jueves, 22 de noviembre de 2012

Sobre ese nuevo archienemigo



Cada cierto tiempo me aparece un nuevo archienemigo. Los cables siempre están. Fue ese teléfono móvil al que no sabía cómo quitar la alarma y sonaba los domingos a las siete y media rompiendo el sueño. Fue el autobús dirección Igualada que salía de Barcelona que olía raro. Fueron aquellos rotrings que en clase de dibujo siempre dejaban mancha. Todos ellos me acabaron venciendo, pero siempre presenté batalla. Pero desde hace unas semanas ha aparecido en mi vida el archienemigo de los archienemigos contra el que parece que no puedo luchar y al que no puedo vencer. ¿Quién?

El equipo de música del trabajo.

Parecido a éste, pero diferente.

¿Y por qué? Bueno, para explicar esta dramática lucha tenemos que remontarnos a unos años atrás. Érase una vez una librería que decidió tirar una pared y crecer. Así se hizo y empezaron a aparecer extrañas personas con exóticos nombres como paleta, electricista o yesero. Tira pared, rompe baldosa, abre saco de cemento. Total, que durante demasiadas semanas nuestro querido espacio de trabajo se vio inundado por cantidades ingentes de polvo. Recuerdo que en mi inocencia comenté que deberías quitar el equipo de música para evitar que se estropeara. Nadie me hizo caso, claro. Y el equipo de música fue llenándose de polvo, cargándose y mutando. Porque una vez que acabaron las obras, el equipo que tantas horas de música, tertulias y entretenimiento no volvió a ser el mismo. Donde antes había minutos de rádio, solo estática (un paleta listo pensó que la mejor forma de quitar la antena no era deserrollándola, sino cortando con tijera). Donde antes había música y la lectura de cualquier cd, ahora solo lee... no sé si puedo... discos con canciones del verano.

Solo lee un cd. Dura 26 minutos. Tiene canciones del verano de distintos años. Soy candela, soy una llamaraaaaaaaaa durante horas y horas, días y días. Pones un cd que contenga, no sé, Lou Reed y Johnny Cash y Tom Waits y algo de música francesa (la que tiene ritmo, no la otra) y The Divine Comedy y Seu Jorge y The Delgados y etc., y no lo lee. Más que eso. No lo lee y encima lo raya. Por sus santos huevos. No importa si son grabados o originales. Cualquier disco que pones, no suena y sale rayado. Menos la puta llamarada de los cojones que se llega a oír nueve veces en una mañana. Esa y la canción de la mujer mala que se fue en un día de lluvia, condenada, y dejó al grupo de voces masculinas hecho unos zorros y con un resentimiento encima para cagarse... Una vez y otra y otra y otra y otra y otra... Y si a todo esto le añades pasarse toda una mañana en el almacén entrando novedades del grupo Planeta, pues no es sorprendente que este librero majo y buena persona acabe a días como acabe.


Ya sé que habrá alguno que diga que esto se arregla sustituyendo el equipo de música por otro, pero como todo archienemigo es eterno, inmutable y siempre está allí; jodiendo discos y dejando que suenen durante cuarenta horas semanales los mejores éxitos del verano en pleno invierno.

Hay días que odio la música.

4 comentarios:

Mara Oliver dijo...

Por lo menos tu archienemigo se desenchufa :) la mía lleva 5 años con la misma canción y se cree que es Peter Sellers (por los mil disfraces que usa para trollearme y lo "graciosa" que piensa que es).
En fin... Este post me ha recordado dos cosas: que me quedé con las ganas de saber cómo seguía cierta historia de un grupo fantástico(que llevaba un librero, un par de curritos y un mimo) y que podíamos convertirnos en dos extraños en un tren y hacernos un gran regalo de navidad, eliminando archienemigos ;)
Un abrazo enormeee!!!

Anónimo dijo...

mátalo, aniquílalo, regálalo! yo no lo soportaría

Jorge dijo...

@Mara, he intentado desenchufarlo, pero siempre vuelve a la acción. Realmente hay archienemigos que necesitan una buena sangría.

Lo de encontrarnos en un tren, bueno, veo algunos fallos: ya no somos extraños, nos pondríamos a hablar de otras cosas y se nos pasaría el objetivo, esos planes siempre suelen salir mal.

@insermini, es eterno, es impacable, está furioso. Es como Christine, pero sin líneas elegantes y con entrada de cd.

Mara Oliver dijo...

Bueno, confiemos en la suerte para eliminar esas dos molestias, en una subida de tensión que funda los cables del cacharro infernal ese y en una subida de tensión rabiosa que devuelva la cordura a mi locatis y me deje en paz.
Además, con los "buenos presagios" que tenemos entre manos ;) no vamos a poder negar que nos conocemos (¡cacho piropo que nos he echao, jejeje!).

Hoy espero que recibáis "la piñata", llena de cosas con más cosas dentro, mmm... vale, vamos a llamarle "maratrioska" mejor que piñata, no sea que te lies a guarrazos con la caja (que soy una cutre envolviendo, ya lo sabéis :D y no creo que aguante muchos meneos).

Mil besooos!!!