miércoles, 5 de diciembre de 2012

Parte de un sueño

Hoy, entre otras cosas, he soñado que me subía a un tren huyendo de una fiesta de cumpleaños infantil. Allí conocía a un señor muy simpático que me invitaba a pasar una temporada en su pueblo  con sus siete esposas mulatas donde lo pasaría la mar de bien. Como era un sueño, mi calle estaba ocupada por un fiesta a Niño Lobo que A. había montado a lo más bestia imposible y no tenía mucho que hacer, pues digo que sí, que vale. El señor se pone contento y bajamos del tren en un precioso pueblo costero donde las siete hermosas esposas del señor y su progenie nos dan la bienvenida con un fastuosos número musical  Todo bien hasta que me fijo que todos los niños tienen la cara de...

Onírico special guest star.

Walter Matthau.

Que, veamos, es un actor que me gusta y con el que simpatizo y que en En bandeja de plata admiro en toda su canallesca grandeza, pero no deja de resultar inquietante que una docena de mocosos te miren con esa nariz, esas orejas y esos mofletes pidiendo jugar contigo.

¿Significará algo el sueño? No lo sé. Que hoy hay fiesta infantil en casa y que los gatos y yo andamos algo acojonados, pues es cierto. Por lo menos yo tengo la salida del trabajo, ellos a esconderse de una quincena infantes con sobredosis de azúcar.

2 comentarios:

Mara Oliver dijo...

XD
No he podido evitar imaginar un montón de ompalompahs con la cara de Mathau, jejeje.
Lo de siempre, ojalá pudiéramos comerciar con sueños en plan "Dias Extraños", nos forrábamos, Jorge, nos forrábamos :D
besotes!!!

Jorge dijo...

Ya te digo.