jueves, 17 de octubre de 2013

Días cinematográficos contados

Ayer fui al cine con mi buen, pero irritante amigo Jordi. Cual fue nuestra sorpresa que al entrar en la Sala 1 donde hacían la película que habíamos ido a ver (hablaré de ella más abajo), nos encontramos que nuestra fila de butacas había desaparecido. Desde tiempos inmemoriales nos sentamos en la fila seis. Es la fila ideal ya que la pantalla ocupa todo el ojo sin que la pared moleste. La película entera en la retina. Llegamos bastante minutos antes para ocupar esa fila, hemos llegado a expulsar a carromatos de abuelas cargadas de laca por esa fila. Una vez matamos por alguien que había ocupado nuestra fila. Allí hemos visto incontables horas de basura cinematográfica comercial que tanto nos divierte y nos hace felices. Películas de terror, films de pensar, acción a raudales con muertes y desnudos que nunca son gratuitos porque bien me han costado una entrada, películas de risa e incontables horas de un mundo cinematográfico ideal que en los malos momentos nos dio espectáculo y esperanza e hizo que los buenos, fueran mejores.
- ¡Cursi!
Y tú, gilipollas.
Total, que nuestra fila ha desaparecido. ¿Y por qué? ¿Estúpida abducción extraterrestre? ¿Reparaciones de última hora? No. El cine, nuestro cine, el único cine que hay en Igualada, cerrará sus puertas a finales de año y ya han empezado con el desmantelamiento.


Es un cine anticuado e incómodo que no ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos. Pero es el único cine que hay en la ciudad y la noticia de que cierra sus puertas es una inmensa putada. Desaparece un cine en el centro de Igualada y, la verdad, esta se verá más pobre y vacía. Ya sé que existe algo llamado coche y que hay cines en pueblos / ciudades cercanos, pero no tengo coche y me jode no poder ir al cine cuando quiera, andando y luego volver a casa en un tranquilo paseo pensando en lo que he visto. O poder llevar a los niños a ver sus películas de dibujos. Me entristece pensar que Niño Lobo y Niña Zombi puedan llegar a crecer en una ciudad sin cine. Ya sé que siempre queda la posibilidad de que construyan los famosos multicines en las afueras de Igualada (la mierda es la palabra "afueras"), pero de eso llevo oyendo hablar desde hace siglos y no creo que pase. Además, al ritmo que van las cosas en esta ciudad...

¿Y el año que viene, qué? Sin cine. Sin seguir la mierda actualidad cinematográfica. Sin mis películas de género, sin las escapadas de los martes / jueves por la tarde, sin mis cabreos por los comentarios de las abuelas que comentan la vajilla que sale en la película o comprobar una y otra vez lo difícil que es para el noventa por ciento de la población cerrar la puta cortina cuando entras en la sala que entra luz, joder, entra luz y molesta, hostias, la puta cortina, joder.

Seguiré informando y deprimiéndome.

¿Y la película que fui a ver?


Interesante y muy efectivo thriller. La desaparición de dos niñas abre las puertas del infierno. Los límites del mal y la moral. Hasta dónde podemos llegar por algo que creemos justo. Muy en la línea de las novelas de Dennis Lehane.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pobrecito mi jorge. Ahora sin cine en igualada :( tienes que traerte la libreria a mi ciudad, aca hay muchos cines :P

Capdemut dijo...

Por si te sirve de consuelo (que no creo), yo vi desaparecer los cuatro cines de mi pueblo y a pesar de eso sobreviví. Claro que hay que tener en cuenta que yo odio el cine y todo lo relacionado con él.
Y además tengo coche.