lunes, 18 de febrero de 2013

No hay excusas

Podría poner muchas excusas, pero no pondré ninguna. Digamos que una mezcla de contagio del desanimo general que se respira a mi alrededor por temas que se nos escapan (sean crisis, abusos de poder, inseguridades laborales varias, etc.), pereza, sueño y novelas absorbentes han hecho que abandonara este blog más de lo querría. Y voy notando que esta bitácora que abría por los calores de julio de 2008 necesita una sacudida y una nueva revolución copernicana ahora que el geocentrismo se ha vuelto a poner de moda. ¿Qué haremos? Ni idea, pero algo se barrunta.

Sea como sea, resumen de estos días:

1. He ingresado en la liga del sombrero. Desde hace un par de semanas, llevo sombrero. Tontería, pero para mí es una novedad. Y me gusta, claro. Si no me gustara, no lo llevaría. Es elegante, da calorcito, me sienta muy bien y me ha hecho que volvieran a reírse de mí por la calle. Dos adolescentes empezaron por lo bajini a llamarme "friki" y "tío con sombrero". Y me molestó, claro. Porque ambas cosas son verdad y lo que en principio tendrían que ser insultos, solo fueron definiciones. No sé, algo más de invención se hubiera agradecido.



2. Exploración de la comedia con los nenes. Ya va siendo hora de que tengan base cinéfila sobre la que asentarse. Después de algunas risas gracias a Stiller, Ferrell y compañía, empiezan los clásicos. El guateque (vista el sábado), La carrera del siglo, Sopa de ganso, El ejercito de las tinieblas serán algunas de las próximas. A Niño Lobo le hace gracía todo lo que tenga que ver con insultos. A Niña Zombi, con decapitaciones.

Vigilando por la salud del sentido del humor de los niños desde hace muchos años.

3. Días de revisión de series. Buffy, Community, My name is Earl... primera incursión en Los Soprano.

4. Y entre los sueños tenidos destaco dos.

- Noche de sábado a domingo: un experimento del ejército que sale mal provoca que una tortilla de dimensiones gigantescas aterrorice a la población mundial. Los Vengadores y Green Lantern (traído de otra dimensión ex-profeso y con las pintas de un Tom Cruise muy venido a menos) luchan contra la tortilla devoradora de edificios y personas. En Igualada se decide que un servidor irá a la montaña de la Tossa a vigilar que no se acerque el monstruo. Es un sacrificio por el bien común ya que soy la persona más prescindible de la ciudad. Al final del sueño, me duermo en un árbol, no aviso y la tortilla devora la ciudad siendo yo el único superviviente.

- Noche de domingo a lunes: precuela con aires de comedia de Alien donde la cría como mascota del bichito acaba escapándose de las manos (ya te dije Jordi que no me parecía un buen negocio).

1 comentario:

Mara Oliver dijo...

Entiendo las razones, pero igual te echo de menos :P
Niña zombie y niño lobo son GENIALES, espero que ya les hayáis metido en vena "El vuelo de los dragones" como haría todo hombre con sombrero que se precie ;)
Besotes!!!