jueves, 25 de febrero de 2010

Lo que paso en Manila. Parte II

Antes de continuar con mi relato de lo que me ocurrió en Manila me gustaría dar un mensaje a todos esos que ya sea de viva voz, por teléfono, por un mail, escribiendo en el cielo con un avión, mensajes subliminales en la televisión, con telegramas musicales, con amenazas en los callejones que quedan por detrás de un restaurante chino, con canciones gospel se han reído de mí y de las desventuras que expliqué en mi entrada anterior sobre Manila. Estos días he tenido que aguantar frases del tipo:

- ¡Qué fuerte lo de Manila!
- Pero si sólo pillaste un autobús, desgraciado.
- Anda que no eres tonto ni ná.
- ¿Y ya está? ¿Esto es lo de Manila?
etc.

Estas personas parece obviar dos pequeños matices:
1. El título de la entrada. Pone bien claramente: Parte I. Lo que implica que la historia continuará y se ira desarrollando.
2. El profundo drama humano que se desarrolla en sus líneas y que resumo en:
- Una persona que abandona su hogar para ir no sabe dónde.
- Sin recursos, sin esperanzas y sin personalidad.
- ¿Alguien se ha comido alguna vez un donut sin ganas? Es horrible, espantoso y un sufrimiento inenarrable.

Pero bueno, dicen que es de sabios hacer oidos sordos a las voces de los críticos y seguir por el camino elegido. ¿Pero sabéis qué, críticos míos? Yo no soy una persona sabía así que me he quedado con vuestras caras.

Y ahora al tajo. La continuación de mis aventuras en Manila.

El autobús se detuvo cerca de la estacióm del ferrocarril.
- ¡Suerte con tu viaje, chaval!
- Gracias, abuelo.
- Espera - me dijo una de las abuelas -. Toma.
Me dio una bolsa.
- ¿Qué es?
- Cuando llegue el momento lo sabrás. Pero te protejerá, tenlo por seguro.
- Gracias.
Y salí del autobús.
Crucé la calle y enseguida lo vi. El enorme e imponente ferrocarril que sale de Igualada y la conecta con todo el mundo. Me quedé maravillado por la técnica humana, por el desarrollo de la ingenieria, por la capacidad del ser humano de conectar un punto con el resto del mundo.


Me dirigí a la taquilla.
- Un billete.
- ¿Pa onde?
- ¿Dónde acaba el trayecto de este tren?
- En Barcelona.
- Pues uno.
- ¿Con coche cama?
- ¿Cuánto dura el trayecto?
- Treinta y dos horas. Piensa que Catalunya es muy grande.
Acepté y pagué el billete.
- ¿Cuándo sale el tren?
- En treinta minutos. Vaya subiendo y enseñe el billete al mozo. Él le acompañará.
- Gracias.
Con mi equipaje al hombro salí al andén. Una multitud de personas colapsaban los accesos al ferrocarril, pero conseguí abrirme paso. El humo de la locomotora le daba a la estación un ambiente fantasmagórico y onírico. Enseñé mi billete a uno de los mozos, cargó con mi equipaje y me pidió que le acompañara. Entramos en uno de los vagones y señaló mi compartimento.
- Ese.
- Gracias.
Se quedó quieto, mirando.
- ¿Pasa algo?
- Yo diría que algo no pasa.
- No entiendo...
- Bueno... ya sabe...
- ¿El qué?
Extendió su mano. Entendí. Le di la mía.
- Gracias por su ayuda.
El mozo contempló nuestras manos unidas. Me miró a la cara. Sus ojos se vidriaron y en un rápido movimiento me encontré con su mano en mi cuello y mis pies cinco centímetros por encima del suelo.
- No, joder, no. No quiero su mano. ¿Para qué la quiero? No la puedo vender.
- ¿Entonces?
- ¿No ha oído hablar de la palabra propina?
- Sí.
- Pues...
- En mi bolsillo hay diez céntimos.
- Parece que ya nos entedemos.
Cogió la moneda, me dejó en el suelo e inclinó la cabeza.
- Me llamo Ramón, a su servicio. Todo lo que necesite puedo conseguirlo.
- Gracias.
Y se fue dejándome solo en el pasillo. Me acaricié el dolorido cuello y decidí no tomarlo como una señal de todo lo que tendría que venir después. ¡Qué ingenuo que fui! Abrí la puerta de mi compartimento y entré.

Y allí estaba. La persona que cambió mi vida para siempre.

- Hola.
- Pe... pe... pero...
- Parece que vamos a compartir el compartimiento. Me llamo Claudia.

Única foto que conservo de Claudia. La hice a altas horas de la noche cuando el ferrocarril se detuvo por sexta vez en La Beguda, imponente metrópoli de l'Anoia.

- Soy Jorge... pero no me dijeron que tendría que compartir... bueno...
- Tranquilo.
- Quiero decir... bueno... para dormir... sólo hay una cama...
- Tranquilo... en ropa interior transparente pierdo mucho... eso sí, suelo gemir sensualmente mientras duermo.
- ...
- Es broma. Duermo con piaja de felpa, no hago ruidos y es una cama doble que podremos separar. Anda, deja la mochila.
- Sí... sí... claro... bonitas paredes...
Dejé la mochila en el suelo y acepté la invitación de Claudia para sentarme.
- ¿Dónde vas? - me preguntó.
- A Barcelona.
- ¿Y después?
- No lo sé. Donde me lleven mis paso. ¿Y tú?
- Llámame de usted. Apenas nos conocemos.
- Perdón. ¿Y usted?
- Tranquilo, es broma, relajate... ¿A qué te dedicas?
- Ahora mismo no tengo trabajo. Por eso aprovecho para viajar, explorar el mundo y conocerme a mí mismo. En serio... qué bonitas paredes. ¿Y tú? - dije mirándola-. Joder...
- Hago demostraciones personales de consolodares y juguetes sexuales.
- ...
- Es broma... tranquilo... en verdad soy espia.
Reímos. Yo muy nerviosamente.
- ¿Y adonde vas, Claudia?
- A Barcelona. Pero luego sigo mi camino.
- ¿Adónde?
- A Manila. Tengo unos negocios...
- Claudia, perdona.
- ¿Sí?
- ¿Podrías vestirte? Es que no me concentro.
- Claro, perdona... ¿Me pasas el sostén?
- Toma.
- ¿Cenamos luego?
- Vale.
Y resulta increíble pensar que una palabra tan corta cambió tan radicalmente mi vida.

Foto del compartimento del tren donde conocí a Claudia.

martes, 23 de febrero de 2010

Grandes momentos de la comedia


Amici Miei, Mario Monicelli, 1980

Además, ¿quién no ha soñado con hacer algo parecido alguna vez?

domingo, 21 de febrero de 2010

¡¡¡Santo subito!!! o como tener a un santo cerca y oler a rosas

Ayer fui con mi buen amigo Jordi al cine. Fuímos a ver El hombre lobo (The wolfman, Joe Johnston, 2010), pero éste no es el tema (aunque para los curiosos decir que es un espectáculo sumamente divertido porque contiene alguno de los elementos que más me gusta ver en una película, o sea: monstruo, chica guapa, violencia, intestinos, brazos y cabezas volando y, sobre todo, aldeanos con antorchas en un bosque lleno de niebla. Eso sí, hay un momento un poco ridículo que es cuando el puteado protagonista tiene una pesadilla y a la frase "cosas horribles" se superpone una imagen de Emily Blunt semidesnuda. Pues no. De ella se pueden decir muchas, cosas... pero horrible...)

Pero centrémonos en lo que quería explicar. Jordi me pasó a buscar por la librería poco antes de las nueve siendo inusualmente puntual. Nos encontramos y empezamos a andar.

- Boas noites - dije demostrando, una vez más, mi exquisito dominio del idioma.
- Buenas noches. ¿Qué te parece estar al lado de un santo? - dijo Jordi.
Me lo quedé mirando. ¿Jordi un santo?
- ¿Tú un santo? No me jodas...
- Yo, no, gilipollas. Allí.

(Aclaración. La librería está situada en una calle. Como en todas las calles, hay más edificios. Uno de los más cercanos a la librería es un convento.
- Casa de acogida.
- ¿Hay monjas, no Jordi?
- Sí.
- Pues es un convento).

Foto vieja de la casa del futuro santo, el padre Tous.
Es el número 16 de la calle Sant Josep. La librería está en el número 14.

- ¿Allí un santo?
- Sí. Resulta que el próximo 25 de abril lo beatifican.
- Joder... justo después de Sant Jordi.
- Sí, y resulta que a lo mejor viene el Papa a Igualada.
- ¡Venga ya!
- Qué sí, como por esos días estará en Barcelona por no sé que mierda... supongo que visitando la Sagrada Familia antes de que la tiren para poner pistas de esquí para las olimpiadas de invierno... y luego se hace Montserrat pues no le cuesta nada pasar un momento por Igualada para ver al nuevo santo.
- Joder... que follón se montaría si viene Ratzi.
- Sí.
- ¡Y con lo estrecha que es la calle!
- Bueno, puedes aprovechar para venderle un libro.
- O hacer la presentación de alguno suyo. Vendría gente.
- Eso sí.
- Y hasta es posible que tengamos que cerrar por lo de la seguridad y eso.
- ¿Te imaginas? Un montón de cristianos visitando al papa


- Se montaría una... ¿Pero no es el 25 que se hace la consulta por la independecia en Igualada?
- Hostia, pue sí... es que se junta todo.
- Tengo que pasar un momento por el banco.

Y cambiamos de tema.

Pero durante la cena volvió a salir.

- Así que el santo está incorrupto.
- Yo no he dicho eso.
- Bueno, si es santo estará incorrupto, ¿no?
- Joder... no sé... lo que da es mal rollo pensar que lo tienen allí enterrado.
- ¿Dónde?
- Allí, al lado de la tienda.
- Venga ya.
- En serio.
- Que sí, lo tienen en una cripta.


- Vamos a verlo.
- No dejan entrar.
- Y abrimos la tumba.
- ¿Qué dices?
- Así veríamos si de verdad está incorrupto. Venga, Jordi, no me jodas... siempre has querido abrir una tumba.
- Ya... pero...
- Es sencillo. Hacemos un tunel desde la librería hasta la cripta. Será un momento.
- No debe ser tan sencillo.
- ¡Pero si está al lado!

Observad a la derecha. Una verja verde... pues detrás de esa verja... ¡¡¡Vive una señora!!!
Y tras la señora, el patio de la librería. Vamos a dos pasos.

- No sé, Jorge... no sé... recuerda que no tenemos muy buenas experiencias de túneles en la libreria...
- Ya...
- ¿Y un puente?
- No es mala idea.

Momento de silencio y acabamos la cena.

Pero tomando un café en un bar antes del cine... la solución.
- Joder.
- ¿Qué?
- Ya está.
- ¿Qué?
- Teníamos la solución delante de nuestras narices y nos nos hemos dado cuenta. Si hasta hemos hablado de eso esta noche.
- ¿El qué?
- Para entrar en el convento y ver al santo.
- Es una casa de acogida.
- Lo que sea.... Rossini.
- ¿Qué?
- Rossini tiene la clave. Le comte Ory.
-...
- Sí, tío, ¿qué hace el conde Ory cuando quiere entrar en el convento donde vive la condesa o marquesa o lo que sea para tirársela?
- Pues... claro... es tan sencillo... tan fácil...
- Y efectivo.
- Una buena idea.
- ¿Qué? ¿Nos ponemos?
- Sí... podría resultar.
- Vamos para allá que se hace tarde.
- Sí, vamos.

¿Qué cual es la idea para entrar en el convento/casa de acogida y ver el presunto cuerpo incorrupto del futuro santo? Fácil. A ver si la pilláis.

martes, 16 de febrero de 2010

Sobre canciones de vida y mi funeral

Hace unos días, mi buen amigo Jordi me mando un sms donde, entre otras cosas, me hacía dos preguntas:

1. ¿Qué canción dirías que describe mejor lo que es tu vida?
2. ¿Y qué canción te gustaría que fuera la última antes de que Bellucci te acoja en su generoso seno?

Por circunstacias y pereza no le he contestado, pero como considero que el silencio no es respuesta entre caballeros, aquí van las canciones que me pide.

Pregunta 1. Qué canción describe lo que es mi vida.

Interesante pregunta. Creo que si soy honesto la canción que define mi personalidad, mi grandeza, mi alto grado de ética y moralidad, mi justa y eterna mirada abarcando la naturaleza humana, mi grandes ideales, mi porte casi de dios griego, es ésta:



Aunque, claro, olvido mi envidiable forma física, mi apostura y gallardía, mi belleza rozando la perfección neoclásica, mi perfil romano, mis músculos curtidos en incontables batallas y reyertas, mi cuerpo cincelado en marmol y que ha servido de modelo a millares y millares de artistas. Entonces, la canción debería ser:



Aunque, claro, no puedo olvidar a mis escasísimos detractores. Pseudos personas carcomidas por la envidia más malsana y dañina que se retuercen en la ponzoña virulenta que se supone que es su vida.



No sé... una amiga, por eso, me dijo que había una canción de Serrat que siempre que la escuchaba le recordaba a mí... ¿Será esta la canción que define mi vida? A veces son los demás los que mejor nos pueden definir...



Bueno, que no sé que canción podría definir mi vida... quizá aquella de Silvio... o aquella de Gato Pérez cantada por Los Chichos... Claro, que algo de esto también tengo...



No sé, está resultando todo demasiado complicado... y largo... porque aún me queda responder

Pregunta 2. Música para que Monica Bellucci me acoja en su generoso seno.

Aquí me centraré en la música que podría sonar en mi funeral (un tema del que próximamente hablaré ya que tengo páginas y páginas de cómo debe ser mi despedida, no hay que dejar nada a la impovisación).Dos posibilidades.

Una sería ésta, que es la canción un poco más sentimental, más para dejar escapar las lágrimas...



Y ésta me gustaría mucho que sonara.



Pero, claro, todo esto es hoy. Mañana, seguramente, cambiarían las canciones. Aunque hay una que no. Esta última. En homenaje a mis detractores, deudores y personas varias. Porque un funeral no tiene porque ser triste y porque uno nunca está seguro de cómo reaccionará la gente.


sábado, 13 de febrero de 2010

viernes, 12 de febrero de 2010

Crónica de una obra XV

Resumen de lo publicado: Después de derrotar al jodio niño y esperar que apareciera el shauzer óscuro, volvimos al camino para ir al encuentro de las amaz...
Pero qué huevos que tienes.
- ¡Jordi, coño, otra vez te metes en el resumen!
Pero qué pedazos de huevos que tienes.
- ¿Qué quieres decir?

¿Ya está? ¿No piensas decir nada ni disculparte ni nada?
- ¿Por qué?

Cinco meses, cinco meses esperando que te decidieras a continuar. Cinco putos meses y ni perdona, ni lo siento, ni he estado secuestrado...
- Ya pero...
Ni pero ni hostas, esto no se hace, NO SE HACE, ¿de acuerdo? Si empiezas una cosa, la acabas.
- Sí.

¿De acuerdo?
- Que sí.

Pues déjate de mierdas de resúmenes y empieza a narrar, hostias.
- Vale.


El ambiente entre los miembros del grupo era funerario. El yesero no había superado la conversión de su amada Aldana en un humeante amasijo de excrementos y su melancolía inundaba los espíritus del grupo. Arrastraba los pies, la mirada torva, la nariz succionadora y desde hacía horas no daba una sola carcajada, o grito o patada al aire. El mimo y electricista caminaban cabizbajos a su lado ofreciéndole manzanas de caramelo imaginarias y palabras de consuelo sobre ciénagas inmensas donde van las falsas mujeres que en verdad son magia negra. El paleta movía de un lado a otro el palillo en sus labios y mascullaba palabras ininteligibles. Yo caminaba en silencio pensando en todo lo que nos había sucedido y en todo lo que nos había de suceder. Jordi llevaba mucho rato callado. No todo podía ser malo.

Cuando el sol empezaba a declinar decidimos hacer un alto en el camino y pasar la noche. Dejamos los petates y los bartulos en el suelo y decidimos hacer un fuego. Tras tres horas de intentos y casi perder las cejas, encendímos un raquítico fuego que al menos nos calentaba las uñas. Nos dispusimos a cenar.

Pan duro y panceta corroída.

- Peor comíamos en la mili - dijo el paleta.
- Mierda... otra historia de la mili, no.
- Sí, chavales, la mili. Vosotros soís jóvenes y ya no sabéis lo que es eso, pero joder... la mili... me acuerdo que una vez en unas prácticas de tiro se nos acabó el rancho y nos jugamos a los chinos quien de nosotros sacrificaría una pierna para alimentar a los compañeros. Le toco al Tocho, un chaval de Valladolid... tenía menos suerte el tipo... ni recuerdo la de piernas que perdió en la mili para que nosotros pudieramos comer... Y ves, la mili...
Y se calló.
Eso sólo quería decir dos cosas. O había muerto o se había quedado dormido.
Por favor...
Pero ni una cosa ni otra.
Mierda.
Miraba en silencio al yesero.
- ¿Qué pasa, chaval?
- Nada - dijo malhumorado mientras daba patadas a las piedrecitas y éstas se iban acordando de su madre.
- ¿No has superado lo de Aldana?
- Joder, no... como voy a superarlo... la quería... era mi gota de rocío... no todos los días descubres que la mujer que amas es un montón de mierda...
- Pero no puedes quedarte ahí... tienes que seguir adelante...
- Ya lo sé... pero es que se la veía tan desesperada y vulnerable...
- Sí, a los hombres nos gustan las mujeres así.
Cinco suspiros se elevaron a los cielos.
- Pero ya encontrarás a otra - le dije -. Eres un muchacho bien parecido y no tonto del todo...
- ¿Tú crees?
- Sí, solo que la próxima vez no te enamores de una criatura maligna, ¿vale?
Asistió.
- Vamos a dormir. Te toca hacer guardia - le dije al mimo -. Si ocurre algo, chilla.
Asistió y empezó a dar vueltas por el improvisado campamento, con las manos cruzadas a la espalda y con actitud importante. En cuanto mi cabeza toco el duro suelo, me quedé dormido.

Y soñé que volaba.

Pero no recuerdo más porque oí al mimo avisándonos. Abrí un ojo y lo vi agitando el cuerpo como si fuera un molino de viento. Era la señal de que alguien, o algo, se acercaba.
- Ocultémosnos.
Y así lo hicimos. O empezamos a hacerlo. Porque el paleta se levantó de su camastro totalmente desnudo y empezó a vestirse mientras ponía una cafetera al fuego.
- Es que yo sin café recién levantado no soy persona ni nada.
- Pero es que alguien se acerca.
- Ya va, ya va... - dijo poniéndose los calzoncillos -. Como decía mi abuelo, recuerda nieto que lo amarillo siempre va para adelante y lo marrón para atrás.
- Venga, venga...
Y nos escondimos. O lo hubiéramos hecho si a nuestro alrededor algo nos pudiera ocultar. Sólo unas pocas piedras juguetonas que se desplazaban de un lugar a otro y arbustos ariscos que no ocultaban a desconocidos.
- ¿Qué hacemos?
El mimo resolvió una solución y en unos pocos movimientos de cadera que nos aturdieron, nos enseño a ser tierra gracias a todo lo que había aprendido en la escuela de interpretación. Consistía en pensar como la tierra, sentir la tierra, hacerte tierra... y empezamos a movernos como la tierra, a fundirnos en ella, a identificarnos con la materia madre, a...
Comportaros como unos perfectos gilipollas.
- No puedes decir nada constructivo por una vez.
No.
- ¿Al menos podrías intentar saber quién viene?
Podría, pero paso.
- ¿Qué te pasa?
Mira... que me siento poco colaborador. Total, diga lo que diga no me haréis caso.
- No es eso.
Vigila, que vienen.
Y de las tenues luces del alba...
- ¿Ya ha amanecido?
... vimos aparecer un carro tirado por dos fuertes ponys de guerra. Agarrado a las riendas, un fuerte enano miraba en nuestra dirección. Iluso, no podías vernos, nos habíamos fundido con la tierra.
- ¿Quién sois vosotros? ¿Endemoniados?
O casi nos habíamos fundido.
Pero seguimos siendo tierra para confundirlo.
- Contestad, atajo de ratas viscosas, o probaréis el filo de Enderwin, el hacha sagrada que me legó mi padre al morir.
Y enarboló en una de sus manos una recia e impresionante hacha.
Paramos en seco.
- Viajeros - dije.
- Héroes - dijo el electricista.
- Comerciantes - dijo el paleta.
Movimientos de nariz y subir escaleras mecánicas dijo el mimo.
- Los que te pueden partir la cara, enano de mierda - dijo el yesero.
- ¡¡¡¿Qué?!!!
Y el enano empezó a avanzar hacia nosotros. Era bajo, aunque alto para los de su raza. Con una larga y profunda barba pelirroja. Llevaba sólo unos pantalones raídos y unas viejas botas. Un tatuado pecho al descubierto con todos los músculos imaginables más algunos inventados para la ocasión. Los brazos se correspondían a nuestras piernas. Una mirada fiera, sanguinaria, que no conocía ni la derrota ni el perdón.
- Me habéis insultado a mí. Y si me insultáis a mí, insultáis a toda mi familia. Y si insultáis a toda mi familia, insultáis a todos mis ascentros. Y eso sólo se limpía con sangre. ¡La vuestra!
- ¿No podías meterte la lengua en el culo? - le dije al yesero.
- Era para que se acojonara el chiquitín.
- Calla, vale, calla. A partir de ahora ni una puta palabra delante de un desconocido.
- Preparaos para restaurar el honor de mi familia.
Y se lanzó hacia nosotros.
Nos dispusimos para repeler su ataque. Total, no sería muy difícil porque era uno contra cinco.
Bueno, cuatro porque el electricista se había desmayado.
Bueno, tres porque el paleta había visto que el café ya había salido y quería servirse una taza que no solo de pelear vive el hombre.
Bueno, dos porque el mimo realmente se había convertido en tierra y había desaparecido.
Bueno... a la mierda.
- Lo siento, señor enano. Mi compañero de viaje es idiota... no ha querido ofenderle.
- ¡Demasiado tarde!
Y alzó su hacha. Y sí iba directa a mí. Así que no me quedó más remedio que desenfundar mi espada. Noté su fuerza manando por mi dedos y decidí que aquel combate lo iba a ganar yo. Paré el golpe del hacha, la empujé a un lado y conseguí abrir un pequeño flanco en la defensa del enano. Lancé una estocada, pero el enano parecía adivinar mi atención porque desplazó su peso a un lado y mientras bamboleaba su barba, emergió una estocada que partió mi embite. Pero no desesperé porque conseguí que mi espada lanzará una estocada sobre su flanco que hizo que sus pies se...
No estoy entendiendo nada.
Estábamos igualados.
¿Dónde has aprendido a luchar así?
Pero el enano era viejo lobo y con un ágil movimiento lanzó su cabeza seguida de su cuerpo. Me dio en el estómago y me hizo caer al suelo. Me pisó el brazo que llevaba la espada, levantó su hacha y sonrió.
- Despídete de la vida.
Y bajó el hacha. Por una vez no cerré los ojos ante el peligro porque si iba a morir quería verlo. Y entonces ocurrió el milagro. Del carro del enano emergió otra figura. Una enana. Bajita, barbuda, tetona y muy atractiva. Como todas las enanas, vamos. Y habló.
- Nene, venga coño, que el desayuno ya está.
- Estoy a punto de matar a un humano, ahora no puedo desayunar.
- ¡Me cago en tus muertos! ¡A comer, coño! Pa eso me tiro yo un buen rato en la cocina para que el señor le de por la matanza y se coma la carne fría... tira pa dentro, si no quieres que vaya yo pa llí.
El enano me miró y bajó su hacha.
- Has tenido suerte, chaval. Porque mi señora no perdona las comida, que si no...
- Y dile a esos muchachos que se vengan a desayunar.
- ¡Eso no! ¡Qué han insultado a mis ancestros!
- ¡A mí no me discutas! ¡Qué se vengan! Se les ve buenos chicos, tan inútiles todos...
- ¿Viene papá o no viene papá? Si se muere puedo comerme su ciervo...
Y vi aparecer dos cabezas más del carro. Una niña y un niño enano. Pequeños, barbudos, simpáticos.
- Venga - dijo el enano alargándome la mano -. A comer. Ya me dará la satisfacción después.
- Vale.
- ¿Cómo te llamas, chaval?
- Jorge. ¿Y tú?
- Me llamo Cindarm. Aunque mis amigos me llaman por mi nombre de guerra.
- ¿Qué es?
- Chistorra. El enano Chistorra.

El enano Cindarm, más conocido como Chistorra.
Un buen tipo, violento, pero majo.


En este capítulo
Special Guest Star: El capitán Chistorra
Porque él me lo pidió.

jueves, 11 de febrero de 2010

Visionando lo porvenir o lo que vendrá

Ayer tuve un susto en la librería. Me dormí. Pero no fue uno de esos sueños placenteros que le dan a uno en la mesa de trabajo o con los pantalones bajados en el baño. De pie. Justo delante de la sección de ciencia ficción con un libro de leyendas urbanas mal escrito y peor ilustrado en la mano, buscándole un sitio, haciendo hueco, cuando empecé a sentir los párpados pesados y la cabeza que se me iba. Casi me caigo, pero conseguí mantener la verticalidad. Por unos breves instantes, porque luego fue

PATAPAM

Y al suelo. Dormido. No llegué a babear, pero en sueño profundo. A mi alrededor se inició un fuerte movimiento de gente corriendo, señora desconocida corriendo a comprar chocolate y qué hacer con mi cuerpo tirado en mitad de la tienda.

Pero esto no es lo importante. Lo importante es que durante los minutos que estuve dormido tuve una visión. Una importante visión de mi vida futura. Ésta:



Ah, no, no. No fue ésta. A ver... sí, creo que fue ésta:



Tampoco... joder... que esto es una peli... a ver... veamos... es que con tantas visiones... sí, creo que fue ésta:


Sí, ésta fue la visión que tuve. ¿Por qué? ¿Qué quiere decir? ¿Acaso soy uno de los personajes de esa serie que no he visto que ven fragmentos de su futuro y no estoy cobrando ni un puto duro? ¿Qué quiere decir? ¿Es un mensaje, una señal? ¿De quién?

Y es que esto de la narcolepsia me ha dado el poder de atisvar el futuro. No solo el mío, sino el de las personas que me rodean. Así que si alguien quiere que le vea el futuro y le diga que le deparan los próximos días, que me lo diga. Que en un momento entro en sueño y le contesto. Que para eso este blog es un servicio público. Eso sí, la interpretación corre a cargo del usuario.

Ah, y lo de la tienda se quedó en un sueño, un susto y un atracón de chocolate.

martes, 9 de febrero de 2010

Comiendo Allium ceba

Bueno, yo no.

No. El domingo en la casa de campo de mis padres no me llevé a la boca ningún Allium ceba por una sencilla razón: me dan asco. A ver, no soy ningún aprensivo de las comidas ni tengo manías especiales (aunque a esto mi madre contestara con una carcajada y lanzándose a explicar un par de anécdotas humillantes de mi época de pantalón corto. Os ahorro las anécdotas porque no creo que a nadie le guste verme humillado), pero hay tres o cuatro alimentos que no puedo con ellos. En el ránking del top tres serían:

1. Caracoles (a los que, naturalmente, mi familia es bastante adicta).
2. Coliflor en cualquier variante.
3. Allium ceba o, como más popularmente se conoce, calçots.


Curiosamente, tres alimentos que empiezan por la letra "c". ¿Tendrá algún significado o es una inquietante coincidencia?

Y el domingo tuve calçotada, que es el nombre que recibe el ritual de comer cebolla asada mojada en salsa de algo. Mi familia se reunió alrededor de la mesa mientras mi padre traía las cebollas ennegrecidas y se empezaba a devorar. Primero cogiendo las cebollas y pelándolas, mojando la cebolla blanca en la salsa, inclinando la cabeza hacia atrás y empezando a deglutir la materia. Y yo reprimía mis muecas de asco y repugnancia por el ritual por respeto al resto de los comensales. Las manos ennegrecidas, la comisura de los labios rebosando y deslizándose de forma lenta y residual restos de una salsa marronosa-anaranjada, los ojos desorbitados, las bocas abiertas y los restos de cebolla plagando la mesa como caídos en la batalla.

Naturalmente, me instaban a unirme a ellos.

- Veeeeennnnn... únete a nosotros... come calçots....
- No, que no, que en serio, que no...
- Veeeeennnnn...
- Déjalo - dice mi padre-. Mejor que no coma que luego le gustan y se lo queda todos.
- Pues eso es lo que digo yo.
- Pues no sé por qué no te gustan con lo buenos que están.
- Come uno al menos.
- ¡Qué no!
- Venga...
- Únete a nosotros... únete...
- No... no...

Y a mi mente me vino una escena de una de mis películas favoritas...



Bueno, quizá no fue exáctamente así... La cuestión es que no comí, no me uní a ellos y me refugié con los otros miembros de la resistencia. Tipos duros y fuertes con integridad moral, que se resistían a unirse al lado oscuro, que negaban con la cabeza y decían con voz fuerte y clara: ¡Qué asco! Y la musa de la resistencia que negaba en silencio y esperaba ansiosa su plato de sopa. Un grupo de feroces combatientes de edades comprendidas entre el año y medio y los cinco. Mis líderes y aliados.

Después de los calçots vino la carne a la brasa lo que ya es otro cantar. Y otra historia diferente y aburrida en la que participé en el ritual del engullimiento de proteinas.

Y han pasado más cosas, pero me está entrando un sueño de la hostia y ya las explicaré mañana. Me voy a echar una siesta.

sábado, 6 de febrero de 2010

Como hacía tiempo que no pasaba por aquí un cantante francés...

... y nadie me ha dicho que no lo haga, con vosotros, Simeo y su primer single de su último disco Sous un ciel trois étoiles.


Siméo – “Miento”

Del álbum Sous un ciel... (2009)

Sé hacerme pasar
por un chico simpático
y tengo la habilidad de decir la palabra
adecuada en el momento adecuado
pero cuando llega la noche…
cuando llega la noche…
me quedo solo con mis historias.

Supuestamente demasiado tímido
para corregir a la gente
que se equivoca,
a los tontos y a los arrogantes
les doy la espalda
y recuerdos.
Me gustaría tanto que me amaran…
No soy tan malo pero

miento todo el tiempo,
miento a todo el mundo
e invento toneladas de historias
que yo mismo me creo.

¿Qué no haríamos
para entrar en el baile?
Es tan importante
lo que piensan los demás.
No todos tenemos la suerte
de ser un adonis
ni el talento de dar
lo mejor de nosotros mismos

Pero hacemos lo necesario
para estar a la moda,
maquillamos como podemos
nuestra falta de seguridad
y mala suerte si nos perdemos
o nos volvemos locos de atar.
La vida es mucho más bella
cuando estamos acompañados.

Miento todo el tiempo,
miento a todo el mundo
e invento toneladas de historias
que yo mismo me creo.
Y creo que eso es lo que no va.

Miento todo el tiempo,
miento a todo el mundo
e invento toneladas de historias
que yo mismo me creo.

Esta noche he vuelto a sacar pecho,
me he tomado a mí mismo
por otra persona pero a fuerzas
le doy vueltas en la cabeza
y para ser honesto
ni siquiera sé si esta chica
por la que lloro a escondidas

me ama
por mis casas de campo
o por mi tío, el rey de España,
pues que me ame
por lo que soy
es imposible ya que yo mismo
lo olvido cada día.

Miento todo el tiempo,
miento a todo el mundo
e invento toneladas de historias
que yo mismo me creo.

jueves, 4 de febrero de 2010

A la manera de Rashomon, Jorge habló por la radio

Antecedentes: Jorge recibió un mail proponiéndole una entrevista en Radio Igualada a propósito de su blog. Como a Jorge le encanta hablar de él mismo, aceptó encantado la invitación. Unos días más tarde, una simpática chica de nombre Sara le hizo la entrevista. Si alguien quiere escucharla la podrá oír aquí:

Segundo track, a partir del minuto seis. Como es en catalán, hemos creído conveniente hacer una transcripción para los que desconozcan el idioma. Ésta es:

CAFETERÍA. INTERIOR TARDE.

-... y por eso nunca me he fiado de los electricistas.
- Guau.
- Vaya historia.
- Sí, estoy muy orgulloso de ella.
- Por cierto, oistéis el martes la entrevista que le hicieron a Jorge en la radio.
- Sí.
- Sí.
- Yo no.
- ¿No?
- No, a esa hora estoy durmiendo. ¿Y cómo fue?
- Para fliparlo...
- Hombre, no fue tan mal.
- A ver, cuéntame.
- Pues mira...

***

ENTREVISTA A JORGE JIMÉNEZ EN RADIO IGUALADA
Sara: Buenos días, Jorge.
Jorge: Buenos días, Sara. Me habéis pillado recién levantado y no sé si seré muy coherente.
Sara: Un buen primer café a cuenta de la radio y otro en el bar y solucionado.
Jorge: ja ja ja.
Sara: ja ja ja.
Jorge: Bueno, ¿qué? ¿empiezas?
Sara: Sí, claro. ¿Qué podemos encontrar en tu blog?
Jorge: No pienso contestar a esto.
Sara: ¿Qué? ¿Por qué?
Jorge: Porque los periodistas sois todos carroña, inhumanos... preguntad por mi trabajo y dejad mi vida personal al margen.
Sara: Pero si te he preguntado por el blog.
Jorge: ¡Me estáis destrozando! No puedo salir de casa sin que me pregunten por mi vida... dejadme en paz... ¡Dejad...

***

- Hombre, perdona, pero no fue exactamente así.
- ¿Ah no? ¿Y cómo fue entonces tio listo?
- Mira, a éste ni puto caso. La entrevista fue como yo te explicó ahora...

***

ENTREVISTA A JORGE JIMÉNEZ EN RADIO IGUALADA.VERSIÓN 2
Sara: Buenos días, Jorge.
Jorge: Buenos días, Sara. Me habéis pillado recién levantado y no sé si seré muy coherente.
Sara: Un buen primer café a cuenta de la radio y otro en el bar y solucionado.
Jorge: ja ja ja.
Sara: ja ja ja. Bueno, Jorge, una primera pregunta...
Jorge: Dispara.
Sara: ¿Cómo sienta ser considerado el sucesor de Voltaire? ¿O que te llamen el Al Pacino del mundo del blog?
Jorge: Bueno, Sara, siempre es halagador...
Sara: Es que eres tan bueno... tan bueno... ¿Por qué no te han dado el premio Nobel de literatura?
Jorge: Política... ya sabes...
Sara: Jo, es que te admiro tanto... hasta creo que podría decir que estoy enam...

***

- ¡Pero que mierda estás hablando?
- Bueno, es lo que oí. Reconozco que no estaba muy atento porque me estaba duchando con dos modelos de lencería borrachas, pero...
- ¿Hablamos de la misma entrevista?
- Tranquilo. Yo sí que la oí. Y la entrevista fue así.

***

ENTREVISTA A JORGE JIMÉNEZ EN RADIO IGUALADA. VERSIÓN 3
Sara: Buenos días, Jorge.
Jorge: Buenos días, Sara. Me habéis pillado recién levantado y no sé si seré muy coherente.
Sara: Un buen primer café a cuenta de la radio y otro en el bar y solucionado.
Jorge: ja ja ja.
Sara: ja ja ja. Empecemos...
Jorge: ¿Sí? No te oigo.
Sara: ¿Jorge?
Jorge: ¿Sara?
Sara: Jorge... no te oigo... ¿estás ahí?
Jorge: ¿Sara? ¿Sara?
Sara: Jorge... oh dios mío... no... no... no... ¡Noooooo!
Jorge: ¿Sara?
Voz: Hola Igualada... he vuelto.
Jorge: NOOOOOOOOOO

***

- ...
- ...
- ...
- ¿Qué?
- En verdad la entrevista fue así.

***

ENTREVISTA A JORGE JIMÉNEZ EN RADIO IGUALADA. VERSIÓN 4

Sara: Buenos días, Jorge.
Jorge: Buenos días, Sara. Me habéis pillado recién levantado y no sé si seré muy coherente.
Sara: Un buen primer café a cuenta de la radio y otro en el bar y solucionado.
Jorge: ja ja ja.
Sara: ja ja ja. Una primera pregunta... ¿por qué eres tan capullo?

***

- Qué no... que fue así.

ENTREVISTA A JORGE JIMÉNEZ EN RADIO IGUALADA. VERSIÓN 5

Sara: Buenos días, Jorge.
Jorge: Buenos días, Sara. Me habéis pillado recién levantado y no sé si seré muy coherente.
Sara: Un buen primer café a cuenta de la radio y otro en el bar y solucionado.
Jorge: ja ja ja.
Sara: ja ja ja. Si alguien entra en tu blog, ¿qué puede encontrar?
Jorge: Bueno, Sara, la verdad es que es difícil etiquetar mi blog porque ni siquiera yo sé...
Sara: Muchas gracias, Jorge, pero nos hemos quedado sin tiempo.

***

- No, no, no, no... Yo lo que escuché fue esto.

ENTREVISTA A JORGE JIMÉNEZ EN RADIO IGUALADA. VERSIÓN 6
Sara: Buenos días, Jorge.
Jorge: Buenos días, Sara. Me habéis pillado recién levantado y no sé si seré muy coherente.
Sara: Un buen primer café a cuenta de la radio y otro en el bar y solucionado.
Jorge: ja ja ja.
Sara: ja ja ja. Primera pregunta.
Jorge: Perdona, Sara, antes que nada... ¿puedo saludar?
Sara: Eh, sí, claro...
Jorge: Pues saludo a A. y a los nenes. A mis amigos, hola chicos a ver cuando nos vemos, a mi familia, a mi peluquera que es muy maja, perdona que no te de conversación, pero es que no me sale hablar en las peluquerías, a todos los camareros que alguna vez me han servido lo que he pedido, a mi agente, a mi director de fotografía... tantos años juntos, ¿eh? También quiero saludar a mis compañeros de trabajo que no me estarán escuchando porque no tenemos radio, a mis amigos del facebook del grupo "yo también cuando me tiro un peo en la cama levanto la sábana para que todo el olor me de en la cara", a aquel taxista que me llevó un día y no dió rodeos, ni conversación, a...

***

- No fue así. Fue así.

***

ENTREVISTA A JORGE JIMÉNEZ EN RADIO IGUALADA. VERSIÓN 7
Sara: Buenos días, Jorge.
Jorge: Buenos días, Sara. Me habéis pillado recién levantado y no sé si seré muy coherente.
Sara: Un buen primer café a cuenta de la radio y otro en el bar y solucionado.
Jorge: ja ja ja.
Sara: ja ja ja. Una pregunta.
Jorge: Antes quiero decir algo.
Sara: ¿Sí?
Jorge: Ciudadanos de Igualada, el reino del terror acaba de llegar a vuestra ciudad. Mis ejercitos de superhombres radiactivos están tomando el control de las calles y éstas ya rezuman sangre y visceras.

***

- Que no fue así, mira, que fue así...

¿Llegarán alguna vez a ponerse de acuerdo estos personajes?
¿Qué versión es la real?
¿Dónde estaba Jorge en esos momentos?
¿Existe Sara o sólo es un producto de este blog?
¿De verdad le hicieron una entrevista a Jorge?
¿Por qué?
¿Acaso estas preguntas le importan a alguien?

Así que próximamente se resolverán estos engimas y se abrirán muchos más en:

Jorge Jiménez, la entrevista.
Próximamente, en este blog.

- No si yo puedo evitarlo, je je je je je je.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Sobre la responsabilidad

Hace un par de días, A. y yo acabamos de ver La mejor juventud (La meglio gioventù, Marco Tullio Giordana, 2003). La hemos visto a trozos durante tres días por un sencillo motivo: una duración de seis horas que no se hace nada pesada, ni larga, ni cansina. La película es la historia de dos hermano, Matteo y Nicola y de la historia de Italia durante los últimos cuarenta años. Una historia sencilla, directa, a veces poética, íntima, divertida, dramática... casi como la vida de cualquiera. Y eso es lo mejor de la película, que trata de la vida de cualquiera. De personas sin nada especial, sin poderes extraordinarios ni grandes dramas edípicos encima. Vidas con sus amores, sus muertes, sus silencios, sus secretos y sus grandes equivocaciones.


Entre la multitud de temas que se tratan en la película, hay uno en concreto que me toca especialmente (y no me refiero al momento de la inundación de Florencia en 1966 y la destrucción de valiosos libros antiguos, o las imágenes de antiguas bibliotecas anegadas de agua con páginas destruidas flotando... que también), sino algo que a falta de una expresión mejor, llamaría "responsabilidad por el futuro". Cada personaje encara el futuro, su vida y su relación con los demás de una manera diferente. Matteo se encierra en sí mismo al creer que no se puede cambiar nada. Naturalmente, esta actitud lo carcome por dentro. Giula decide cambiar el mundo a base de "fuego y sangre", lo que nunca es una opción. Otros personajes implicándose directamente en la vida política de un país. Otros, haciendo bien su trabajo y ayudando a sus amigos. Una chica retrata su realidad detrás de una camara. Otros, huyen de ellas Nicola entiende que no puede cambiarlo todo, pero algo sí que puede hacer. Y dentro de su trabajo, la psiquiatría, intenta construir algo mejor: dignificar la vida de las personas encerradas en psiquiatricos (a los que me niego llamar enfermos mentales o locos y no es por ningún pudor políticamente correcto).

Y esta actitud de Nicola es la que me gusta, la que me enternece y me impulsa a una identificación. Hace bien su trabajo, intenta cambiar las cosas para las personas y no para las ideas o los símbolos. Ayudar, crecer y dar un legado. Y dar las herramientas para la generación que vendrá después para que sean buenas personas. Sin ocultar que el mundo también es sufrimiento, pero que existen los amigos, los amores, la música y La isla del tesoro.

Lamentablemente el mundo no se puede cambiar. Los que mandan son los malos y el ser humano es especialista en cagarlo todo, pero creo que es responsabilidad nuestra dar a la siguiente generación las armas precisas para que, al menos, tengan la ilusión de poder cambiar el mundo. No arrebatarles el derecho de equivocarse por sus propios medios, de ilusionarse por los imposibles y creer que el mundo es bueno y que todo es hermoso.

Joder... si estoy hablando como un viejo carrascoso a mis trein... veint... treint... a mis años. Supongo que el cinismo que tengo con todo pasa factura y el haber pertenecido a una generación que ha crecido oyendo que no se puede cambiar nada, que no lo conseguiremos, que el mundo es malo, que para qué luchar, que hay que conformarse, que todo se reduce a comprar acaba pasando factura.

No sé... la verdad es que esta entrada no ha salido como quería y las ideas que tenía en la cabeza apenas han quedado esbozadas. Supongo que no tengo preparado el cerebro para dar un mensaje mínimamente profundo... no sé... Lo que quiero decir es que tenemos la responsabilidad de intentar hacer el mundo un poco mejor aunque sea en nuestro pequeño entorno, con la risa, con escuchar, con el arte. Y que tenemos una responsabilidad con la generación que no sigue, decirles que pueden hacer cosas y ser lo que quieran ser, que el mundo es es malo, pero hay muchas cosas hermosas, que no pierdan la ilusión, que no dejen de disfrutar de lo más sencillo... No sé... quizá es que estoy empezando a hacerme viejo...


La mejor juventud.
Nicola conoce a Giula a los sones de
Mozart, sonata KV 310
.