domingo, 14 de octubre de 2012

Y ha sido un buen día...

Ayer en la tienda una señora me llamó desagradable, borde, antipático y con una evidente falta de empatía hacia el cliente. Todo porque un libro que tenía pedido, no ha llegado porque el distribuidor no tiene. Y lo pide a editorial, y la editorial no tiene porque están esperando devoluciones. Y nos lo dejan pendiente diciendo, en cuanto tenga, lo enviamos. Y por un malentendido, una señora acaba generalizando sobre mi vida, mi carácter y mi relación con los demás y diciendo que ya ha hablado de mi y de mis taras de carácter con más personas y todas están de acuerdo.

Pero ayer en la tienda una bibliotecaria me llamo crack y de los mejores libreros que conocía porque me pidió treinta libros buenos, bonitos y baratos para unos premios a usuarios fieles que habían organizado en la biblioteca. Al igual que un señor me dio las gracias por haberle recomendado La juguetería errante porque se río mucho y lo necesitaba. Y otra señora andaba contenta porque su hijo, que no leía nada, desde que le recomendé La cocina de los monstruos de los amigos Martín Piñol y Votric, devora libros y más libros y ahora entiende por qué leer es algo tan mágico.

Además, ayer era el último día antes de una semana de descanso donde voy a leer horas y horas, malcriar a los gatos, escribir, ir a ver a una editora sexi que fue librera sexi. El día que vi un vídeo donde un tipo se zumbaba a una muchacha por la nuca (él era médico y ella una mutante que le había salido una vagina en el cogote... una especia de versión algo retorcida de la nueva carne de Cronenberg. El final del corte con un pene saliendo de la boca es de los más bizarro e hilarante que he visto en las últimas 72 horas).

Y por la noche con A., Niño Lobo y Niña Zombi fuimos a cenar fuera después de muchas semanas y fue una cena agradable, rica y divertida para volver a casa y acabar de leer una buena novela.

Y ya en la cama, pensar qué curiosos somos que una sola frase de una desconocida a la que con seguridad no volveremos a ver, condiciona el estado de ánimo de todo un día que, bien pensado, ha sido muy bueno.

Sea como sea, vacaciones.

6 comentarios:

Mara Oliver dijo...

Hay personajillos que funcionan como en el Mario Kart, vienen con su nube de mierda en la cabeza, se chocan contigo y te la llevas tú :S pero aunque te caiga el rayo, siempre se puede salvar la carrera y vengarte con un buen tortugazo, just saying :P
Un día muy molón, incluso viste penetraciones nucales??? WTF! (eso tengo que verlo yo... te lo dije, debería írmelo a mirar :S).
mil besotes más!

Cristina dijo...

Me ha gustado que empieces hablando de lo malo para seguir con lo bueno; siempre hay que pensar en positivo y puedes sentirte muy orgulloso por las cosas bonitas que te dicen :). Sobre esa señora, en fin, maleducados hay en todas partes. Puedo entender que le dé rabia no tener su libro, pero de ahí a soltar todo eso va un trecho, creo que a una persona 'normal' no se le ocurre.

Besos.

Alba Úriz Malón dijo...

Si es que cualquier mala palabra afecta. Y que sí, que hay que aprender a separar, pero para eso hacen falta superpoderes.

Felices mini vacaciones ;).

Jorge dijo...

@Mara, fue muy desagradable. Con las discusiones no tengo problema, pero cuando empiezan los ataques personales me aturullo y no sé cómo reaccionar. Y supongo que te habrá llegado el mail con el enlace... es una imagen poderosa e hilarante, sí.

@Rusta, intento no dejarme influir demasiado por los malrolleros. Entiendo perfectamente la frustración que resulta que no llegue un libro, pero en esos casos el librero poco puede hacer más que irlo reclamando y hacer un seguimiento del pedido. ¡Nos encantaría que todos los libros llegaran en el plazo prometido y sin incidencias, pero a veces no puede ser! Y entiendo los enfados, los insultos, no.

@Alba, casi lo consigo. Me quedo con el mal cuerpo un ratito, critico mucho, me desahogo, escribo y a otra cosa.

Miyu dijo...

Es muy cierto, supongo que a todos nos pasa, a veces a mi incluso me afectan las cosas que provienen de un desconocido mas que las de un conocido, lo cual, es raro (no me funcionan hoy los acentos u.u)

Jorge dijo...

@Miyu, hay mucho gilipollas suelto con la habilidad de cabrearte, pero ya está. Uno imagina algunas termitas en el escroto y se pasan los males.