lunes, 2 de noviembre de 2009

Apoyo

Noche. El coche llevaba aparcado cerca del acantilado cincuentra y siete minutos. Asiento de atrás.

Él ya tenía los pantalones por los tobillos. Ella mecía sus tirantes a medio brazo.

Él mira hacia abajo.

- Me tendrás que animar de otra manera... ya sabes.

Ella le mira a los ojos. Pasea una lengua por los labios. Abre la boca.

- ¡Venga bonita! ¡Tú puedes! ¡Tú puedes! ¡Animos! ¡Animos! ¡Aupa bonita, aupa bonita!

Primera y última cita; pero aunque la otra ella agradeciera tímida las incondicionales muestras de apoyo, a veces la vergüenza ante desconocidos pesa más que las ganas de explorar nuevos territorios.

2 comentarios:

El gato que salta en el pasillo dijo...

jajaja
Bueno, intentó animarlo. Y hay que entender la timidez ante desconocidos...
Beso.

Sebastián Leonangeli dijo...

Ah, quien no ha cantado canciones de cancha de futbol en la primera cita....no?