martes, 29 de octubre de 2013

Sueños

Y estos son algunos de los sueños que he tenido y recuerdo en las últimas noches / siestas. Ya sé que no es muy interesante, pero ¿qué es interesante en esta vida?
- Uff, pues...
Calla.

Sueño: ser el nuevo productor de Miley Cyrus y convencerla para que se retire durante dos años y que no se la vea el pelo. Preparar su regreso como cantante de jazz.

Sueño: el comité olímpico internacional me contrata como asesor/responsable de una nueva categoría olímpica: número musical. Los países presentarán un número de un musical propio. No hay límite en espectacularidad o participantes. Los favoritos son Estados Unidos, Inglaterra, India y Mozambique. Graves tensiones en los equipos por problemas de divismo y entre los equipos por viejas rencillas personal. Al final del sueño, acaba siendo un drama decimonónico. Además, los cuadros están vivos lo que da muy mal rollo.

Sueño: las productoras de cine son dueñas de sus estrellas y siempre quieren nuevas. Mi trabajo consiste en cazar estrellas de cine fugadas de los zoos donde viven y cazar nuevos actores que corretean libres por las calles y los campos. Aparición especial de Willem Dafoe, Daryl Hannah y mi hermana, que se ha dejado bigote. Todo el ambiente del sueño es muy de sátira sobre la popularidad y el famoseo y no dejo de preguntarme si quizá es demasiado literario. Suelo ser muy metaonírico.

Sueño: un buzo se dedica a buscar un kraken de forma obsesiva. Cuando parece que ha encontrado uno, resulta que es un pequeño pez que se camufla de ojo de kraken para librarse de los depredadores. Al final aparece un kraken, le da una colleja y sale huyendo. El buzo desiste de perseguirlo, sale del agua y nos encontramos. Paseamos entre ruinas y discutimos sobre el papel de la estupidez humana en la evolución. Él considera que la estupidez humana está sobrevalorada, yo creo que ha sido algo fundamental para llegar a donde estamos.

Me gusta mi subconsciente o lo que sea que produzca los sueños.

jueves, 24 de octubre de 2013

martes, 22 de octubre de 2013

Dos cabreos

PRIMERO

Desde hace semanas un grupo de jóvenes asaltan a los transeúntes a unos metros de la puerta de mi casa. No son pandilleros, ni sectarios, ni preguntadores profesionales de direcciones. Son jóvenes entusiastas, sonrientes y muy dinámicos que tienen por misión detener al transeúnte, iniciar con él una animada charla interrumpida con abundantes risas y endosarle una tarjeta de crédito que es la repanocha, la maravilla de las maravillas y la culminación de los deseos y esperanzas de occidente; una tarjeta de crédito que al tenerla en tus manos y llevarla a casa no solo te permitirá comprar todo aquello que necesitas y todo lo superfluo que ni pensaban tener sino que al llevarla a casa y dejarle algo de libertad de movimiento deja la ropa limpia, planchada y con olor a lavanda, arrulla con tonadas jazzísticas que acarician el pecado, con suaves acaricias consigue que el pene crezca diez centímetros más de lo habitual y permite divertidos viajes en el tiempo para vivir despopilantes aventuras. Y todo esto por una firma de nada, aquí, en la calle, es un momento. La letra pequeña ya la leerás en casa.

Cuando se sitúan en mi calle se quedan todo el día. Van en grupos de cinco o séis y ocupan las dos aceras. Y abordan. No lo hacen con un perdona, ¿tienes un momento?, que sería lo más normal. No. Porque supongo que quien los ha contratado ha insistido en la agresividad y en confundir al transeúnte y futuro poseedor de una tarjeta que resucita a los muertos. Gritan, te llaman chico, chico, chico a voz en grito, se te colocan delante con su sonrisa y no te dejan pasar. Si te desplazas a la izquierda, ellos se desplazan a la izquierda. Si das un quiebro a la derecha, ellos, lo mismo. Si..., bueno, ya me entendéis. Se te colocan delante y caminan de espaldas al compás de tus pasos mientras ignoran tus repetidos nos y los claros no me interesa, gracias. Son cansinos, molestos y pesados. Y ya sé que solo están haciendo su trabajo, pero esto lo vivo cuatro veces al día. Ida y vuelta, ida y vuelta.

Como decía aquel, ganas de matar aumentando.

SEGUNDO

Han abierto delante de casa un Kyoto. Para quien no sepa qué es, es una cadena de electrodomésticos. Con muchas rebajas, precios escandalosos y un gusto demencial por los cartelitos. Y la música alta. Muy alta. Tan alta que nos molesta y aturde a los vecinos que viven en la acera de enfrente. Como nosotros, por ejemplo Empieza a las nueve y poco de la mañana y es un no parar. Apasionantes melodías de cantantes melódicos, de últimos éxitos de moda o recuperaciones de los primeros discos de Sergio Dalma o Alejandro Sanz. Sí, para temblar.

Música alta que sobrevuela ruido de coches, de la gente que pasea, de la tele encendida, de los diálogos de la película.

- El nuestro es un mundo que se acab... 
Saaaaanta Lucía, el predictor se tiñe de rooojo... 
esto, ¿por dónde iba Stroheim?

Pronto tocará visita. Seguiré informando.

Y en próximos días, las divertidas aventuras de Jorge, su teléfono móvil estropeado desde finales de agosto y la reparación interminable gentileza de Vodafone. Ains qué risa más grande le entra a uno cuando con una sonrisa le dicen, hemos tenido tu móvil un mes, te hemos avisado que la reparación está hecha y, ¿sabes qué?, no hemos hecho nada. Pa mearse.

viernes, 18 de octubre de 2013

jueves, 17 de octubre de 2013

Días cinematográficos contados

Ayer fui al cine con mi buen, pero irritante amigo Jordi. Cual fue nuestra sorpresa que al entrar en la Sala 1 donde hacían la película que habíamos ido a ver (hablaré de ella más abajo), nos encontramos que nuestra fila de butacas había desaparecido. Desde tiempos inmemoriales nos sentamos en la fila seis. Es la fila ideal ya que la pantalla ocupa todo el ojo sin que la pared moleste. La película entera en la retina. Llegamos bastante minutos antes para ocupar esa fila, hemos llegado a expulsar a carromatos de abuelas cargadas de laca por esa fila. Una vez matamos por alguien que había ocupado nuestra fila. Allí hemos visto incontables horas de basura cinematográfica comercial que tanto nos divierte y nos hace felices. Películas de terror, films de pensar, acción a raudales con muertes y desnudos que nunca son gratuitos porque bien me han costado una entrada, películas de risa e incontables horas de un mundo cinematográfico ideal que en los malos momentos nos dio espectáculo y esperanza e hizo que los buenos, fueran mejores.
- ¡Cursi!
Y tú, gilipollas.
Total, que nuestra fila ha desaparecido. ¿Y por qué? ¿Estúpida abducción extraterrestre? ¿Reparaciones de última hora? No. El cine, nuestro cine, el único cine que hay en Igualada, cerrará sus puertas a finales de año y ya han empezado con el desmantelamiento.


Es un cine anticuado e incómodo que no ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos. Pero es el único cine que hay en la ciudad y la noticia de que cierra sus puertas es una inmensa putada. Desaparece un cine en el centro de Igualada y, la verdad, esta se verá más pobre y vacía. Ya sé que existe algo llamado coche y que hay cines en pueblos / ciudades cercanos, pero no tengo coche y me jode no poder ir al cine cuando quiera, andando y luego volver a casa en un tranquilo paseo pensando en lo que he visto. O poder llevar a los niños a ver sus películas de dibujos. Me entristece pensar que Niño Lobo y Niña Zombi puedan llegar a crecer en una ciudad sin cine. Ya sé que siempre queda la posibilidad de que construyan los famosos multicines en las afueras de Igualada (la mierda es la palabra "afueras"), pero de eso llevo oyendo hablar desde hace siglos y no creo que pase. Además, al ritmo que van las cosas en esta ciudad...

¿Y el año que viene, qué? Sin cine. Sin seguir la mierda actualidad cinematográfica. Sin mis películas de género, sin las escapadas de los martes / jueves por la tarde, sin mis cabreos por los comentarios de las abuelas que comentan la vajilla que sale en la película o comprobar una y otra vez lo difícil que es para el noventa por ciento de la población cerrar la puta cortina cuando entras en la sala que entra luz, joder, entra luz y molesta, hostias, la puta cortina, joder.

Seguiré informando y deprimiéndome.

¿Y la película que fui a ver?


Interesante y muy efectivo thriller. La desaparición de dos niñas abre las puertas del infierno. Los límites del mal y la moral. Hasta dónde podemos llegar por algo que creemos justo. Muy en la línea de las novelas de Dennis Lehane.

lunes, 14 de octubre de 2013

15 días

Empiezo las vacaciones.
Quince días de asueto con cena de cumpleaños por medio.
El objetivo de estos días es hacer poco y de lo poco que tengo por hacer, hacer la mitad. Porque creo que las vacaciones es una época para hacer planes y no cumplir con ninguno. Bueno, sí, el más puro y gratuito descanso. Lo que se conoce como "desconectar" del trabajo, las novedades, los libros, el texto y, sobre todo, los clientes. Leer mucho, ver piniculas, escribir un poquito y pasear antes de que el frío haga su presencia definitiva.

Y darle vidilla al blog, pero eso es algo que no prometo.