jueves, 31 de marzo de 2011

Otro de esos sueños maravillosos

Entre las siete y media y las diez y veinte de la mañana he tenido un sueño fantástico. Como ya sabéis era cinematográfico, en colores y dobly sourround, cinemascope, con una dirección muy elegante y no dejaba de ser una versión de El mundo en sus manos, (The world in his hands, Raoul Walsh, 1952). El reparto era un servidor como protagonista estelar acompañado de 




Un gran presupuesto gastado en espectaculares exteriores, carreras de barcos, amores imposibles, hachas que volaban, naufragios, rescates en el últimos segundo, cuerdas cortadas, tormentas en el mar, reencuentros años después, reconciliación con Kirsten Dunts, música de Morriconne y un brutal y gigantesco kraken


que casi me ha hecho llorar de emoción.

Y es que puestos a soñar, prefiero sin dudarlo la magia y el encanto de las superproducciones y del cine de aventuras.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Una inocente diversión que no cuesta dinero

En tiempos de crisis los hábitos de ocio cambian. Hoy presentamos una forma divertida y barata de pasar un rato tanto solo como en familia o con amigos: crispar a un librero. Es más fácil de lo que parece. Atentos que van unos pocos consejos.

1. Llámele "Niño" si es chico, "Niña" si es chica. No importa la edad del librero. No, tampoco importa si el librero es treinta años mayor que usted. Verá a la voz de "Niño / Niña" la mandíbula del librero/a se tensa. Si se pronuncia con voz aguda y repetidamente mientras el objetivo del ataque transporta pesadas cajas conseguirá que se parta un diente.

2. De datos insuficientes cuando pregunte por un libro e insista. Ejemplos.

- ¿Tiene un libro de cocina del que hablaron por la radio y que enseña a cocinar? Sí, a cocinar platos diferentes. En la radio, sí, hombre, en la radio.

O lo he visto en la tele, que ahora no sé.

3. De muchos datos, pero ninguno consistente. Ejemplo.

- Estoy buscando un libro del que hicieron una película y va de una chica que es joven y luego ya no es joven, pero tampoco vieja, que conoce a un chico y se enamoran, pero no pueden estar juntos porque pasan cosas y sale un malo y pasa en una ciudad. La editorial no es muy conocida, pero es famosa porque edito otro libro que iba de un chico que se enamora de una chica y salía un coche, este no lo leí pero un amigo sí y le gustó, pero yo quería el otro. Y me parece que tiene una franja azul, o a lo mejor no, que lo vi un momento por internet.

4. Trabuque un autor por otro e insista en su error pese a que el librero le de el dato correcto. Sea faltón, gritón, exagerado y diríjase al librero como si ése sufriera una lesión cerebral que le impidiera pasar de los seis años. Importante: la confusión debe hacerse con un libro de imposible error por parte de librero; un último best seller y dos autores muy conocidos. Para que joda más la condescendencia. Ejemplo real.

- ¿Tienes el último libro de Ken Follet?
- Sí, éste es, La caída de los gigantes.
- No, ese no es.
- Sí, el último de Ken Follet es La caída de los gigantes.
- No, yo quiero el último. Si han hablado de él esta mañana en el Cuní (detalle magistral citar una autoridad).
- Es que no hay otro...
- ¿Me escuchas? Que quiero el último de Ken Follet.
- Es éste.
- No, joder. ¿Y tú eres librero? El último de Ken Follet se llama Cobra, inútil.
- Cobra es de Frederick Forsyth.
- No. Es de Ken Follet que lo han dicho en la tele.
Todo esto debe ser dicho en un tono condescendiente. Cuando el librero nos demuestre que Cobra es de Frederick Forsyth, cambiar el tono por uno campechano y decir algo como "pues vaya en la tele se han confundido" como si se tratara de una broma compartida.

4. Pida descuentos. Por todo. No importa el importe de lo comprado. Pida descuentos por tres libros, por cinco, por un bolígrafo, por una libreta, por una pregunta, por ir al lavabo, cuando atraque la librería, por todo. Al decir que no ponga cara de oler mierda, decir la frase "tenía que intentarlo" y crear una palpable tensión entre ambos.

5. Si tiene que hacer un encargo niéguese en redondo a dejar algo a cuenta, decir su nombre o su teléfono. Aduzca como motivo que a usted nunca le han pedido los datos para hacer un encargo y si no confían en él.

6. De un paseo por la librería llevando en la mano un inestable helado de chocolate o patatas fritas con ketchup. Si esto puede dejarlo en manos de un niño hiperactivo y tocón, mejor.

Y después de esto directo a la mesa de novedades.

7. Hágase una herida pequeña en el dedo. Lo suficiente como para que sangre. Después de eso, deje una muestra de esa sangre en la tapa blanca de un libro. Vaya con él a caja y trate de guarros y de sucios a los libreros. Tras recibir las disculpas y ver como el librero se hunde en el apuro, descubra que es suya la sangre con sorpresa y ríase.

8. Mantenga una conversación que tienda al monólogo con el librero empezando todas las frases por construcciones como:
- "Lo que tenéis que hacer..."
- "Esto yo lo haría..."
- "Lo estáis haciendo mal..."
- "¿Quieres vender más? Pues mira..."


9. Quéjese continuamente de que la librería organiza pocas actividades (entendiendo por actividades presentaciones, charlas, conferencias, talleres, contacuentos, etc.). Diga que le gustan esas actividades y que irá a muchas. No asista a ninguna. Y luego siga quejándose de que se organizan pocas actividades.

10. Diga frases como 

- ¿Y esto es todo lo que tenéis de arquitectura babilónica?. Pues vaya librería de segunda.
- ¿No tenéis sección de filatelia canadiense?
- ¿Por qué las cartas del tarot las tenéis en ocultismo?

11. Un clásico que nunca fallan:

- tras media hora de cola preguntar a la persona que está al otro lado del mostrador "¿trabajas aquí?".

12. Pida un libro que sepa que no tienen en existencias (puede haber llamado antes o ser un libro que no exista). Cuando le digan que no está en la tienda, pida explicaciones por qué no lo tienen y exponga que ha tenido que venir de otra ciudad, que era urgente, que lo necesitaba para un regalo. Diga que qué clase de librería es esa que no tienen ese libro, que no son profesionales, etc. Ejemplo real:

- ¿Tenéis la segunda parte de X?
- Aun no ha salido publicada.
- Pues qué bien... y la necesito para el sábado que es un regalo. ¿Y si la pido cuándo me llegará?
- Es que no está publicada.
- ¿Y? ¿La puedes pedir o no?

13. La frase "¿No lo tenéis?, pues en la V (librería de la competencia), sí. Muy mal".

14. Pida que le recomienden un libro y diga a todos que no. Tras media hora despida al librero con la frase "ya veo que tendré que hacerlo solo/a. Gracias por tu no ayuda". Sí, real.

15. Y, sobre todo, quéjese por todo. Y pida descuentos por todo.

Próximamente enseñaremos a los libreros cómo crispar a un cliente. Porque el trabajo no tiene porque estar reñido con la diversión.


domingo, 27 de marzo de 2011

Portadas - 20.000 leguas y escotes submarinos


La verdad, recordaba al capitán Nemo de otra manera... Debe ser que el tiempo pasa y la mirada de un niño es inocente...

jueves, 24 de marzo de 2011

Elizabeth Taylor


Para mí siempre fue la gata. 

Y viéndola en salto de cama, nunca podré entender las dudas de Brick. Pero, claro, si duda no hay obra de teatro. Si no hay obra de teatro, no hay película. Y si no hay película no hay Elizabeth Taylor ni calor ni whiski ni monstruos cuellicortos ni más calor ni cojines que vuelan.

sábado, 19 de marzo de 2011

Fotógrafos - Margaret Bourke-White

Margaret Bourke-White
Bronx, Nueva York, 1904 - Stamford, Connecticut, 1971
Las fotos pueden ser bellas. Pero también deben decir la verdad.








jueves, 17 de marzo de 2011

El Clínico, Janet Leigh y una horchata

Me levanto poco antes de las diez. Duchita. Desayuno. Reseña en el blog de literatura. Me acabo el café, acabo de escribir y me pongo a darle un repaso a la casa. Vamos, escoba, trapo y fregona. A medio hacer me llaman al teléfono. Como es un número que no conozco, no contesto. Al poco sí llama un número que conozco. 177. La muchacha del contestador, de la que aun no se el nombre pese a que le pregunte y pregunte y pregunte, me informa que me han dejado un mensaje. Suspiro y espero que no sea un nuevo viaje sorpresa a la selva de Malasia. No. Una llamada del Hospital Clínic de Barcelona donde una voz amable y profesional me informa que llame a un número de teléfono para concretar el día en que por fin me harán una polisomnografia para el tema del transtorno del sueño con el que vivo desde hace años.


Bueno, pues ya está. Llamo al número que la voz me indica y empieza la odiesa.

- No, se equivoca, no, esto es temas económicos. Le paso a la extensión correcta.
- No, le han pasado con centralita. ¿Qué quería? Para eso tiene que llamar a este número.
- No, pues le han indicado mal, aquí no es. Llame a centralita.
- Tiene que llamar a este número, apunte. No, no le puedo pasar.
- Pues aquí no es. ¿Y le han dado este número? No me lo creo.
- No, no le puedo pasar. Llame a centralita.
- Llame a este número.
- Aquí no es. Lo sabré yo que trabajo aquí. ¿Trabaja usted aquí? ¿No, verdad?
- ¿Ha llamado a este número?
- Esto es respiratorios y tiene que llamar a neurología. Está en la cuarta planta.
- Le han dado el teléfono de centralita. Tiene que llamar a este número.
- No, aquí no es. Espere que le paso.
- ¿Centralita, diga?

Cuando de repente, en el momento en que estaba pensando meterme el cable del teléfono por la nariz y hacerme el estudio por mí mismo, un ángel hospitalario ha aparecido al otro lado del charco y me ha pasado con la persona correcta. Y en un momento me han dado fecha, hora e instrucciones. 4 de abril, Hospital Clínic, 19:30. Que lleve pijama, neceser y algo para entretenerme.

- ¿Un kit de lucha en el barro, pero cambiando el barro por melaza?
- Mejor un libro.
- Vale.

Y una orden del doctor: dejar la medicación quince días antes de pegarme unos sueños en el hostipal. Dejar la medicación. Eso implica tomarme quince pastillas menos y que pueda volver a la etapa de sueño de golpe. O no, que hasta que no esté allí metido no sabré nada. Y ya está. Un adiós, un gracias y un pitido en la oreja.

Y me he puesto nervioso. No lo he podido evitar. Ya sé que se trata solo de dormir una noche en cama ajena rodeado de desconocidos, pero me pongo nervioso. ¿Y si me roban los órganos? ¿Y si me implantan órdenes grabadas en el cerebro y cuando digan la expresión "andalahostialabárbaradeloscojones" no me da por levantarme, ponerme así como los ojos en trance y atentar contra el vicepresidente de los estados unidos que no sé quien es? ¿Y si se equivocan y confunden mi cuerpo dormido con el de un voluntario del ejercito para convertise en un superguerrero y me implantan no sé qué hormonas de jabalí y desarrollo superfuerza, pero se me queda la voz de castrati y el Papa me compra? ¿Y si mientras estoy dormido se levantan los muertos y empieza una invasión zombie u otra cosa y todo se va a la mierda y tengo que sobrevivir yo que casi no sé correr y esto último no es tan improbable porque sale en 28 días después, Resident Evil, The walking dead, El día de los trífidos, y etc. y si tantos lo dicen no pueden estar equivocados y no me vengáis que es ficción que en un universo paralelo es verdad y ya está?


 Sé que quizá no sea para tanto, pero mejor estar prevenido.

Y hablando de sueños (por exceso o por falta), mientras que ayer soñé con que dirigía una película de destape en la década de los setenta (con su caradura timador, su jovencia inocente que no lo es tanto, interpretada por Ornella Mutti, sus exteriores en Benidorm y sus excusas bartas para que todo el mundo se quedara en paños menores), hoy he soñado que iniciaba un romance con Janet Leigh.



Resulta que ella venía a promocionar una película y le habían organizado un tour en autobús para que saludara al pueblo, pero claro, nadie la conocía y todo era como cutre hasta que a la organización no se le ocurre otra cosa que llevarla a ver sostenes porque todo el mundo sabe que sus pechos bíblicos son el único talento de Janet Leigh (esto lo decía su guía turística, no lo opino yo). No sé como, pero antes de entrar en la corsetería más cutre que mi imaginación dormida pueda soñar, la rescato y me la llevo a un hotel. Allí ella empieza a llorar y se le corre todo el maquillaje y me doy cuenta que tiene una cicatriz que le parte la barbilla y que el lado izquierdo lo tiene con marcas de quemado. Al preguntar, me explica toda la verdad. Es una esclava de la mafia horchatera (sí, horchatera.. de horchata... la bebida hecha con agua, ázucar y chufas... no me preguntéis, es un sueño) que la obliga a estar siempre glamorosa y desfilar por las calles de la ciudad. Esta mafia es la dueña física y moral de la ciudad donde vivimos y su jefe es un negro alto con pelo afro que prepara la mejor horchata de la ciudad, vive en un sucio sotano lleno de alambiques y polvo y con el que mejor no meterse porque sus víctimas suelen aparecer en los escaparates con los dedos cercenados y metidos en las orejas. Pero como yo la quiero no porque haya salido en Sed de mal, Psicosis y Scaramouche, sino por ella misma, que decido armarme con una cachiporra y mi lengua viperina y voy a eliminar al horchatero malvado para poder vivir en paz. Ella me dice que me quiere y que si acaso me espera en el hotel tomándose un baño. Ha empezado a sonar música sinuante...

Y me he despertado...

Realmente hay días que me comería a besos a mi subconsciente.

Y vigilando con ellos.

miércoles, 16 de marzo de 2011

martes, 15 de marzo de 2011

"Knockemstiff" de Donald Ray Pollock

Última lectura.


Knockemstiff de Donald Ray Pollock, Libros del Silencio, 2011.

Vale. Aun estoy noqueado. La acabé anoche cerca de la medianoche, pero sigo viendo el pollo muerto, el cartón sucio, la botella de vino con pajita, las pastillas robadas , la peluca rubia, el lavabo del autocine y el ambiente sucio, sordido y triste en el que viven los personajes. Uno de los mejores libros que he leído este año y uno de los mejores libros que leeré en lo que queda de él (si leo muchos libros como éste creo que implosionaré). Como le dije a A., es un libro que se lee con un peso de plomo en el estómago por lo que cuenta y por como lo cuenta. Leyendo los cuentos que conforman el volumen me aparecían O'Connor, Fante, Bukowski, Carver, Caldwell, etc. Pero Pollock tiene voz.

Es un libro duro, violento, sucio, sordido, pero presentado con "dignidad" y como muy bien apunta el prólogo, sin caer en paternalismos ni condescedencia. ¿De qué va? Personajes atrapados en una mierda de pueblo que no pueden / no quieren escapar de él. Y no solo se joden a ellos, sino que joden a los demás y dan vueltas y vueltas.

Y tiene alguno de los finales de cuento más brillantes que recuerdo en tiempo. Pienso en "Pildoras" y en "Bendencido".

¿Tono? Las dos primeras frases del primer cuento.

Mi padre me enseñó a hacer daño a la gente una noche de agosto en el autocine Torch cuanto yo tenía siete años. Era lo único que se le dio bien alguna vez.

Si existieran los libros imprescindibles, éste sería uno.

jueves, 10 de marzo de 2011

Pijama's day

Hoy tenía día libre. Y me he dado un lujo. Día del pijama.

- ¿Alguien ha dicho fiesta de pijamas?
- Me apunto.
- ¡Guerra de almohadas!
- ¡Hacernos trenzas!
- ¡Pelea de marmotas!
- ¡Pactos de sangre!
- ¡Sacrificio de tomates vírgenes!

No, fiesta de pijamas, no. He dicho día del pijama.

- Oooooooh. ¿Y eso implica?

Pues fácil, yo tol día en pijama por casa.

- Eks... qué imagen... nada, nada, cada uno a su casa.

Que es mi cerebro.

- Sip.

Me merecía del homenaje. Levantarme temprano, pero no mucho. Recoger con calma la casa e instalarme en un rincón del sofá (que hasta nueva reestructuración de los muebles del piso es el rincón para leer) y zamparme de casi una sentada (pausa para hacer la comida y una pequeña siesta) una novela negra. Porque la novela negra con sus crímenes y sus investigaciones es una de las lecturas ideales para los dia del pijama y los día de lluvia. Y, sobre todo, cuando ambos factores coinciden. Que no ha sido el día de hoy. Porque hoy lucía el sol, o eso me han dicho, que no me he acercado a una ventana abierta.

Y ya está porque el día no ha dado para más (o lo que ha dado no puedo escribirlo ya que no me apetece volver a Sibería por un crimen que, en serio, no he cometido y si se me escapa la risa no es por culpabilidad, sino porque soy así de simpático).

¿Entrada aburrida? Sí, pero es que el día ha sido tan estupendo que no me importa... Cuando ahora A. acabe de dibujar, nos vemos un capítulo de Futurama y nos sentiremos la pareja freak (o geek o lo que sea) más feliz del mundo.

Ah, y por cierto, que la novela era



Me ha gustado. Es lo que se le pide a una novela negra. Su crimen, su investigación, sus polis machacados, sus secretos, su crítica social y su entretenimiento.

martes, 8 de marzo de 2011

Sobre poderes

Al final no hubo matanza de zombis.

Mails que no se leyeron, mensajes que se perdieron, correos que murieron a manos de los horribles bichos que matan correos en la calle Odena, jinetes extraviados entre las brumas de los páramos Heathcliff Heathcliff que rodean Igualada y que acabaron sus vidas entre los senos de alguna vampira o alguna mujer rayuela.

Sentados alrededor de una mesa en el café de l'Ateneu comiendo patata tras patata mientras se esquivaba las requemadas, A. y yo. En el teatro, el president de Catalunya presentaba al candidato a la alcaldía de Igualada diciendo algo así como qué majo, qué majo, sí es que es más majo (que no lo oi, pero lo imagino). Ains, con lo chula que me había quedado la partida y lo divertida y lo llena de monstruos y dificultades y enigmas. ¡Sí hasta tenía las figuras del Cluedo para jugar! Pero nada.

Así que A., Maese Cinto y yo charlamos un poco y al acabar las cervezas sin alcohol que habíamos pedido regresamos a casa con paso presto debido al frío de la noche. Al llegar preparé de cenar tortilla de champiñones con un suspiro de cebolla con la secreta esperanza que esa declaración de A. que decía "no tengo mucha hambre" fuera verdad. No lo fue, claro, y A. se comió la tortilla y se regodeó en ella. En honor de la verdad decir que me quedó buena. Y como era temprano y al dia siguiente solo nos levantábamos muy temprano nos pusimos a ver un par de capítulos de Misfits, que por si alguien no lo sabe es una excelente serie de corte fantástico sobre un grupo de chavales que por culpa de una misteriosa tormenta adquieren asombrosos poderes y, aquí lo genial de la serie, NO los utilizan para el bien sino para seguir no haciendo nada y no intentar arreglar sus mierdas de vidas (además de joder la vida de unas cuantas personas).


Vamos, realismo al cien por cien. Convencido de que si consiguieramos poderes especiales (volar, invisibilidad, superfuerza, viajes temporales, telequinesia, cambiar los canales de la tele sin levantarse y sin mando, ver el futuro, control mental, encontrar ofertas imposibles para productor de primera calidad, etc.), solo un 1,2 % de los afectados los utilizarian para el bien común. El resto de nosotros, y me incluyo, sería para fines más egoistas. Como colarse en el cine, descargarse películas o hablar impunemente en los conciertos de jazz. El gran miedo que tenía el día que empecé a verla es que se convirtiera en un retrato de cómo unos jóvenes que están bordeando la delincuencia se encuentran a sí mismos y maduran como personas y el sistema funciona y todo eso. No. Protagonistas egoistas, crueles, gilipollas y pese a lo mucho que la llegan a cagar, no se puede evitar simpatía por ellos.

Claro, fue inevitable pensar qué poder nos gustaría tener si nos encontráramos con una tormenta rara de cojones que nos da cualidades maravillosas. A. lo tiene claro. Ella quiere volar. Ya sea por sí misma, ya sea porque puede convocar un dragón. Cuando era pequeño pensaba mucho en la invisibilidad. Para colarme en el cine. Luego crecí y seguí pensando en la invisibilidad. Para colarme en el cine y en el vestuario de las chicas.

 
Pero maduré y empecé a considerar lo de viajar en el tiempo, despertar a los muertos y hablar con los animales. Ahora mismo no sé muy bien qué podre tendría. Seguro que no me lo darían y tendría algún poder ridículo como provocar mucha vergüenza ajena cada vez que entro en una habitación, que me crezcan largos pelos en las orejas o ser capaz de recordar siempre dónde he dejado las llaves.

Total, que la serie está muy bien y que ya no me acuerdo de cuál era el propósito de esta entrada... Cosas que pasan cuando se empieza a escribir a una hora, se va uno a trabajar y se acaba luego.

domingo, 6 de marzo de 2011

Sobre el sentido

Llevo unos días de incertidumbre bloguera. Reconozco que no sé muy bien hacía donde conducir esta bitácora que hace quinientas veinteseis entradas abrí por aburrimiento. Creo que el monstruos se me ha escapado de las manos y dudo entre volverlo a domar o pegarle un tiro. Me exige un tiempo que paso dormido o preocupado por esa novela que me ronda por la cabeza desde hace diez años y que se niega a salir más allá de su primera página. ¿Falta de tiempo? Y el sueño y que quieras que no uno acaba afectado por este ambiente de "vamos a morir" que se respira día sí, día también en las calles de la ciudad. Un desanimo y un "total pa qué" que lleva a pensar que "total pa ná, pero al menos tiene gracia".

Así que andaba yo con el espíritu revuelto, el bolsillo vacío y los ánimos por los suelos (después de que mi plan de inundar internet de porno se acabara tras una frase de A. que más o menos venía a decir "yo te apoyo en todos tus planes, pero ni se te ocurra que quiero ver Misfits") cuando decidí emprender uno de esos viajes espirituales que tan de moda se pusieron en la novela de los años cuarenta a raíz del éxito de El filo de la navaja para encontrarme a mí mismo y sentido al blog.


Así que xino-xano y, siguiendo los consejos de mi madre, llevando bajo los pantalones los calzoncillos limpios por si me pasa algo (y para impedir que en la autopsia o en el saqueo de mi cadáver puedan decir menudo guarro que lleva los calzones cagados se merecía el hacha en la cabeza), me fui a ver a mi maestro espiritual, el sabio guerrero budista y sacerdote de Khali, el padre Borracho-de-Mierda que tanta ayuda y sabios consejos me dio en mi extraña aun por explicar etapa en Manila. Así que salí de casa a voz de "A., que me voy de viaje iniciatico", a lo que recibí un "Vale, trae pan y leche a la vuelta" y me fui para Buthan. Caminando que llego antes que si dependo del transporte público. Y por la calle iba yo tó contento viajando iniciaticamente y me encontraba gente que me decía, "¿Ande vas?", y yo les decía "Na, de viaje iniciatico para encontrarme a mí mismo y encontrar sentido al blog de los huevos?", y ellos "¿Pero tú que te crees que eres el siddharta de los cojones o Bono?" y yo, "Pues no, que siempre me ha parecido un rollo y no llevo reloj". "¡Cómo te gusta llamar la atención!", y yo, "Y los huevos fritos y las lentejas y la butifarra así hecha con las puntas negritas y crujientes como el bacon que le gustaba al agente Cooper que estaba diciendo me gusta el bacon muy hecho, que cruja, y entonces entraba la Audrey Horne y a mí se me ponía la misma cara de tonto que al agente del FBI".


Y así todo el camino.

Total, que después de muchas peripecias y aventuras e incidentes y anécdotas y situaciones a cada cual más divertida, sorprendente y admirable, que llegué a casa de Borracho-de-Mierda, en el cubículo de placer trántrico y aristotélico que se ha montado entre una lavandería lituana y una casa de fornicio cúbico. Llamé a su puerta, esperé tres segundos, volvía a llamar y volví a esperar encerrándome en un bucle de seis horas que solo se rompio cuando Borracho-de-Mierda abrio la puerta diciendo que ya, joder, que ya, que estaba entre meditando y cascándomela.

- Hola Borracho-de-Mierda.
- ¡Tú!
- Vengo a buscar sentido a mi vida y a mi blog.
- ¡Y tienes lo santos huevos volver a presentar esa cara de gilipollas miope después de lo que le hiciste a mi cabra de competición!
- No he venido a hablar de Cascabel.

- Desde aquella noche en la leñera que no ha vuelto a ser la misma.
- No paso nada...
- ¡Nada! Desde entonces que no ha vuelto a jugar bien al Scrabble y solo escribe la palabra osteoporosis.
- Si hace trampas es cosa suya.
- ¡Cómo has podido volver! ¡Y sin traer nada!
- He traído una botella de vino. Y no te pienso pagar la mitad aunque te la pimples casi toda.
- Pues entonces pasa.

Y pasé. Nos servimos el vino y evitamos hablar de Cascabel que se quedó en su cuarto escuchando música gotica disfrazada de tirolesa.

- ¿Así que buscas el sentido de tu vida y del blog? No eres el primero que viene preguntando eso.
- ¿Otros han preguntado por mi sentido?
- No, han preguntado por el suyo. Pero sí que han soñado con el tuyo.
- Uala, ¿cómo has hecho un enlace desde mi recuerdo?
- Cosas de la cábala. Bueno... tu sentido... el sentido de tu vida, del universo, la vida, de tu blog y de todo es el sentido que quieras darle tú.
- ¿Qué?
- Que escribas en tu blog lo que te salga de lo huevos y tu vida, pues mira a un lado y a otro porque si no te atropella un autobús de turistas.
- ¿Y ya está? Me pego este viaje para que me digas algo que ya me sé.
- Sip. Es lo que tienen los viajes iniciaticos, que uno se pega a andar cuatrocientas páginas para entender que el sentido de su vida es lo que ya le había dicho su abuela ciega y palmípeda que sobaba el culo de su joven amante.
- Pues vaya puta mierda.
- Es lo que hay.
- Pues nada.
- Pues eso.
- Si acaso voy tirando.
- Ves, ves...
- Nos llamamos.
- Eso.
- Nada.
- Adios.

Y volvía a casa sin sacar nada en claro, pero cansado. Que es lo que tiene caminar cinco mil kilómetros sin pararse un momento a tomar un cortado. Seguiría escribiendo hasta encontrarlo un sentido a todo esto. Lo que no sabía entonces, y en principio no sé ahora, es que no lejos de allí se fraguaba mi destino. Porque alguien conspiraba contra mí. Alguien feo de cojones que podría aclarar de una vez por todas el misterio de mi nacimiento y mi origen.



Pero eso ya se explicará... supongo que antes de que se acabe el año.

jueves, 3 de marzo de 2011

Estamos trabajando...


... para salir de este pequeño bloqueo. Y supongo que será antes de que se acabe el mundo...

martes, 1 de marzo de 2011

Breve reseña del cine que me metí entre pecho y espalda el sábado

Pues eso, que el sábado mi buen, pero insufrible, amigo Jordi y yo fuímos al cine. ¿Lo que vimos?


Algunas consideraciones.

1) La película me gusto. Mucho. Muy hermosa. Quizá algún exceso visual, pero me encantan los excesos. Es una película de terror psicológico. Y funciona.
2) Las caras de gran parte del público al salir del cine eran de antología. No sé qué esperaban ver, pero cine casi fantástico, seguro que no.
3) Realmente, la sombra de Repulsión es alargada. Y Cronenberg, y Eva al desnudo, pero ¿por qué nadie ha mencionado Las zapatillas rojas de Powell y Pressburger? Continuamente me venía las imágenes de esa película. Y su color.
4) Definitivamente han desaparecido los ladrillos de la bolsa de chucherías.
5) La película es incómoda, irritante, feista y perturbadora. Pero lo que realmente me perturbó fue


Sí, la espalda tatuada de Mila Kunis, una buena actriz que desde siempre me pierde. No sé porqué ha sorprendido su brillante hacer en un papel dramático cuando ya ha demostrado que es una excelente actriz cómica. Y cuando uno sabe hacer reír, lo demás es sencillo.
6) Nueva comprobación de que la música de Tchaikovski es enfermiza, densa, dura y perversa. Quien dice que la música de El lago de los cisnes es bonita y relajante es porque nunca ha escuchado El lago de los cisnes.
7) Me encanta el ballet, aunque he visto poco y entiendo menos. Lo mismo me pasa con el boxeo.
8) Otras cosas que he olvidado.