jueves, 4 de diciembre de 2014

The spoils of Babylon

Están de moda las series de televisión y envidioso que es uno, me apunto al carro y de vez en cuando (que viendo la perioricidad de este blog puede ser dentro de quince años) hablaré de series de televisión que haya visto y diga, pues me gusta, o de otras que las vea un poco y diga, joder qué truñaco. Así, sin elegancia ni criterio. Y por eso empiezo por una mini serie que creo que es uno de los mejores artefactos humorísticos que he visto últimamente y que ha conseguido arrancarme unas enormes carcajadas.

Basada en la monumental obra del gran Eric Jonrosh, The spoils of Babylon.


¿De qué va? Pues esta impresionante pieza de arte dramático narra la triste y condenada historia de amor entre Devon y Cynthia Morehouse, hermanos, pero no hermanos (él es adoptado). Una historia marcada por el odio, la ambición, los escándalos, muchos gritos y unas cuantas muertes. Un melodrama desatado y desbocado, una historia épica con mucho amor prohibido, muchas muertes, mucha pasión y mucho más amor prohibido.

Para mí es una serie brillante y un estupendo juguete cómico. Una parodia cruel y a la vez cariñosa de todo un género y una forma de entender la ficción. Series del tipo Hombre rico, hombre pobre y películas como Gigante ven en esta miniserie su reflejo cómico. Y, claro, yo me he empapado de esas series y películas. He crecido viendo Falcon Crest, Santa Barbara, Dinastia, Los Colby, culebrones brasileños y venezonalos. Películas de Douglas Sirk, La esclava libre e historias repletas de hermosos colores y mucha pasión soterrada por culpa de la censura. Entiendo, comprendo y tengo integrados los códigos y por eso encuentro que esta parodia es tan brillante, porque dinamita uno a uno esas convenciones que ya en el momento de realizarse estaban caducas.

La serie se beneficia además de un buen reparto que juega y participa. Grandes nombres que no tienen miedo al ridículo ni la parodia o autoparodia. En mi opinión sobresale la estupenda Kristen Wiig, actriz cómica de la que me declaro seguidor, admirador y enamorado.




Y la próxima serie de la que hablaré será Danger 5, una serie de acción repleta de agentes secretos buenorros, agentes secretos buenorras, nazis, explosiones, aparatos voladores, espacios ocultos, dinosaurios y dinosaurios nazis.


miércoles, 19 de noviembre de 2014

Gene Tierney

No podía dejar pasar este 19 de noviembre sin recordar que tal día como hoy, hace unos cuantos años, nació en Brooklyn, Gene Tierney, una de mis mayores obsesiones cinéfilas desde aquel primer visionado de Laura al que siguió El filo de la navaja, El embrujo de Shangai, Que el cielo la juzgue, El diablo dijo no, la adorable El fantasma y la señora Muir y tantas otras.

Ante ella solo queda la admiración, el silencio y ponerme otra película.



 



martes, 18 de noviembre de 2014

Eso que se dice estar de vacaciones

Oficialmente, hoy han empezado las vacaciones. Bueno, en verdad empezaron el sábado, pero como ayer tuve que ir a trabajar lo que corta el descanso de forma cruel, no es hasta hoy que de verdad han empezado las vacaciones. Despertarse rondando las diez, pijama hasta altas horas de la mañana y temprano por la tarde. Escribir. Leer durante más de una hora seguida con el gato dormitando en las piernas y cortando la circulación. Hacer planes de películas que quiero ver.




Entre otras, si puedo.

Ir avanzando en el reto del blog de juvenil y erigir de una vez por todas el monumento que merece y exige mi por siempre adorada Claudia del Moral. Salir a la calle de vez en cuando para recordar que hay un mundo fuera, preparar la partida de rol que empezará dirigir en una semana (muchos personajes, argumento duro y espero que toneladas de risas), mimar a los gatos, hacer la comida y probar algunos platos nuevos, ir de aquí para allá con A. y... planes, planes y planes. Luego no cumples ninguno, salen otros y los días acaban siendo buenos días de descanso.

Y hoy lo ha sido. A. y Niño Lobo han ido a Barcelona para hacer la revisión anual que tiene que hacerse el chaval por el golpe que sufrió hace unos años y que tantos sustos trajo. Mañana de escritura y lectura. Siestecita. Ir a buscar al cole a Niña Zombi, pasar por la biblioteca, paseito. Un día tranquilo.

A partir de mañana, volver a retomar los planes de dominación mundial y buscar nuevos robots. Necesito volver a ser un villano.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Retorno al pasado... otra vez

Me entero que hoy hace 67 años se estrenó "Retorno al pasado" de Jacques Touernaur, uno de mis noir preferidos (lo que casi es decir una de películas favoritas).


Sale Robert Mitchum, que por sí solo ya hace buena cualquier película, es elegante, perversa, pesimista y tiene ese precioso blanco y negro que solo tiene la serie B (como decía Mitchum, ese que parece iluminado por cerillas). Pero por encima de todo sale Jane Greer componiendo una de las mejores malas de la historia del cine. Bellísima, perversa, mentirosa, manipuladora, fría... adorable.


Y sí, ya sé que de esta película ya he hablado en el blog, pero hablaré de ella lo que sea necesario. Es imposible acabarla.

lunes, 10 de noviembre de 2014

sábado, 8 de noviembre de 2014

No hay velas

- Buenos días.
- Buenos días.
- ¿Tenéis velas?
- ¿Perdón?
- Velas.
- No, no tenemos.
- Para acompañar a los libros de regalo.
- No.
- Es que me han dicho que aquí encontraría velas.
- Pues no tenemos.
- Es que he comprado un libro y quería velas para acompañarlo, ¿sabes? Y he pensado que nada mejor que una librería para eso no.
- Pues, lo siento, no tenemos velas.
- Pero es que yo las necesito...
Y así un rato largo.
Me pregunto si realmente esta señora cree que si insiste mucho acabará consiguiendo que el librero ceda y saque una vela (o una segunda parte, o un libro de texto, o vete a saber qué) de su almacén secreto para clientes especiales y se la de haciéndole prometer que no se lo dirá a nadie. Además, ¿por qué creía que en una librería venderíamos velas? Como aquel señor que buscaba collares de perro, los adolescentes a la caza de cola industrial para esnifar o la famosa cuerda.

Entiendo su angustia, de verdad. Ella tenía un plan, una idea de regalo perfecto. Ha ido a una gran superficie y ha comprado un libro para regalar una amiga. Pero un libro es poca cosa y después de meditarlo ha decidido que una vela es el complemento perfecto. Pero, ¿dónde conseguir una vela que vaya acorde con un libro? Pues en una librería de toda la vida, claro. Y ahora se le han fastidiado los planes. No es justo.

Me recuerda a aquel señor que se enfadó tanto cuando le dijimos que no teníamos sección de adaptaciones literarias. Él creía que como librería deberíamos tener una sección con las películas y series basadas en libros. Si no recuerdo mal buscaba Orgullo y prejuicio. Quería saber de qué trataba, pero no se iba a leer 400 páginas para saberlo, ja ja, cuando en dos horas lo tenía resuelto. Al decirle que no teníamos sección de adaptaciones se indignó. Vaya vergüenza, es que no queréis vender, etcétera. Hay gente que le gusta enfadarse por tonterías. Este por lo de las películas, aquel por no tener la biografía de Aznar firmada por el expresidente, aquella por no tener La cupula de Stephen King escrita por Pérez Reverte. O la chica de la semana pasada que no entendía por qué no le cambiábamos un libro si solo lo había roto "un poco, como media portada" y con un poco de celo se arreglaba.

Por suerte están los gracias, las recomendaciones, las conversaciones sobre cine Z... si no acabarían rodando una serie de películas de terror basadas en el librero del infierno.

- ... poderlo regalar sin velas.
- Lo siento.
- Pues vaya. ¿Así que de verdad no hay velas?
- No.
- Vaya librería más rara.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Algunas cosas vistas estos días

El domingo es día de relajo. Por la mañana despedimos a los nenes (se van con su padre), arreglamos un poco la casa, nos sentamos a leer y tempranito me voy a hacer la comida para que la tarde empiece lo antes posible y así malgastarla viendo series y películas. Un maratón con el que A. y yo disfrutamos horrores y donde poco a poco nos vamos fundiendo con el sofá. No solemos ver películas de mucha enjundia. Puro entretenimiento para pasa el domingo por la tarde. ¿Y qué hemos visto últimamente?


21 Jump Street, Chris Miller y Phil Lord, 2012

Bastante mejor de lo que puede parecer, de verdad. Los resposables de la posterior Lego The Movie, reciclan una absurda serie de los ochenta (sí, aquella donde salía Jonnhy Deep haciendo de poli joven inflintrado en instituto) y la convierten una una comedia que funciona muy bien. Una película consciente de su origen (se permite bromear con ello) y que acaba convirtiéndose en una estupenda parodia de las buddy-movies amen de ser un estupendo vehículo para que sus dos personajes protagonistas superen sus traumas y se den cuenta que el tiempo no pasa en balde. Tiene un par de gags buenos (la persecución en la autopista, por ejemplo) y el resultado final es muy correcto. ¿Que por momentos es muy tonta? Sí, pero su función de pasar un par de horas de domingo por la tarde tan entretenidos lo cumple a la perfección. No se toma muy en serio ella misma y eso se agradece mucho.


Venganza, Pierre Morel, 2008

Actualización de aquellas viejas películas de venganza y tiros que protagonizó Charles Bronson en los ochenta. A un estupendo Liam Neeson le secuestran la hija y se va a París a pegar unos cuantos tiros, matar todo aquel que se cruce en su camino, torturar, disparar a inocentes y no despeinarse para rescatarla. Un guión que hace aguas por todas partes y situaciones imposibles que por momentos rozan lo ridículo que se salvan por:
1. Un estupendo Liam Neeson que a golpe de estoicismo hace creíble un personaje.
2. Ritmo, mucho ritmo. Muchos tiros. Muertos. Explosiones. ¡¡¡Venganza!!! La mejor forma de ocultar un guión tan débil es insuflarle un ritmo tan rápido a la película que los huecos pasen desapercibidos hasta que esta termine.
Y, naturalmente, tiene el discurso conservador y reaccionario propio del género de vengador callejero. O sea,
1. El sistema no funciona por tanto pillo la pistola y disparo.
2. Viajar al extranjero, error. Pervertidos, mafiosos, franceses. Las jovencitas no están a salvo.
3. Haz siempre caso a tu padre.
Entretenida y llena de tiros. Y a una película llamada Venganza no se le puede pedir más ya que da lo que promete.


Buffy Cazavampiros, Joss Whedon (creador), 1998-2003

A. y yo estamos viendo Buffy desde su primer capítulo. La excusa es que los nenes la están viendo con nosotros. El nombre de Joss Whedon ya es conocido en casa y para Niña Zombi se ha convertido en un referente (es ese señor que hace películas chulas como Los vengadores o Serenity). Es toda una experiencia verla con ellos porque a sus siete y ocho años respectivamente están empezando a entrar y entender la forma de explicar las historias. Los recursos que para nosotros ya están superados (el volumen de la música que sube, ese personaje que solo sale en un capítulo y, claro, es el malo, etcétera) para ellos es algo nuevo y su visionado es una espectáculo capítulo tras capítulo. Siempre quieren otro, siempre quieren más.

Acción, monstruos, vampiros, romance y terror. Hay quien me ha comentado que son pequeños para ver la serie porque es una serie con pinceladas de terror. Suelo contestar que creo que a los niños les encanta pasar miedo y que ambos son muy conscientes de que es una serie de ficción. Cuando tienen pesadillas no salen vampiros ni monstruos. Salen niños mayores que se meten con ellos o se pierden y no encuentran a su madre. Además, gracia a Buffy han aprendido que ser valiente no es tener miedo, si no tener miedo y a pesar de eso enfrentarse a él. Niña Zombi admira a Buffy porque pese a todos sus miedos y sabiendo que moriría se enfrentó al Maestro. Para ella, Buffy es lo más aunque su personaje favorito sea Willow.

Mientra en otras casas ven Violetta, nosotros les ponemos Buffy. A. y yo tenemos unas ganas horrorosas de que crezcan para ponerles Veronica Mars. Y, próximamente, Xena, la princesa guerrera.

viernes, 31 de octubre de 2014

Bottom es culo

Ayer me permití un capricho. Después de ir a comprar avituallamiento para el mes antes de alquileres, facturas y bancos liquiden mi sueldo, y antes de ir a comprar comida y arena para los gatos, pase por Posa'l disc, la única tienda de discos y películas de Igualada (no cuento los hipermercados porque me niego). Entre por cotillear, pero me llamó la atención que tenían la serie completa de Bottom (conocida en castellano como La pareja basura y en catalán como Salut y peles, ambos versiones del título original que quiero, pero no puedo, olvidar).


Creo que en algún momento ya he comentado que esta serie me provocó uno de los mayores ataques de risa que he tenido. Ayer me vi un par de capítulos mientras A. hacía sus clases de dibujo y manualidades y, la verdad, es tan buena como la recordaba. Un humor grosero, violento, histérico, bruto, cronometrado, perfeccionista y con una precisión envidiable en el gag. Me gustan estas series de humor cafre y cabrón donde los protagonistas son seres odiosos y egoístas a los que no les importa nada lo que pueda provocar sus acciones. Es licito robar una pierna ortopédica para jugar a las carreras, aprovechar el viaje de novios de un amigo o si te rechaza una mujer tras otra, no es porque seas un grosero y un baboso, si no porque ellas son lesbianas. Mis desgracias son siempre culpa de los demás.

En su exageración, me parece una serie terriblemente realista. Las reacciones estúpidas y egoístas de los dos protagonistas y de la panda de desechos que los rodean me parece un retrato muy acertado de nuestra sociedad donde la culpa siempre es de los demás y nosotros no nos equivocamos. Lo podemos ver estos días en los casos de corrupción política y en nuestro día a día. Si un libro llega equivocado la culpa es del cliente que lo pidió mal y para él, es culpa mía porque no hice bien mi trabajo.

Y como esta serie, otras. Pienso en la excelente It's always sunny in Philadelphia (me niego ni siquiera a pensar en el título que le han puesto en España)


donde la descripción de lo que es un grupo de amigos es de precisión quirúrjica: un grupo de gente que se soporta porque comparte una igual visión egoísta y estúpida de la realidad. Ya sé que habitualmente el espectador quiere pensar que ellos y sus amigos están reflejados en las bienintencionadas historietas de Friends o New girl, gente simpática, sana y maja que se equivoca, pero reacciona y en el fondo, son buena gente. Creo que eso es lo que nos gustaría ser, pero que en verdad somos como ese quinteto que vive en Philadelphia encerrados en su pequeño mundo, pero creyendo que es amplio.


A veces, no mucho, me pregunto por qué me siento tan atraído por este tipo de humor y este tipo de personajes. Por qué prefiero la causticidad o el humor bronco y desagradable (ahora pienso en la fundamental The league of gentelment) a un humor más blanco (que también sé apreciar, claro). Pero lo que de verdad me hace reír es esto... Puros cabrones, puro egoísmo.

jueves, 30 de octubre de 2014

Sobre el blog y la inspiración

Pues ya está. Ya tengo los dos bizcochos hechos y procedo a encerrarme en mi despacho mientras A. hace uno de sus talleres. Cuatro niños en casa armados con entusiasmo y lápices preparados para dibujar algo de Warcraft ya que A. es de las que pasan de láminas de caballos, fruteros o paisajes con molinos y les pone orcos, armas y escenas apocalípticas. Y los chavales contentos porque inexplicablemente prefieren dibujar esto


que esto


No hay quien entienda a los niños.

Por suerte no son muy escandalosos y me dejan fingir tranquilo que escribo algo mientras el gato se pasea por mi cara y vuelvo a pensar qué hago con este blog que tengo semi abandonado, pero al que me resisto dejar en los lavabos de una gasolinera. Pensando en que he perdido el motivo primero, el por qué un día me decidí a abrir el blog (entretener a mis amigos) y durante demasiado tiempo lo he dejado languidecer al perder de vista que un blog es un canto exacerbado a uno mismo, un masaje al ego por medio de todas las tontás que adornan una vida y que a nadie le importan (qué película he visto, qué música he oído, lo que me ha pasado y otros etcéteras). Quizá va siendo hora de volver a los orígenes y reinventar el blog por medio de la cotidianidad. Anécdotas tontas, día a día, absurdo cotidiano. El hecho de que a los nenes les haya explotado el buffyverso en la cara y ahora adoren a Joss Whedon por encima de casi todas las cosas. Que en el trabajo me pidan velas para acompañar a los libros que regalan. Incluso que mis gatos son muy graciosos (tranquilos, no voy a colgar ni vídeos ni fotos de mis gatos haciendo monerías). Fragmentos de lo que leo, fotos que me gustan, ciudades, erotismo, monstruos, robots... lo que me gusta. Compartir, vamos que para eso se abrió este blog y no para tenerlo criando telarañas.

El reto es escribir más. ¿Por qué? Por ejercicio e inspiración.
El ejercicio viene a que cada día escribo menos y vegeto más. Estoy perdiendo el fuelle y la habilidad de expresarme por escrito. Y no, esta vez no puedo echarle la culpa a todo lo que me hicieron los nazis comunistas en Manila, si no a mi propia pereza.

Inspiración porque hoy he escuchado en el progama de radio de Carlos una entrevista al pianista Moisés P. Sánchez donde se habla de jazz, de qué es jazz, de música, de improvisación, de vida. Y entre música, palabras, preguntas, reflexiones y risas me ha llegado un mensaje que podía entrever entre las preguntas de Carlos y las respuestas de Miguel, y quizá me lo invento, pero ha acabado siendo una conversación que versaba sobre ser honesto, con uno y con los demás, ofrecer lo mejor, llegar a los demás por medio de un trabajo bien hecho y divertirse. Y, saltando todas las distancias, me acojo a eso y me lo llevo al terreno del blog. Hace tiempo que no me divierto y quiero volver a hacerlo. Con humor, honestidad, trabajo y venciendo pereza.


Poco a poco y sin prisas, volver a conectar con el blog.
Volver a divertirme.

lunes, 29 de septiembre de 2014

jueves, 25 de septiembre de 2014

Cosas del texto

- Quiero los libros del colegio de mi hijo.
- ¿Qué colegio?
- El Tal y Tal.
- ¿Qué curso hace?
- No sé, tiene diez años.
- ...
- Es que no sé. Espera un momento que se lo pregunto a mi mujer. Ahora la llamo (...). No contesta.
- ¿Qué hacemos?
- Pues me das de dos cursos y luego te devuelvo los que no sean.
- ¿Por qué no averigua qué curso hace el niño y compra esos?
- Es que ya ha empezado el colegio y va sin libros. Me podrías ayudar.
- Pero es que no los tengo.
- Pues los pides.
- Solo pediré los del curso que haga.
- Joder, ya volveré entonces. ¿Y yo qué sabía que me iban a preguntar el curso?

Y así cada día.
Es lo que tiene la temporada de texto.
Es una época cruel y desagradable para todos. Familias que tienen que pagar un dineral en libros que no utilizarán, libreros que se llevan broncas por cosas de las que no tiene la culpa (precio, editoriales que se cuelgan con las entregas, los veintisiete libros que pone un colegio en primero de primaria), para algunos alumnos de cuarto de eso y bachillerato que se ven obligados a recordar qué asignaturas de modalidad hacen...

- ¿Y qué optativas haces?
- No sé.
- ¿No sabes qué optativas haces?
- No.
- ¿Qué bachillerato?
- ¿Qué?
- ¿Que qué bachillerato haces?
- Primero.
- Ya sé que primero, digo si social, humanístico, científico...
- No sé.
- ¿No lo sabes?
- No.
- A ver. ¿Haces biología?
- No sé.
- ¿Y latín?
- Creo que no.
- ¿Puedes quitarte los cascos y apagar la música?
- ¿Qué?
- Voy a arrancarte la garganta y a graparte los dedos en el escroto.
- ¿Qué?

Nervios, encargos, precios abusivos, anulaciones, problemas en la devolución, más nervios por si el libro no llega, cambios de última hora, errores en las listas de los que nadie se responsabiliza, libreros que apuntan primero cuando es segundo, libros que se olvidan, defectuosos, libros, libros, libros...

- Para encargar los libros me tiene que dejar una paga y señal. El 50% del importe total de los libros.
- No.
- ¿No?
- No. Te diré lo que vamos a hacer.
- Diga.
- Tú me traes los libros sin preguntas y luego te pago.
- No trabajamos así. Si quieres los libros tiene que dejar la paga y señal.
- En mi vida he dejado nada a cuenta. Ni he dejado ni he pedido.
- Bueno, siempre hay una primera vez.
- Que me la pidas insinúa que no vendré a buscar los libros y que no te fías de mí. Y eso es una afrenta a mi honor.
- No estoy afrentando a nada, pero son las normas de la librería.
- Pues no cuentes conmigo.

Paseos continuos entre el almacén y el mostrador. Explicar una y otra vez que significa descatalogado o en reedición. Y sortear con una sonrisa a los que te llaman ladrón, abusador, mentiroso, a los que amenazan o aquel señor que encargo los libros en tres librerías y "el primero que me los consiga se llevará el premio gordo" y se ofendió cuando se le dijo que no se le encargaba.

- El libro está descatalogado.
- ¿Qué?
- La editorial ha descatalogado el libro.
- ¿Y eso que quiere decir?
- Que ya no lo hace.
- Estas de broma, ¿verdad? Estos es una broma y te estás quedando conmigo.
- No.
- Qué fuerte. Qué fuerte me parece, joder. Es muy fuerte lo que me dices. ¿Cómo que no está el libro?
- Es lo que la editorial nos ha dicho al pedir el libro.
- Qué fuerte. Pues haced más libros, joder.
- No los hacemos nosotros.
- Ya, seguro. Lo que pasa es que no quieres hacer más. Ese es el problema.

Por suerte son minoría. La mayor parte de los días los encargos se suceden con normalidad, no hay incidencias, se comenta entre risas y resignación, se comparten los problemas y se buscan soluciones en calma. La temporada de texto es árida, aburrida y agobiante. Y larga. Desde primeros de junio hasta mediados de octubre. Una larga travesía no por temida, necesaria.

Espero volver más por estos lares ahora que las cajas repletas de libros de texto empiezan a remitir.

viernes, 29 de agosto de 2014

El director y la actriz

Sarah Michelle Gellar y Joss Whedon durante el rodaje de la imprescindible serie
 Buffy, cazavampiros (1997-2003)

jueves, 28 de agosto de 2014

Sobre un culo entrevisto en las fiestas de Gracia

Hace un par de semanas (si no recuerdo mal y no tengo una concepción del tiempo errónea) fui a pasar el día a Barcelona con A. Habíamos quedado con el amigo Martín Piñol para pasar el día entre paseos en las fiestas de Gracia. Él había quedado con el también escritor Félix J. Palma por lo que las ganas de ver a un amigo se mezclaron con los nervios por conocer a uno de los pocos escritores de admiro de verdad (a los demás los admiro de boquilla). Total, que nos juntamos un nutrido grupo de personas y entre risas y...

Pero antes de continuar quiero dejar unos puntos claros.
- No me gusta Barcelona. Sí, ya sé todo los argumentos, pero es una ciudad con la que no conecto.
- No me gusta el barrio de Gracia. Sí, también me sé todos los argumentos, pero por mucho que lo he intentado, nada.
- No me gustan las fiesta del barrio de Gracia. Sí, bla bla bla, pero es que nada que implique a más de diez personas en el mismo sitio me gusta.

Todo esto no afecta para nada a la historia que iba a relatar, pero quería decirlo porque sí.

Total, que estábamos pasando el día en Barcelona tan a gusto. Paseando, viendo las calles decoradas, A. en éxtasis con tanta manualidad y capturando en su cerebro técnicas, combinaciones y colores. Yo paseando la mirada por allí y por allá, charlando con Martín Piñol, entrando en una librería de segunda mano dando gracias a quien sea por solo llevar cinco euros en el bolsillo y así evitar una masacre libresca.

Y mientras hablamos y andando que me entran ganas de miccionar. Hacer un pipí. Agüita amarilla. Cambiar el agua al canario. Mear, vamos. Miro un lado, miro a otro y veo que han puesto lavabos públicos; una cajas de color gris que de forma habitual veo en fiestas nocturnas o conciertos y que suelen estar llenos de mierda y con un borracho con los pantalones por los tobillos dentro. Pero el grito de una señora de "Están limpios" me quita manías y para el lavabo que me encamino. Además, como dijo Wiston Churchill, soy de los que cagan y mean en cualquier parte. A. también viene y cada uno entra en un lavabo. ¿Cada uno? Eso hubiese sido maravilloso.

A. entra en un lavabo y cierra la puerta. Me dirijo al lavabo de al lado y compruebo que es uno de esos lavabos que marcan en verde si está libre, en rojo si está ocupado. Verde. No problema. Abro la puerta. Un culo blanco me recibe con su mirada fija, clavada, acusatoria. Un culo que no conozco me mira cual cíclope cabreado acompañado de una voz femenina que dice "eeeeh" y una de las miradas más duras, crueles y despiadadas que he recibido en mi vida (y eso que llevo unas cuantas campañas de libro de texto a mis espaldas). Masculló con vergüenza un disculpe y cierro con celeridad la puerta. Me aparto unos metros. Se abre la puerta y la señora sale del lavabo con dignidad y volviendo a dirigirme una mirada que pocos han recibido y que ha nadie recomiendo añadiendo cuatro musitaciones inaudibles que intuyo se referían a mi madre o al hecho de ser un pervertido. Quier volver a pedir perdón, pero un destello en mi cabeza impide que lo haga y, en cambio, lo que sale de mí es un "Pues haber cerrado el pestillo, no te fastidia" y entro a mear con satisfacción y quedándome como nuevo.

El problema es al salir. Porque gente de diversa condición e índole, hombres, mujeres, viceversas, niños, niñas, ancianos, señoras mayores que van en grupo de tres y ocupan toda la acera, me miran, alzan un dedo y empiezan a emitir un chillido agudo (sí, amigo Casanovas, a mí también me ocurre) diciendo


El mirón de Gracia.
El mirón de Gracia.
El mirón de Gracia.

Cada vez con más nervios espero que A. salga de su baño intentando pasar desapercibido y no mirarlos a los ojos. A. sale, la cojo de la mano y volvemos con el grupo.
- ¿Qué has hecho ya?
- Es que he visto un culo.
- ¿Por qué?
- No había puesto el pestillo. Y ahora dicen que soy un mirón.
- Te metes en unos fregados.
- Ya, pero aprieta el paso un poco, por favor.


Así, entre miradas, reproches, chillidos y dedos señalando conseguimos llegar hasta el grupo e irnos a buscar un restaurante donde tomar un bocadillo y despistar a los perseguidores. Y lo hubiéramos conseguido si no nos hubiéramos metido en un restaurante que no atendía a grupos. Dos o tres personas, pero siete a la vez, no. A la puta calle que este es un local decente.

Y buscando, buscando, esquivando, perdiendo por el camino a algunos de los miembros del grupo, invocaciones de ancestros, la imagen de un culo que me acusaba de mirón cuando todo había sido un accidente, pasando el día, pasando la noche, una ojo fijo pasamos el último día de mis vacaciones.

jueves, 21 de agosto de 2014

La cabaña en el bosque

Por fin he visto La cabaña en el bosque.


Sí, ya lo sé, ya era hora. Pero más vale tarde que nunca. La compré hace unos meses y estuve esperando el momento adecuado. Y llegó cuando un día de estas vacaciones, A. se fue con los nenes a la piscina y me quedé la casa toda para mí. Y para los gatos, claro. Así que los tres nos pusimos delante de la tele y nos pusimos en el dvd esta absoluta maravilla.

Lo dejo claro desde el principio, soy de los que han quedado fascinados con esta película. Para mí es casi una obra maestra y una de las películas de terror más sobresalientes e interesantes de los últimos años. Película de terror que funciona como ensayo y reflexión sobre el género, que es un homenaje / parodía, una nueva visión a todos los clichés más manidos del tan querido género del slasher, un...,

No quiero hablar mucho más porque la gracia de esta película es verla sin saber de qué va. Como lo hizo A. cuando la vio un par de días después (un segundo visionado que engrandeció la película). Sin saber qué se iba a encontrar y sorprendiéndose en cada giro. Como la vi yo la primera vez. Admirándome ante tanta belleza. Porque The cabin in the woods es, entre otras muchas cosas, una película preciosa repleta de detalles, de secretos, sugerencias, homenajes, guiños, parodáis y etcéteras. Al igual que otra obra maestra como es Shaun of the dead. Ambas películas infinitas.

¿Qué soy un exagerado? Puede, ¿pero quién no lo es con lo que le gusta?

Y si alguien quiere saber más, otros se explican mejor que yo. ¿Dónde? Aquí:
El blog Ausente
El Cinéfago de la laguna negra.

lunes, 18 de agosto de 2014

Vuelta al trabajo

Pues sí, después de unas dos semanas de asueto y vacaciones, vuelta al trabajo.
¿Estabas de vacaciones?
 Sí.
¿Y por qué no has escrito más? ¿Dónde están las actualizaciones? ¿Dónde están la entrada del edificio malrollero que tenéis delante de casa o el de las pelis que has visto o el sueño con risas enlatadas? ¿Por qué no has escrito nada si tenías tiempo? ¿Y la playa? ¿No has escrito que has estado tres días en la playa? ¿O las dudas sobre si continuar el blog de juvenil? ¿Por qué?
Lo sé, tenía tiempo y no he escrito nada. Pero es que estaba de vacaciones y se cambian ritmos y rutinas. Por ejemplo, en estos quince días no he leído prácticamente nada. Un libro y unos pocos cómics. Y eso para mis estándares es muy poco. Ya se sabe que en vacaciones hay que aprovecha..r para hacer aquellos que no se tiene tiempo y he paseado más, he visto muchas películas, pasar tiempo con los nenes, jugar a la play con Niño Lobo y discusiones espacio temporales con Nina Zombi y horas pupulando por el piso sin hacer nada de provecho. Para eso están las vacaciones, creo. ¿Qué tendría que haber escrito más? Puede, pero la intención es que en los próximos días nos pondremos al día. Hay cosas que explicar.
¿Cómo?
Lo apuntado de los días en la playa, las películas, el libro que me he leído entre gritos de entusiasmo, y también cómo llegue a ver el culo en pompa de una desconocida a pocos centímetros de mi cara, entre otras cosas.
Ahora lo principal es concienciarme que vuelvo al trabajo y que la campaña de texto sigue allí, esperando agazapada.
Feliz regreso.



Y en unos días la fiesta mayor de Igualada... qué pereza.

viernes, 1 de agosto de 2014

jueves, 24 de julio de 2014

¿Tenéis el libro...?

- Buenos días.
- Buenos días.
- ¿Tenéis el libro que le vi una vez a una chica?
No dice nada más. Se queda plantada delante del librero con su sonrisa, pelo recogido, mirada franca, gafas de diseño, escote veraniego, bolso infinito.
- No sé, ¿sabes algo más del libro?
- Sí - sonríe consciente de la vaguedad de sus palabras-. Follaban.
- ¿Algo más?
- Pues me parece que al principio a ella no le gusta, pero luego sí y él es guapo.

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- Buenos días.
- Buenos días.
- ¿Tenéis algún libro con alguna historia?
- ¿Un libro de historia?
- No, un libro con alguna historia. De amor o de asesinos.
- Alguno tenemos.
- Pero que sea una historia que sirva para esperar. Si no es para esperar, pues no sirve.

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- Hola.
- Hola.
- ¿Tenéis uno de esos libros que enseñan a follar bien?

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- ¿Tenéis el workbook de inglés?
- ¿De qué editorial? ¿Y curso?
- De inglés y el curso no sé. Es que todo eso del colegio lo lleva más mi mujer y con cuatro hijos no querrás que me sepa dónde va cada uno, ¿no?

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- ¿Tenéis el libro que encargué?
- ¿A qué nombre se hizo el encargo?
- Al mío. ¿Ha llegado o no?

domingo, 20 de julio de 2014

Crisis lectora

En plena crisis lectora.
¿Qué significa eso?
Que puedo llegar a pasarme veinticuatro horas sin abrir un libro.
Y para una persona que cuando baja a buscar el pan se lleva un libro por si hay cola o se lleva dos libros a la boda de un amigo por si hay algún momento tonto, es mucho.
Muchísimo.
Y me desespero, claro. Abro libros y los cierro a las tres páginas. Miro una y otra vez los centenares de libros que tengo en casa por leer, pero ninguno me apetece. Releo por aquí y por allá alguna página de novelas que me gustaron. Voy como alma en pena por casa. Miro una y otra vez las mismas estanterías en la librería por si en los últimos cinco minutos ha aparecido algo nuevo que se me hubiera pasado por alto. Suspiro. Me quejo. Bufo. Pierdo el tiempo mirando las paredes y vuelvo a suspirar. Me aburren mis géneros de siempre y no me apetece nada probar algo nuevo.
Aburrido.
Desquiciado.
Quejoso.
Bastante patético, lo sé.
Al final de este bache lector siempre acabo saliendo de la misma forma. Me cae en las manos un libro totalmente alejado de lo que acostumbro a leer. Algo que nadie, ni yo, pensaría que acabaría leyendo. Creo que es una forma de relajar la mente. Dos o tres libros leyendo algo que de forma usual no leería que me sirve para reconectar con la novela negra, la fantasía, lo experimental, el terror...
¿Y qué estoy leyendo ahora?
El viernes entré en la librería después de mi consabido jueves de descanso. Mi jefe me comenta que el día anterior vino tal representante y dejó un ejemplar promocional de un libro que saldrá en septiembre y que la editorial tiene mucha esperanzas y bla bla bla y que al representante le gustó de forma inesperada. Lo cojo y miró. Me lo llevo que no tengo nada que leer. ¿En serio?, pregunta el jefe. A ver qué tal. ¿Qué libro es?
Open de Andre Agassi.


La autobiografía del tenista. Llevo tres días con ellas. Es lo único que leo ahora. La historia de alguien que no me interesa, su relación con un deporte que no me interesa, sus matrimonios, obsesión por el pelo, descripciones de partidos que no entiendo y mucho sufrimiento, odio y represión. ¿Y qué tal?

Pues bien. Es lo que necesitaba. Me permite leer, recomponer estructura lectoras y, la verdad, es que el libro está sorprendentemente bien escrito. El personaje me sigue sin interesar (aunque sorprende tanto odio por el deporte, tanta represión de sentimientos, tanta dependencia), pero admiro la sinceridad aunque ya sabemos que toda autobiografía no deja de ser una faceta de la ficción. Y no aburre, lo que es mucho.

La verdad es que no me hubiera nunca imaginado encontrándome leyendo la autobiografía de un deportista de élite. Ni me interesan las biografías ni el deporte, pero todos sabemos que las crisis acaban conllevando nuevos escenarios.

¿Y después de este? No sé. Un ensayo antropológico sobre brujería, quizás. Ya veremos.

domingo, 13 de julio de 2014

Harold Lloyd en un globo

Igualada es famosa porque nunca se hace nada.
Esa es por lo menos la cantinela que se oye en muchos de sus habitantes y que todos los que hemos vivido en ella lo hayamos dicho en algún momento.
Y no es cierto aunque, claro, si se compara lo que se hace ahora en la ciudad con lo que se ha llegado a hacer, pues sí, en Igualada no se hace nada. Pensad que estamos hablando de una ciudad fundada por Ramses II durante unas vacaciones, que ha soportado invasiones fenicias, griegas, romanas, sajonas, vikingas, aztecas, plutonianas, yankis, confederados, nazis comunistas, amazonas y muchos etcéteras. Que ha visto como su caudaloso río era utilizado para conspiraciones, pruebas nucleares, concursos de starletts. Donde se hizo el primer festival de Cannes, se enterró con honores a Alejandro Magno y aun perdura en su memoria los paseos de Gina Lollobrigida por sus Ramblas del brazo de un poderoso empresario de la zona.

Comparado con su historia, en Igualada a día de hoy no se hace nada.

Entre las cosas que se hacen, pero parece que no, en julio hay un festival que en aras de la modernidad tiene nombre en inglés. El European Balloon Festival. ¿Y qué es? Pues un festival de globos aerostáticos de nivel europeo. ¿Qué por qué no se llama Festival Europeu de Globus? Pues no sé, eso es cosa de la organización y ahí no me meto. Pues eso, globos por el cielo, hinchar los globos, saludos y actividades paralelas.
Reconozco que a mí el festival me la trae más bien floja, y perdonaréis la expresión. Los globitos nunca me ha llamado la atención y lo de volar nunca ha sido una de mis prioridades. Pero suelo estar al tanto de las actividades que se organizan a su alrededor por si hay algún concierto que me interesa (este año no es el caso) o alguna proyección (que sí lo fue).

El martes hicieron una proyección de tres cortos de Harold Lloyd con música de piano en directo. Me lo dijo mi buen, pero enervante amigo Jordi y para allá que fuimos.


La proyección la hacían en un teatro que habían acondicionado para la ocasión. Habían cubierto la sala del teatro con una tela de globo y la sensación era estar dentro de uno. A mí no me hizo ni pizca de gracia porque mi claustrofobía es importante aunque sea en espacios cerrados, pero amplios y las mofas del gilipollas de mi amigo no ayudaban.

Entrar en la sala del teatro fue una pequeña odisea. Al llegar coincidimos con un montón de señoras mayores, a los que los maleducados llaman viejas, que salían en tropel cual ñus con exceso de laca de una reunión social. Ellas salían, nosotros entrábamos. Yo, en un acto de supervivencia que se puede confundir con el egoísmo, me colé entre dos señoras que salían y casi atropello a una. Jordi, movido por no se qu
é sentimiento de amabilidad, sonrió a una de esas abuelas y le sostuvo la puerta para que saliera. ¿Resultado? Que se quedó como un pasmarote aguantando la puerta a cerca de veinte señoras que sin consideración y dominando la creación salieron todas juntitas.

Accedimos a la sala y los cortos.
El primero, flojito. Una película temprana y básica. Harold afinando el personajes.
El segundo, maestro. Una puñetera genialidad. Numbre, please? Un ejemplo de pura comedia física, de construcción de gags, de arte puro cinematográfico. Y sí, la carga emocional del montaje cinematográfico es cosa de Griffith y los rusos, pero el ritmo es creación de los cómicos americanos. Se nota que Lloyd ya había encontrado su personaje (el chico que quiere impresionar a toda costa a una chica que no se lo merece), se sentía cómodo ante la cámara y que detrás de ellas estaba el genio de Hal Roach.


El tercero, divertido, pero con hambre de largo. Una historia que necesitaba el largometraje para desarrollarse. El corto discurría a medio gas, algo apresurado en la resolución de los gags. Más metraje, más tiempo, más historia y desarrollo. Al poco llegarían los largos de Harold Lloyd y un puñado de obras maestras.

¿La reacción del público? Estupenda. Carcajadas. Entre viejos y jóvenes. Funciona. Sigue funcionando. La comedia que en los años diez y veinte se inventaron en Hollywood sigue funcionando. Los clásicos no fallan y desde la comedia griega, ver a un pobre hombre enfrentado a la gran maquinaria del universo por una china, sigue despertando empatía y carcajada.

Después del cine, paseíto y cada uno para su casa deseando que este tipo de actividades se hicieran más a menudo.

martes, 8 de julio de 2014

Cosas del fin de semana

A. y yo hemos empezado a ver la serie Justified, un policíaco construido en la gama de grises que apunta maneras y que en mí se ha ganado un seguidor por varios motivos:
- lo tranquila que es en la exposición de temas, relaciones y personajes.
- un humor algo negro y cabrón.
- el entorno. Ese ambiente del medio oeste de caravanas, pequeños traficantes, basura blanca y personajes que solo quieren irse a otra parte y olvidar que una vez estuvieron en Kentucky.
- el aire de neo western de la propuesta.
- lo entretenida que es.
- está basada en un relato corto de Elmore Leonard y eso se nota en los personajes y diálogos. El ensayo del tiroteo o la conversación de dos matones sobre por qué a uno de ellos no le gusta trabajar para un tipo de Miami son estupendo.
- los personajes femeninos, duros.


Una de las frases que ha acompañado mi vida es aquella que dice Marlene Dietrich en Testigo de cargo, "Nunca me desmayo porque no estoy segura de caer con elegancia". Ya no puedo decir que la cumpla a rajatabla. El sábado me desmayé en la tienda. No fue por una fuerte impresión, como defensa ante el ataque de un ninja de dos cabezas o producto del calor que hacía en la pista de baile y donde nadie tuvo la gentileza de romper las ventanas para que corriera un poco de fresco. Estaba yo en la tienda recomendando a una señora un libro de Percy Jackson para su zagal, cuando, de repente, un mareo, un qué se yo que la cabeza se me iba y apoyo la mano en la estantería. No me sostengo y empiezo a caer  ante el estupor y las llamadas de advertencia de las personas que estaban en la tienda. Porque, claro, puestos a desmayarse mejor hacerlo con la tienda llena. Un día mi sentido del espectáculo me va a perder.

Tumbado en el suelo, con las piernas en alto, alguien masajeando las sienes, rodeado de mujeres (por cierto, gracias a todas ellas, si hubiera tenido que depender de la capacidad de reacción del elemento masculino que había en la librería seguramente ahora mismo estaría devorado por las ratas). Y a la chica que atendía que salió disparada para traerme un refresco de azúcar y un poco de chocolate. ¿Y el motivo del desmayo? Dicen que la presión, la tensión, el azúcar, los triglicenidos, la vitamina A que se disparó, un intento de asesinato, una regeneración fallida, una posesión diabólica, un viaje astral, etc. No estamos muy seguros, pero seguramente el motivo acabará siendo el más divertido y donde pueda haber más monstruos.


Ya estamos en plena temporada de texto; el momento del año más desabrido y aburrido. Libros, cuadernos, deberes de verano, lecturas obligatorias (¡tienes que leer diez páginas al día o durante media hora seguidas, lo que pase antes!), encargos, anulaciones, discusiones, presupuestos... Lo de todos los años, pero con el cansancio de llevar ocho haciéndolo.

He estado soñando, entre otras cosas, que vivía en un edificio colmena donde traficaban con órganos, con una carta que ponía siempre dentro de un buzón, pero que volvía a mi bolsillo, con dedos finos como agujas que tocaban a Bruckner en las ramas de los árboles, con partos por delegación, cuadros que cobran vida, etcétera. El subconsciente ha estado más activo de lo acostumbrado siempre a un paso de la pesadilla, pero salvándose por la ironía de la propuesta. Siguen los movimientos de cámara, los subtítulos, la fotografía cuidada.

Y entre esto y que el domingo le vi por accidente las tetas a una vecina, que he ido pasando el fin de semana.

jueves, 19 de junio de 2014

Personas que tienen algo / alguien detrás y esta vez sí que se han dado cuenta.


Los peligros de la playa.
Y el que salta es primo de A. Si ya digo yo que los Villavecchia son todos mu raros...

martes, 10 de junio de 2014

Rik Mayall

Ayer entré un momentito en mi cuenta de twitter. Entre la sobredosis de información, tonterías, quejas, noticias, falsas noticias, cositas graciosas, fotos y comentarios, me encontré con la noticia de que Rik Mayall había muerto.

Como siempre que muere un cómico, me sentí triste. La muerte de alguien que ha dedicado su vida a hacer reír a los demás siempre me afecta. Y más cuando, como en este caso, es uno de esos cómicos que contribuyeron en la infancia / adolescencia a sentar las bases de lo que entiendo ahora por humor, comedia, gags, construcción de sketch, etc. Lo descubrí, como todos en mi generación, con la mítica serie The Young Ones donde interpretaba a Rick, el odioso, irritante y molesto estudiante anarquista. Una serie que practicaba un humor rudo, grosero, anárquico, molesto que me encantaba. Incorrección, salvajadas, desafíos a la autoridad y romper límites humorísticos. Una serie que nos mostró un humor diferente al que muchos nos hicimos adictos (como demuestra mi amor por Monty Phyton y The League of Gentelment entre otros).

Además, a este tío le debo una de las mayores carcajadas que he soltado en mi vida; un largo sketch de la serie que desarrolló junto a Adrian Edmonson llamada Bottom que explicaba una partida de ajedrez que no se llegó a jugar. Y Briefer Encounter, una película para televisión donde se relata la historia de amor entre un chico y una chica entre los que hay una química inmensa, pero donde ambos son psicópatas... aunque esto no lo recuerden siempre.

Luego le perdí la pista y no seguí sus trabajos más recientes. De vez en cuando buceaba en vídeos y recuperaba escenas y momentos; histéricos, gritones, muchos de ellos geniales. Un humor salvaje, violento, histérico y a la vez, fino y muy meditado con el que me siento muy identificado.

lunes, 9 de junio de 2014

Un par de las películas que he visto

El ídolo de barro (Champion, Mark Robson, 1949)

Tengo una debilidad enorme por las películas ambientadas en el mundo del boxeo. Será por el despliegue físico, la rudeza y porque se quiera o no, casi todas acaban rozando el universo del género negro. En el caso de El ídolo de barro, no lo roza, se sumerge en un mundo de sombras (muchas) y luces (pocas) para explicarnos la historia de una ambición desmedida y la historia de un desgraciado que por ser alguien lo perderá todo.

Kirk Douglas está estupendo al igual que Arthur Kennedy y Paul Stewart. Lola Albright está guapísima, pero me gana lo mala, malísima que es Marilyn Maxwell sobre todo chuleando a un cachondísimo Kirk Douglas con aquello de "no soy barata". Como buen ejemplo de cine negro es oscura, ambigua, pesimista. Tiene un combate final espectacular, sienta bases y estructuras para el posterior cine de boxeo y tiene uno de los mejore y más elegantes flashbacks que he visto en una película.


A raíz de lo que comentaba el Doctor Insermini en su blog sobre películas donde el protagonista se convierte en su propio perseguidor, me viene al recuerdo una película que vi hace mucho años de madrugada en La2 cuando emitían películas en versión original; una variación de ese tema. 

Solo en la noche (Somwhere in the night, Joseph L. Mankiewicz, 1946)

Un tipo se despierta con amnesia. Le llaman George Taylor y tiene una carta donde su esposa le dice que le odia. Y empieza una carrera para saber qué le ha ocurrido y quien es.

Una película de género negro que recuerdo me gustó mucho y que en un nuevo visionado me ha ghustado algo menos, pero sigue siendo una estupenda película para pasar un buen rato. Me gusta pese a todos los "peros" que se le puedan poner (dirección discreta, algún diálogo no muy afortunado, momentos inverosímiles, por ejemplo), pero la sensación continua de paranoia, la búsqueda de la identidad, la oscuridad del entramado y que es cine negro, leñe, y con eso ya me tienen conquistado.


sábado, 7 de junio de 2014

No veas esta portada


Esta es la portada que por presiones de arriba, sabéis, de arriba, ya sabéis, los de la corona, la preparación, los másteres y el derecho de pernada... Pues eso, los de arriba y la dirección de RBA no han dejado publicar a la revista El Jueves. Nuevas normas: ni los reyes ni la casa real se mentan en portada si es para decir cosas de risa o de crítica.

Esto ha provocado que históricos de la revista dejen de trabajar en ella por no comulgar con la nueva dirección (con el dolor que provoca dejar un trabajo en estos tiempos que nos han montado y al montón de amigos que seguro corrían por allí).

Sea como sea, que esta es la portada que desde RBA no querían que viéramos. La pongo aquí para que si la veis, cerréis los ojos rápido.

Desde este pequeño rincón de tontás, un abrazo y mi apoyo a Monteys, Fontdevila, Paco Alcázar, Issac Rosa, Vergara y otros profesionales que por rigor y coherencia dimiten después de un execrable ejemplo de censura. Y ojo, todo esto es por RBA, no por El Jueves, no machaquemos ahora a los que se han quedado.

Y la última guillotina de Issac Rosa.