lunes, 16 de marzo de 2009

Aparición

La de ayer fue una noche horrible. No, no he adoptado a una panda de monos aulladores pasados de tripis. Sin saber cómo ni por qué mi cuerpo se ha revelado y me ha dado la peor noche en los últimos tres años. Un poco de fiebre, descompuesto, sin poder cerrar los ojos y cuando los cerraba sólo pesadillas, pensando cosas sin sentido y cuando consigo conciliar un frágil sueño resulta que son las siete de la mañana y en una hora me levanto.

Y me he levantado. Y de qué manera. Un profundo y agudísimo dolor de cabeza que aun me perdura. Los ojos hinchados y rogándome entre sollozos que los dejara cerrarse unas horas más, cansancio, dolor de cervicales y ese tipo de humor en que notas que podrías mandar a la mierda a cualquiera y por la menor de las tonterías, como que respire un poco demasiado fuerte.

No era la mejor actitud para ir a trabajar y enfrentarse a uno de los pedidos más largos que se pueden hacer para Sant Jordi; nos visitaba el representante de Àgora (los amigos libreros catalanes que lean esto sabrán a qué me estoy refiriendo). Desayuno en el bar de siempre sin ganas. Me ha costado un mundo tragarme la pequeña ensaimada de crema y acabarme el café con leche. Eso sí, los dos cigarrillos han entrado solos.

Además, siento una pequeña comezón en el cuello.

No puede ser que cuando se acabe el invierno me ponga enfermo.

Entro en la librería. Doy los buenos días aunque lo único que me apetece es que sobre el mundo caiga una sobredosis de lluvia acida. Busco la hoja con los proveedores a los que llamar y reclamar los libros que clientes han encargado y no han llegado. El trabajo de seguimiento de cada semana. Se abre la puerta de la calle. Miro por instinto a ver quien entra.

Fue como una aparición. (1)

Mujer. De unos treinta largos o principios de cuarenta. Rubia, alta, de rotundas y equilibradas formas moviéndose como la flor de la canela. Hermosa en su belleza madura y tranquila. De voz suave se deslizaba por la tienda sopesando libros, sonriendo y volando por su mundo.

En esos momentos a mi cerebro falto de sueño se le añade la falta de riego sanguineo y me colapso. Hago un esfuerzo por volver al mundo, a las responsabilidades.

En un momento ha cruzado por mi cerebro tantas fantasías que creo que si se enteran los de blogger me ponen un cartelito de advertencia en la frente.

En unos breves segundos siento todo el peso de la soltería y pienso que como puedo ser tan pervertido y estar tan desaprovechado.

Y tras coger dos libros de la estantería me ha mirado, ha sonreído y ha dicho que los deja un momento en el mostrador que tiene que llamar y yo he dicho que vale y ha ido a la calle y yo al almacén a empezar las llamadas de reclamaciones.

No sé como se llama y la verdad es que no me importa demasiado. Solo recuerdo las piernas, el escote, la sonrisa. Y las gafas... ¿por qué tienen que ser tan eróticas? Y sus manos acariciando los lomos de los libros.

Dios... ya voy salido y eso que aun no ha empezado la tan temida primavera.

(1) ¿En qué fundamental novela aparece esta frase? Hagan sus apuestas que hay premio.

15 comentarios:

Bellota dijo...

Por cosas como estas es necesario levantarse cada mañana, por muy fea que haya sido la noche.

Anónimo dijo...

Ya sé que no te hará mucha ilusión que te lo diga, pero me he reido mucho con esta entrada. Y si que ha sido a tu costa, pero en fin, si tienes el dia malo te toca pringar. Y lo bueno del cyberespacio es que aunque nos mandes a la mierda no te haremos caso y te seguiremos leyendo.

Esta noche ducha de agua fria!

Cesc Sales dijo...

Bueno, a ver. Considerando la gran cantidad de libros que lees. Considerando tus gustos. Considerando que para ti fundamental, no lo es para mi. Puedo decir que no aparece en ninguna novela de Paul Auster...
Hasta ahí, creo que voy bien.
Ahora viene cuando me pierdo... En alguna de Jane Austen? Orgullo y prejuicio?

Anónimo dijo...

La Biblia? (y ahora es cuando me cae un rayo)

Jorge dijo...

Bellota: exacto... por cosas como esas, por esos encuentros son por los que me levanto cada día... solo pido que tener mejor cara en los próximos.

Marc: si te ha hecho reír, me hace ilusión. ¿Has leído la frase de Mark Twain que tengo puesta? Ese es mi lema y filosofía de vida.

Cesc: Nop. No es "Orgullo y prejuicio". Aunque es del mismo siglo. Y lo de fundamental no es por motivos personales. Es una novela sin la que no se entendería el siglo XX. Por ejemplo, "La casa verde" de Mario Vargas Llosa no existiría (pedazo pista).

Marc(2): ¡¡¡La Biblia!!! ¡¡¡La Biblia!!! Si que te tendría que caer un rayo... madre de dios... No, me parece que no vas muy bien encaminado.

Leola dijo...

Punto uno: disfruto mucho con tu blog. Aludiendo a la cita de Twain, muy alegre tienes que estar porque provocas muchas sonrisas.
Punto dos: me ha divertido mucho esta entrada, lo siento por la mala noche. Y creo que la primavera se ha adelantado porque no eres el único que ha sentido sus efectos.
Punto tres: La educación sentimental de Flaubert ¿cuál es el premio?
Un saludo.

Anónimo dijo...

uii !! ara ja entenc perque sonabes tant oficial ahir per telefon !!! be espero que et trovis millor i que la comanda de agora no hagi estata massa pesada .

Anónimo dijo...

Jorge,

M'haig de reconèixer entre les reclamacions que vas fer dilluns?

Petons

Jorge dijo...

Laura: sip. Llibre exhaurit. Ja parlarem de les opcions.

Lali: es que el telèfon imposa una mica... I amb mal de cap em surt una veuarra d'home serio...

Leola: ¡¡¡Felicidiades!!! Es usted la ganadora del segundo concurso mil matices... Una muchacha leída que reconoce las pedanterías en los blogs ajenos. Fantástico. Mándame un mail (en mi perfil aparece) con una dirección postal y en unos pocos días recibirás tu premio sorpresa (y será un buen premio, tranquila). Sobre lo de ser divertido... intento serlo, aunque haya algunos días que cueste más. Y la primavera... crecen las hojas, caen las prendas.

Annabel dijo...

¿El dibujico es tuyo? jejejjj.
Jo tío, píllale el número de teléfono y llámala, por Dios. No dejes pasar ese flechazo, sería imperdonable...

Jorge dijo...

Nop Annabel, el dibujo no es mío. Pal dibujo soy un inútil total. Encontré el dibujo y creo va perfecto para la entrada.

Hoy la rubia volvió a la librería a devolver uno de los libros que compró ayer. Ha sido algo fugaz. No me dio tiempo de ir del almacén al mostrador. Otro día... o no.

Leola dijo...

Yujuuuu.

Fedora dijo...

Solo puedo decir.. la magia de los encuentros.

Espero que estés mejor.

María dijo...

La librería es la de Isabel de Bellart, en el puerto de Cambrils (Tarragona). Es la más bonita que conozco... Sí, tienes que visitarla.
Un beso.

Jorge dijo...

Leola: subo un felicidades a tu yujuuuu.

Paulette: ¡qué haríamos sin ellos! Estoy mucho mejor. Fue un estúpido virus de quince horas para joderme el descanso del domingo y prepararme para la mierda del lunes.

María: muy agradecido. Tengo una excursión pendiente.