jueves, 27 de julio de 2017

No escribo porque estoy en campaña de texto y me deja hecho un asquito

Siento el silencio.
Es lo que tiene estar secuestrado felizmente por un bebé de casi dieciocho meses.
Y lo que tiene la temporada de texto, que te deja agotado y hecho un guiñapo al acabar el día y lo que menos me apetecía era ponerme a escribir en cualquiera de los blogs. Solo quería llegar a casa, quitarme los zapatos y leer o ver algo mínimamente inteligente y que me trate como una persona.

¿Y qué tal la temporada de texto?
Pues como todos los años.
Agotadora.
Pero te encuentras personajes interesantes.
Desde el abuelo que grita a los cuatro vientos que tiene disfunción erectil y que está orgulloso de ello, hasta la lectora que se emociona porque encuentra la última novela de Concha Perea. Desde el niño al que compran su primero libro hasta quien te agradece una recomendación hecha.

Y ella.
Acompañada de su hija que le enseña un libro que quiere.
- ¿Quieres este libro?
- Sí.
- Como no te vea leer cada noche no te compro otro mierda libro en tu puta vida. Ni en mi puta vida. Cada noche. Como no te vea leer cada noche te la cargas y no te compro otro libro en tu puta vida. ¿Lo oyes? En tu puta vida.

Y así es como alguien motiva a sus retoños a leer.
Por San Pratchett y Santa Theron, que yo no sea nunca sí.