lunes, 3 de septiembre de 2012

Quince días de terror

Hoy da inicio los peores quince días de mi vida libresca. En lo personal bien. Los niños vuelve al colegio, hoy damos inicio a la tercera o cuarta temporada de La partida del lunes, empiezan a llegar novedades que harán algo más interesante al rentrée literaria, algún estreno cinematográfico esperado y algún estreno cinematográfico esperado por los niños al que dices, ni de coña te llevo. Pero en la librería... a una semana del inicio de las clases todos son nervios. Y gente. Y colas. Y gente nerviosa haciendo cola.

- Dame el workbook... ¡¡¡Dame el workbook que en diez días empieza el cole y mi niño no lo tiene y le pondran falta y será un fracasado!!!

Y no, el libro de sociales de Vicens Vives no ha llegado... no es que no tengan, pero sirven antes a colegios y a centros comerciales que a librerías independientes.

Libros que no llegan, libros que se pierden por el camino, llamadas de teléfono, no, no lo tenemos, paga y señal que luego no vienen a buscarlo y nos los comemos, personas que vienen a buscar los libros diez minutos antes de empezar el cole y se indignan que nos los tengamos todos por si acaso, cerca de tres mil encargos, y nervios nervios nervios... Y adolescentes. Los únicos que mantienen un rictus de me la pela todo en la cola y que no se enteran de nada.

- Entonces, quieres las comunes más las optativas de matemáticas, química, física, horticultura, hípica azteca y cestería franciscana.
- Sí... no sé...
- Bueno, eres tú quien hace el bachillerato...
- Supongo...
- Es que si estos libros no son, luego no los podrás devolver que no admitimos cambios...
- Ya... pues ya vendrán mis padres a cambiarlos.
- Te he dicho que no se admiten cambios.
- Pues el de mates no me lo pongas que creo que en ciencias no se hace.
- Son trescientos.
- Ahora no llevo más que quince euros, ¿te vale? Ya pasarán mis padres a pagar.
- ¿Por qué no lo has dicho antes?
- No sé...

Y hablan para adentro. Los adolescentes masculinos hablan para adentro. En voz baja y cavernosa. Ya sé que tienen un gran vida interior, pero no es necesario que hablen en su dirección. Los que estamos delante también nos queremos enterar. Mirada baja y torva, algo agresiva, como si estuvieran en el patio de la prisión y supieran que tres jefes de banda se lo están jugando a los chinos para ver quien se la pide de novia. No miran a la cara, no alzan la voz, no se enteran de nada.

Ellas son diferentes. El problema no es la voz baja, sino las miles distracciones que revolotean a su alrededor. La primera, las amigas. Muchas risas, muchas miradas, muchas tíaaaaa. Y el flequillo. Y los pantalones cortos que no eran tan cortos al salir de casa y ahora se les ve media cacha. Y el móvil, claro. Pitidos, tecleo, miradas... pero el móvil no es exclusivo de adolescentes porque cada vez hay más gente que pasa de tu puta cara en cuanto suena un piripiri del cacharro ese.
- Hola, ¿tienes 50 almas para Gray?
- Más o menos, el título es 50 som...
Piripiri
- Perdona - mirar, risa, tecleo, risa - ¿sí?
- Digo que el título es 50 som...
Piripiri
- Un momento - mira, risa, tecleo, mira, risa, tecleo - ¿qué decías?
- Que el título es...
Piripiri
Mira, risa, tecleo... pensamiento... tecleo, risa, mira.
Y mira al librero.
- Que el tít...
Piripiri
Mira, risa, tecleo.
Ya ni mira al librero. Los ojos fijos en el móvil porque algo más dirá, algo más... seguro que habla y llegará ese mensaje tan importante, tan vital para la seguridad nacional y el mundo libre, ese "ya", ese "no sé" o ese "¿qué haces?".
- El libro... - dice.
- No lo tenemos.


Las colas, el calor, los lotes, las caras de pánico cuando sueltas lo que vale un libro de texto, explicar una y otra vez que el precio viene marcado de la editorial, que no, de verdad, palabrita del niño Jesús, promesa de joven castor, por la sombra de Darth Vader y las enseñanzas de Yoda, por las empanadillas de la Encarna, por Martin McFly que estuvo en el futuro y regreso, por Pajares y Esteso y los cartones del bingo, por todo lo que quieras incluso por el primogénito que no tengo y la salud de las gatas del vecino, el IVA no ha subido. Que no, de verdad, que no.... en serio, el IVA del libro no ha subido. Todo lo demás sí, pero el libro no. No es material escolar. No es cultura. Es libro. Joder, que no ha subido. ¿Por qué discute? Parece que le sabe mal. ¿Quería que subiera? No entiendo los gritos, que NO sube. QUE NO SUBE. Y se va enfadado porque le he dicho que el IVA no ha subido... hay gente para todo.

Y la semana empezaran otros problemas... cambios y errores. Es que compré los libros de sexto de primaría, pero la niña hace segundo de bachillerato. Este no es. El colegio quería la edición de hace treinta años. Sus habéis equivocado con la lectura. Rezar a todos esos en los que no se cree para que los errores sean mínimos y tengan una fácil solución. Y que todo pase rápido...

8 comentarios:

Veritas dijo...

Yo en tu lugar iría haciendo una ofrenda salchichera al dios Offler (ese dios cocodrilo al que le encanta el olor de las salchichas de cuyos cuerpos sin esencia se alimentan luego los monjes) para que cuide de ti tanto como de los habitantes de Ankh-Morpork.

¡Mucho ánimo (y paciencia)!

Capdemut dijo...

No tenia ni idea de que la vida de librero era tan apasionante y peligrosa. Si lo sé no me apunto a ese curso de cazar cocodrilos ataviado tan solo con un taparrabos y unas chancletas...
Una entrada genial.

Tequila dijo...

Cómo tú dices, al menos son solo unos "pocos" días.
Me encantaría ser propietaria de una librería... wooow....

Saludos!
yapagalaluz.blogspot.com

David dijo...

Lo has clavado. Genial. Y te aseguro que en todas las librerías es igual.

Jorge dijo...

@Veritas, en estas épocas los dioses nos olvidan. Demasiado trabajo para ellos.

Capdemunt, ¿quieres experiencias fuertes? Pero fuertes, nada de esas tonterías de saltar a tanques llenos de sanguijuelas mutadas o irte de expedición a escuchar batallas de abuelos... vente un Sant Jordi y dile a la gente que no haces descuento. Eso sí que es fuerte...

Mándame cuando puedas el prospecto de la caza de cocodrilos, me apetece algo relajado.

Tequila, ¿estás segura? Mira que es estresante, lees poco y solo hay disgustos... mejor trabajar en una librería, dejar que el jefe sea otro y camelarte a los comerciales.

David, seguro que es igual... y peor. Somos unos sacrificaos...

Lola Alted dijo...

Bueno, ánimo! Y como me has llegado al corazoncito, trataré bien a los libreros a partir de ahora...

Jorge dijo...

Tampoco demasiado que luego los libreros se crecen y no hay quien les aguante.

Mara Oliver dijo...

:D
siento que lo peor saque lo mejor de ti, bueno, no lo siento, me encanta cuando te pones destroyer XD
besotes!!!