miércoles, 12 de mayo de 2010

Ciudades - Barrio de Santa Fé, Habana


Barrio donde he pasado largas horas de mi vida y al que, con un poco de suerte, regresaré pronto y acompañado.

lunes, 10 de mayo de 2010

Domingo de flims o pinículas

Ayer llegamos a la casa sobre las cinco y media. Habíamos comido en casa de mis padres y habíamos conseguido como resultado de un consentido expolio las sobras de la comida (buena carne asada), unos yogures y una enorme manta que era mía por derecho de nacimiento. Cuando estábamos a punto de llegar al piso le pregunté a A. qué le apetecía hacer.

- Me apetece ponerme en el sofá y ver una peli y no hacer nada más.

Y eso hicimos.

Me puse delante de la dvdteca y pregunté a A. si quería ver algo en especial. Me dijo que no, que lo que fuera. Miré, miré y miré. Un melodrama. Uno de las pocas películas que me gustan de ese género. Narciso negro (Black Narcissus, 1947) de Michael Powell y Emeric Pressburger. Me gusta esta película. Una historia de monjas en la India, pero que se aleja de la típica historia de unas monjitas cuidando pobres y lo majas que son. Aquí nos encontramos con una historia de represión, de secretos, de rencores, de recuerdos que se hacen dolorosamente vivos, de amores callados y de locura.


Me fascina el color de esta película (bueno, el color de todas las películas de Powell y Pressburger), obra de ese mago que era Jack Cardiff. Los paisajes y trucajes. Los ojos de Deborah Kerr, el baile de Jean Simmons y ese final con unos planos que acercan la película al cine de terror.

Acaba ésta. A. prepara una merienda a base de tostadas, mantequilla y mermeladas caseras.

- ¿Qué hora es?
- Las siete y media.
- ¿Ponemos otra?
- Venga.

Para ese momento A. ya se había traído una manta.

The Haunting, Robert Wise, 1963. Cine de terror. Impresincible. Y una de las películas más influyentes en el cine de terror. Sería a las casas encantadas lo que Romero hizo con el cine de zombies, o Michael Mayers al cine de psicópatas mata adolescentes/canguros/novios/quien se ponga por medio. Vamos, que todo nació de aquí. Un científico contacta con un grupo de personas receptivas para un experimento sobre la posibilidad de demostrar científicamente que lo paranormal existe. Para eso se van a pasar unos días a una casa considerada encantada y maldita por las muertes que en ella se han sucedido. Ya sé que todo esto os suena a más que manido.


Pero en vez de encontrarnos con fantasmas que matan, con paredes que chorrean sangre, con sustos avisados por la música, The haunting nos regala una maravilla de los que se conoce como terror psicológico donde la investigación es lo de menos y donde lo que importa es la fantástica composición de los actores y el ambiente que se va creando poco a poco. Porque para conseguir el terror realmente es necesario muy poca cosa, pero bien utilizada. Un pomo que gira, un papel en la pared que parece una cara, unos golpes, unas risas en el momento justo, el frío, y unas buenas interpretaciones.


No hay misterio. No hay resolución. Quedan preguntas en el aire. Sugestión. La casa es malvada. Y el adjetivo asqueroso para dar forma de palabra a la sensación de que la casa te está mirando. Al ver esta película uno se da cuenta de la influencia que ha tenido porque sin ella Stephen King no habría escrito nunca El resplandor y Amenabar con su Los otros y Bayona con su Orfanato no habrían sabido a quien plagiar. Y, además, creo que uno de los grandes aciertos de esta películas es hacer una historia de fantasmas sin que se vea en ningún momento un sólo fantasma. Mis secuencias: Julie Harris bailando alrededor de la estatua, el frío que atormenta a las dos protagonistas en la habitación con un pomo que gira, y ese apretón de manos ante algo que parece una cara en la pared y la ascensión por la escalera de caracol.


Y una bellísima Claire Bloom, el único personaje con el que según dijo A., uno se liaría para pasar más entrenida la noche y pasar de los fantasmas.

- Porque el del bigote es un pesado y el otro es un gilipollas. Y ésta te promete que una noche con ella y te transformas en otra persona. Y, además, es que está buena.

Totalmente de acuerdo con A. Es una mujer de muy buen gusto.


Acabamos. Son las nueve y media.

- ¿Qué? ¿Nos ponemos otra?
- Venga.
- ¿Un policíaco de los setenta?
- Dale.

Y así fue. Marathon Man, John Schlesinger, 1976. La historia de un chico corriente metido en una historia que le viene muy grande con antiguos nazis, agencias secretas, diamantes, sangre, asesinatos y tiroteos. Muy entretenida. Aparece Dustin Hoffman y un enorme Laurence Oliver disfrutando con su papel de "El ángel blanco", dentista reciclado en director de Austwitch y que tiene una de las más espeluznantes escenas de tortura de la historia del cine.


Para lo que no saben inglés, lo que Laurence Oliver repite una y otra vez es "¿Están a salvo?". Naturalmente, Dustin Hoffman no tiene ni idea de lo que está hablando.

Un entrenido thriller de acción, sombrío, pesimista, bien interpretado, bien construido aunque siempre me deja una pequeña sensación de ligero artificio. Eso sí, me despertó la curiosidad por leerme la novela homónima de William Goldman, un señor al que considero un poco pesado y crecido en sí mismo, pero como escribió La princesa prometida casi que hasta se lo perdono.

Las doce. Vámonos a dormir.

viernes, 7 de mayo de 2010

miércoles, 5 de mayo de 2010

Algunas recomendaciones literarias para este Mayo

Aunque Sant Jordi haya pasado y ya se esté pensando en el siguiente, la maquinaria editorial no para. Ahora se empieza la busqueda de ese libro que será el pelotazo del verano y que hará que los efluvios de las ventas se perpetúen hasta navidades. Así que todas las editoriales se lanzan a la marabunta de publicar y publicar y publicar y las librerías que ni siquiera hemos empezado las devoluciones masivas de Sant Jordi, nos vemos inundados por las novedades. ¿Alguien dijo tregua? Eso no existe en el mundo del libro. Demasiadas novedades, dicen todos los libreros. Y, por una vez, tenemos razón. Y por culpa de tantas novedades, hay libros que pasan desapercibidos. Y yo, como mentor e ideólogo de este vuestro blog, me propongo desenterrar del olvido esos libros que no hay que dejarse perder. Ya lo hice por Sant Jordi y lo iré haciendo durante el tiempo que me de la gana. ¿Estamos? Pues quí van.

Los pretéritos infinitos de color amarillo melocotón de Augustí Telles, ed. Alpha Decay, 2010.

La novela pseudointelectual de la temporada. La novela que hará hablar y discutir en los ambientes intelectuales de las grandes ciudades cosmopolitas y que no se venderá una mierda en las ciudades de provincia. Una novela llena de reflexiones que no llevan a ninguna parte, frases largas y muchas, muchas, muchas palabras que no estamos seguros de si existen. Los preteritos infinitos de color amarillo melocotón narra la historia de un grupo de estudiantes universitarios que se enfrentan a una crisis de valores tanto existencial, como generacional, como vital, como moral, como fundacional, como musical. Entre campana y campana hablan de sus vidas, se enamoran y desenamoran todo a ritmo de referencias culturales de primera línea de ambiente underground que gracias al éxito de esta novela pasarán a la cultura masiva y entonces serán despreciadas. ¿No os parece atractivo? Pues aquí un fragmento de tan imprescindible paja mental.

"Ella entró en la habitación e inmediatamente me fijé en sus ojos color amarillo melocotón que me rememoraron aquellos momentos en que en el grupo de meditación comunista budista hablábamos de la imperdurabilidad de los morfemas emocionales que constituyen la esencia de la logística conceptual. Claro, dijo Alfonso mientras arrancaba las páginas que traicionaban el espíritu del grupo de Rayuela, si es que Mao ya lo dijo. Pero estaba equivocado, como todos nosotros, jóvenes universitarios atrapados en un movimiento sísmico emocional. Empezó a sonar música de esa llamada comercial que tenía ritmo y ella se acercó moviendo sus manos como si fueran palelogramos infinitos que le recordaron a la sinfonía de silencios del cine iraní."

Una novela tan pseudointelectual, vacía, aburrida, llena de palabras largas y esdrújulas que no te atreverás a decir que es una enorme mierda para no quedar mal delante de tus amigos. Y más si la crítica ha dicho esto:

"No entendía nada, entonces quiere decir que debe ser buena, ¿no?" Babelia, el País.
"El mejor ejemplo de trasgresión intelectual que he intentado leer en los últimos años." El Cultural, La Vanguardia.

¡Qué te jodan!, Lillian Bujols, ed. Obelisco, 2010.

Después de El secreto, El poder de ahora, El alquimista, El caballero de la armadura oxidada, El monje que vendió su ferrari, El secreto del ahora, El alquimista vuelve en ferrari, Conversaciones con Dios en una armadura oxidada y El secreto de Guardiola ahora, llega a nuestras librerías el libro de autoayuda definitivo y que llega a cotas que los otros sólo apuntaban, pero no se atrevían. Lillian Bujols presenta su primer libro de psicología autoayudítica que cambiará para siempre los conceptos que teníamos de psicología de baratillo. ¡Que te jodan! es un manual perfecto para superar nuestro día a día y que se basa en un único concepto: Si no te gusta, te jodes. Todo el potencial de egoismo y egocéntrismo que sólo se atrevían a apuntar los otros manuales, este libro lo lleva a su eclosión definitiva. ¿No te gusta que sea feliz y dueño de mi vida? Pues que te jodan. ¿No te gusta que sea responsable de mis actos? Pues que te jodan. ¿No te gusta que queme rastrogos en el balcón de mi casa? Pues que te jodan. ¿No te gusta que no ceda nunca el paso a los otros automóviles en una autopista? Pues que te jodan. Es mi vida y la vivo tan egoístamente como me es posible. El egocentrismo del yo llevado a su últimas consecuencias. Sólo preocupándose por uno mismo conseguirás las cotas de felicidad que te mereces. ¿No te lo crees? Lee lo que opinan de este metodo de autoayuda.

"Antes de leer ¡Qué te jodan! tenía familia, amigos y trabajo pero estaba demasiado ocupado haciendo cosas por los demás. Después lei el libro de Lillian y todo eso se acabó. Ahora no tengo ni familia, ni amigos, ni trabajo. ¿Pero sabes que te digo? Que se jodan, no los necesito. Lo primero soy yo, luego yo y luego mis necesidades. Y ahora... ¿me das algo para un cartón de vino? No... pues que te jodan."

Y, además, la primera edición de este libro lleva un dedo extensor de regalo.

Como conquistar a un caníbal, de Claudia del Moral, ed. Phoebe, 2010.

Lisa es una intrepida e independiente florista que regresa a su pequeño pueblo en Iowa (capitál DesMoines) para asistir a la cena de Acción de Gracias con su familia, con la que tiene una relación distante porque no aceptaron que se cortara el pelo. Parece que la intermediación de su hermano pequeño Timmy puede conseguir que haga las paces con sus padres. Pero por culpa de un retraso en el areopuerto por huelga de reponedores de palillos, llega tarde a casa y descubre horrorizada desde el marco de la casa que un atractivo y peligroso psicópata canibal se está comiendo a su padre. Aunque en su fuero interno crece el ansia de vengaza, también se siente atraída por ese extraño asesino de fuertes músculos, mirada acerada y pasión animal que tanta habilidad tiene para, desafiando las leyes de la física y la anatomía, desgarrar con un solo bocado la masa muscular de un brazo que tantas veces de pequeña la había abrazado.

Robert es el típico psicópata canibal que entra en las casa de las familias y se las come acompañadas de cerveza, música metal y grandes dosis de violencia y recreación en la sangre y las visceras. Pero se siente vacío porque siente que la falta algo. Cuando está sorbiendo los dedos de los pies de esa abuela que no dejaba de gritar hasta que le metió su propio estómago en la boca, percibe que en la puerta está observándole la criatura más hermosa de la creación y de la que se acaba de enamorar con un amor tan grande que le ha cerrado el estómago. Pero, ¿podrá conquistar a la mujer a cuya familia se acaba de comer con salsa barbacoa?

Un nuevo éxito de la escritora Claudia del Moral donde vuelve a demostrar su talento para los argumentos basados en el canibalismo, la alta cocina, la pasión y las barreras que se rompen. Una gran novela que entusiasmará a nuestras lectoras. Una novela que la crítica especializada ha definido como "un coctel explosivo que mezcla con talento Apocalipsis Canibal y Pretty Woman".

martes, 4 de mayo de 2010

Pequeña crónica de la Fira de Titelles de Lleida de un jurado narcoléptico

Vamos, que con el título de esta entrada os chafó cualquier sorpresa y ya sabéis de lo que voy a hablar. Sí, del pasado fin de semana cuando estuve en Lleida como jurado de la XXI Fira de Titelles. Bueno, para ser más exacto desde el jueves 29 de abril a las 17:00 horas hasta el 2 de mayo a las 17:00 horas. Cuatro días de machaque continuo, de titeres, de 30 obras de teatro, de hablar, de valorar, de pasear, de comer y, sí, de dormir en algunos espectáculos. ¿Qué como fué? Pues así. Empezamos.

Obras vistas: 27. En principio tenían que ser 30 obras de teatro, pero una nefasta organización el sábado impidió que viera 3 de las obras al no tener un asiento guardado como jurado. Esto tuvo también un lado positivo y un lado negativo. Me perdí una de las obras más aburridas de toda la feria, pero me perdí dos grandes obras de teatro. Queja presentada, disculpas aceptadas y para casa.

Nivel de las obras vistas: Medio tirando a bajo. Vi muy pocas obra de las que dijera aquello de "Joder, pedazo obra que visto, hostia". Todo era de un tono muy "pst, está bien", "es mona", "no está mal". Eso sí, algunas de las que vi se anclaban a las frases: "joder qué truño", "madre de díos, que pesado es el cabrón cuando quiere", "tendrían que pegarle por presentar esto" y "no sé, me he quedado frito". Lo sorprendente es que hablando con jurados de otros festivales, tierras y países me decían que el nivel del festival era muy alto. Lo que plantea dos posibilidades: o yo no me entero, o el nivel de los otros festivales es para echarse a temblar.

Pere el Gran: Jurado como yo. Y compañero de habitación y vehículo. Gran amigo y gran concertista por las noches.

Y el jurado se quedó dormido en: Tres obras con total alevosía. Una porque era todo muy oscuro, muy denso, muy con musiquita de nanás y, claro, no pude evitar cerrar los ojos. Otras porque era un rollo, punto. Y otra porque o me dormía o me levantaba y empezaba una matanza de marionetas.

Lo que más se ha hecho: Ver teatro y comer. Comer mucho. Dos aperitivos diarios. El desayuno en el hotel (no entiendo a esos que van a un hotel y desayuna un platano y un yogur. ¡Qué hay embutido! ¡Y pan! ¡Y que entra en el precio! Hay que atiborrarse hasta que no se puede comer más y luego repetir!).

Personajes: este año no hubo muchos personajes interesante a diferencia del año pasado. Se puede destacar al italiano alto con cara de pasarlo siempre bien, la señora holandesa que iba perdida por Lleida y no sabía qué hacer o dónde ir, la respetable anciana que le daba miedo a Pere el gran, compañero de viaje. Y la pija, claro. Esa jurado que revoloteaba por allí y se suponía que tenía alguna función.

Guyi-Guyi: adorable cocodrilo protagonista de la obra homónima. Acabó siendo una de las grandes obras de este festival y se llevó por lo menos tres premios. Las actrices eran maravillosas, la historia de una sencilles ultra efectiva y la manipulación, genial. Una gran técnica, una gran interpretación y uno de los mejores momentos de toda la fira. Y premio del público a la mejor obra infantil.


Tendencias: las obras presentadas tenían unos rasgos en común que me llevó a pensar en la tendencia de esta año en el mundo del títere y la marioneta. A saber:
- El fuego: casi todo el mundo en un momento u otro encendía una antorcha, un palo o una hoguera.
- Los cigarrillos: A fumar se ha dicho. Todo el mundo con el tabaco o puro en la boca. Como se nota que la ley del tabaco está al acecho y la gente se aprovecha.
- Linternas.
- Tierra.
- Títeres feos de cojones. Pero feos. Mal hechos, con expresión de desencajada que parecían víctimas potenciales de un científico loco que ha creado mutantes degenerados exponiendo los cuerpos a las más diversas plagas venidas del espacio exterior.
- Oscuridad. La gran mayoría eran espectáculos oscuros de cojones. De aquellos que uno fija la vista en el escenario y al finalizar éste se da cuenta que se ha dejado la mitad de ella.

Pirómides: Novela de Terry Pratchett que me acabé en Lleida.

Vistas: Las que tenía del hotel. Mejor este año que el anterior.


Suerte: la de habernos perdido las dos obras más aburridas de la fira. Si es que tenemos una intuición.

Alegría: la de reencontrarnos con Roser, una payasa de coche tuneado que conocimos el año pasado y que es una de esas personas que sientes que el tiempo compartido siempre es corto. Considerada ya una amiga.

Los viajes de Tuf: Novela de George R.R. Martin que empecé en Lleida.

Fantômas probablemente: la obra que pudo ser y no fue. Una lástima.

Circo: el que nos ofreció los Escarlata Circus con su Devoris Causa en el que fue uno de los mejores espectáculos de la fira aunque no fuera de títeres (aunque saliera una hecha con col, unas zanahorias y algunos vegetales más). Pues circo, baile, calor, comida, sudor, cuchillos, violencia y diversión.

A.: a quien añoré cada minuto.

Caselles: nombre de una imponente librería de Lleida. Preciosa con sus cinco pisos y su gran fondo. Porque no tenía ni tiempo ni dinero que si no...

Poe: a parte de ser un escritor américano, daba nombre al que fue considerado el mejor espectáculo para adultos. Títeres de terror. Y daba miedo. Espectacular manipulación.


Feria de abril: Ni pisarla este año. Una lástima.

Fumar: mucho.

Beber: algo.

Dormir: poco.

La frase: "El año que viene volvemos. Ya sea como jurado, programador o marionetas."

La propina: Un hermoso vídeo de títeres. Disfrutadlo.