domingo, 8 de mayo de 2011

No sólo los libros son tímidos

Penúltima lectura.

Los libros son tímidos de la italiana Giulia Alberico y editado en estos lares por los amigos de la Editorial Periférica.

Una suerte de autobiografía lectora. Un recorrido por los hitos que conforman a una amante de los libros (del concepto y del objeto). Un libro de no ficción donde por medio de capítulos cortos se nos hablan de libros y de las reacciones de estos libros en Giulia. Se habla de librerías, de libreros, de recuerdos y caer por aquí, por allá, y de forma sutil el universo intelectual de la autora.

¿Interés? Encontrarse con un libro muy bien escrito, con una buena edición (sí, Periférica respeta los márgenes, el papel es cómodo, el libro es cariñoso, etc.), asistir al nacimiento de un lector, a la creación de un cuerpo intelectual, de unos valores morales gracias a unos libros concretos, de una forma de ver el mundo. Para Giulia Alberico fue la voz, fueron revistas, fue Harper Lee, fue Faulkner, fueron muchos... Un libro muy bonito para aquellos que como yo aman los libros.

E inevitablemente como lector acabé rehaciendo mi camino. Las lecturas que me han llevado donde estoy hoy... Y no pongáis esa cara que ya sabíais que acabaría haciendo esto y esta entrada finalizaría su camino hablando del menda... qué esto es un blog, por favor, y que el objetivo es la exhibición y la muestra pública de lo absurdamente fascinante que soy... Así que, mi camino...

Caperucita Encarnada en voz de mi abuela (era de aquella generación en que decir Caperucita Roja le podría haber traído más de un problema)
Cartilla para aprender a leer donde se encontraba la mítica frase Mi mamá me mima.
Cuando Tina berrea, de la colección blanca de Barco de Vapor.
Tebeos varios... Mortadelos, SuperHumor, TioVivo, TBO, etc. Un poco más adelante y sin que nadie se enterara Creepy, Cimoc, Víbora, etc. Gracias a todos esos adultos descuidados.
Misterios varios de Los Cinco (¡maldita niña llamada Jorge y maldito patio del colegio!), Hollister, Secretos. La colección de Agatha Christie que me dejó mi prima Loli. Las obras completas de Sherlock Holmes que me regalaron mis padres.
La isla del tesoro como inicio de todo. A partir de ese libro la literatura eran muchas otras cosas. Entre ellas, la aventura de Verne, Salgari, más Stevenson, May, Cooper, etc.
El Hobbit como lectura obligatoria en el colegio. La fantasía entra en mi vida.
El día de los trífidos y mi amor por el apocalipsis, el fin del mundo y la ciencia ficción.
La edad de la inocencia de Edith Wharton como primer libro que consideré adulto. 16 años y relecturas febriles. Descubrimiento consciente de la ironía, de las elipsis, del punto de vista, de la tensión narradora...
El mundo según Garp de John Irving. Ocho o nueve lecturas. El humor, la comedia y la tragedia en un mismo escenario. El principio de mi desconfianza en los grupos y los símbolos.
Santuario de William Faulker y cómo gracias al "como" una novela con argumento barato, violento y pornográfico (que solo por estos tres elementos me interesaba) se convierte en una obra de arte.
Cosecha roja y el principio de mi romance con la novela negra.
La broma infinita de David Foster Wallace.
Los juegos del hambre y la reconciliación y vuelta al género juvenil...

Y tantos otros. Stephen King, Frederick Brown, Virginia Woolf, La Regenta, casi todo lo que dio los siglos XVIII y XIX inglés, pero especialmente Thackeray, Udolfo, El manuscrito hallado en Zaragoza, Dickens, Sterne. Terry Pratchett, Evelyn Waugh, Jasper Fforde, La cosa del pantano, etc.

Y Jane Austen de una forma tan visceral que aun no soy consciente.

Pues todo esto fue pasando por mi mente mientras leía el libro de Giulia Alberico. Seguir el camino de la autora fue rehacer el mío para darme cuenta que por mucho que lea hay cuatro pilares que sostienen todo mi mundo... No es poco para un libro que no llega a las cien páginas y qué ganas tengo de que aparezcan lecturas que hagan tambalear todos mis cimientos.

Lo mejor de todo es que aun queda mucho por leer.

3 comentarios:

Txema dijo...

Interesante recomendación. Tomo nota.

Un saludo.

Jorge dijo...

Sobrasada, es interesante. No es que sea un gran libro y tiene un tema que puede ser pequeño (las andanzas lectoras de una señora), pero es estimulante. Sobre todo por el viaje que uno hace a las propias lecturas y librerías.

Txema dijo...

Hola Jorge. Por eso me ha llamado especialmente la atención. A veces los lectores (asiduos) de libros parece que tenemos cierto pudor a hablar de nuestras lecturas con otros lectores, o incluso a confesar esas lecturas iniciales con las que poco a poco fuimos labrando el hábito lector. Descubrir este proceso en otras personas siempre me ha llamado la atención. Y como bien dices, es una manera bonita de recordar el propio viaje que cada uno recorremos como lectores.

Por cierto, has de saber que uno de los principales libros que asentó definitivamente el hábito lector en mi persona fue el Hobbit, y también por lectura obligatoria en el cole. Antes hubo algunos, pero ningúno encendió en mí la llama lectora como lo hizo éste libro.

Saludos.