lunes, 1 de julio de 2013

Cositas que alegran una mañana en la librería

- Hola, ¿tenéis El diario de Ana Frank?
- Sí, claro.
Se lo voy a buscar y le hago entrega  de este clásico.
- Aquí tiene.
- Gracias. ¿Lo has leído?
- Sí, hace muchos años.
- ¿Y qué? ¿Está bien? ¿Es divertido? ¿Tiene final feliz? Es que si no tiene un final feliz mejor me buscas otra novela porque mi hija es muy sensible y a ver si llora. ¿Qué es tipo Diario del Greg?

Pequeños momentos como éste son los que llenan de felicidad a un librero inmerso en la aburrida campaña de texto y cuadernos de verano. Éste y aquellos momentos ya clásicos como el señor que creía que Shakespeare era una corriente de autoayuda como la ayurveda o el chaval que se estaba volviendo lelo buscando en la sección de cocina aquellas "Raciones extraordinarias" de Edgard Allan Poe

7 comentarios:

Sunshine dijo...

La madre de dios... Jajajajajaja En momentos como esos en un principio no sabes si quieres reir, asesinarles con un marca paginas (?) o simplemente largarte indignadamente sin mirar atrás. Si no... también estan aquellos momentos donde por sentado y con poca información debes saber perfectamente a que se refiere el cliente "¿Un libro que teníais por aquí con una portada de color rojo? No se como se llama ni el autor ni de que iba, solo se que tenia color rojo en la portada... tienes que saber cual es, vine hace unas semanas y estaba aquí, debes saberlo, era rojo" -momento verídico-

Cristina dijo...

Me reafirmo en lo de que tienes que escribir un libro de anécdotas de un librero. Con tu chispa y tu experiencia seguro que sería un éxito.

Capdemut dijo...

No os pongais en lo peor.
Puede que esa hija tan sensible tuviese una marcada ideología nazi y el final del libro si le hubiese parecido feliz.
Pero nunca lo sabremos.
Eso pasa por no preguntar.

Lola Alted dijo...

Me he cabreado sólo de leerlo...

Qué paciencia tienes señor!!!

Jorge dijo...

@Sunshine, mi anécdota favorita siempre será aquella en que una señora me pedía un libro que había visto hacía dos años donde un chico quería a una chica y la portada era azul. En toda su sencillez, la mayor irritación.

@Rusta, si venciera la vagancia...

@Capdemunt, culpa mía. Tienes razón. Prejuzgando antes de conocer toda la historia. Si vuelve a pasar intentaré adivinar si la persona tiene simpatías nazis para tener el contexto completo y no volver a meter la pata de esta manera.

@Lola, paciencia no, Lola, reacción lenta.

Vaivenes e Insomnios dijo...

Nos ponen a prueba ;) Pero aún así tenemos alma librera, no podríamos estar en otro sitio. Abrazos
Un Cuarto Propio

Jorge dijo...

Y si estamos en otro sitio nos pasamos el día leyendo/compartiendo/recomendando y vendiendo por los rincones.