viernes, 11 de noviembre de 2011

Cuestión de supervivencia

Quien ha seguido este blog desde más o menos sus inicios sabe que hay temas que se repiten de forma cíclica. Entre ellos está lo zombi, el apocalipsis, el fin del mundo y de los minutos y la supervivencia de un servidor en un entorno hostil. Vamos, si yo como ser casi humano con brazos con codos sobreviviría a un ataque de cadáveres ambulantes con ganas de comer carne fresca. O al fin del mundo así en general. Si cayera la bomba y yo emergiera de un bunker y fuera el único ser humano del planeta y tuviera que repoblarlo yo solo y luchar contra mutantes, me gusta imaginar qué posibilidades de supervivencia tendría.

Vuelvo al tema de la supervivencia porque el martes por la noche se improvisó una cena en casa con A., mi hermana M., mi buen, pero cada día más irritante, amigo Jordi y yo mismo. Niño Lobo y Niña Zombi ya habían cenado y se dedicaban a jugar en la habitación. Hablando hablando hablando le hice una pregunta directa a mi hermana.

- Oye, tú, que hablábamos el otro día... si a Jordi y yo estuvieramos en una película de psicópatas con su mascara y su machete y su mala leche y nos persiguiera... ¿qué posibilidades de supervivencia tendríamos?

Después de unas risas, dijo

- ¿Contra un tipo como éste? ¿Vosotros?


Ninguna.

Y dio por zanjado el tema. Pero, claro, que ella de por zanjado un tema no quiere decir que yo lo de por zanjado y esa noche, aprovechando un desvelo galopante, me puse a pensar en qué pasaría si nos persiguiera un psicópata y las cosas que tanto Jordi como yo tenemos a favor y en contra de sobrevivir. Para situarnos, un entorno clásico: un grupo de postadolescentes calenturientos en un viaje de alcohol, sexo y drogas en un campamento abandonado (o un camping, o un cementerio, o un parque de atracciones, o un complejo hotelero abandonado, etc.) y un tipo que es primo hermano de este otro tipo.


RAZONES POR LAS QUE SOBREVIVIRÍAMOS

1. No saldríamos en la película. Porque, ¿qué coño pintamos Jordi y yo en un viaje con postadolescentes cachondos? ¿En qué momentos nos invitarían y por qué diríamos que sí? ¿Qué tiene que ver esta gente con nosotros?


Además, y a riesgo de parece algo clasistas, ¿a un camping? ¿A un campamento abandonado? ¿A cualquier parte que tenga el adjetivo abandonado detrás? Jordi y yo somos de hotel y comodidades. Nada de dormir en el suelo, compartir habitación con desconocidos, duchas comunales y tener que salir a cagar fuera del recinto en una pequeña caseta que está justo al lado de ese bosque del que siempre sale una inquietante y muy fría bruma.

2. Vale, ponle que vamos. Pon que nos dan una fiebres o tenemos un parásito cerebral y decidimos que, qué demonios, vamos con esos frívolos gilipollas a explorar el campamento ese de la maldición y del que nadie sale vivo. Nos echarían de la camioneta por pesados y quejicas. Que si vamos apretados, huele mal, no fumes, conduces con el culo, pero mira qué mierda de sitio. Y, además, nunca, nunca, nunca pararían a recoger a ese pobre autoestopista que seguro que está pasando frío.


3. Pon que llegamos al campamento sin que nos echen y empiezan a matar a los inútiles de nuestros compañeros de viaje. No nos separamos. Ni decimos eso de "esperad aquí que ahora vuelvo. Voy a investigar". Nos encerramos en una habitación, atrancamos la puerta y esperamos que llegue la mañana siguiente y que todo este follón lo arregle otro.

A partir de aquí no sobrevivimos.

RAZONES POR LAS QUE NO SOBREVIVIMOS

1. Quien llega al final de una película slasher y se enfrenta al malo con el hacha es una chica. Ni Jordi ni yo somos chicas. Punto final.


2. No sabemos conducir, ni disparar, ni somos muy listos. No sabemos montar trampas, trabajar en equipo, estar callados. Nos colapsamos bajo presión, somos cobardes, inseguros, traicioneros, desconfiados, cínicos y antisolidarios. Cuando estamos nerviosos me da por hacer chistes racistas y Jordi se ríe por cualquier cosa. Nos pillan seguros.

3. Ni nos gusta, ni sabemos correr. A los dos pasos pararíamos agobiados y que nos claven lo que sea.

4. Somos demasiado guapos, inteligentes e ingeniosos (yo más que él, por cierto). Si no nos mata el psicópata, nos matan nuestros compañeros de viaje. Es que la envidia es el mal de este país.

5. Nos puede el humor físico y si estamos huyendo por el bosque en grupo y uno se cae, nos daría un ataque de risa. Las hostias de los otros es uno de los cúlmenes de nuestro humor.

6. Seríamos básicamente el contrapunto irritantemente humorístico a la película debido a la genial idea de un guionista/director incompetente. Nuestras absurdas muertes (Jordi ahorcado por sus propios intestinos y yo  obligado a mirar un maratón de ficción televisiva española) arrancarían aplausos entre el público.

7. No tenemos espíritu de supervivencia. En mi caso, sobrevivir consiste en tirarme al suelo, cagarme encima mientra gimoteo y tiemblo y espero convertirme en algo tan patético que al asesino le de vergüenza matarme y acabe perdonándome la vida y soltando unos euros para que coja el autobús y me largue. No funciona, claro.

Intenta dialogar con un tipo como éste.

8. No tengo sentido de la orientación. Y cuando tiene hambre Jordi no es de gran ayuda. Junta ambas cosas en un campamento maldito rodeado de gilipollas que quieren que mueras y un tipo con un hacha, un cuchillo, unas tijeras de podar, una caja de herramientas, una sierra mecánica, manos enormes, un bate de beisbol, o lo que sea y resuelve la ecuación.

9. Todo esto y muchas razones más que puede aportar Jordi o el lector de este blog, si no resulta que los psicopatas son los gilipollas con los que hemos ido de viaje... o son un grupo de escoltas que nos topamos por el bosque y a los que llamamos tarados de mierda.


Sea como sea, muertos fijos.

Ahora, ¿pasaría lo mismo con una invasión extraterrestre? ¿Y con animales furiosos y mutados? ¿Superhéroes que se han pasado al lado oscuro? ¿Amenazas subterráneas? ¿Criaturas míticas resurgidas? ¿Monjes locos? ¿Sobreviviríamos a algo?

6 comentarios:

carina dijo...

Ostres, avui m'has fet riure molt, m'uneixo al vostre clan de patates, jo moro a la primera escena de la pel·lícula com el Johnny Deep a Pesadilla en Elm's Street. El teu post és Jorge 100%
Petonets a Niño Lobo i a Niña Zombi i al Jordi, és clar.
Què faràs el proper estiu?

Gomme! dijo...

Jajajajaja.. meencantaaaaaaa.....

Jorge dijo...

Carina, riure riure... clar que no havia pensat en criatures que habite els somnis i que volen matar-me... próximament.

Petots repartits... l'estiu... em sembla que exploraré les ruïnes maies que vaig trobar a la llibreria i entraré en aquella habitación que diu "NO ENTRAR BAJO PELIGRO DE MALDICIÓN". A mi no em dona ordres ningú.

Gomme!, mucho ja ja, mucho ji ji pero me gustaría saber qué harías tú si te encuentras con el del machete. ¿También ja ja y ji ji?

Sebastián Leonangeli dijo...

Y aunque sobrevivas, en la secuela te matan, a menos que seas Jamie Lee Curtis.
Otro punto a favor: siempre matan a los vírgenes primero.
Abrazo zombie.

A dijo...

De momento has sobrevivido hasta llegar a tu taitantos cumpleaños. Muchas felicidades de tu A, que sin ser una heroína de película le plantaría cara al psicópata. Sabes que me encantan las sierras mecánicas, tijeras, taladros y demás. Y que a tí y a Jordi no os toca ni un pelo un tarado deleznable mientras me quede a mí un suspiro! Y os perdono, porque os quiero un montón, el comentário; "subiríamos al coche que conduce Silvia, que contigo no vamos"

Jorge dijo...

Sebastián, pues en las que he visto yo siempre sobreviven los vírgenes... y, no, no soy Jamie Lee Curtis... me parezco más a Cary Grant cuando estoy dormido.

A., tú eres "final girl" por convicción y genética.

Y esa frase final la entendiste más. Sí que iríamos contigo, pero conduce Silvia que se salta las rotondas y los semáforos y atropella zombis sin remordimiento.