y feliz. Hasta que le dijo a su señora madre que sí, que sí, que había repartido la masa madre cuando en verdad se la había dado de comer a su hamster Namor y ese mismo día los del tinte le jodieron el disfraz de Iron Man. Y el resto es historia...


Y no os voy a explicar la historia de cómo una persona normal puede acabar así... es demasiado espeluznante y no quiero provocar desmayos, vómitos y pesadillas... pero tela... tela...


Estas historias que nos recuerdan uno de los mejores consejos que una persona puede recibir:

Nunca cabrees a una monja... ¡y comparte el bizcocho, coño!


lunes, 18 de julio de 2011

Y quince días de vacaciones...

... y ya tengo trabajo. Niña Lobo me ha elegido las lecturas porque me veía disperso.


No sé si será los colores de las portadas, una afición naciente a la novela negra exótica, al humor y la fantasía o la vergüenza ajena que le produce que todavía no me haya leído del Stone Juction de Jim Dodge. ¿Qué motivos puede tener una niña de cuatro años para decir éste sí, éste no? Sea cual sea, tengo que leerlos porque entran a examen. Niña Zombie es de esos seres que se suelen subir encima de las piernas de los lectores exigiendo un pedazo de atención pidiendo que se les explique el argumento, los personajes y si es una novela de miedo. Si la respuesta a lo último es positivo, entonces sonríe y pide más.

Y, por cierto, que en este primer día de las vacaciones, a parte de ir a comprar leche y el pan, he descubierto que es mi estado natural. Explicome. Que es estando de vacaciones como mejor de encuentro. Ojo, no sin trabajo o sin poder ir a trabajar... con un trabajo que me espera en unos días (y del que me ahorro la llegada masiva y abusiva de libros de texto, ja ja ja), pero sin ir... ¿No se podría eternizar estos días? Creo que sería bueno para el mundo porque al mejorarme el humor, el físico, la salud, las ganas de hacer cosas, el exquisito estilo de no hacer nada, las ganas de hacer volar el planeta desaparecen y creo que con dos o tres años de vacaciones (pero pasando de estar en una isla con repelentes niños ingleses) podría llegar a convertirme en una buena persona. En serio... y cuidar a los enfermos y dar de beber al sediento y de comer al hambriento y devolver los libros prestados y decir por favor y gracias y no poner monedas en los raíles del tren ni escupir en los cafés de desconocidos porque me hace gracia y dar las gracias y los por favor y escribir los sms con todas sus letras acentos incluidos si el móvil deja, claro, porque a veces no puedes poner acentos que a lo mejor ellos nos los utilizan, pero lo que es yo pues sí los utilizo, y poner la mesa y reciclar y ver una foca bebé y decir ooooooh, qué mona, vamos, en definitiva, ser bueno...


Así que quince días que espero aprovechar en toda su tranquilidad para leer, ver películas, alguna serie, escuchar música y redescubrir todas mis series, estar con A. y los dos NiñosMonstruos, alguna cena, algo de rol, algo de dormir, algo de esto y algo de aquello, y llegar el día 1 con la sensación de que ha sido demasiado corto... ah, y decorar mi despacho... y ya tengo algunas ideas.

viernes, 15 de julio de 2011

Años universitarios


"Literatura. Susan odiaba las clases de literatura. Prefería, con mucho, leer un buen libro".
"Susan prosiguió con su educación. En su opinión, la escuela no cesaba de interferir en ella".

Terry Pratchett, Soul Music

Hoy amanecí pensando en la universidad y los años en los que pasee por sus pasillos mientras estudiaba Filología Hispánica. A excepción de todas las clases a las que no fui, vaya perdida de tiempo.

jueves, 14 de julio de 2011

Portadas

De Leo Morey, 1899-1965

Lo siento, pero esta es preciosa. La venganza definitiva de Pac-Man. La amenaza del mar. Tentáculos y ojos saltones. Sencillamente me encanta. Falta la típica buenorra ligera de ropa, pero la perfección no se hizo para los humanos.

miércoles, 13 de julio de 2011

Visiones del Monstruo

El primer monstruo

El mítico

El inglés

Según Berni Wrightson

El cómico

 La pija

El zetoso

El lego

Y no, no pienso poner ninguna imagen de la versión de Kenneth Branagh. Antes de que lo diga alguien, ya lo digo yo.

martes, 12 de julio de 2011

Conversación intrame

Bla, bla, bla con el compañero de trabajo. Llaman al teléfono. Descuelgo.

- Hola, llamaba para saber si ha llegado ya un encargo que hice.
- Sí, ¿nombre?
- X Y Z.
Tecleo, tecleo, tecleo.
- No ha llegado todavía. Lo pediste el día ocho y es un poco justo.
- ¡Pues vaya! ¡Ya está bien! ¡Pues si llamo es porque TÚ me dijiste que hoy estaría! ¡Me lo aseguraste! ¡Si TÚ no me lo hubieras dicho no habría llamado!
- Oiga, mire... Primero, es lunes por la mañana. Segundo, YO no le dije nada, más que nada porque YO no le hice el encargo de los huevos porque me paso el día en el almacén. El encargo se lo habrá hecho un compañero y dudo mucho que cualquiera de los que trabajamos aquí le haya asegurado que el libro estaría hoy. Lo dudo. Porque no aseguramos nunca. Decimos, si todo va bien, si no hay problemas, pero no decimos seguro, seguro, pongo la mano en el fuego y la vida de mi primogénito porque no nos gustan las seguridades ni las verdades absolutas. Tercero, a mí no me chille. ¡A mí no me chille! ¡Ni me chille ni me suelte pronombres en mayúsculas! ¿Le he chillado yo? ¿A qué no? Entonces... ¿por qué coño me chilla? ¿Quién coño se cree que es usted para chillar a un perfecto desconocido por teléfono? ¿Tiene un mal día y tiene que desahogarse con alguien? Me la suda. Métase un pimiento morrón por donde quiera, pero no me toque los cojones ni me pierda el respeto. Porque a lo mejor yo tengo también un mal día y pienso, pues la tiparraca ésta se va a llevar el premio gordo, o a lo mejor me han despedido y que me quiten lo bailado y estoy boicoteando todas y cada una de los encargos de la librería, o a lo mejor soy un loco con un hacha que ha entrado en la tienda, se ha cargado a todos sus trabajadores y ahora estaba tan tranquilo leyendo una novela de Jane Austen y picando un poco de dedos y vísceras y usted me ha venido a tocas los cojones, pero a tocármelos como no sabe con su "TÚ me dijiste" que implica prepotencia e ignorancia y decido pues mira, me apetece un tentempié y voy por ti. Respeto, hablar bien y preguntar y disentir con educación, joder, que no cuesta tanto, y si resulta que te dijimos una cosa y entendiste otra pues lo siento, lo siento, lo siento, somos humanos y a veces no acertamos y nos equivocamos y los putos libros los tienes guardados, joder. Porque puestos a faltar, faltamos todos, ¿vale? Que desde fuera del mostrador cuesta muy poco ponerse idiota con el que está dentro. ¿Falto yo? ¿Falto yo? Pues que sepa que si me vuelve a chillar conocerá la extraordinaria experiencia de qué se siente con un pie calzado dentro del... no es necesario alzar la voz. El encargo no ha llegado sencillamente porque hoy todavía no nos han traído los paquetes.
- Pero es que me dijiste que estaría hoy... no es mi culpa si los paquetes no han llegado.
- Ya, bueno... los paquetes no han llegado... supongo que para el miércoles.
- Vale, vale... pero que conste que me habíais asegurado que hoy estaría.
- Sí, sí.

Pero que suerte tienen algunos de que están delante de un profesional que si no...

Librero aplasta.

- Vamos, que tampoco ha sido para tanto - dice mi compañero de trabajo - que hemos aguantado cosas mucho peores.
- Sí, pero hay lunes por la mañana y hay lunes por la mañana. Y el de hoy ha sido de los primeros.

lunes, 11 de julio de 2011

Abierta la temporada de patos

La gente me suele preguntar por qué de repente me he vuelto malo...

- Nadie te ha preguntado eso.

... a lo que yo contesto después de hacer caso omiso a las voces impertinentes, marisabidillas y que se están ganando una hostia sí o sí...

- Vale, vale, no hay que ponerse así... sí, sí, te lo preguntan mucho, vamos... una cantidad de veces... gilipollas.

... que una de las razones que me llevan a erigirme como un villano temible con la cabeza repleta de planes absurdos es la temporada de texto que inauguramos hará cosa de tres semanas en la librería. Y es que la temporada de texto se caracteriza por ser larga, pesada, monótona, aburrida, y muy poco estimulante.


Muchos libros de texto, muchos nervios, muchos códigos y no te equivoques en un número porque las cagadas se pagan. El libro de texto no se puede devolver así que ojito, muchacho. Colegios, alumnos, profesores, madres y padres inundan y conquistan la librería. Y niños mutados en criaturas con séis o siete brazos que giran, tocan, manosean y desordenan. Y el librero, con la boca pequeña, dice aquello de no, tranquilo/a, ya lo ordenaré yo... solo si puede descolgar a su hijo de la estantería, ¿no? ¿es que está mirando una guía de viaje para ir a Escocia? Ya... bueno, no importa... total, solo pisa los libros...

(Por cierto, la leyenda urbana de que quién inventó los libros de texto era un señor que odiaba a los niños es cierta. No hay nada que justifique ese peso. Doce libros de texto en una caja pesan más que cincuenta libros de bolsillo en otra. Comprobado esta tarde con todo mi dolor y mi sufrimiento de espalda. Supongo que al señor que un día decidió crear un libro con el nombre de Ciencias de la naturaleza 3 primaria le debían azotar los compañeros de pequeño con una toalla mojada y decidió vengarse).

(Por cierto, tengo impresión de que estoy haciendo una construcción de frases muy raras... el motivo es que tengo la sensación de que estoy escribiendo con el traductor inglés/castellano en marcha. No me hagáis caso).

Todo esto acaba pasando factura. Horas y horas encerrado en el almacén mientras entran cuarenta cajas de Teide, veintitantas de Santillana, cincuenta de Oxford y etc. Haciendo lotes, repitiendo las mimas frases en el mismo orden, rezando porque no haya ningún error, anticipando los nervios y los malos rollos que se respiraran en septiembre...

Así que hasta nueva orden me pongo mi traje de librero en temporada de texto y se acabaron las bromas. Advertidos quedáis.


¿Y por qué he titulado esto temporada de patos? Bueno... viene rodado, ¿no? Cuando uno piensa en temporada, sigue la palabra patos, ¿no? Temporada... patos. Temporada... ¡patos! ¿Verdad? ¿No? Bueno... pues a mí me pasa.

domingo, 10 de julio de 2011

sábado, 9 de julio de 2011

Cosas que me dan miedo 1

... pero miedos irracionales y absurdos, nada de miedos malrolleros como el dolor, la locura, el sufrimiento de seres queridos o el cine español.

Miedo 1. Animales vestidos




porque me da la impresión de que poco a poco, con cada nueva prenda, se van humanizando y en pocas décadas (si el fin del mundo no lo remedia antes) empezarán a reclamar lo que es suyo... Pero más que los animales en sí, quien me da miedo es la persona que decide vestir a sus mascotas con ropas humanas... el ser humano que está detrás de todo esto...


Continuaremos con más miedos...