Estos días que he ido compartiendo con Niño Lobo en su estancia en el hospital me han servido, entre otras cosas, para reflexionar sobre los miedos y cómo nos enfrentamos a ellos. Desde ahora, y por única vez, declaro mi admiracion por Niño Lobo y su forma de afrontar lo que le aterroriza; con gritos, con patadas, pero con determinación y, como se dice de forma vulgar, con más cojones que un Pompoko.
Niño Lobo tiene miedo de las agujas, de las jeringuillas y de la extracción de sangre. El problema es por lo que tiene que quedarse en el hospital, si le sube la fiebre tiene que hacerle de forma urgente una analítica. Y para eso necesitan sangre de la vía central que tiene colocada en el cuello y del brazo. Por la vía no hay problema, pero por el brazo los nevios le pueden y empieza a llorar y a chillar. Porque, claro, para la extracción de sangre no le envían a una sosias de Monica Bellucci en Drácula, no. Aparecen dos enfermeras armadas con agujas y frascos, el agarran del brazo y le dicen algo así como
- ¡Queremos tu sangre!
A Niño Lobo le entra el pánico, empieza a llorar, pero... alarga el brazo, muerde cuero y deja que las enfermeras hagan su trabajo mientras procuran esquivar una o dos patadas.
Me admira. A los seis años está superando uno tras otro miedos, fobias y pánicos. A las agujas, a la extracción, al dolor, a la oscuridad. En cambio, hay otros que nos quedamos en la claustrofobía y los zombis desde hace años y no lo superamos. Ejemplo de madurez que me está dando un niño de seis años. Porque ha soportado un par de Tacs y muchas pruebas. Y a mí, en cambio, cuando me hicieron una resonancia magnética y me metieron en el tubo lo único que podía pensar era que un psicopata entraría, se cargaría a los médicos y me dejaría allí dentro durante lo que me quedara de vida... que sería corta, pero llena de gritos y deposiciones.
Y admiración a la madre, claro, que ha demostrado ser más fuerte de lo que ella creía, pero tanto como los demás ya sabíamos como corresponde a buena descendiente de una hermosa estirpre de dragones negros.
Niño Lobo está estupendo. Unos días más y para casa.
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3 comentarios:
me n'alegro. Endavant!
:)
mucho ánimo, avísanos cuando ya estéis en la lobera... Ojalá sea ya o como mucho para el día del padre, :)
un abrazo
sou una colla de valents!
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