Vamos, que lo peor que puede pasar un viernes por la noche es encontrarme en un bar con buenos amigos, música, cerveza y muchas risas. El sábado en el trabajo pagas la noche, pero ni un mínimo asomo de arrepentimiento. Quien me iba a decir a mí la buena noche que me dio U2. No sabría decir si la fiesta fue un éxito o no, pero yo me lo pasé teta. ¿Por qué?
1. Buena música pinchada por un buen amigo. No me gusta U2, pero reconozco su calidad.
2. Cerveza.
3. Dos muchachas simpáticas, alegres, buenas amigas, hermosas y aladas.
4. Que uno de los dos discos que se sorteaban fuera a parar a las manos de posiblemente la persona que menos sabía de U2 en todo el bar (y no, no estoy hablando de mí).
5. Un bar agradable y con carisma.
6. Tantas risas.
7. La confirmación de que ha sido una suerte haber conocido a esos tres.
y 8. Haber medio oído una miniconversación gloriosa.
"- ¿Tú has tenido alguna vez algún orgasmo espontáneo?
- Ay, no sé, he tenido de tantas clases..."
- Ay, no sé, he tenido de tantas clases..."

No recuerdo el nombre de los otros.
¿a dónde nos exiliamos?
Se aceptan sugerencias.
Acabamos la noche viendo viejos capítulos de Seinfeld, identificándonos y viendo como es la más perfecta radiografía de los egoístas, vacuos, necios, descreídos e irónicos años noventa.
Y un domingo tranquilo dedicado a la lectura de una buena novela negra, a escuchar son cubano, boleros y recuperar la voz de Rebekka Bakken.
Un cafetito a media tarde en el bar de los domingos, un poco de escritura, cuatro notas para atacar esta entrada. Y cinco nuevos propósitos.
11. Aprender a dar y recibir masajes.
12. Perder algo de peso. Ya sé que estoy estupendo, pero puedo estarlo un poco más.
13. Memorizar las 78 cartas del tarot de Marsella.
14. Conseguir un ejemplar de Mi querida Cassandra, una recopilación de las cartas que Jane Austen escribió a su hermana. La dificultad consiste en que este libro está agotado en España.
15. Volver a ver Érase una vez en América (Once Upon a Time in America, Sergio Leone, 1984). Creo que una de mis películas favoritas y donde aparece una de las escenas más hermosas de toda la historia del cine.
11. Aprender a dar y recibir masajes.
12. Perder algo de peso. Ya sé que estoy estupendo, pero puedo estarlo un poco más.
13. Memorizar las 78 cartas del tarot de Marsella.
14. Conseguir un ejemplar de Mi querida Cassandra, una recopilación de las cartas que Jane Austen escribió a su hermana. La dificultad consiste en que este libro está agotado en España.
15. Volver a ver Érase una vez en América (Once Upon a Time in America, Sergio Leone, 1984). Creo que una de mis películas favoritas y donde aparece una de las escenas más hermosas de toda la historia del cine.
Y ya está. Pasad una buena semana. Yo pienso hacerlo. O, por lo menos, intentarlo.
4 comentarios:
Ay Jorge! Cómo me gustas! Me encanta leerte, no sólo porque me divierto mucho sino porque haces que me sienta cerca! Me encantan tus anécdotas, tu día a día, tus gustos y especialmente tu sentido del humor!
Yo sé dar masajes, así que cuando vaya para allá a visitar a mi hermana (algún día), me pego una vuelta por allí y te enseño.
Besos y una muy buena semana, Libélula.
Buen fin de semana, el mío ha sido muy parecido.
Mierda que vengan los lunes después del domingo.
Libelula: te tomo la palabra en lo que respecta a los masajes. Y te aviso que tengo memoria.
Bellota: un buen fin de semana entonces. Y piensa que el lunes es la promesa que en unos días habrá un nuevo fin de semana.
A mí tampoco me gusta U2. Ni Sting.
El otro día reorganicé la sección de Biografías, Diarios y Cartas y no te digo más que estaba el libro de la Austen. Mañana me lo pillo sin falta y ya me estás diciendo a dónde hay que enviártelo. Feliz Día Después (de la mujer trabajadore se entiende). En inglés, claro...
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