jueves, 1 de enero de 2015

Primer día... otra vez

09:00
Feliz año... eso dicen.
Un traspaso temporal de una convención a otra que se celebró con los capítulos finales de la tercera temporada de Buffy Cazavampiros, unos caramelos, páginas de Guerra y paz en las que sentirme chiquitito y poca cosa, y a dormir antes de la una. Con todo lo que había sido yo y lo que había llegado a salir y mira ahora, tan féliz.
Ahora, en diez minutos, a llevar la carta a los Reyes con los nens.
En una hora y pico, la casa tomada por hordas de padres y niños buscando chocolate con bizcocho por expresa invitación de A. Es lo que tiene compartir la vida con alguien sociable, amable, simpática, hermosa y que le gusta la gente.
En unas cuatro horas, ir a comer a casa de la mamá y empezar el expolio de películas en VHS (mi hermana y mi cuñado me han dado un vídeo haciéndome muy feliz)
Y luego todo se andará. Veremos en qué acaba este primer día.
Sea como sea, feliz día y año y década y vida.


Y vigilad con los parásitos cerebrales alienígenas. Están aquí y van a por nosotros.

11:15.
Ya está llevada la carta a los pajes de su Majestad los Reyes de Oriente. Ha sido... decepcionante. Mucho paje, mucha organización, mucho globito, pero ni un solo caramelo. Los niños con cara de que algo ha fallado. En Igualada todo el circo que rodea a los reyes es lo más. Motivo de orgullo, satisfacción, alegría y sentimientos. Y por tradición los protagonistas son los niños. Cuando estos van a llevar la carta el día uno, se encuentran con un montón de pajes que les preguntan, se interesan por ellos y sus cartas, por cómo han pasado el año y si se han portado bien según los estándares más tradicionales. Les dan caramelos y sonrisas.

Pero tengo la impresión de que desde hace un par de años la tendencia está cambiando. Si el año pasado fue un momento de prisas, este ha sido demencial. Cincuenta minutos de cola con los niños pasando frío, pero llenos de ilusión. Y cuando llegas, un minuto y medio, entrar, un paje te empujara todo el camino, dos filas de pajes a cada lado, pocas sonrisas, mucha prisa, ni uno se ha acercado a los niños ni se le ha visto la intención. Nada de caramelos o de sonrisas. Rápido, rápido, prisas, prisas. Avanzad, avanzada. No detenerse, no pararse. Seguid. Mano en el hombro de los niños que los lleva por delante. Cola para el paje mayor, portaos bien, no os peléis, comed verdura y a la calle. Dos minutos. Los niños con cara de circunstancia y nosotros, la verdad, bastante sorprendido de la rapidez y el descuido. Entiendo que hay mucha gente y bla bla bla, pero no.

Ahora empieza la invasión de padres y críos.
Luego edito.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hijos de p*$a. Destructores de ilusión. No dejan nada. Mercantilismo.