martes, 30 de junio de 2009

Fotografos - Richard Avedon

Richard Avedon, Nueva York, 1923 - Austin, Texas, 2004
El alma y el tiempo frente a una pared blanca





domingo, 28 de junio de 2009

Es más listo...

Como ya sabéis, tengo un sobrino. Creo que tiene unos diez meses minuto arriba, minuto abajo. ¡Y es más listo! O por lo menos eso es lo que siempre dice su abuela, o sea, mi señora madre. Naturalmente, esta afirmación siempre la he considerado la típica exageración abuelil ante las gracias y monerías de su nieto, que a la edad de diez meses se reducen a:

- Saltar en la trona para pedir su ración de rancho.
- Lanzar besitos cuando le dicen que lance un besito.
- Decir adiós cuando le dicen que diga adiós.
- Comer (mucho).
- Cagar (mucho).
- Dormir (bastante).
- Proferir gritos onomatopéyicos repletos de "os" y "as" que los adultos simulan ser una conversación.

Vamos, que aún está en pleno desarrollo de personalidad y se limita a repetir como un loro las cuatro gracias que le enseñan.

La verdad, y que conste que quiero mucho a mi sobrino, yo todo esto lo veía como lo típico en un crío de diez meses. Quiero decir, que sí, vale, son monos, pero de ahí a declararles como los más listos del mundo... bueno, es exagerado, ¿no? Sí que mi sobrino está espabilado y es muy gracioso y según parece está sobreestimulado, pero de ahí a catalogarlo de listo... pues... bueno... Pero mi señora madre, su abuela, insitía.

- De verdad, Jorge, ¡es más listo! Si vieras lo que hace...

Y me lo quedaba mirando esperando una prueba de esa sorprendente inteligencia de la que todo el mundo hablaba. Sólo lo veía comer, la verdad. Y pedir cuatro juguetes o ensuciarse con arena las piernas y luego comérsela. No es para tanto, pensaba. Pero un día... que un día entre tanto libro en la librería tirara al suelo un libro de Jose Mª Aznar y lo pisara. A lo mejor sí que es listo...

Y empecé a dudar. Tenía que investigar. Desenterré de los fondos de mi antigua habitación mi equipo ACME de detective privado (ya os contaré algún día mis divertidas aventuras como detective y los fascinantes casos de corrupción, violencia y detergente en los que me vi inmerso) que consiste en:

- Sombrero.
- Gabardina vieja con olor a bourbon.
- Periódico cortado para simular dos ojos.
- Las reglas del Cluedo.
- Una copia de la película Cliente muerto no paga.

Ya estaba listo.

Modelo de comportamiento e inspiración de mi etapa de detective.

Mandé a un clon a la librería y durante dos semanas seguí a mi sobrino con total discreción. Y aquí van las conclusión. De acuerdo, lo reconozco. Mi madre tenía razón. ¡Mi sobrino es más listo! Y a las pruebas me remito.

1. Pide su comida.
2. Reconoce a la gente.
3. No se acaba de fiar de su tio.
4. Llora si se le llama fascista.
5. De su fantastico libro de animales con textura sólo quiere acariciar el pelo de la página del conejo.
6. No gatea. Pero no porque sea un inútil, sino porque sabe que ya lo llevaran en brazos de un lugar a otro.
7. Se incorpora sólo.
8. Los viernes se dedica a su negocio de robo de coches de lujo para exportar a los países del este.
9. Ha organizado un peligroso cartel de narcotráfico de drogas duras con los niños del parque. Se le empieza a conocer como el "Master de Igualada". Se ha saltado todas esas sabandijas que son los intermediarios y compra directamente a la fuente.
10. Ha traducido al fenicio antiguo toda la colección de Teo incluído los polémicos álbumes de Teo entra en una adolescencia conflictiva y Teo y su primara vomitada en una discoteca.
11. En una tarde corriguió las incongruencias históricas de Hamlet y Enrique V.
12. Cuando se ha cagado encima, se queja. Como un adulto, vamos. Si el adulto no está borracho, claro.
13. Sabe diferenciar las personas de las que sacará comida de las que solo sacará que le enseñen la lengua. A éstas siempre se las queda mirando como diciendo, ¿por qué los adultos siempre sacan la lengua?
14. Y lo que me convenció definitivamente de la mente prodigiosa de mi sobrino. Consiguió montar con dos hermanas suecas un trío. E hizo fotos y vídeo.

En serio, ¡es más listo!

jueves, 25 de junio de 2009

Crónica de una obra XI

Resumen de lo publicado: Total, que me fui con la pelirroja y acabamos en una piara de cerdos con unos cuantos minotauros muy enfadados delante. La pelirroja me dio una espada para defenderme, pero no la cogí bien al vuelo y se perdió entre la mierda de los cerdos. Poco a poco los compañeros se reunieron. La pelirroja desapareció y nadie se creyó que había estado conmigo sí, sí, una pelirroja ya te gustaría. Cuando nos pusimos en formación dispuestos a defender cara nuestra vida ante los minotauros, una poderosa voz lo paralizó todo. Era Ciocco. Estaba rabioso. Ahora sí que nos habíamos metido en problemas.

ADVERTENCIA: Esta entrega de la fastuosa y fascinante y muy verdadera Crónica de una obra contiene abundantes muestras de vocabulario vulgar, procaz, lleno de palabras gruesas y muy poco sutiles. A los oídos finos y sensibles se les aconseja sustituir cada palabra malsonante por una bonita, como por ejemplo, azahar. No sé, me gusta el azahar pero se me hace un poco empalagoso. Pues canela, si lo prefieres. No, hombre, no, azahar ya está bien. Como quieras. Aunque una crepe con canela...

- ... pedazos de mierda de yak enfermo y sifilítico. Hatajo de gilipollas cara de ratas, subnormales imbéciles... que os follen, eso digo yo, que os folle un troll con la polla astillada y llena de pus gangrenosa para que os deje el culo como la cara de vuestras putas madres panda de imbéciles, estúpidos oligofrénicos. ¡No os dije que no entrárais en la posada! ¿No os lo dije? Pero como parece que tenéis los oídos llenos de mierda y el cerebro os rebosa esperma de cabra montesa comida por las ratas no escucháis, no, los señoritos tienen que hacer lo que les sale de la polla, ¿para qué hacer caso a Ciocco? ¿Para qué? Total, el sólo lleva siglo viviendo en este mundo y nosotros somos unos mamones analfabetos imbéciles, atontados y comemierdas...
- Pero es que... - dije yo.
- ¡Cierra tu puta boca imbécil! ¡Cierra ese orificio por donde solo sale mierda y escucha tontolava, lameculos, gilipollas, calzonazos, que tu cerebro tiene la misma consistencia del vomito de un borracho que se ha pasado comiendo garbanzos, y tus compañeros de mierda, esas panda de soplapollas tienen la personalidad de la diarrea que me sale de mi hermoso culo cada vez que como acelgas llenas de esputos y gargajos de leprosos... ¡Es que seréis imbéciles! Sois un grupo de...

Dos horas. Ciocco llevaba así dos horas. Nosotros cinco sentaditos en un banco de la plaza del mercado mientras el pequeñín daba vueltas a un lado y a otro soltando esas perlas por su boquita. No nos atrevíamos a alzar la mirada y mucho menos a hablar. Cada vez que uno de nosotros se atrevía a decir cuantro sonidos, Ciocco empezaba a recordar a nuestras madres y no acababa hasta el coño de la puta babosa del que salió vuestra putrefacta familia en el pleistoceno.

La irrupción de Ciocco en la piara de cerdos evitó una pelea entre minotauros y pringados. Su intervención decidida, enérgica y acojonante evitó el derramamiento de sangre. Resolvió la disputa con los minotauros al conseguir que el yesero pidiera disculpas. Éste en un principio se negaba, pero un golpe en los testículos con el báculo le hizo cambiar de idea. Los minotauros aceptaron las disculpas y se despidieron de nosotros diciendo que tenían un poblado que arrasar. Nos quedamos solos con Ciocco.

- Acompañadme.
Salimos a la plaza oliendo a cerdo, sangrando y provocando que las viudas se desmayaran a nuestro paso.
- Sentaos.
Nos sentamos.
Respiró hondo.
- ¿Pero qué coño os pasa a vosotros? ¿Sois imbéciles o es que de pequeños os distéis con el pico de una plancha y vuestro cerebro se convirtió en mierda? Sois la panda de héroes más patética y asquerosa que en mi puñetera vida he visto...

Y etc.

Cuando el sol empezaba a declinar, las paradas del mercado empezaban a recogerse y los pobres de Falac se peleaban por los deshechos que habían dejado los perros, Ciocco acabó su monólogo.

- Pero bueno, no pasa nada. Un error lo tiene cualquiera. Anda, coged vuestras armas.

Hizo un par de movimientos con sus manos, alzo al cielo un antiguo cántico místico, abrió y cerró su túnica (lo que no era agradable ya que su bellotita giraba de un lado a otro como un péndulo epiléptico), puso los ojos en blanco y empezó a temblar y a contraerse en sí mismo. Se hizo el silencio, gritó al cielo
Coño qué susto
y una densa y profunda nube de humo surgió de la nada cegándonos.
- Joder.
- Hostia.
- No veo una mierda.
- ¿Dónde estáis?
- Coff, coff.
- ¿No estarás fumando Jorge?
- Que no coño.
No veo una mierda.
- El que faltaba... ya decía que estabas muy calladito hoy.
Estaba ocupado.
- ¿Comiendo?
¿Por qué no te vas a la mierda? Necesito comer mucho, soy una persona nerviosa.
- Y como no tienes sexo.
Pues anda que tú.
- ¿Quién me ha tocado el culo?
- ¿Tú tampoco... ya sabes...?
¿Qué coño te importa?
- Mierda, he tropezado.
- En serio, ¿quién coño me está tocando el culo?
- ¡Os queréis callar de una puta vez, joder!

Por segunda vez la voz de Ciocco hizo que nos calláramos.
El humo se disipó. Ante nosotros aparecían una montaña de armas. De todos los tamaños y dimensiones y formas.
Pero... ¿qué es esta mierda?
- Armas - dijo Ciocco -. ¿No os gustan?
Llenas de moho y herrumbre. Amarillas de óxido. Cascos y armaduras sujetos con cuerdas y grapas. Una daga sin hoja. Espadas sin empuñaduras. Piedras.
- Pero si están hechas un asco.
- Es lo que he pillado en tan poco tiempo. Lo tomáis o lo dejáis. Encima de pobres delicados... hay que joderse.
- Yo paso de pillar un arma - dije. - Me quedo con la espada que me ha dado la pelirroja.
Los demás no me escucharon y empezaron a pelearse por el arma menos destrozada. Tras unos cuantos insultos, empujones y mordiscos, todos acabamos armados.
Todos no.
Todos acabamos armados, menos Jordi.
El paleta se agenció un palo con un pincho. El mimo se llenó los bolsillos de piedras. El yesero se pilló una navaja trapera, un caña para sacar ojos, una empuñadora molona, un par de dagas llenas de mugre y una cuchara. El electricista pillo un arco sin cuerda y unas flechas sin punta.

- Hala - dijo Ciocco. - Ya estáis armados. En las bolsas tenéis comida para el viaje y dinero. No os lo gastéis en putas. Pues salís del pueblo por esa dirección, giráis a la izquierda, a la derecha dos veces, pasáis por debajo de un puente, otro puente, donde está la hoguera de la bruja no, al lado veréis el cadáver de un perro en descomposición, pues ahí tampoco, sino que más adelante tras unos arbustos donde van los jóvenes a jugar a cruzados blancos entrando en la cueva roja veréis un arbol que parece un palillo cojo, pues a la izquierda, a la izquierda, todo recto tres centímetros, a la derecha, a la derecha, bajáis, subís, dais tres vueltas a la pata coja y ya habréis encotrado el camino que os llevará a las amazonas. ¿Entendido? Pues adiós.

Y Ciocco se fue.

Y nos quedamos solos.
- ¿Qué hacemos? - dijo el electricista.
- Yo tengo hambre - dijo el paleta.
- ¿Y si nos hacemos una foto? - propuse.
- ¿Alguien ha traído cámara?
- Yo no.
- Ni yo.
- Yo tampoco.
- Menos aún.
- ¿Si queréis os hago un dibujo?
Quien habló era una preciosa muchacha rubia que nos observaba subida a una tapia.
- Vale - dijimos. - Así tendremos un recuerdo.
Y posamos.
Tres horas después nos dio el dibujo y nos despidió con un beso y un suerte.
- Ha quedado chulo, ¿verdad?
- Sí... aunque tú no eres tan guapo.
- ¿Por qué me ha puesto un libro en las manos?
Joder, hasta salgo yo y todo.
El mimo señalaba su entrepierna mientras se metia un dedo en la oreja.
- Sí, tú has quedado bien. Bueno, ¿qué? ¿vamos?
- Vamos.
Y nos pusimos en camino para encontrar nuestro destino y la aventura.
- Una cosa - dije -. ¿Alguien estaba escuchando a Ciocco cuando nos dio la dirección?

Silencio.

Dibujo de grupo. Más majos.
¿Y por qué llevo un libro en las manos?
Eso lo descubriréis próximamente.

Un retrato cortesía de A.

Nota: si alguien quiere contribuir a la creación de la galeria pictórica de estas terribles y veraces aventuras, pues nada, encantando de recibir los dibujitos.

miércoles, 24 de junio de 2009

Post verbena, así que iremos rapidito

Primero, espero que hayais pasado una buena verbena de Sant Joan, que no estéis muy perjudicados, que conservéis todos los dedos, que las hogueras ardieran dentro y fuera de la casa, que se quemaran deseos y que hicieseis esos rituales en los que nadie cree, pero que se acaban por hacer de quemar lo viejo impregnado de rocio de la noche, semen de bufalo, tres escupitajos de diferentes colores, enterrarlo todo en tierra consagrada, mearse encima y saltar cuando den las doce y treinta y siete.

Como estoy de postverbena y tengo una más que agradable resaca, no me enrollaré mucho. Dejaré un poema. Solsticio de verano. La naturaleza se regenera. Y nosostros con ella.

LA PURA VERDAD de Francisco Urondo

Si ustedes lo permiten,
prefiero seguir viviendo.

Después de todo y de pensarlo bien, no tengo
motivos para quejarme o protestar:

siempre he vivido en la gloria: nada
importante me ha faltado.

Es cierto que nunca quise imposibles; enamorado
de las cosas de este mundo con inconsciencia y dolor y miedo y apremio.

Muy de cerca he conocido la imperdonable alegría; tuve
sueños espantosos y buenos amores, ligeros y culpables.

Me averguenza verme cubierto de pretensiones; una gallina torpe,
melancólica, débil, poco interesante,

un abanico de plumas que el viento desprecia,
caminito que el tiempo ha borrado.

Los impulsos mordieron mi juventud y ahora, sin darme cuenta, voy iniciando
una madurez equilibrada, capaz de enloquecer a cualquiera o aburrir de golpe.

Mis errores han sido olvidados definitivamente; mi memoria ha muerto y se queja
con otros dioses varados en el sueño y los malos sentimientos.

El perecedero, el sucio, el futuro, supo acobardarme, pero lo he derrotado
para siempre; sé que futuro y memoria se vengarán algun día.

Pasaré desapercibido, con falsa humildad, como la Cenicienta, aunque algunos
me recuerden con cariño o descubran mi zapatito y también vayan muriendo.

No descarto la posibilidad
de la fama y del dinero; las bajas pasiones y la inclemencia.

La crueldad no me asusta y siempre viví deslumbrado
por el puro alcohol, el libro bien escrito, la carne perfecta.

Suelo confiar en mis fuerzas y en mi salud
y en mi destino y en la buena suerte:

sé que llegaré a ver la revolución, el salto temido
y acariciado, golpeando a la puerta de nuestra desidia.

Estoy seguro de llegar a vivir en el corazón de una palabra;
compartir este calor, esta fatalidad que quieta no sirve y se corrompe.

Puedo hablar y escuchar la luz
y el color de la piel amada y enemiga y cercana.

Tocar el sueño y la impureza,
nacer con cada temblor gastado en la huida

Tropiezos heridos de muerte;
esperanza y dolor y cansancio y ganas.

Estar hablando, sostener
esta victoria, este puño; saludar, despedirme

Sin jactancias puedo decir
que la vida es lo mejor que conozco.

lunes, 22 de junio de 2009

Sobre decoración y buen gusto

1. Una máquina del millón. Imprescindible para adornar con sus sonidos y su bolita que suba y baje incontables noches románticas.

2. Una cabeza de toro/ciervo/jabalí/reno/contable para poder colgar en sus colmillos o cuernos las llaves, los paraguas y las bufandas. Te ahorras el perchero y el colgador. Y encima es estético.

Para colgar los abrigos esto va de puta madre.

3. Una de esas lámparas tan divertidas que el pie es una mujer desnuda y que cuando se encienden se les ilumina los pezones. A los críos les encanta.

4. Un cuadro de dos cabezas enormes enamoradas que se miran a los ojos con ruiseñores y unicornios correteando por detrás, ninfas sentadas en flores, puentes, arco irís (mínimo tres), con tono de azul noche, muchas estrellas, un rio o dos y si se puede meter un acantilado, pues mejor.

5. Naturalmente, espejo en el techo y neón de alguna marca de cerveza.

6. Cama redonda, de agua, sábanas de seda roja.

Esta cama también valdría. ¡Pero mirad qué feliz se le ve a la muchacha!

7. Una imagen de un Cristo. Sí, ya sé que no soy religioso, pero es que está imagen es la monda lironda. Es una figura a tamaño real con las llagas en las manos. Se llena una pipeta de mercromina o agua con colorante y cuando se apreta, el Cristo sangra por las llagas. Delirante. Tronchante. Esto anima cualquier fiesta.

8. Otra imagen de Cristo, pero ésta para la habitación. La gracia está en que cuando te mueves los ojos del hijo de María se abren y se cierran. Ahora sufro con los ojos abiertos, ahora con los ojos cerrados, ahora con los ojos abiertos... Imaginaos lo que debe ser en según que situaciones que ocurren en una casa.

9. De sillas, cajas de fruta. Es estético y, además, sirve para ir al mercado ahorrando la bolsa de plástico y colaborando con el medio ambiente.

10. Una cama elástica.

Y si no puede ser cama de agua, una combinación de ambas para el salón.

11. Una figura de Lladró de una pastorcilla dando de mamar a un ternero mientras una oca le sube las faldas.

Éstas son algunas de las ideas que me han boicoteado para la decoración del piso. ¿Os lo podéis creer? Y por eso os pido vuestra ayuda, si consideráis que las ideas son buenas, que merecen la pena, que debo luchar por ellas, sispli, dejadme un comentario de apoyo. O si tenéis alguna idea que vaya en la idea de la decoración elegante y art decó que quiero darle a nuestro nuevo hogar.

Y si no os gustan las ideas también podéis dejar un comentario... qué le vamos a hacer. Seguro que A. lo agradece y conseguirá nuevos argumentos para no dejarme un póster de Carmen de Mairena como punto kitsc y gracioso.

domingo, 21 de junio de 2009

Visto y oido

1. En la librería. Dos señores con aspecto de personas que saben pensar y que dicen palabras esdrújulas y difíciles. En las manos, un libro de Sorolla.

- No, no me lo llevo - dice uno de ellos al librero dejando el libro encima del mostrador. Dice a su compañero -. El problema de Sorolla siempre ha sido el mismo... no saber cómo atrapar bien la luz. Además, el retrato del caballo no es realista.

Intento del librero de no desencajar la mandíbula. A ver, entiendo que no te guste Sorolla (bueno, en verdad no lo entiendo), pero que digas que no sabe... él... la luz... ¡no me toques las pelotas! Debe der ser uno de esos tipos que fundan un clubes de sobrevalorados, citan mal a Oscar Wilde e intentan desesperadamente demostrar al mundo que como son muy listo, su apreciación del arte es diferente y correcta. Jodidos pseudointelectuales.

Es verdad, aquí no hay luz ni mierda ni ná.

2. Nuevamente en la librería.
- Un libro para una señora mayor. Le gusta mucho leer.
- A ver... está éste... y éste... y éste... y éste... y éste...
- No, no, no, no sé, no, no.
- ¿Y un libro de cuentos?
- ¿Cuentos? Te he dicho que es para una persona mayor.
- Bueno, cuentos para adultos.
- No, cuentos no. Es una persona que le gusta leer. Que le expliquen una historia de principio al final. Además, a mí no me gustaría que me lo regalaran.
- Ya, pero no es un regalo para ti.
- No, pero regalar un libro de cuentos sería como insultar a la persona.

3. En la calle paseando con A. Un chico y una chica. Ambos visten de blancos. Él tiene el hálito de los elegidos. Ella, si lo mira con más admiración, en cuanto de un paso resbalará.

ÉL: Lo que pasa es que yo soy Medium (se coloca bien el flequillo).
ELLA: ¿De verdad?
ÉL: Sí, aunque nunca he desarrollado mis facultades (se coloca bien el flequillo).
ELLA: Guau...
ÉL: ¿Verdad? (se coloca bien el flequillo).

La médium de la tele. ¿Todos los médiums llevan el mismo peinado?

4. - Lo que pasa es que tú estás muy enamorado y yo estoy muy ocupado.
Frase dicha por un amigo delante de su pareja.

5. Una buena amiga.

- Tú a tu pareja siempre tienes que decirle que está estupenda. Aunque esté horrible. A veces me pongo delante del espejo y empiezo estoy horrible, mira las piernas, estoy vieja y entonces X viene y me abraza y me dice que estoy estupenda. Y se me pasa la depre. Pero no me lo dice por mí, no, lo dice por él. Porque si me dice que no estoy estupenda me entra la depre, si me entra la depre me emparanoio y si me emparanoio luego no hay chiqui chiqui. No es listo ni nada. Pero a mí ya me va bien.

6. La misma amiga.

- Pues mírame a mí, lo sobada que estoy y lo estupenda que estoy.

Y mañana hablaremos del boicot que me están haciendo por el tema de la decoración del piso.

¿Tan horrible es proponer una lámpara como ésta para poner en la mesita de noche?

viernes, 19 de junio de 2009

Lecturas

La mujer que lee.
Plaza II de mayo, Barrio de Malasaña, Madrid.

jueves, 18 de junio de 2009

Malasaña Connection III (y final)

Después de horas de ingesta alcohólica descontrolada para convencer a nuestros posibles, pero no seguros, pero no descartables terribles y quizá inexistentes enemigos solo producto de la paranoia que la Agencia nos transmite desde el primer día, pero a lo mejor no, de que Cesc y yo sólo eramos dos hermosos, apuestos e inteligentes catalanitos en Madrid en manos de una simpática, pero cada vez más violenta, guía llamada Bellota nos reunimos con Marta, nuestro agente logístico, en una plaza cuando en el barrio de Malasaña tocaron las diez y pico en algún reloj atrasado. Cesc había entrenido el tiempo robando teléfonos móviles en las barras de los bares para, según él, conservar las manos ágiles (se crió de pequeño en un barrio duro sin suelo y para subsistir tuvo que agenciarse los objetos personales de las cada vez más ruidosas hordas turísticas de Igualada).

Apareció Marta. Sus ojos asustados vigilaban las calles.

- Creo que me han seguido.

Quizá la Otra Agencia estaba detrás de nuestros pasos.

- O a lo mejor no.

Quizá la Otra Agencia no existía.

- O a lo mejor sí y no me he dado cuenta porque quien creía que me seguía no era la persona que me seguía y quien me seguía me ha despistado.

- Vamos a tomar una caña – dijo la agente Bellota -. Así los despistaremos.

- ¿Qué tal han ido las croquetas?

Silencio.

Flasback

Casa Julio. Hora indeterminada porque no llevaba reloj. Entramos. Pensamos que es un buen lugar para hacer el intercambio. Nos sentamos. Y nos enteramos de por qué Cesc quería venir a este lugar precisamente. En una de las paredes cuelga una foto de uno de nuestros agentes más concienciados socialmente, pero más inútiles en misiones de tierra: Bono, el que tiene como tapadera pertenecer al grupo músico-vocal U2. Hablamos con una venerable señora que dice ser quien prepara las famosas croquetas.

Casa Julio y sus imprevisibles croquetas.

- Pues sí, Bono estuvo aquí, pero no comió croquetas. Comió tortilla que también me sale muy buena y café. Mucho café. Muy simpático el señor con sus gafas y su inglés. Los otros eran unos sosos. Me dijo que muy buena la tortilla. Le dije que nada, que ya sabía donde estaba su casa. Y luego me llamaron de Nueva York para preguntarme si me gustaban los boleros. Hombre, no me disgustan, pero tanto como para ponerme a escuchar un disco. La verdad es que prefiero el trash metal y la coprofagia vaginal. ¿Les pongo unas croquetas?

Aceptamos. ¿Qué podía pasar? Nos puso delante doce enormes croquetas de queso, de espinacas con frutos secos, etc. Bellota cogió uno de los tenedores. Partió una de las croquetas, la pinchó y entreabrió los labios mientras su lengua emergía para acariciar el relleno.

- ¡Detente! – dije.

- ¿Qué pasa?

- Mira a tu alrededor.

La gente se afanaba sobre las croquetas. Comían ansiosas la pasta y el relleno. Empezaban a babear. Se entelaban los ojos. Las manos empezaban a temblar y a hacer movimientos espasmódicos. No controlaban su cuerpo. Empezaron a emitir un extraño olor corporal que invitaba a encerrarse en una piara de cerdos para respirar aire puro. Se les caían los pantalones y sus antes entendibles palabras se convirtieron en simples gorjeos incomprensibles. Empezaron a empujarse unos a otros.

No, no se habían convertido en adolescentes.

Zombies. Habíamos asistido al nacimiento de una plaga zombie.

- ¡Nunca conseguiréis los documentos! ¡Nunca! ¡El mundo será nuestro! ¡O no! - eran las carcajadas de las venerable señora desde la cocina. Aunque también podría haber sido el ruído de la fritanga.

Los tres nos miramos y en un momento supimos lo que teníamos que hacer. Para esto nos había entrenado la agencia, para eliminar a unos cuantos no muertos en un espacio reducido sin aire acondicionado.

Aspecto que teníamos al salir de Casa Julio.
Luchar contra zombies siempre te cambia.

Fin del flasback

- Bien, hemos matado a una quincena de zombies y casi nos vamos sin pagar.

Cañas y más cañas. Cena de fritanga. Un par de reyertas con ninjas bulímicos de los que se encargó Marta solita gracias a sus conocimientos del sutil arte del ikebana. Conversación de última hora de la noche sobre el futuro, sobre la Agencia, sobre los peligros que comporta ser agentes secretos. Bellota nos explica su sueño de un negocio propio para repartir obleas entre la gente que se porte mal. Cesc se apunta encantado. Se reparten obleas (también conocidas como hostias) a cinco euros el par. Marta disfruta de la violencia que se respiraba en el bar. Filmación de una snuff. Un par de tiroteos al salir y medio barrio en llamas. No aparece en las noticias porque la Agencia difunde la noticia de una nueva pandemia de furor sexual entre las personas que en su nombre tenga una A y que las caquitas de Messi de esa mañana eran un poco claras. Se detiene el país.

Nos despedimos de Bellota. Ha sido un placer trabajar con ella. A dormir.
Fin del primer día de viaje.

A la mañana siguiente:

- Visita y matanza en el Rastro siguiendo el ídem de una posible red de narcotráfico de oregano adulterado.
- Búsqueda de códigos secretos en libros de viejo donde aparezca la palabra Nueva York. Son libros muy peligrosos que contienen información espeluznante y de mucho susto.
- Más fritanga y comer de pie.
- Comer sentados más fritanga.
- Cañas, aunque alguien se da al agua.
- Despedida de Marta en el areopuerto. Haz buen uso de los libros.
- Vuelo tranquilo si no contamos el hecho del secuestro por terroristas prusianos que nos llevó a vivir inimaginables aventuras en Jamaica/Helsinky/Buenos Aires/San Luís de Potosí/La Habana/Ódena/San Francisco/Teruel y casi, pero al final no porque no nos dio tiempo, Saigon. Si queréis, otro día os las cuento.
Imagen que corresponde a nuestras delirantes aventuras en Helsinki.
El de la foto es Cesc disfrazado para pasar desapercibido.

Gracias al simpar Capitán Chistorra por capturar este momento.

- Vuelta a casa.

Y os preguntaréis si al final de la aventuras hicimos el tan importante y vital intercambio de documentos que cambiarían la historia de la humanidad para siempre jamás. La verdad es que no. Nos olvidamos. Es lo que tiene ir a pasar unos días a una ciudad como Madrid, que su gente te acoge, te aprecia, te hace sentir bien, te da su cariño y amistad, te cobra sus cervezas y lo olvidas casi todo salvo pasarlo bien y querer a las personas con quien estás.

martes, 16 de junio de 2009

Algunas cosas que he aprendido en unas semanas de convivencia

1. Posiblemente la peor frase que se puede decir cuando se empieza a vivir con alguien es: "Voy a traer mis pantalones viejos cómodos de estar por casa". La única prohibición. Nada de pantalones viejos. Si quiero pantalones cómodos, me los compró nuevos. Pero, ¿cómo pueden ser cómodos unos pantalones nuevos? Lo comento con una amiga. ¿Cómo se me ocurre ni siquiera mencionar ese tema? Pantalones viejos cómodos... ¿Por qué los hombres tenéis esa fijación en piezas de ropa viejas, roñosas, feas y espantosas para poneros por casa?

2. Dalsy, a parte de ser la pronunciación china del nombre de un personaje de Jane Austen, según parece es mano de santo para cualquier pequeña indisposición de un niño.

Dalsy apareció y con él se fue el dolor de barriga y la indisposición.
¿Milagro, ciencia, casualidad? Y con jeringa incluida.


Lo que me llevó a una de mis graves y profundas reflexiones, ¿por qué los medicamentos tienen nombre de personajes de novelas de fantasia heróica? Baccidal, el elfo. Ibuprofeno, hijo de Ibrupox, gran mago de las legiones oscuras de Caos y mitad. Amoxicilina, guerrera bárbara de las legendarias e ignotas tierras del norte. Gelocatil, el pícaro kender adicto a las setas alucinógenas y las rubias de largas piernas. Thiordem, paladín al servicio del justo, pero disecado rey Flatoril. Salbutamol Aldo-Union, terrible grey de asesinos en la ciudad de Menjugate. Etc.

3. Las acelgas están buenas. En serio, nunca lo habría dicho. Con patatas y habas, pasado todo por la sarten con aceite y unos trocitos de embutido frito.

4. Lo feliz que puede hacer que traigan vuestra primera nevera.

5. Que el amor es una forma de desmadurar juntos.

domingo, 14 de junio de 2009

Malasaña Connection II

Siento el silencio de estos días. Han sido unas jornadas difíciles y duras. Las últimas entradas de este blog no han caído bien en ciertos sectores de mi ultrasecreta organización. He estado recibiendo amenazas o lo que en mi paranoia creo que son amenazas. Algunas de ellas han sido:

- Una cabeza de caballo colgada de la puerta de mi nuevo hogar con una leyenda que decía "Deja de tirar de la manta que tenemos frío".
- El secuestro de toda mi familia en manos de una guerrilla independentista y palmípeda capelladina.
- Una lluvia constante de ladrillos con mensajes amenazadores lanzados desde limusinas.
- Un par de ráfagas de metralleta mientras me tomaba una cerveza en una terraza. No hay que lamentar bajas importantes, pero la red de distribución de cd's ilegales se ha visto drásticamente mermada.

No sé si todo esto tenía que ver conmigo, si eran serias amenazas, intentos de silenciarme. Pero no podrán. No podréis. No. Ni siquiera vosotros Marta, Bellota y Cesc.

Barrio de Malasaña. Nuestro agente encubierto, Bellota, tenía que ponerse en contacto con nosotros. Paseamos por el barrio tranquilos, pero siempre vigilando a la guapa que se acercaba, a la muchacha de la falda corta, a la escotes. Podrían ser agentes del enemigo y nunca se es suficientemente precavido. Plaza del dos de mayo. Montan paradas con antigüedades, películas baratas y libros. Miramos tiendas de ropa donde Cesc mira piezas que ni en sus mejores sueños podría comprar con el sueldo que nos paga la agencia. Un desayuno. Paseos y fotos del entorno para entregárselas a los chicos de mapeo. Y una imagen que se repite continuamente por las calles. ¿Es una señal? ¿Un código? ¿Una nueva tribu urbana? ¿Un anuncio? ¿Un recordatorio?


Paseo y más paseo. Localizamos el bar de intercambio. Casa Julio. Y sus croquetas. Serán fundamentales para que todo acabe con sentido. Suena un mensaje en el móvil. Es Bellota. Le contesto. Me contesta. Le contesto. Me contesta. La llamó. Será más rápido. A la una en la Plaza Dos de Mayo. A lado de la mujer que lee.

Llegamos a la plaza. No sé como es Bellota. Un antiguo agente en mejor vida (en la Riviera francesa como promotor de modelos de lenceria escueta) me dijo que no se parecía en nada ni a Rita Barberá ni a Chuck Norris (aunque luego descubrimos que reparte hostias como este último). Me senté al lado de una estatua de una mujer que llee. Espero. Cesc se aleja y controla el perimetro. Dispara a un par de posibles sospechosos de a lo mejor son agentes de la posible agencia enemiga pero no estoy seguro y por tanto disparo antes de que me disparen. De vez en cuando se acerca y me pregunta si confio en Bellota. Le digo que tengo intuición para las personas y que elimine el helicóptero de rastreo. Esperar.

Plaza del Dos de Mayo. Posibles sospechosos.
Sólo una de las personas que aparecen en esta foto cenó en su casa.
Las otras lo hicieron fuera.


De repente aparece una muchacha pequeña y rubia. Es ella, digo. ¿Cómo lo sabes?, pregunta Cesc. Lo sé. ¡Guau!, dice Cesc, ¡qué seguro y fuerte y duro que eres! Te admiro tanto...

Bellota se planta delante de mí. Dice las palabras claves, la contraseña imprenetable e indescifrable.

- ¿Eres Jorge?

Y empezó todo. Lo primero que nos dijo que tenía la impresión de que a lo mejor la estaban siguiendo, pero a lo mejor no y que el intercambio se tendría que hacer más tarde, cuando estuvieramos casi seguros de estar casi seguros. Tendríamos que pasar unas horas juntos y comportarnos con normalidad, como si estuvieras de viaje de placer y hubieramos ido a conocer amigos nuevos. Por eso, solo por ese motivo nos emborrachamos a media tarde y en muy pocas horas nos vimos en la obligación de consumir:

- Dos raciones de alitas de pollo.
- Catorce o quince cañas.
- Carajillo + Mojito + Absenta
- SuperMarioBros
- Collares verdes
- Fritanga
- Más cañas
- Comidas varias básicamente fritanga
- Paseos
- Gastos innecesarios en libros de segunda mano
- Partida violenta de dominó... Fue un momento delicado... y más con dominó por medio... todo el mundo sabe que el dominó es un juego de caballeros que pierden la compostura en un momento y se convierten en simples pendencieros de taberna portuaria. Es un juego violento y pendenciero al que sólo juegan los seres de peor calaña y catadura. Hace que las pasiones crezcan y se desborden cual bailarina exótica gorda cuando se quita el traje de cuero siete tallas más pequeño. Y eso fue exactamente lo que pasó. Cesc y Bellota acabaron inmersos en una batalla épica de collejas y bofetadas. Y gracias a la última tecnologia móvil, aquí está el vídeo de tamaña batalla épica.


Bellota y Cesc jugando a dominó.
Está en vosotros decidir quién es quién.


CONTINUARÁ (FALTA UNA ENTREGA)

jueves, 11 de junio de 2009

Malasaña Connection

Tras la revelación de hace unos días, lo que de verdad pasó en Madrid.

Llamadme Jorge (otros alias: Ser supremo, Dios, Macho entre machos y buen tio en general*) y aquí empieza la historia.

Como ya sabéis trabajo en una agencia ultrasecreta que controla el destino y los designios de la humanidad. Nuestras redes se extienden mucho más allá de lo que podáis imaginar un día lúcido con una sobredosis de setas y mezcal. Todo lo cubrimos y todo lo dominamos. Desde derrocar o colocar gobiernos, la subida del precio del ázucar o la cruel mentira de que la cirugía óptica no produce a la larga ceguera total.

Pero no todo es sencillo. Existe otra agencia ultrasecreta que aspira a ocupar el lugar que nos corresponde por milenios de subhistoria conspiranoide e intenta por todos los medios derrocarnos. Como somos todos tan secretos no sabemos quienes son ni ellos saben quienes somos nosotros. Podemos ser todos o ninguno. Así que siempre tenemos que ir con cuidado porque quién sabe si esa adorable abuela que nos sonríe en el autobús no es más que un agente de ELLOS pensando que quizá yo soy un agente de ELLOS y que a lo mejor tendría que hacer algo, pero a lo mejor no...

Es cansado.

Y el viaje a Madrid de hace un par de semanas es un buen ejemplo de esta continua maraña conspiranóica en la que vivo, trabajo y crezco horizontalmente. En principio aquel viaje no iba a ser nada más que una misión rutinaria. Un viaje relámpago para contactar con uno de nuestros agentes secretos que a lo mejor se ha introducido en la organización de ELLOS, pero a lo mejor no, y volver a la relativa seguridad del hogar con unos documentos que prometían cambiar de una vez por todas la historia de la humanidad y llevarla a un nuevo estrato de desidía y dejadez. Una misión en apariencia sencilla que nos permitiría algunas horas libre para captar nuevos agentes.

Pero nada salió como esperaba. Demasiadas horas, demasiado andar, demasiada sangre.

El agente que me acompañó en esa ocasión respondía al nombre en clave de Cesc (otros alias: Paquito, César y Azahar). Aunque nos conocíamos bien ya que habíamos trabajado juntos era la primera vez que nos lanzábamos a un viaje desconocido en tierra desconocida. No sabíamos si fiarnos uno del otro (es lo que nos han enseñado en la agencia) y tanteamos el terreno para ver cómo iba a desarrollarse todo. Los informes que me habían pasado de Cesc eran excelentes: aunque de apariencia desorganizada, era un trabajador serio y diligente. Solía hablar demasiado del tiempo que estuvo destinado en Nueva York y siempre iba acompañado de una pequeña rana intergaláctica que ejercía de extraño alter-ego. Físicamente no se parecía en nada a John Wayne o Madonna.

Dos días antes de la salida para Madrid me llamó desde una cabina de Michigan, Badajoz, para decirme la hora y el lugar por donde me pasaría a buscar. De acuerdo. Preparé un mínimo de equipaje intentando prescindir de esa voz maternal que todos llevamos dentro y que nos invita a la trampa de una pieza más por si acaso... Hecha la maleta y habiéndome despedido de mis seres queridos, me puse a dormir. Pero algo estuvo a punto de salir mal. Un agente de la agencia enemiga había puesto en el vasolechecongalletas que me tomé antes de ir al país del hada de los sueños algún tipo de somnífero de caballos hormonados, pues estuve a punto de quedarme dormido y no llegar a tiempo al lugar del encuentro. No ocurrió así, pero fue una primera señal nada tranquilizadora de todo lo que vendría después.

Pese a ese pequeño detalle, la recogida del paquete (en este caso yo) ocurrió sin incidentes remarcables si exceptuamos la desarticulación improvisada de una mafia de tráfico de osos panda para peleas callejeras ilegales, y pudimos tomar el vuelo sin problemas. Gracias a nuestros contactos en la agencia pudimos pasar los minutos de espera en la zona VIP ULTRA del areopuerto donde nos ofrecieron café a precio de bar de la calle y bocadillos del día. Embarcamos sin problema consiguiendo pasar en el forro de amianto de nuestros calzoncillos nuestras katanas, ak-47 y las muy queridas nueve milímetros (además de los cuchillos de caza y supervivencia, dagas, material explosivo, ballestas y alabardas). Disfrutamos de un tranquilo vuelo que gracias a un viento de cola duró cerca de veinte minutos menos.

Llegada al areopuerto de destino. Cesc me informa que nos vendrá a recoger un contacto que nos proporcionará todo el material logístico para movernos por Madrid esos días. Nombre en clave: Marta (otros alías: la seria, la ONG, la está a diez minutos caminando). Salimos a la zona de llegadas. La gente de nuestro alrededor circula, se abraza, se besa y se alegra de haber llegado a salvo. Miradas a nuestro alerededor. Marta no estaba. Esperamos. Quizá la habían interceptado. ¿Tienes el número de contacto, Cesc? No, me lo comí. Los nervios crecían. Era una buena agente por los informes que me habían pasado de ella, puntual y Esos Que Pagan El Cheque A Fin De Mes tenían toda su confianza puesta en ella. Vendrá, dije. ¿Cómo lo sabes? Lo sé.

Y vino. Saludos. Y nos llevo al coche asignado. Conversación banal. Ella no se podía ver más implicada de lo que ya estaba. Pero era tarde. Ya estaba metida hasta el cuello. Cesc y ella hablaron de una antigua misión que compartieron y yo me entretuve ojeando los informes que tenía de nuestro agente doble. Nombre en clave: Bellota (otros alias: la Bineurona, la Anuncios). Sabía poco de ella. Su aspecto físico podría haber sido el de Danny de Vito o el de Monica Belluci. Se decía de ella que era buena chica, inteligente, con sentido del humor y rarita. Vivía en el barrio de Malasaña, en el centro de todo.

Llegamos a destino. Barrio de Cuatro Caminos. Un sencillo y confortable apartamento sería nuestro centro de logística aquellos dos días. Marta nos entregó un mapa del metro de la ciudad, un billete y las indicaciones para llegar al barrio. Un desayuno después nos despedimos de ella con la promesa de vernos a la noche para continuar el trabajo. Cesc y yo caminamos intentando pasar por aborígenes y llegamos a Malasaña.

A partir de aquí todo fue violencia innecesaria, acción, traiciones, alcohol y momentos para olvidar.

Esquina del barrio de Malasaña de Madrid.
Nunca nada volverá a ser igual.

CONTINUARÁ (FALTAN DOS ENTREGAS)

* ¿Película?

lunes, 8 de junio de 2009

Próximamente en sus pantallas...

Crimen, viajes, acción, carreras, juego, corrupción, hostias, desconocidos, secretos, llamadas de teléfono, inocentes en peligro, SuperMario Bros secuestrado y croquetas... muchas croquetas... en

Malasaña Connection

Una nueva tontá de acción.


Próximamente... en cuanto tenga conexión.

jueves, 4 de junio de 2009

Unas cuantas explicaciones y una revelación que lo cambiará todo

Os debo una explicación. Supongo que habréis notado que llevo unos días sin actualizar el blog, sin comentar en blogs ajenos, sin mis incursiones didácticas en los vídeos más patéticamente graciosos de internet. Y tiene un motivo. No se trata de que haya caído en la inopia y pase las tardes tumbado en la cama intentando hacer un conejito con las sombras. Posiblemente oiréis rumores que he iniciando una relación y que me he independizado de casa de mis padres. Y aunque estas dos últimas afirmaciones son verdad, no son LA VERDAD.

Después de mucho pensarlo he decidido dar este paso: revelar a mis lectores mi verdadera naturaleza y a qué me dedico. Sé que me arriesgo. Sé que perderé amigos por el camino y encontraré duros y desagradables enemigos. Lo sé. Pero me la juego. Por el bien de la humanidad y por el mío propio.

En verdad no soy librero. Como oís. Todo ha sido una estafa y un engaño. Una mentira habilmente perpretada por Esos Que Pagan El Cheque A Fin De Mes. En verdad... vamos, Jorge, tú puedes, piensa en lo liberador que será... pero es que tengo miedo... siempre has sido un patético cobarde... ¡no digas eso!.. Quémalo todo, quémalo todo...

Soy agente secreto.

Sí, como oís. Soy agente secreto. Pero de ninguna agencia conocida. Trabajo para una agencia ultramegatopedesecreta que no depende de nada ni de nadie y que se formó por generación espontánea. Es más, todos los demás grupos de poder dependen de nosotros: la CIA, el FBI, el CIS, la agencia EFE, el MI6, la Camorra, los Pitufos, Cavall Fort, las empresas de telefonía móvil, la SGAE (sí, la SGAE es nuestra... si es que somos unos cabrones), los masones, los cataros, los illuminati, los emos, los bloggers, las modelos de lenceria femenina que se toman una copa y pierden la cabeza, Tori Amos, Corín Tellado, el Chapulín Colorado, Belén Esteban, José Saramago, Tony Leung, y otros muchos personajes de gran calado público y líderes de opinión.

Sí, yo trabajo en una agencia que está por encima de ellos y los controla y los mueve como si fueran borrachos al borde del coma etílico en una reunión de navajeros epilépticos. Estamos detrás de las grandes conspiraciones y rumores que han circulado los últimos... no sé... ¿quince siglos? Algunas de las cosas que hemos hecho:

- La gripe es nuestra.
- La crisis la hemos provocado nosotros por perder una apuesta con los extraterrestres.
- Ocultamos pruebas de la existencia de cachondos gladiadores extraterrestres y bellas amazonas.
- Los malos resultados de España en Eurovisión, nosotros.
- La caída de Constantinopla, nosotros.
- La llegada del hombre a la luna; un episodio piloto para una futura serie de televisión.
- El cerebro detrás de Perdidos (Lost), yo mismo: una serie sobre paradojas temporales y limbos para tener entrentenida a la audiencia mientras se les trasmite mensajes subliminales para que encuentren guapa al callo de Penélope y compren en Carrefour.
etc.

¿Qué? ¿A qué no os lo esperábais? Pues esto no es nada. En un par de días relataré la verdad sobre mi viaje a Madrid. La verdad sobre Bellota, Cesc y Marta. Como dos días en Madrid pueden convertirse en una carrera contrareloj para conseguir unos documentos que prueban que la figura de Jesús no fue más que una broma mal entendida.

El calvito de la izquierda que mira a cámara es posiblemente el conspirador mundial más majo que conozco. Y explica unos chistes sobre papayas, rabinos, monjes benedictinos y loros borrachos que son para morirse.

lunes, 1 de junio de 2009

Esto NO será todo lo que se hablará de Madrid

Buenas, un breve apunte.

La verdad es que los últimos días ando inmerso en un movimiento copernicano vital que absorve felizmente mi tiempo. Fueron días estupendos. Llenos de cerveza, de paseos, de comida (básicamente fritanga) y de cansancio. Prometo ante los dioses de la blogsfera una crónica detallada de lo que viví durante dos días en Madrid, pero para ir haciendo boca cinco recuerdos imborrables, dos agradecimientos especiales y una constatación.

RECUERDOS

1. La croquetas de la señora Maite. Deliciosas y paradisíacas. Eso sí, las de queso quizá eran un poco excesivas.

2. Dominó, absenta y hostias bien dadas. Un gran momento.

3. Un dedo señalando una vieja lámpara de aceite. Como todas las lámparas, es mucho más.

4. La sensación que tuve en una librería de que había un libro que me buscaba. Y nos encontramos.

5. La ruta de algunos de los bares de Malasaña donde se combinaron carajillos con limón y mojitos entre risas, peleas y creciente amistad.

AGRADECIMIENTOS

Amiga Bellota, Marta... a sus pies. Las gracias son poco por lo recibido.

CONSTATACIÓN

Cómo es posible echar de menos tanto a una persona.

Y aquí lo dejo hasta la verdadera crónica. Espero que de momento sirva... Eso sí... dejo una pregunta en el aíre

¿Por qué a los madrileños les gusta tanto comer de pie?