lunes, 31 de mayo de 2010

viernes, 28 de mayo de 2010

Crónica de una obra XVII

Resumen de lo publicado: Después de salvar el culo en el último momento gracias a la aparación estelar de Tolo, la esposa y cerebro del enano, entramos en su carromato y nos invitaron a cenar. Comprobamos las excelencias de vivir en un carromato mágico. Nos explicaron que el mejor modo de ir al reino (¿es un reino o una república o un sindios o una anarquía?) de las amazonas era cruzar por los páramos Heathcliff, Heathcliff pese a sus peligros y de que allí viviera la bruja Leola. Cuando Chistorra estaba a punto de hablarnos de los peligros de los páramos Heathcliff, Heathcliff, uno de sus hijos nos informó que una banda de goblins quería atacar el carromato. Chistorra nos invitó a unirnos a él y a sus pequeños en la matanza.

- Bueno, ¿qué? ¿Venís o no?
Nos quedamos en silencio mirándonos unos a otros. El mimo empezó a construir la maqueta de un telescopio atómico con las migas del pan. Se le daba bien. Iba mojando poco a poco las migas con sus saliva y las iba disponiendo una sobre otra para darle la consistencia adecuada a cada parte. Empezó con uno de los tornillos, las tuercas, el átomo, puliendo las lentes que había creado con un poco de la corteza...
- Pero contestad... ¿venís?
El paleta sacó su palillo de la boca, examinó lo que había en él y se lo volvió a meter en la boca musitando un "comer por comer, pues comamos dos veces". El electricista empezó a remendarse los calzoncillos por dentro de los pantalones porque le daba vergüenza. El yesero intentaba tocarse el cerebro metiéndose un tenedor por la nariz. Yo me dormí.
- ¿Pero que os pasa?
- Papá - oímos la voz de la pequeña Fyrlynn que venía de donde se estaba produciendo la batalla con los goblins y los lobos huargos - acabo de arrancarle a mordiscos la cabeza a un lobo. ¿Me la puedo quedar de juguete? Va... porfaaa...
Me desperté. Nos miramos. ¿Qué nos estaba pasando? Era una pura inactividad... una nada que nos impedía hacer una cosa u otra... Queríamos quedarnos en la comodidad del carromato, pero a la vez algo nos impulsaba a salir a luchar. Pero no hacíamos ni una cosa ni otra.
- ¡Cobardes! ¡Inútiles! ¡Para eso os doy cobijo en mi hogar!
Sabes que pasa, Chistorra.
- ¿Quién ha dicho eso? ¿El brujo?
Que no... que soy Jordi... el bulími...
- ¡Muestrate criatura infernal! ¡Cómo saque mi espada +3 te vas a enterar!
- Papá, he matado a otro. ¿Por qué no vienes? ¿No quieres jugar con nosotros? - Shalagha empezó a llorar desconsolado porque parecía que su padre prefería quedarse hablando con unas personas que... bueno... es que... ¿qué podíamos hacer? ¿Qué elegir? ¿Salir o no salir? ¿Pelear o quedarnos jugando a ver quién tenía las uñas más feas?
Que no soy un brujo...
- No pienso quedarme aquí y perderme la sangre de los corrompidos - y lanzándo su famoso grito de guerra de "Chistorras a mí", saltó por una ventana mientras oíamos a Tolo salir corriendo detrás de él diciéndole que porqué no podía utilizar la puerta como todo el mundo y que ya estaba bien de esa manía de saltar por las ventanas.
- ¿Qué nos pasa Jordi?
Es muy sencillo.
- ¿Por qué no podemos decidirnos a hacer una cosa u otra?
El paleta se iba sacando y metiendo el palillo en la boca. El mimo no sabía si ponerle puntillas o no a su telescopio. ¿Agujero izquierdo o derecho para llegar al cerebro? ¿Vuelta puntada vuelta o puntada vuelta puntada? Dormir, despertar.

Lo que ocurre es lo siguiente... - pude percibir que Jordi se levantaba y empezaba a caminar por la librería. Iba a lanzar un discurso - en la anterior entrada lanzaste una pregunta a los lectores de esta inmensa chorrada sobre qué debíais hacer, si luchar o no. Nadie contestó. El por qué del silencio de tus lectores (que supongo que es la cada vez más visible decadencia de este blog) no es el tema que nos ocupa (aunque creo que se debe a que salgo poco porque me tienes envidia ya que soy el robaescenas de esta historia), pero sí que es importante. Al pedir que decidieran ellos, no podéis decidir vosotros. Es un sencillo asunto de personalidad. O, en vuestro caso, ausencia de personalidad. Al ser simples personajes de una historia sin sentido escrita por un narcolepsico que se está bebiendo una cerveza cuando sabe que no le convendría
Oye, bebo lo que quiero... y no te pases que tú no eres más que un personaje más de esta historia y si quiero te tiro encima la obra completa de Sierra i Fabra y mueres, gilipollas.
- Hala - dije - ya se ha metido por medio el autor.
Es que el tontolaba este me pone enfermo cada vez que sale.
Pues no me hagas salir y ya está... pero no puedes porque soy el personaje más popular.
- ¿No lo era yo? - preguntó el electricista.
- ¡No! - dijimos todos.
- Porque vosotros lo digáis. Pregunta a los lectores.
Vale, al final de la entrada lo preguntaré.
Tú no preguntarás una mierda que para eso escribo yo.
- Venga, muchachos, centrémonos - dijo el paleta mirando fijamente el verduz de su palillo sin saber si meterselo o no en la boca.
Bueno, pues lo que ocurre...
¡Lo iba a explicar yo!... Sí, sí, ok, de acuerdo... que estáis trabajando aquí y que la librería no se monta sola... sí... si ya suben... si es un momento... de acuerdo, ya me vuelvo a sentar y no molesto más...
Molestar, eso es lo que haces.
- Estoy de acuerdo con el autor.
Pero que autor ni que pollas...
A que te inflo a hostias.
- Hostias - dijo el yesero con un tenedor entrando por el agujero izquierdo de su nariz y saliendo por la oreja derecha - hostias...
Gilipollas.
Desgraciado.
Imbécil.
- Jordi - dije - no te pases que el autor no deja de ser una emanación mía.
Al revés, tarado... tú eres algo mío.
- No, perdona. Yo soy libre.
Y una puta mierda.
¿Pero qué se ha creído este imbécil?
- Gracias por tu apoyo, Jordi.
No, si el imbécil eres tú.
- Pues si Jorge es imbécil no sé lo que serás tú.
- Un chulo - dijo el yesero.
- Y un niño mimado que no hace nada. Solo crítica y sentadito sin jugarse el cuello para salvar el universo.
Anda que vosotros hacéis mucho.
- Tarado.
Fascista.
-Piojo.
-Desgraciado.
Pichacorta.
Desenvainamos las armas. Nos miramos con odio.

Se oyeron entonces dos palmadas y unas patadas al suelo. Callamos y miramos al mimo. Estaba llorando. Empezó a mover las manos. Sus movimientos eran gráciles cual bailarinas de striptease. Movía las nalgas arriba y abajo. Entraba y salía de jaulas de cristal y flores, flores, flores que nacían de sus dedos. Después, calló.
Nos miramos avergonzados.
- Lo siento.
- Yo...
No sé qué ha pasado.
- Es que... juar...
Se nos ha ido de las manos.
- Tios, si somos amigos.
- Sí, no sé.
El mimo hinchó los carrillos.
- Pero eso no resuelve nuestra inactividad.
Explícaselo tú, Jordi.
No tú.
No tú.
No tú.
No tú.
DEJAD DE CHUPAROS LAS POLLAS DE UNA PUTA VEZ QUE LA ENTRADA ES LARGA DE COJONES.
- ¿Y tú quien eres?
UN LECTOR DEL FUTURO QUE LEE ESTA ENTRADA MIENTRAS LA ESCRIBE EL AUTOR. ASÍ QUE AL GRANO QUE QUIERO IR A COMER, HOSTIAS.
Vale, la explico yo. El tema de la inactividad se resuelve con una palabra. Libertad. Como personajes pseudoliterarios podéis hacer lo que os de la gana. ¿Acaso a alguien le importa a esta alturas la coherencia de todo eso? Ni siquiera al autor.
Eso es verdad.

Así que si queréis ir a luchar, luchad. Si queréis quedaros aquí, pues os quedáis. Como si queréis vestiros de gallina y jugar a ver quién tiene los huevos más peludos. Dejad de preocuparos de lo que quiere el público, de la opinión de los demás. Sois libres para equivocaros todo lo que queráis, para hacer las tontás por vuestros propios meritos. Libres.

Las palabras de Jordi resonaron en nuestros oidos como cambio mal devuelto en el super a nuestro favor. Éramos libres. Ni lectores, ni autor, ni narrador, ni nada. Podíamos hacer lo que quisieramos. Luchar, sentarnos, vestirnos de faralaes.
De este modo, ¿qué haréis con vuestra recién estrenada libertad?
- ¿Salimos a luchar?
- Sí.
- Dale.
- Venga.
Alcé mi espada al techo.
- ¡Los inútiles de Aqualata se disponen a luchar!
- SI - gritamos todos.

- Hala - dijo Chistorra entrando en la cocina - ya están muertos. ¿Y vosotros que coño hacéis?
- Ser libres.
- Pues mira tú qué bien. Pues con vuestra libertad me ponéis una cerveza para mí y para los críos.
- ¿Cómo ha ido la pelea?
- Como todas las peleas con goblins, lobos huargos e inferioridad de condiciones. Divertidas. ¿Y vosotros? Al final qué, ¿por los páramos...
- Heathcliff, Heathcliff.
- ...o todo recto?
Nos miramos unos a otros.
- Por los páramos.
- Heathcliff, Heathcliff.
- Así me gusta, con dos cojones. Venga, muchachos - se bebió la cerveza de un trago - vamos a saquear a los muertos.
Salieron todos. Me quedé un momento sentado en la cocina. Solo.
¿Pasa algo, Jorge?
- Sí, Jordi.
¿El qué?
- Todo eso que has dicho... ha sido muy sensato...
¿Verdad?
- ¿Desde cuando dices cosas sensatas?
...
- Ha sido muy raro.
Sí.
- Tengo miedo.
Yo también.
Y un inquietante frío se colo por una ventana.

De estos había un huevo. Pedazo batalla bestia os habéis perdido.

Nota a los lectores: Pedimos disculpas por la entrada de hoy. Esto ha pasado por dejar a los personajes que decidieran ellos. Si es que no se les puede dejar solos.
- Lo de la popularidad.
Ah sí, lo que dice el electricista. ¿Qué personaje de la Crónica es el más popular entre los lectores? Entre los participantes se sorteará... no sé... algo.

jueves, 27 de mayo de 2010

Buena música para antes de ir a dormir


Duo para dos cellos, op. 52, n3
del gran, enorme, mítico, inextingible, fastarruoso, pantagruélico, mágico, eterno e inmortal
Jacques Offenbach


miércoles, 26 de mayo de 2010

Esos clientes sin los cuales la vida sería más sencilla

Los que trabajamos de cara al público desarrollamos por las personas que vemos casi diariamente unas extrañas afecciones. Nos caen mal, nos caen bien, nos son simpáticos, nos parecen imbéciles, nos atraen o nos repelen. Es normal. Es inevitable. Estoy convencido de que hasta a Jesús, que en los últimos años de su vida trató con mucha gente, le pasaba lo mismo.

- Pues, nada, que suelto así como muy serio lo de "El que esté libre de pecado, que tiré la primera piedra".
- ¿Y qué?
- Pues que coló. Macho, qué risa, todos ahí soltando las piedras. Y, claro, la puta luego estaba de un agradecido.
- Cuenta, cuenta.
- Pues nada que me dice de ir a su casa y... Mierda...
- ¿Qué?
- Que viene Pedro.
- Jesusito, muchacho, ¿cómo andas?
- Bien, bien... ¿y tú?
- Mira, tirando... oye a ver cuando me avisas para entrar en el club gastrónomico que tenéis, eh JC.
- Sí, sí.
- Yo creo que lo que tendrías que hacer con eso del pan y el vino es montar negocio. Tú confía en mí, que yo sé lo que me digo.
- Sí, sí.
- ¿Irás alguna noche al Monte de los Olivos?
- Sí, alguna.
- Pues nos vemos por allí, ¿vale? Nada, muchacho, hasta luego.
- Halá, adiós... Gilipollas.

La mayoría de la gente que pasa por la librería es lo que se cataloga como normal. Gente que entra, charla un poco, compra un libro y se va. Con algunos hablo más, con otros menos. Pero hay algunos, hay algunos....

1. Los que SÍ saben de libros, vamos. Los que te vienen con aire de suficiencia para resolver problemas de primero de librero. Los que te tratán de tonto, de idiota o de deficiente.

Entra un día en la tienda un conocido político catalán. Pero muy conocido. De los que tienen poder y eso. Todos los compañeros huyen y me toca atenderle a mí.
- Buenas tardes.
- Buenas tardes.
- Mira, te voy a pedir una cosa muy especial.
"Como diga que me desnude, me cubra el cuerpo con ortigas y le recite el Orlando furioso va listo".
- Diga.
- Soy coleccionista de ediciones de una novela muy especial. No sé si la conocerás. Se llama L'estrany en catalán, El extranjero en castellano, L'etranger en francés, The stranger en inglés. Es de Albert Camus, ¿te suena de algo?
"Gilipollas"

Un señor peripuesto con un amigo más peripuesto se me acercan y me dicen.
- El libro ese del tipo que se ha muerto.
- ¿Cuál de ellos?
- Pues el que se ha muerto ahora. El famoso.
Pensando, pensando imagino que se refieren a Salinger.
- ¿Salinger?
- Ese. Pues quiero su libro.
- ¿Cuál de ellos?
- Pues su libro. El único que escribió.
- Bueno, escribió poco, es verdad, pero más de uno.
- ¿A sí?
- Sí. El guardián entre el centeno es el más conocido. Pero también está Fanny y Zoey y los Nueve cuentos, por ejemplo.
- ¿Estás seguro de eso? ¿No te confundirás con otro? Mira que lo hemos mirado en el google está mañana.
"Gilipollas".

- A ver, niño, te lo pondré fácil. Dame algo de Scott Fitgerald. ¿Sabes quién es, no? Aunque supongo que solo te suena El gran Gatsby y serás incapaz de decirme tres libros más de él aparte de ese. ¿Tengo o no tengo razón?
"Gilipollas".

2. El descuentos. Cliente que viene una vez al año como mucho y que considera que cada vez que entra debe ponerse música


Perdonad la publicidad... no es cosa mía.

la alfombra roja, las esclavas tirando petalos de rosa, los niños con banderitas, las consabidas genuflexiones, el desfile de elefantes, los fuegos artificiales y las monedas a los pobres. Compra dos libros y cuando está en caja pasa de la cola, se planta delante del librero que está atendiendo a otra persona y exige por ser quien es un descuento de por lo menos el quince por ciento. ¿Motivos? Por ser un cliente de toda la vida.

Sus frases: "Arreglame el precio", "¿Cómo que no me haces descuento?", "¿Pero tú sabes quién soy?", "Quiero hablar con tu jefe" y "Ya me encargaré yo de que no vuelvas a trabajar en nada relacionado con el libro".

Suelen salir cabreados, con los libros, sin descuento y hasta el año que viene.

3. Los listos. Son aquellos que se dedican a arreglar la vida al otro con un par de palabras y frases manidas. Los que te dicen qué hacer con tu negocio, cómo dirigirlo y cómo aumentar beneficios. Los que dan ideas que nadie ha pedido y opiniones que ha nadie le importan.

"Lo que tendríais que hacer es tener una sección más guapa de caza mayor".
"Más descuentos."
"Tendríais que potenciar más las presentaciones y los cuentacuentos. No se hacen esas cosas en Igualada y gente inquieta como yo lo agradeceríamos." (Naturalmente, no van nunca a presentaciones ni cuentacuentos, ni a ningún acto que se haga en la ciudad. Pero quejarse, joder si se quejan).
"Sabéis qué teneis que hacer para que venga gente. Una muchacha con la falda bien corta disfrazada de Mamá Noel."
"Solo vendéis mierda. Tendríais que tener más libros en latín. Para diferenciaros."
"Lo que tendríais que hacer..."
"Lo que tendríais que hacer..."
"Lo que tendríais que hacer..."
"Lo que yo haría..."
"Que yo sí se de esto..."
"A ver, que yo del mundo del libro no sé mucho, pero lo que tendríais que hacer..."

Como bien nos enseña Marcial, solo hay una forma de tratarlos.



Ya continuaremos.

lunes, 24 de mayo de 2010

Vuelta al trabajo

Lunes. Domingo mal dormido. Ocho y media de la mañana. Café y a trabajar. Devoluciones. Mayo. Y eso significa...

Vamos, que a la librería no entra casi nadie y los que entran el cincuenta por ciento preguntan si hacemos fotocopias. Esperando que empiece la temporada de cuadernos de vacaciones y... y... el monstruo del texto.

Este mes tendremos que acabar de matarlo recordando las vacaciones ya hechas y las que me quedan por hacer... allá por el lejano mes de octubre.

Así que para paliar la espera un poco de musiquita.


Uno de esos diablos que no mueren.

domingo, 23 de mayo de 2010

Alrededores de Igualada... vamos, la comarca de l'Anoia




Fotografías tomadas el 16 de mayo de 2010 desde la Tossa de Montbui, lugar privilegiado desde donde se domina el mundo y desde donde a lo lejos se pueden ver las montañas de Mordor.

viernes, 21 de mayo de 2010

Algunas cosas que se quedaron en el tintero

Y alguna de ellas es de hace más de un mes. Por ejemplo...

1. Una mañana recibí un mensaje de una librera amiga aún no vista cara a cara que me invitó a participar en una conversación en el programa En Carne Cruda de Radio 3. Eso fue el pasado 22 de abril. Sí, como pasa el tiempo y sin decir nada. Digamos que entre que llego la maldita fiesta del libro, el tema del alud que ya os explicaré en otro momento y que me olvidé pues, bueno, más vale tarde que nunca y que el pájaro en la mano lleve bozal. Si queréis escuchar mi cantarina, cristalina y arrulladora voz cual obrero de la construcción abriendo una calle a las seis de la mañana de un viernes festivo, pues pincháis sobre la frase subrayada (ver algo más arriba) y a partir del minuto 26 aparece la voz de Natalia y un poco más palante mi vocecita diciendo cuatro tontás.

Me lo pasé bien, pero fue breve. Lo mejor es ese primer contacto con Natalia, los apuntes de un par de títulos de discos y esa sensación de que mi plan para dominar el mundo sigue el camino trazado pues mi voz ya se ha oído a nivel nacional y se ha colado de forma cobarde en el subconsciente de mucha gente. Ja ja ja. Por algo me preparé un guión genial para contestar bien a las posibles preguntas con todas las variantes posibles de preguntas y respuestas. ¿Y si me habla de política? Pues digo que todos son una panda de mangantes y que lo que haría falta en este país es una buena pelea entre Gamera y Godzilla para arreglar las cosas. ¿Y si me pregunta algo de geografía? Pues diré que me parece una tierra maravillosa llena de gente estupenda. ¿Y si me pregunta por mi trabajo? Ajá... pues esto:

- Hola Jorge, crudas tarnes.
- Crudas Carnes tú como te llames.
- ¿Alguna anécdota divertida de la librería?
- Pues me acuerdo de ese día en que una niña de seis años me pidió si teníamos libros de Tocoyó para su hermana pequeña y yo le dije que Tocoyó los huevos, que se dice Pocoyó cateta, burra, absurdidad con patas, anda y largo y que te hagan una lobotomía completa para que no vuelvas a pronunciar palabras, que anda que no eres inútil, y empecé a perseguirla por la tienda con un montón de bolas de papel rellenas de piedras abucheándola y luego le hice una foto y la puse en el facebook con la leyenda la burra de seis años que dice Tocoyó y luego le hice un vídeo con música graciosa cuando se chocó con una grua.
- ¿No fuístes un poco duro?
- ¿Y tú que sabrás locoturcillo de tres al cuarto? No te atrevas a corregirme porque voy para allá y te meto un...

A. me dijo que no sería una buena idea.

Mientras preparaba el guión de lo que iba a decir en la entrevista y no soltar muchas tontás.
Las patillas que se me ven tienen una explicación: cuando me cortaron el pelo me quedé dormido y al despertarme me las vi y me dio cosa decirle nada a la peluquera (¡Hola Nuria!). Ahora ya me he medio acostumbrado (por por pereza que por otra cosa, es verdad). Y, como podéis ver, las dos manos están visibles por lo que de verdad estaba trabajando y no viendo pornografía.

2. Cenando con unos conocidos, comentaban no sé qué sobre la serie de Perdidos (¿a alguien le suena?) y sobre si nosotros (me refiero a A. y yo) la veíamos. No. A. dijo que si había visto uno entero era mucho. Por mi parte dije que dos capítulos, pero que todo me sonaba tanto a Verne que no me interesó nada de lo que veía. Nosotros ahora estamos viendo Cheers. Silencio.


Le prometí a A. que pondría la canción en el blog.

Es lo que tenemos A. y yo. Dentro de veinte años ya nos miraremos todas esas series que miráis ahora. Nos gusta ir contracorriente.

3. Tanto es así que no tenemos televisor en casa. No. Bueno, mentira tenemos la tele, pero no la miramos. Bueno, mentira. Nos ponemos películas y viejas series que me he ido comprando con el tiempo. Lo que no tenemos es TDT. Bueno, tenemos uno, pero no lo sabemos conectar. O no nos da la gana, mejor dicho. Un año sin ver nada de televisión. ¿Y sabéis qué? Se puede vivir sin ella. Ahora cuando hablan de personajes, de series, de cosas que han pasado tanto A. como yo ponemos cara de habernos perdido en una convención de filólogos kinglorianos. Me encanta la cara que se le pone a la gente cuando se entera que no vemos la tele. Y la pregunta que nos hacen después, claro.
- Y si no tenéis tele, ¿qué hacéis?
- Pues leemos, hablamos, vemos una películas, escuchamos música, tenemos gente en casa, sexo, hacemos dibujitos... no sé, lo que hacen las parejas, ¿no?

4. Y por último. Anuncio desde ya la próxima comercialización de bolsas, camisetas, bolsas para desayuno de niños de guardería y demás cosas que se nos ocurran con dibujitos de A. Será un producto fantaburroso y exclusivo. Para muestra, un botón.


Y además de este dibujito habrán muchos más y se aceptarán peticiones del tipo: "Pues yo quiero un vampiro vegetariano", "yo una caperucita", y etc.

Las dos primeras peticiones se beneficiarán de una oferta exclusiva: gratís con la condición de hacernos una buena publicidad y digan por ahí lo guapos que somos. Dejad un comentario con la petición y sed rápidos.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Excursión a BCN o como por accidente aparecieron dos nuevos héroes

Como ya dejé escrito en la entrada anterior (y como decía Mara Luisa Ponte en El verdugo, lo escrito, escrito se queda, hasta que llega alguien que conoce la contraseña y lo borra, añado yo) en el día de hoy relataré la increíble, improbable pero cierta historia de como A., Chistorra, La Piltrafilla, El Bicho y yo mismo bajamos a Barcelona para visitar el triángulo friki, compramos cosas, desayunamos, nos enfrentamos a la secta de Los Sostenibles, se reveló una superheroina y se creo un superhéroe y volvimos a Igualada (conocida también por Torontoentero) con un gran peso en nuestros hombros, unos dados de rol y un pincel pequeño más mono él... Así que iniciaremos nuestra aventura con las palabras y el tono que se merece. Antentos que empezamos...

Canta, oh diosa, la cólera del embutido que vive en mallas; cólera funesta que arrasó tres barrios de Barcelona, retrasó más todavía las obras de la Sagrada Familia y el metro y formó la vida posterior de una alma valerosa de heroina y el alma más bien timorata y cobarde, pero compleja de un cansado héroe y de sus enemigos que vieronse convertidos en comida para carroñeros y fundas para movil desde el momento en que los increparon que con las suelas de sus alados zapatos y estropeadas bambas no eran Sostenibles.

Sobre las diez menos diez de un soleado día de sábado un atractivo, pero bostezante Jorge, narrador imparcial de esta crónica, y una preciosa y elegante A. entraron en el Chistorramóvil maqueado en carrocería de civil y presentaron sus respetos con "Buenos días qué tal" al inefable Capitán Chistorra y a su prole, El Bicho y La Piltrafilla que sentados en su aerodinámicos asientos los contemplaron en silencio.
- ¿Qué? ¿Nos vamos?
- Venga.
Y con esas palabras que cambiarían la historia, nos lanzamos a la carretera en dirección Barcelona.

Llegaron a la ciudad en el tiempo previsto y aparcaron el Chistorramóvil en una de esas zonas delimitadas de azul que utiliza el ayuntamiento de Barcelona para controlar a los que por allí pasan. Depositamos las monedas en la máquina que garantizaría que no se adueñarían del vehículo y nos dirigimos a la primera de las tiendas objetivo. La librería Gigamesh. Durante el tiempo que duro nuestro una extraña sensación de inquietud y acojone iba adueñándose de mi elevado espíritu. Las calles se encontraban semivacías y los escasos peatones caminaban pegados a las fachadas de los edificios. Antes de entrar en la tienda oímos un extraño ruído que alteró nuestro ánimo. Algo así como... como... ¿cómo reproducirlo? Sonaba como piticlin, piticlin. Nos giramos y ante nuestros ojos vimos deslizarse esto:


Bajamos inmediatamente de la acera pese a que en ese momento pasaba el desfile de elefantes que el ayuntamiento de Barcelona había decidido organizar para competir con el de Jaipur y convertirse en la capital mundial del polo sobre elefante y, según el palabras del propio alcalde, "la ciudad con las trompas más bonitas del mundo". La persona que iba subida en ese aparato rojo y blanco solo nos alcanzó un momento con la vista y murmuró un "insostenibles" cargado de desprecio. Nos repusimos del susto y entramos en la tienda; una excelente librería dedicada a la ciencia ficción y la fantasía con una espectacular colección de libros en inglés que me hicieron plantear mi ignorancia de esa lengua. Parecía haber tantas obras de segunda fila por descubrir entre sus anaqueles... El Capitán Chistorra miraba por allí y por allá, mientras A. observaba libros de ilustraciones. Entre los tres controlábamos que El Bicho y La Piltrafilla no abrieran un tunel dimensional por equivocación. Salimos de la tienda sin comprar nada y nos dirigimos a la primera de las tiendas donde encontraríamos dados, material y figuritas del apasionante mundo del rol. Antes de entrar en la segunda tienda me fije en un detalle.


Ante nosotros habían aparecido muchos más de esos vehículos blancos y rojos cada uno acompañado de una persona que nos miraba con odio en los ojos y jersey al cuello.
- Mirad, van caminando.
- Seguro que no son de aquí.
- ¿Y entonces de dónde?
- ¿Se puede ser de otro sitio?
- Sus zapatos están desgastando el suelo.
- Y eso no es...
- No es...
- No es...
- Sostenible - gritaron todos. Y se lanzaron en nuestra dirección subiéndose en sus extraños vehículos.
- ¡Corred! - gritó Chistorra.
Y corrimos claro. Siempre hay que hacer caso a un superhéroe aunque vaya vestido de civil. Nos escondimos en la tienda objetivo. Cerramos la puerta y esos seres empezaron a dar vueltas por la calle gritando cosas como:
- ¡Vivo en una ciudad sostenible donde las casas son más que casas!
- ¡Vivo en una ciudad donde se llama multiculturalidad a la degradación urbana!
- ¡Vivo en una ciudad donde Woody Allen ha rodado una película!
Mi mirada se convirtió en la de un loco muy acojonado al ver aquella gente danzando en sus vehículos delante de la casa, matando a los elefantes porque sus patas contaminaban acústicamente.
- ¡Vivo en una ciudad donde celebraremos los deportes de invierno aunque no haya nieve!
- ¡Vivo en una ciudad que tiene el paseo marítimo más bonito del mundo!
- ¡Vivo en una ciudad que es más grande y más bonita y tiene mejor oferta cultural que Londres, París y Berlín juntas!
- ¡Vivo en Barcel...!
No pude reprimir un grito.
- ¿Quiénes son? ¿Quiénes son? ¿Quiénes son?
A. me dio una bofetada.


- Cálmate Jorge, me dijo. Estás histérico.
- ¿Quiénes son? - preguntó el Capitán Chistorra a uno de los dependientes.
- Son la secta de los Sostenibles.
- ¿Quién?
- Una secta espántosa que está convirtiendo la vida en esta ciudad insoportable. Empezaron como una broma y los consideramos inofensivos, pero después descubrimos que un virús mutado en las faldas del Llobregat y diseminado por el ayuntamiento en su publicidad sobre cómo cerrar los grifos del agua mientras uno se cepilla los dientes, provocó que cada vez más personas empezaran a creerse la falsa publicidad que el ayuntamiento ha ido difundiendo estos años. A partir de entonces persiguen a los que no consideran Barcelona la mejor ciudad del mundo, a los que ellos no consideran suficientemente sostenibles, a los que no apoyan al alcalde en sus demenciales ideas como la de construir un Taj-Majal en el Paralelo para que Barcelona tenga la tumba funeraria más bonita del mundo. Persiguen a todo el mundo que critique, intervenga o tenga un motivo de queja. Los barceloneses normales tenemos miedo. Y cada día somos menos. Alguien tendría que hacer algo.
- ¡Y ese alguien está aquí! - dijo el Capitán Chistorra vestido de paisano.
- ¿Usted? ¿Y usted quién es?
- Ah... sí... ¿tienes lavabo?
- Sí, allí, al fondo a la izquierda.
- Gracias.
Se cerró la puerta del lavabo, se oyó un, joder puta cremallera no si tendré que ponerme a regimen y dejar de untar los chorizos en mantequilla, vale... y la capa.... joder... en el cochecito... Jorge alcánzame la capa del cochecito... gracias... vale... ya está... Y abrió la puerta del lavabo. Y apareció él, el héroe.


- ¡El Capitán Chistorra! - dijeron los frikis que trabajaban en la tienda.
- Pero sólo no podrás.
- No está solo - una sensual voz resonó en nuestras espaldas. Nos giramos y vimos a A. con un ceñido traje y una espectacular melena ondeando en un viento inexistente - porque la Capitana A está con él. Y Bichobaby y MegaPiltrafilla.
- A., ¿eres una superheroina? ¿Por qué no me los ha dicho antes?
- Se me pasó. ¿Vamos Chistorra? Tenemos que comprar unos dados, pero antes repartir unas leches.
- Vamos Capitana A.
Y salieron a la calle a repartir tortas a diestro y siniestro. Bichobaby y MegaPiltrafilla salieron también a la calle porque querían repartir sus buenas hostias a los Sostenibles. Yo me quede en la tienda mirando un manual de rol sobre ropa interior mágica.
- Oye, tú.
- Sí.
- ¿Y tú no tienes poderes?
- Pues no.
- Debe ser duro ser el tio sin poderes, ¿no? El inútil al que siempre tienen que salvar. El patético tio que solo sabe decir lo obvio y pronunciar el nombre de los héroes con admiración, ¿no?
- Bueno...
- Debe ser humillante y tú sentirte patético, ¿verdad?
- Hombre...
Y me alejé de ellos. Miré por la puerta acristalada la batalla que se sucedía en la calle. El Capitán Chistorra su superaliento a ajillo reconcentrado para eliminar a parte de los Sostenibles que clamaban por una ciudad abierta al mar. La Capitana A. volaba entre los Sostenibles y les lanzaba potentes rayos que los convertía en caricaturas exquisitamente dibujadas en DinA3. Bichobaby y MegaPiltrafilla se habían aliado para convertir sus chupetes en perfectas máquinas de picar carne descerebrada. Aun así, la batalla era desigual. Los sostenibles seguían apareciendo y apareciendo por todas las calles. Se oían sus cánticos de que vivían en una ciudad donde no solo iban a convertir la Diagonal en una rambla, sino que además tendría su heliopuerto y sus iceberg a la altura de Francesc Macià. Decían que el tranvia era útil y que clonarían a Copito de Nieve para hacerlo presidente del Barça. Chistorra y A. no podían con tantos. Bichobaby y MegaPiltrafilla estaban teniendo dificultades porque toda la carne que habían picado se volvía a juntar en nuevos engendros que alababan la belleza física y moral de un alcalde que habia prometio muy pronto llevaría a Barcelona el festival de la langosta de Maine porque en la ciudad condal era donde se criaban los crustaceos más buenos y bonitos del mundo. La batalla parecía perdida. No podrían con tantos Sostenibles. ¿Qué hacer? ¿Qué hacer? ¿Qué hacer? Con tanto estrés, tantos nervios, tanta preocupación y tanto de todo solo pude hacer una cosa.

Me dormí.
Claro, que se puede esperar de un narcolpesico.
Jordi, en esta entrada no sales. Así que ya puede largarte.
Fascista.

Y tuve un sueño. En él apareció entre las nubes


y me dijo con su habitual frialad e inexpresión.
- Has sido elegido...
- ¿Otra vez?
- ... para tener un gran poder. Ha partir de ahora serás conocido como Doctor Morfeo. Cada vez que te duermas tendrás el poder de dar vida a los sueños más hermosos para las personas que aprecias y las pesadillas más horribles para tus enemigos. Se justo y utilizalo bien. Recuerda que todo poder conll...
- Sí, sí, me se el resto de otras veces.
- Que mi inexpresión y mis turgentes, redondos y hermosos pechos te bendigan.
Y desperté.
Con uniforme y todo.
Los frikis solo pudieron decir.
- Mola.
- Toma una figurita de regalo.
Y salí a la calle a tomar parte en la batalla.
El Capitán Chistorra, con el pantalón medio bajado y enseñando la regatera a media ciudad, estaba a punto de lanzar su ataque mortal de ventosidad ignifuga. MegaPiltrafilla aguantaba cerca del trasero de su padre un enorme mechero. La Capitana A. se defendía como podía de los ataques de los enemigos lanzando sus famosos lapices de dos colores que provocaban estadillos de color y perspectiva. Bichobaby lanzaba sus berreos para reventar los oídos de los atacantes. Pero era inútil. Así que me plante ante el enorme trasero de Chistorra, y lancé a los Sostenibles una mirada llena de profundidad y sentido que despertara en ellos su peor pesadilla mientras me dormía. (Ya sé que es difícil mirar y dormir a la vez, pero los superhéroes no tenemos que andar con explicaciones, ¿entendido?).


Al momento los Sostenibles empezaron a roncar y a mecerse en sueños llenos de terror, de miedo, de asco, de ratas en los árboles, y ver a su alcalde en ropa interior moviendo el pompis arriba y abajo.

Los héroes nos reunimos de nuevo ante la tienda y miramos a los Sostenibles retorciéndose en sus pesadillas.
- ¿Volveremos a enfrentarnos a ellos?
- Seguro - dijo Chistorra -. El poder de la manipulación política es enorme, pero ahora estamos preparados.
- Sí.
- Sí.
- Sí.
- ¿Y ahora qué hacemos?
- Hemos venido a comprar material friki para treintañeros y eso haremos.
Y entramos de nuevo en la tienda. Un nuevo grupo de héroes acababa de nacer, pero eso no ocultaba lo que en verdad se escondía en nuestros corazones: unos frikis de cojones que acabaron comprando tres manuales de rol, unos mapas, dados, un pincel, un cómic y que pasaron juntos una gran mañana.

FIN


- ¿Qué te ha parecido la entrada?
- Larga de cojones.
- Y superficial.
- Y ese final...
- Como se nota que no sabía como acabar la historia.
- Si es que no hay que pedirle más al muchacho.
- Bueno, espero que después de tanta palabra nos deje tranquilos una temporada.
- No creas, tengo la impresión que ha iniciado una nueva novela por entregas que no acabará nunca.
- Madre de Dios... va, quita ya este blog y busca pornografía.
- Si es que al final es lo más interesante que se puede encontrar por Internet.

martes, 18 de mayo de 2010

Que sobre rol va a ir la cosa

A los que no lo sabían supongo que no les sorprenderá el siguiente anuncio: juego a rol. Sí, sí, el juego ese donde un grupo de inadaptados según la leyenda popular se reúnen en un bar o local y se dedican a tirar dados por un lado y por otro mientras dicen cosas como:

- Soy un guerrero enano.
- Blando mi espada +4 y le arranco la cabeza al orco.
- Tira un dado de 20... 14... súmale tu Bonificador de fuerza... sí, le das... tenía una CA de 15.
- Exploro la gruta.
- Tiro por percepción... un 1... no percepteo una mierda.
- Joder... ¡pero cuántos bichos más tienen que salir!
- Me baño en la sangre de los muertos y le arranco la cabeza al jefe orco para llevármela de trofeo.
- Etc.

Con sus hojas de personajes, sus dados de muchas caras, sus mapas, sus figuritas, sus peleas, sus chanzas, sus meteduras de pata y sus cervezas y manzanilla.


Sí, juego a rol. ¿A alguien le ha sorprendido la noticia?

¿Y por qué me lanzo hoy a hablar de esto? Bueno, en principio por la frase aparecida en el blog del Capitán Chistorra.

"Mi afición por el rol estaba latente, pero hace cosa de un par de años encontré a un par de "personajillos" (mi amigo Jorge y el loco de David) con los que comenzamos de nuevo a jugar."

Por alusiones: A ver... apreciado Capitán Chistorra... analicemos ese fragmento de la oración que dice "hace un par de años". ¡Mentira! ¡Deja de quitarte año, pardiez! Echando cálculos diría que nuestras partidas se remontan ya a unos buenos cuatro años con sus interrupciones. Sí, muchacho, el tiempo pasa y nos vamos haciendo viejos.... si la Piltrafilla estaba recién inaugurada cuando empezamos con esto del rol. Como se nota que las continúas y repetidas tortas que te ha metido Morcillus están dañando de forma irremediable tu ya maltrecho cerebro.

Porque efectivamente, mi compañero de rol desde el inicio de los tiempos es el inefable Chistorra (aunque debo decir que para jugar se quita su uniforme y utiliza su identidad secreta que no desvelaré aquí ya que me hizo esa gran confianza un día de borrachera en que agarrado a una farola que intentaba polinizar me dijo: Xip, ssoi el Capitán Shistorra... el deffenshor de los debilesh y las buenorrash. Y lanzó unos de sus super-eruptos que rebentó la fachada de la iglesia neo-gótica de Torontoentero.). Se me presentó en la librería un día y me soltó:

- ¿Quieres jugar a rol?
A lo que contesté.
- Sí.
Fin de la historia.

Montamos un primer grupo que aguantó. Se nos fue uno de los miembros. Seguimos tres. Se acabó yendo un miembro (¿dónde estás David? Añoro tu forma surreal de joder las partidas al master). Quedamos dos que empecinados continuábamos dándonos de tortas. Entró A. en mi vida y entró en nuestras partidas. Éramos de nuevo tres. Hasta que desde hace unos meses nos encontramos seis personas en un bar para repartir tortas entre nosotros.

Y nos lo pasamos de bien... Y para enseñar al mundo lo bien que nos lo pasamos Chistorra ha decidido abrir un blog donde explicará nuestras aventurillas, nuestras grandezas y miserias, nuestros desconciertos, nuestras peleas y reconciliaciones, donde habrá violencia, peleas, nobleza, enanos guerreros desnudándose, dibujillos de A., dibujillos míos si Chistorra los acepta... Y este nuevo blog donde los coleccionistas completistas de mi vida pondrán encontrar infinitas referencias se llama:

LA PARTIDA DE LOS LUNES
Pincha sobre la imagen y te verás transportado a tan imprescindible blog.
De izquierda a derecha:
Chistorra, Cintu, Juan, Jorge (como master; por eso llevo gorro), A. y Alcalde.

Esto del rol me ha traído muchas cosas buenas. He hecho buenos amigos, me he reído mucho, me he aficionado a la novela fantástica a una edad ya libre de prejuicios, ha fomentado mi creatividad y mi imaginación y, sobre todo, me ha hecho volver a jugar. Porque lo mejor de la partida de los lunes es ver a un grupo de treintañeros largos, algún cuarentón creo, jugando. Quedar con los amigos para jugar. ¿Cuántos nos podemos dar ese gustazo? ¿En qué momento dejamos de jugar con los amigos y pasamos a hablar de política? Y eso, amigos y amigas, no lo podemos consentir. Hay que seguir jugando.

Y vivir aventuras. Porque la que viví el sábado es... buff... impresionante. La explicaré mañana para que comáis bien y reforcéis vuestro corazón para impedir que sufra por imágenes vivas, violencia desatada, peleas antológicas y mucha, mucha casquería. Porque mañana explicaré la excursión que hicimos A., el Capitán Chistorra, la Piltrafilla, el Bicho y yo mismo a la ignota ciudad de Barcelona el sábado para visitar el Triángulo Rolero. Y no todo el mundo está preparado para leer lo que allí pasó.

El nacimiento de un nuevo superhéroe y la revelación final de una superheroina.

Este superhéroe no es el que nació entre las ruedas de la secta maléfica de Los Sostenibles. Es sólo un ejemplo, lo que pasa es que el uniforme no está diseñado todavía.

sábado, 15 de mayo de 2010

Se fue el Ozores

Siempre que se muere un cómico, el mundo se queda un poco más solo y es menos agradable. Los cómicos, los actores de comedia, los payasos, los caricatos y toda esa ralea que hasta hace poco no se les enterraba en terreno sagrado, no se les permitía entrar en las ciudades ni acercarse a las muchachas solteras y casaderas, son uno de los seres más valiosos y que mejor debemos cuidar de toda la creación. Porque se ríen de ellos, porque se ríen de nosotros y consiguen que nosotros nos ríamos de nosotros.

¿Y por qué todo esto? Bueno, porque esta semana se ha ido uno de esos cómicos.

Antonio Ozores (Valencia, 24 de agosto de 1928 - Madrid, 12 de mayo de 2010).
Actor, escritor, dramaturgo, director, dibujante, diseñador y por encima de todo cómico.

Se habla de cerca de 160 películas, unas 200 obras de teatro entre las protagonizadas, escritas y/o dirigidas y no sé cuanta televisión y algunas novelas y etc. Un hombre que hizo gran parte del más vilipendiado cine español basado en la sal gruesa y en los felpudos femeninos. Que realizo algunas composiciones divertídisimas, que era un zorro astuto; uno de esos actores secundarios especializados en robar plano a los protagonistas. No me gustó todo lo que hizo. No creo, tampoco, que todo lo que hiciera fuera bueno. Pero le reconozco el valor a una persona que decidió que su vida sólo estaría consagrada a una única cosa: hacer reír.

Y para hacer eso hay que echarle huevos.

Porque se paga un precio: no ser tomado en serio por parte de los listos, las mentes pensantes y gafapastosos varios. Quien se dedica al humor y solo al humor, lo tiene muy crudo para ser reconocido. A no ser que haga un drama. Entonces se le reconoce como gran actor. Es la gran injusticia del mundo de la actuación. Para ser reconocido sólo se tienen dos opciones:

1. Que te reconozcan en vida un grupo de surrealistas (como le paso a Chaplin, Keaton o Lloyd).
2. Que se descuelge el cómico un día con un potente drama olvidando el tópico cierto de que la comedia es el género más difícil de todos. El más complicado, el más arriesgado, pero el más agradecido a la postre.

Así que aquí va mi homenaje a Antonio Ozores, cómico popular, con una escena de la película Yo hice a Roque III (Mariano Ozores, 1980) y que para mí es uno de los mejores diálogos que se han escrito en el cine español. Un ejemplo perfecto de lo que se llama cine del absurdo o diálogo para besugos.


jueves, 13 de mayo de 2010

Diez días por delante

Sí, diez días de descanso



en los que espero hacer eso, descansar. Aunque sea un poco. Además me gustaría leer, escribir un montón de mails que tengo atrasados, escribir un poco de lo mío, preparar la partida de rol (con lo que supone de mapas, monstruos y putadas para los jugadores), ver películas, pasear con A. y los nenes por Igualada, salir a cenar, ir al cine algún día, a comprar dados, perder el tiempo miserablemente y, por lo menos un par de veces, levantarme muy tarde.

Y escribir en el blog, claro, que me apetece volver a la dinámicas de hace un tiempo. La verdad es que esto del sueño me ha limitado mucho porque muchos mediodías los dedico a echarme siestas para sobrellevar la tarde con toda la dignidad posible y limitar las salidas a una sobre la siete y media en busca de algo de azúcar. Un zumo de piña, por ejemplo. Así que si algún lector se pasa por la librería a partir del día 24 y me quiere traer un zumo, un poco de chocolate o algo dulce tendrá mi más eterno agradecimiento, un lugar en el cielo de los justos y alguna compensación. ¿Cómo cuál? No sé... lavar el coche, masajes, dar recados, adivinar el futuro, explicar un cuento por la noche, hacer la colada, pintar el recibidor... O lo que me pidan... Eso sí, no prometo hacerlo bien.

Esta imagen es cuando ayudé a una señora a cruzar la calle.
No preguntéis qué pasó.

Ah, y me dejaba algo para hacer estos días. Releer a Kurt Vonnegut, ese tipo de escritor necesario que nos recuerda que el mundo es cruel, estúpido y absurdo ante el cual sólo nos quedan dos opciones que el mismo autor resume muy bien.

"Reír y llorar pueden ser respuestas al agotamiento y la frustración. Por mi parte prefiero reír, simplemente porque hay menos que limpiar después. "

Kurt Vonnengut.
Admirado, respetado y plagiado.


Si no habéis leído nada de Vonnengut, ya tardáis. Merece mucho la pena, ¿verdad Bellota y Leola? Por mi parte es uno de mis imprescindibles.

Nos vemos estos días.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Ciudades - Barrio de Santa Fé, Habana


Barrio donde he pasado largas horas de mi vida y al que, con un poco de suerte, regresaré pronto y acompañado.

lunes, 10 de mayo de 2010

Domingo de flims o pinículas

Ayer llegamos a la casa sobre las cinco y media. Habíamos comido en casa de mis padres y habíamos conseguido como resultado de un consentido expolio las sobras de la comida (buena carne asada), unos yogures y una enorme manta que era mía por derecho de nacimiento. Cuando estábamos a punto de llegar al piso le pregunté a A. qué le apetecía hacer.

- Me apetece ponerme en el sofá y ver una peli y no hacer nada más.

Y eso hicimos.

Me puse delante de la dvdteca y pregunté a A. si quería ver algo en especial. Me dijo que no, que lo que fuera. Miré, miré y miré. Un melodrama. Uno de las pocas películas que me gustan de ese género. Narciso negro (Black Narcissus, 1947) de Michael Powell y Emeric Pressburger. Me gusta esta película. Una historia de monjas en la India, pero que se aleja de la típica historia de unas monjitas cuidando pobres y lo majas que son. Aquí nos encontramos con una historia de represión, de secretos, de rencores, de recuerdos que se hacen dolorosamente vivos, de amores callados y de locura.


Me fascina el color de esta película (bueno, el color de todas las películas de Powell y Pressburger), obra de ese mago que era Jack Cardiff. Los paisajes y trucajes. Los ojos de Deborah Kerr, el baile de Jean Simmons y ese final con unos planos que acercan la película al cine de terror.

Acaba ésta. A. prepara una merienda a base de tostadas, mantequilla y mermeladas caseras.

- ¿Qué hora es?
- Las siete y media.
- ¿Ponemos otra?
- Venga.

Para ese momento A. ya se había traído una manta.

The Haunting, Robert Wise, 1963. Cine de terror. Impresincible. Y una de las películas más influyentes en el cine de terror. Sería a las casas encantadas lo que Romero hizo con el cine de zombies, o Michael Mayers al cine de psicópatas mata adolescentes/canguros/novios/quien se ponga por medio. Vamos, que todo nació de aquí. Un científico contacta con un grupo de personas receptivas para un experimento sobre la posibilidad de demostrar científicamente que lo paranormal existe. Para eso se van a pasar unos días a una casa considerada encantada y maldita por las muertes que en ella se han sucedido. Ya sé que todo esto os suena a más que manido.


Pero en vez de encontrarnos con fantasmas que matan, con paredes que chorrean sangre, con sustos avisados por la música, The haunting nos regala una maravilla de los que se conoce como terror psicológico donde la investigación es lo de menos y donde lo que importa es la fantástica composición de los actores y el ambiente que se va creando poco a poco. Porque para conseguir el terror realmente es necesario muy poca cosa, pero bien utilizada. Un pomo que gira, un papel en la pared que parece una cara, unos golpes, unas risas en el momento justo, el frío, y unas buenas interpretaciones.


No hay misterio. No hay resolución. Quedan preguntas en el aire. Sugestión. La casa es malvada. Y el adjetivo asqueroso para dar forma de palabra a la sensación de que la casa te está mirando. Al ver esta película uno se da cuenta de la influencia que ha tenido porque sin ella Stephen King no habría escrito nunca El resplandor y Amenabar con su Los otros y Bayona con su Orfanato no habrían sabido a quien plagiar. Y, además, creo que uno de los grandes aciertos de esta películas es hacer una historia de fantasmas sin que se vea en ningún momento un sólo fantasma. Mis secuencias: Julie Harris bailando alrededor de la estatua, el frío que atormenta a las dos protagonistas en la habitación con un pomo que gira, y ese apretón de manos ante algo que parece una cara en la pared y la ascensión por la escalera de caracol.


Y una bellísima Claire Bloom, el único personaje con el que según dijo A., uno se liaría para pasar más entrenida la noche y pasar de los fantasmas.

- Porque el del bigote es un pesado y el otro es un gilipollas. Y ésta te promete que una noche con ella y te transformas en otra persona. Y, además, es que está buena.

Totalmente de acuerdo con A. Es una mujer de muy buen gusto.


Acabamos. Son las nueve y media.

- ¿Qué? ¿Nos ponemos otra?
- Venga.
- ¿Un policíaco de los setenta?
- Dale.

Y así fue. Marathon Man, John Schlesinger, 1976. La historia de un chico corriente metido en una historia que le viene muy grande con antiguos nazis, agencias secretas, diamantes, sangre, asesinatos y tiroteos. Muy entretenida. Aparece Dustin Hoffman y un enorme Laurence Oliver disfrutando con su papel de "El ángel blanco", dentista reciclado en director de Austwitch y que tiene una de las más espeluznantes escenas de tortura de la historia del cine.


Para lo que no saben inglés, lo que Laurence Oliver repite una y otra vez es "¿Están a salvo?". Naturalmente, Dustin Hoffman no tiene ni idea de lo que está hablando.

Un entrenido thriller de acción, sombrío, pesimista, bien interpretado, bien construido aunque siempre me deja una pequeña sensación de ligero artificio. Eso sí, me despertó la curiosidad por leerme la novela homónima de William Goldman, un señor al que considero un poco pesado y crecido en sí mismo, pero como escribió La princesa prometida casi que hasta se lo perdono.

Las doce. Vámonos a dormir.

viernes, 7 de mayo de 2010

miércoles, 5 de mayo de 2010

Algunas recomendaciones literarias para este Mayo

Aunque Sant Jordi haya pasado y ya se esté pensando en el siguiente, la maquinaria editorial no para. Ahora se empieza la busqueda de ese libro que será el pelotazo del verano y que hará que los efluvios de las ventas se perpetúen hasta navidades. Así que todas las editoriales se lanzan a la marabunta de publicar y publicar y publicar y las librerías que ni siquiera hemos empezado las devoluciones masivas de Sant Jordi, nos vemos inundados por las novedades. ¿Alguien dijo tregua? Eso no existe en el mundo del libro. Demasiadas novedades, dicen todos los libreros. Y, por una vez, tenemos razón. Y por culpa de tantas novedades, hay libros que pasan desapercibidos. Y yo, como mentor e ideólogo de este vuestro blog, me propongo desenterrar del olvido esos libros que no hay que dejarse perder. Ya lo hice por Sant Jordi y lo iré haciendo durante el tiempo que me de la gana. ¿Estamos? Pues quí van.

Los pretéritos infinitos de color amarillo melocotón de Augustí Telles, ed. Alpha Decay, 2010.

La novela pseudointelectual de la temporada. La novela que hará hablar y discutir en los ambientes intelectuales de las grandes ciudades cosmopolitas y que no se venderá una mierda en las ciudades de provincia. Una novela llena de reflexiones que no llevan a ninguna parte, frases largas y muchas, muchas, muchas palabras que no estamos seguros de si existen. Los preteritos infinitos de color amarillo melocotón narra la historia de un grupo de estudiantes universitarios que se enfrentan a una crisis de valores tanto existencial, como generacional, como vital, como moral, como fundacional, como musical. Entre campana y campana hablan de sus vidas, se enamoran y desenamoran todo a ritmo de referencias culturales de primera línea de ambiente underground que gracias al éxito de esta novela pasarán a la cultura masiva y entonces serán despreciadas. ¿No os parece atractivo? Pues aquí un fragmento de tan imprescindible paja mental.

"Ella entró en la habitación e inmediatamente me fijé en sus ojos color amarillo melocotón que me rememoraron aquellos momentos en que en el grupo de meditación comunista budista hablábamos de la imperdurabilidad de los morfemas emocionales que constituyen la esencia de la logística conceptual. Claro, dijo Alfonso mientras arrancaba las páginas que traicionaban el espíritu del grupo de Rayuela, si es que Mao ya lo dijo. Pero estaba equivocado, como todos nosotros, jóvenes universitarios atrapados en un movimiento sísmico emocional. Empezó a sonar música de esa llamada comercial que tenía ritmo y ella se acercó moviendo sus manos como si fueran palelogramos infinitos que le recordaron a la sinfonía de silencios del cine iraní."

Una novela tan pseudointelectual, vacía, aburrida, llena de palabras largas y esdrújulas que no te atreverás a decir que es una enorme mierda para no quedar mal delante de tus amigos. Y más si la crítica ha dicho esto:

"No entendía nada, entonces quiere decir que debe ser buena, ¿no?" Babelia, el País.
"El mejor ejemplo de trasgresión intelectual que he intentado leer en los últimos años." El Cultural, La Vanguardia.

¡Qué te jodan!, Lillian Bujols, ed. Obelisco, 2010.

Después de El secreto, El poder de ahora, El alquimista, El caballero de la armadura oxidada, El monje que vendió su ferrari, El secreto del ahora, El alquimista vuelve en ferrari, Conversaciones con Dios en una armadura oxidada y El secreto de Guardiola ahora, llega a nuestras librerías el libro de autoayuda definitivo y que llega a cotas que los otros sólo apuntaban, pero no se atrevían. Lillian Bujols presenta su primer libro de psicología autoayudítica que cambiará para siempre los conceptos que teníamos de psicología de baratillo. ¡Que te jodan! es un manual perfecto para superar nuestro día a día y que se basa en un único concepto: Si no te gusta, te jodes. Todo el potencial de egoismo y egocéntrismo que sólo se atrevían a apuntar los otros manuales, este libro lo lleva a su eclosión definitiva. ¿No te gusta que sea feliz y dueño de mi vida? Pues que te jodan. ¿No te gusta que sea responsable de mis actos? Pues que te jodan. ¿No te gusta que queme rastrogos en el balcón de mi casa? Pues que te jodan. ¿No te gusta que no ceda nunca el paso a los otros automóviles en una autopista? Pues que te jodan. Es mi vida y la vivo tan egoístamente como me es posible. El egocentrismo del yo llevado a su últimas consecuencias. Sólo preocupándose por uno mismo conseguirás las cotas de felicidad que te mereces. ¿No te lo crees? Lee lo que opinan de este metodo de autoayuda.

"Antes de leer ¡Qué te jodan! tenía familia, amigos y trabajo pero estaba demasiado ocupado haciendo cosas por los demás. Después lei el libro de Lillian y todo eso se acabó. Ahora no tengo ni familia, ni amigos, ni trabajo. ¿Pero sabes que te digo? Que se jodan, no los necesito. Lo primero soy yo, luego yo y luego mis necesidades. Y ahora... ¿me das algo para un cartón de vino? No... pues que te jodan."

Y, además, la primera edición de este libro lleva un dedo extensor de regalo.

Como conquistar a un caníbal, de Claudia del Moral, ed. Phoebe, 2010.

Lisa es una intrepida e independiente florista que regresa a su pequeño pueblo en Iowa (capitál DesMoines) para asistir a la cena de Acción de Gracias con su familia, con la que tiene una relación distante porque no aceptaron que se cortara el pelo. Parece que la intermediación de su hermano pequeño Timmy puede conseguir que haga las paces con sus padres. Pero por culpa de un retraso en el areopuerto por huelga de reponedores de palillos, llega tarde a casa y descubre horrorizada desde el marco de la casa que un atractivo y peligroso psicópata canibal se está comiendo a su padre. Aunque en su fuero interno crece el ansia de vengaza, también se siente atraída por ese extraño asesino de fuertes músculos, mirada acerada y pasión animal que tanta habilidad tiene para, desafiando las leyes de la física y la anatomía, desgarrar con un solo bocado la masa muscular de un brazo que tantas veces de pequeña la había abrazado.

Robert es el típico psicópata canibal que entra en las casa de las familias y se las come acompañadas de cerveza, música metal y grandes dosis de violencia y recreación en la sangre y las visceras. Pero se siente vacío porque siente que la falta algo. Cuando está sorbiendo los dedos de los pies de esa abuela que no dejaba de gritar hasta que le metió su propio estómago en la boca, percibe que en la puerta está observándole la criatura más hermosa de la creación y de la que se acaba de enamorar con un amor tan grande que le ha cerrado el estómago. Pero, ¿podrá conquistar a la mujer a cuya familia se acaba de comer con salsa barbacoa?

Un nuevo éxito de la escritora Claudia del Moral donde vuelve a demostrar su talento para los argumentos basados en el canibalismo, la alta cocina, la pasión y las barreras que se rompen. Una gran novela que entusiasmará a nuestras lectoras. Una novela que la crítica especializada ha definido como "un coctel explosivo que mezcla con talento Apocalipsis Canibal y Pretty Woman".

martes, 4 de mayo de 2010

Pequeña crónica de la Fira de Titelles de Lleida de un jurado narcoléptico

Vamos, que con el título de esta entrada os chafó cualquier sorpresa y ya sabéis de lo que voy a hablar. Sí, del pasado fin de semana cuando estuve en Lleida como jurado de la XXI Fira de Titelles. Bueno, para ser más exacto desde el jueves 29 de abril a las 17:00 horas hasta el 2 de mayo a las 17:00 horas. Cuatro días de machaque continuo, de titeres, de 30 obras de teatro, de hablar, de valorar, de pasear, de comer y, sí, de dormir en algunos espectáculos. ¿Qué como fué? Pues así. Empezamos.

Obras vistas: 27. En principio tenían que ser 30 obras de teatro, pero una nefasta organización el sábado impidió que viera 3 de las obras al no tener un asiento guardado como jurado. Esto tuvo también un lado positivo y un lado negativo. Me perdí una de las obras más aburridas de toda la feria, pero me perdí dos grandes obras de teatro. Queja presentada, disculpas aceptadas y para casa.

Nivel de las obras vistas: Medio tirando a bajo. Vi muy pocas obra de las que dijera aquello de "Joder, pedazo obra que visto, hostia". Todo era de un tono muy "pst, está bien", "es mona", "no está mal". Eso sí, algunas de las que vi se anclaban a las frases: "joder qué truño", "madre de díos, que pesado es el cabrón cuando quiere", "tendrían que pegarle por presentar esto" y "no sé, me he quedado frito". Lo sorprendente es que hablando con jurados de otros festivales, tierras y países me decían que el nivel del festival era muy alto. Lo que plantea dos posibilidades: o yo no me entero, o el nivel de los otros festivales es para echarse a temblar.

Pere el Gran: Jurado como yo. Y compañero de habitación y vehículo. Gran amigo y gran concertista por las noches.

Y el jurado se quedó dormido en: Tres obras con total alevosía. Una porque era todo muy oscuro, muy denso, muy con musiquita de nanás y, claro, no pude evitar cerrar los ojos. Otras porque era un rollo, punto. Y otra porque o me dormía o me levantaba y empezaba una matanza de marionetas.

Lo que más se ha hecho: Ver teatro y comer. Comer mucho. Dos aperitivos diarios. El desayuno en el hotel (no entiendo a esos que van a un hotel y desayuna un platano y un yogur. ¡Qué hay embutido! ¡Y pan! ¡Y que entra en el precio! Hay que atiborrarse hasta que no se puede comer más y luego repetir!).

Personajes: este año no hubo muchos personajes interesante a diferencia del año pasado. Se puede destacar al italiano alto con cara de pasarlo siempre bien, la señora holandesa que iba perdida por Lleida y no sabía qué hacer o dónde ir, la respetable anciana que le daba miedo a Pere el gran, compañero de viaje. Y la pija, claro. Esa jurado que revoloteaba por allí y se suponía que tenía alguna función.

Guyi-Guyi: adorable cocodrilo protagonista de la obra homónima. Acabó siendo una de las grandes obras de este festival y se llevó por lo menos tres premios. Las actrices eran maravillosas, la historia de una sencilles ultra efectiva y la manipulación, genial. Una gran técnica, una gran interpretación y uno de los mejores momentos de toda la fira. Y premio del público a la mejor obra infantil.


Tendencias: las obras presentadas tenían unos rasgos en común que me llevó a pensar en la tendencia de esta año en el mundo del títere y la marioneta. A saber:
- El fuego: casi todo el mundo en un momento u otro encendía una antorcha, un palo o una hoguera.
- Los cigarrillos: A fumar se ha dicho. Todo el mundo con el tabaco o puro en la boca. Como se nota que la ley del tabaco está al acecho y la gente se aprovecha.
- Linternas.
- Tierra.
- Títeres feos de cojones. Pero feos. Mal hechos, con expresión de desencajada que parecían víctimas potenciales de un científico loco que ha creado mutantes degenerados exponiendo los cuerpos a las más diversas plagas venidas del espacio exterior.
- Oscuridad. La gran mayoría eran espectáculos oscuros de cojones. De aquellos que uno fija la vista en el escenario y al finalizar éste se da cuenta que se ha dejado la mitad de ella.

Pirómides: Novela de Terry Pratchett que me acabé en Lleida.

Vistas: Las que tenía del hotel. Mejor este año que el anterior.


Suerte: la de habernos perdido las dos obras más aburridas de la fira. Si es que tenemos una intuición.

Alegría: la de reencontrarnos con Roser, una payasa de coche tuneado que conocimos el año pasado y que es una de esas personas que sientes que el tiempo compartido siempre es corto. Considerada ya una amiga.

Los viajes de Tuf: Novela de George R.R. Martin que empecé en Lleida.

Fantômas probablemente: la obra que pudo ser y no fue. Una lástima.

Circo: el que nos ofreció los Escarlata Circus con su Devoris Causa en el que fue uno de los mejores espectáculos de la fira aunque no fuera de títeres (aunque saliera una hecha con col, unas zanahorias y algunos vegetales más). Pues circo, baile, calor, comida, sudor, cuchillos, violencia y diversión.

A.: a quien añoré cada minuto.

Caselles: nombre de una imponente librería de Lleida. Preciosa con sus cinco pisos y su gran fondo. Porque no tenía ni tiempo ni dinero que si no...

Poe: a parte de ser un escritor américano, daba nombre al que fue considerado el mejor espectáculo para adultos. Títeres de terror. Y daba miedo. Espectacular manipulación.


Feria de abril: Ni pisarla este año. Una lástima.

Fumar: mucho.

Beber: algo.

Dormir: poco.

La frase: "El año que viene volvemos. Ya sea como jurado, programador o marionetas."

La propina: Un hermoso vídeo de títeres. Disfrutadlo.