viernes, 25 de mayo de 2012

Un paseo por Atlantic City

En mi imaginaro, Atlantic city es la hermana pobre y cutre de Las Vegas. Puede que sea injusto con la ciudad, pero siempre la he imaginado como un quiero y no puedo... con las chicas más cansadas, los casinos más ruinosos, los mayores perdedores y los mafiosos más tristes y patéticos. Creo que no ayuda que mi primer contacto con la ciudad fuera la película homónima de Louis Malle; la decadencia de Lancaster paseando por la ciudad buscando una última oportunidad y una joven Susan Sarandon lavándose la piel con zumo de limón. Luego vino las fotos del viejo paseo, los caballos nadadores y las reuniones de la mafia.

¿Y cómo es que me da hoy por hablar de Atlantic City? Un libro, claro.

Una novela criminal muy interesante con momentos de gran intensidad donde se reúne una serie de motivos literarios que desde hace años me son muy afines:  los perdedores, la mafia de tercera, el boxeo, las últimas y estentóreas oportunidades... Novela muy en la línea del gran autor de novela negra W.R. Burnett y su Pequeños hombres, gran mundo (salvando distancias, eso sí) con sus pequeños hombres intentado ser alguien, volver a ser alguien y anclados a sueños imposibles. Los hombres, patéticos perdedores de lealtades equivocadas. Las mujeres, supervivientes.

- Vamos, una novela de esas que las coges y nos las sueltas. Que enganchan... llenas de tiros, persecuciones, explosiones, giros argumentales inesperados, ladrones elegantes y réplicas ingeniosas.

Pues no... no es una novela que "enganche" (odio tanto este verbo...) desde la primera frase, te agarre de las solapa y te arrastre de aquí para allá en un carrusel de emociones y mareo. Luna de casino es una historia que empieza poco a poco, jugando limpio, con sentido del estilo y del ritmo, presentando a los personajes, jugando con los puntos de vista, situando la ciudad, el contexto, la trama, los desengaños y los sueños de cada uno de los cinco actantes principales. La novela mantiene un ritmo pausado que se acelera poco a poco hasta un apasionante combate de boxeo donde asistimos a una desesperada muestra de dignidad. Tensa, triste, patética, cruel y afilada.

Y el boxeo, claro. Aunque no soy aficionado al deporte (nunca he visto un combate, por ejemplo) reconozco una terrible fascinación a nivel fotográfico, literario y cinematográfico. La brutalidad, el baile, la coreografía, la poesía de los cuerpos agotados, la fuerza... Hay algo atávico y mítico.


3 comentarios:

NANUK dijo...

Aunque tarde, como siempre, gracias por el premio Liebster!!

Uno que, como ya sabes, te sigue...

Mara Oliver dijo...

Vengo solo a decirte que acabo de conocer al "Rata" y me he enamoraó, ya te lo explicaré mejor.
;)

carina dijo...

Me l'apunto, pinta perfecte, de meravella...