martes, 11 de septiembre de 2012

Tres lecturas

Tres lecturas seguidas y las tres buenas. No todos los días se puede decir eso.


Caída y auge de Reginald Perrin, David Nobbs. Maravillosamente publicado por la imprescindible Impedimenta, una de esas editoriales que cada temporada trae libros que me hacen feliz. Tengo una debilidad enorme por el humor de factura inglesa e Impedimenta mima su catálogo con recuperaciones o primeras ediciones de novela clásicas inglesas que conversan todo su absurdo, su humorismo y su visión cínica de la vida. Y tras las maravillosas Flora Poste, con su determinación y sus maravillosas pantorillas, y su majestad Lucía, a quien le sienta de maravilla el negro, las aventuras de Gervase Fern investigando por Londres, nos llega un cuarentón en crisis con un plan absurdo para volver a vivir. Reginald Perrin, inmortal personaje, para una novela esplendida que me ha proporcionado incontables carcajadas. Novela cruel, divertida, ácida, caustica, absurda, satírica, despiadada y con un puntito triste y hasta tierno. Porque no deja de ser la historia de un pobre hombre que solo quiere ser un poco feliz, pero su vida no le deja.

Momentazos:  todas las escenas relacionadas con los calzoncillos de Beethoven. Los diálogos de las diferentes cenas y reuniones. La salida de escena del médico de la empresa.

Y de humor inglés, a horror victoriano.


La chaise-longue victoriana, Marghanita Laski, automática editorial.

Inmerso en el horror de la temporada de texto me llega un paquete con un libro. Y en ese libro me encuentro con una historia de n aire gótico y victoriano que aprovecha la historia de una pesadilla de la que no se puede despertar para radiografiar el papel femenino en la época victoriana y en los años cincuenta. Hija, como no, de la fundacional Otra vuelta de tuerca de Henry James (oscuridad, ambigüedad, onirismo controlado, represión, silencios) y en mi opinión influencia en obras posteriores como la muy inquietante obra de teatro de Ira Levin, El cuarto de Verónica con la que comparte esa pesadilla inacabable. Historia de horror que deja un poso malsano y provoca una lectura desasosegante e inquietante. Y repleta de matices y dobles, triples lecturas. De frase larga y lectura lenta. Fiel a un estilo de relato que tantas alegrías ha dado al aficionado al fantástico y terror como es el goticismo del siglo XIX inglés, pero consiguiendo elevarse al encorsetamiento del género proponiendo una reflexión sobre el mismo y sus contradicciones. Amén de sus retratos femeninos y su ironías sobre aquellas heroínas "histéricas" de tantas historias.

Quiero leer más cosas de Laski.
Y muchas gracias, Lucía.

Y de una oscura casa inglesa a la casa de la duna.


Hace cuarenta años, Maria Van Rysselberghe, errata naturae.

Una de esas historias de amor desesperadas en su cotidianidad de dos personas casadas con otros que sin darse cuenta descubren un amor que va más allá, sin límites ni fronteras que lo ocupa todo. Novela tierna, muy triste, desesperada... exaltación literaria de un amor prohibido que los personajes vives hasta casi sus últimas consecuencias... la sublimación del recuerdo y los pequeños gestos. En la novela, en el prólogo y epílogos se habla de Flaubert, de André Gide, de Foscolo, de Wong Kar Wai. Con permiso añadiría esas largas esperas que tanto los aproximan a los espacios en blanco de Chéjov y, sobre todo, al cine de David Lean tan lleno de amantes que luchan por encontrarse y tan repleto de pequeños gestos: una mano en un hombre que resume un universo o una silla plegada en la Piazza de San Marco. Una breve novela de gran calado que después de una primera lectura, invita a una segunda más pausada y a una tercera para desvelar todos los recovecos y matices de una pasión no por conocida, menos importante. Gran novela para un tranquilo domingo por la mañana con un buen café y una gata dormida en el regazo.

Ah, y mención especial a la lectura de Com un llebrer de Roddy Doyle que ha publicado la pequeña editorial Bambú.


Novela juvenil realista con un toque fantástico que se integra de forma muy natural en el día a día de una familia irlandesa. Envidia profunda por la fluidez y naturalidad de los diálogos. Personajes vividos para una historia que habla sobre la familia, sus mujeres, los lazos que las unen y las muerte. Tierna y muy divertida. Una novela relajada. Una pequeña joya.

5 comentarios:

Cristina dijo...

Me llama la atención el último: historia familiar, intuyo que con protagonistas femeninas, tierna... Ay, ¡necesito más tiempo para leer!

Besos.

Veritas dijo...

Tengo especial predilección por las damas histéricas (cuando la histeria era lo que era, el síndrome del útero migratorio) y nunca hubo tantas como el la época victoriana así que no sé si me gustaría leer ironías sobre ellas. Lo de que siempre se desmayen cuando hay un diván cerca es casualidad, nada más y nada menos ;)

Echaré un ojo a la primera novela porque los planes absurdos en mitad de la vida me parecen lo más realista del mundo y, de vez en cuando, está bien poner los pies en la tierra ^^

Jorge dijo...

@Rusta, "Com un llebrer" es una joyita muy especial. Si la quieres, te la mando por correo y la lees con calma.

@Veritas, quizá me he expresado mal. Ironía cruel sobre la concepción que se tenía sobre las mujeres, no sobre la mujer en sí. No hay risa sobre la condición femenina, sino reflexión. Es una novela apasionante y muy intensa. La recomiendo mucho, mucho, mucho. Y "...Reginald Perrin" es un soplo de aire fresco, algo divertido, fresco y maravilloso.

Veritas dijo...

@Jorge, probablemente es culpa mía por no haber entendido bien, pero con este matiz mucho mejor. Lo tendré en cuenta ^^

Cristina dijo...

Gracias, Jorge, pero mejor no porque ahora mismo ya tengo bastantes lecturas pendientes. Además, he visto que es muy barato; ¡saldría más caro enviarlo de ida y vuelta que comprarlo! :)