martes, 17 de noviembre de 2009

Volver...

Bueno, intentaré que esto vuelva a la normalidad. Poco a poco y con buena letra, como decía aquel. Así que nos ponemos al día.

1. Tema resonancia magnética: pues no me la pude hacer. No. Ni de coña. ¿Por qué? Bueno, es que a parte de todo soy claustrofóbico. Y la idea de meterme en ese tubo... pues bueno... que fue algo duro que digerir. Pero como soy un muchachote muy valiente y decidido, que me solté la chuleria de enfrentarse a los miedos y chorradas de esas y para adelante. Anda. Ese día me levanté decidido y con ganas de comerme el mundo. Me puse mis calzoncillos de Batman para darme ánimos y fui al hospital. Sentadito en la sala de espera me iba poniendo nervioso. Una enfermera muy simpática me vino a buscar y me acompañó a una cabina donde podría cambiarme.

- Quítatelo todo...
- Pero señorita... si apenas nos conocemos...
- Menos los calzoncillos...

Y cerró la puerta. Me desnudé y me arrepentí de haberme puesto los calzoncillo de Batman, porque, claro, me dieron una de esas horribles batas que se abren por atrás... La idea de ir caminando por los pasillos del hospital con un enorme Batman en mis nalgas empezó a tirarme para atrás. Pero después de perder minutos de mi vida atando la bata de forma correcta, estaba preparado para enfrentarme a la resonancia. Total, ¿qué puede pasar? Todo el mundo me había dicho que no pasaba nada, que sólo haría ruido.

Un grupo de médico muy simpático me dio la bienvenida y me explicó como iba a ser todo. Sólo tenía que tumbarme y ellos se encargaban de todo. Pues nada. Me tumban en la máquina. Es una camilla, un tubo... siento la pobre descripción, pero no llevaba las gafas puestas. De repente me atan la cabeza con una cinta, me ponen almohadillas en la sienes, me dan un trozo de plástico para que aprete si pasa algo y me meten en un tubo estrecho... muy estrecho... Y me meten dentro.

Respira... respira... no pasa nada... respira... son profesionales... Le doy al aviso de emergencia.

- Dejadme respirar, soy clautrofóbico, por favor, sacadme de aquí...
- Tranquilo, tranquilo, respira... no pasa nada... esto es normal... respira...
- Vale, volvamos a intentarlo.
- Ok. Cierra los ojos y piensa en cosas agradables.
- Vale.

Cerré los ojos y pensé en cosas agradables. Y esto es lo que pensé.

a. ¿Y si los médicos en verdad se han escapado de una cárcel psiquiátrica y se cayeron bien entre rejas y medicación y han decidido montar un ejército de psicopatas que eliminará a los usuarios de resonancias magnéticas?
b. ¿Y si la radiación me deja ciego, o tonto, o me da superpoderes inmensos y me convierto en un Hulk miope?
c. ¿Y si en el momento en que estoy encerrado hay un ataque zombi y mueren todos y me quedo allí dentro sin poder salir?
d. ¿Y si por culpa de los imanes de la resonancia viajo en el tiempo y acabo en un mundo paralelo controlado por fans de David Bisbal?

Total, que no habían dejado de entrarme en el tubo que se me ocurrió abrir los ojos y noté que no podía mover los brazos, que si pasaba algo no me podría levantar, que estaba estrecho y con poco aire... Empecé a llorar y a gritar que quería salir de allí dentro. Que, por favor, me sacaran.

Y eso hicieron. Me acompañaron al vestuario, me puse mi ropa y salí del hospital con una horrible sensación en el cuerpo. Me fui a desayunar con A. y con Jordi y el agobio se fue hiendo.

Y visto que no pueden hacerme una resonancia, me harán un TAC. No es para diagnosticar, sino para eliminar otras opciones (llámese tumor, llámese control mentar, llámese gusano subtropical que se ha aposentado en mi cerebro). Tengo hora en diciembre... Viendo como suele ir la medicina en este pais, aun estoy de suerte.

¿Y si al salir del tubo me encuentro con esto?
No puedo sobrevivir armado sólo con unos calzoncillos de Batman y muchas ganas.


2. Aunque no actualice las lecturas, voy leyendo. Novela negra, sobre todo. Delante del ordenador paso poco tiempo por el problema de los ojos. Me duelen si estoy mucho tiempo mirando la pantalla. Es horrible, pero bueno, también pienso que si empiezo a no hacer cosas acabaré por no hacer nada.

3. Me estoy volviendo abstemio... Ahora estoy enganchado al zumito de piña. Dejando el café a partir de las cuatro de la tarde... ¿Y todo esto por qué? Porque por muy paradójico que suene, por la noche me cuesta dormir.

4. Quiero agradecer todo el apoyo y las muestras de afecto que he recibido. Y, sobre todo, todas las bromas, chanzas e ironias que me han acompañado desde la primera vez que mi cabeza cayó en un ataque de sueño. Institucionalizado está lo de "Bello durmiente", como lo de "Buenas noches" a media tarde, "Que la preocupación no te quite el sueño" y cosas de esas. Todo por la normalización.

1 comentario:

Cloe dijo...

Juro que la parte de los calzoncillos de Batman me hizo cagar de la risa, fuera de eso "Come'on! my dear, tu puedes con una resonancia, un TAC y más"

Mucho ánimo y suerte.

Besos!