Llevo un tiempo disperos. Demasiadas cosas que escribir en demasiados sitios distintos. Por eso, y con un dolor enorme en el costado que no es producto de la flecha que me he clavado jugando con un gato de peluche (no preguntéis) he decidido borrar el blog llamado Ceniza sobre papel. ¿El motivo? Pues el expuesto más arriba. No llego, no tengo tiempo y era un blog mal planteado y que no sabía qué hacer con él. Rescataré algunas de las entradas que en él escribí porque me siguen haciendo gracia, pero con dos blogs y medio es suficiente.
Así que he decidido opmitimar mis escasos recursos mentales y centrarme en ofrecer dos blogs. Uno el poti poti general que siempre ha sido este y el de las reseñas sobre literatura juvenil. Y ya está. Bueno, y las colaboraciones en el blog de La partida del lunes, claro. Durante un tiempo estuve de subidón y pensé que podía con todo. Y no puedo. Mejor poco y bien, que mucho y mal. Rectificar es de sabios y dar explicaciones no es necesario, pero se agradece. Sobre todo para los que seguían aquel blog.
Así que el blog ya está eliminado, todo rastro fuera de circulación y a las mariposas que ya tenía. A cuidarlas y engordarlas. Mañana engordaré este blog con una de las entradas del ya difunto Cenizas. Aquella en la que hablaba de Homero y la Odisea.
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