jueves, 14 de marzo de 2013

¿Y qué tal el mar?

Hace unas semanas vino mi buen, pero insufrible amigo Jordi a cenar a casa. Esto no es una novedad porque viene bastante a menudo a hacer la pelota a A. y pretender ser gracioso. Mientras cocinaba hablábamos de esto y lo otro y me soltó sin venir a cuento:
- ¿A ti te gusta el mar?
Pensé unos segundos mientra veía si la cebolla tenía la textura adecuada.
- Sí, pero a los cinco minutos me cansa.
- Es que yo odio el mar. Lo odio. Me aburre. No me gusta. Toda esa agua junta y quieta sin saber qué hay en el fondo. El mar está sobrevalorado.
- Como los paisajes - dije -. Subir a una montaña para ver un árbol, un río, una montañita durante ¿cuánto tiempo? A los diez segundos ya tengo ganas de largarme.
- Ya, pero ¿tú te irías en un barco a alta mar durante unos días?
- Ni de puta coña. Ni durante unos minutos.
- Pues eso.
- ¿Por qué lo preguntas?
Y me explicó que hacía unas semanas él, su pareja y unos amigos paseaban por el puerto marítimo de una ciudad y sus acompañantes, con un suspiro entre nostálgico y esperanzado, expresaron su deseo de pillar unos de los barquitos que había en el puerto y perderse unos días en alta mar. Ante esa idea, mi buen amigo Jordi expresó su horror y consternación y al comentarme él el plan solo pude mostrar mi horror y consternación. Porque para nosotros el mar es un conjunta de cosas horribles, espantosas y pesadillescas.




Y lo peor de todo


Entonces, ¿vosotros sois más de campo o montaña? No exactamente. Porque de alguna conversación que hemos tenido hemos llegado a la conclusión de que el campo...



 Y lo peor de todo


Vamos, ratones de ciudad. Bueno, no exactamente.




Y lo peor de todo


- Anda que no sois difíciles vosotros dos.
- Nunca hemos dicho que no fuéramos unos gilipollas.
- Ja ho pots dir, ja...

martes, 12 de marzo de 2013

Non, non, non... sal de mi puta cabeza

Llevo un par de días con esta canción en la cabeza. Se introduce, se introduce y tengo a Camélia Jordana cantando a mis neuronas todo el puñetero día.


Por suerte la canción es graciosa y tiene un aire a twist muy agradable. A Niña Zombie le ha encantado.

Y dejo la letra. Tiene su punto.

¿Cuántas veces he de
deciros con estilo
que no quiero salir?
No, no, no, no
No quiero salir a tomar el aire
No, no, no, no
No quiero tomar una copa
No, no, no, no
No quiero olvidarlo
No, no, no, no
No quiero prescindir de él.

Sólo quiero
estar mal,
(no hay nada malo en estar mal)
arrastrarme, no comer nada,
escuchar a Barbara.
A lo mejor vuelve.


No, no quiero dar una vuelta
¿Para qué sirve dar una vuelta?
No quiero deshacerme
de este infierno tan bello
que empieza a gustarme.
No quiero salir de este salón.

[Estribillo]

No, no quiero estar mejor.
¿De qué sirve estar mejor?
No, no quiero vestirme.
Tampoco maquillarme.
Dejad que me aburra.
Terminad ya con vuestras preguntas.

[Estribillo]

lunes, 11 de marzo de 2013

Piniculas

Resumen rapidito algunas de las películas que he ido viendo estas semanas. La mayoría son de tiros y explosiones y frases duras. Poco cine de pensar. Al cine de Igualada no llega lo más selecto de la cartelera, sino el producto, y en ocasiones subproducto, más comercial. Con el paso del tiempo uno acaba aclimatándose, relajándose y aprendiendo a valorar todo tiempo de cine.


Que me ponga a ver cine español es un milagro, pero es lo que tienen los domingos por la tarde. Entretenida, pero justita, tramposa y poco creíble. La idea es ingeniosa, pero los enigmas no cumplen con la promesa (si hasta yo me los sabía). Casting equivocado. Con una espantosa banda sonora de Los planetas. Como película no acaba de funcionar. Mejor un corto.


Cuesta expresar lo bien que me lo paso viendo las películas de Tarantino. Entiendo las críticas sobre fondo y forma, el pastiche y bla bla bla, pero el disfrute de niño pequeño con el que vivo sus historias hacen que todo eso pase por alto. No la disfruté tanto como Kill Bill, Pulp Fiction o Malditos bastardos, pero el despliegue narrativo, referencial y coñon me hizo pasarme toda la película con una sonrisa estúpida en la cara. Inmensos Christopher Waltz y Samuel L. Jackson. Y la música de Bacalov y Morricone...


Sé que no es de lo mejor de Carpenter, pero le tengo mucho cariño a esta película. Las historias de niños cabrones siempre me han gustado y la Mara de ésta da muy mal rollito. Ciencia ficción clásica, humor socarrón y esa serie B que tanto nos gusta de toda la vida.


Gran película de acción. Dredd recupera la dignidad cinematográfica como personaje después de aquella patochada que perpetró Silverster Stallone. Pura serie B. Un escenario, muchos malos, muchísimos tiros. Violenta, oscura, sucia y muy entretenida. Y directa. Va al grano. Nada de subtramas molestas o estiradas. Hay un malo, vamos a por él.


Mala, muy mala, mala de cojones, pero qué muy mala. Espantosa. Un mal piloto de una mala serie de televisión en una pésima cadena. Diálogos absurdos, situaciones increíbles, mueren más malos de los que hay, interpretaciones acartonadas y personajes ineptos. Pero, ver al tito Arnold empuñando una pistola y cargándose a quien se pone por delante siempre es bonito y te recuerda mejores épocas. Además, el momento en el que el malo explota es divertido.


Buenas interpretaciones para una buena historia. Drama familiar con tintes de género negro y sensación de frío. Me gustan las historias de clanes familiares aislados, fabricantes de metanfetaminas, basura blanca, como en los cuentos de Knockenstiff, pero con algo de humanidad y esperanza. Y una adaptación bien hecha de una estupenda novela (escribí cuatro rayas sobre ella aquí).

domingo, 3 de marzo de 2013

viernes, 1 de marzo de 2013

Shakespe... ¿qué?

Esto ha pasado hoy en la librería.

Ha entrado un señor y se ha dirigido al mostrador.
- Buenos días.
- Buenos días.
- Vengo a buscar un encargo. Me enviaron un mensaje diciendo que estaba aquí.
Me alarga del recibo del encargo. Lo compruebo en el ordenador y, sí, el libro ha llegado. Lo busco entre los libros reservados y lo dejo en el mostrador. Es un libro de lo que se conoce como autoayuda o crecimiento espiritual con altas dosis de misticismo atlante.
- ¿Algo más? - pregunto.
- Sí. ¿Tienen algo de eso? - y me alarga un papel. Lo cojo y leo tres palabras.

Libros sobre Shakespeare

Dudo.
- ¿Qué busca? Un libro sobre Shakespeare o un libro de Shakespeare.
- Busco eso.
- ¿Una biografía?
- No, eso. ¿Qué tiene?
- Biografía sobre Shakespeare ahora no tengo ninguna, pero podemos pedirla. De Shakespeare tengo obras de teatro y los sonetos, claro.
- ¿Qué teatro?
- El de Shakespeare.
- No, yo busco esto que he apuntado - coje el papel y me lo vuelve a enseñar-. Mira, Libros sobre Shakespeare.
- Sí, Shakespeare. Ya sabe, Hamlet, Romeo y Julieta... - Ser o no ser, pienso.
- No sé, no conozco.
- Shakespeare. Es uno de los nombres más importantes de la literatura mundial.
- Es que en un libro que leí aparece este nombre y pensé que sería interesante. ¿Así que es teatro?
- Sí, ya sabe, Hamlet, Romeo y Julieta, Otelo - dejo el resto de la obra del bardo inglés en suspenso.
- Así que este hombre escribe teatro. No, no me interesa. Yo pensaba que Shakespeare era una filosofía como el budismo, el tantra o la ayuderva. No, teatro no quiero. ¿Cuánto te debo?
- Dieciséis euros.
- Tenga. Gracias. Que pase un buen día.
- Buen día.

Esto no puede haber pasado