viernes, 21 de mayo de 2010

Algunas cosas que se quedaron en el tintero

Y alguna de ellas es de hace más de un mes. Por ejemplo...

1. Una mañana recibí un mensaje de una librera amiga aún no vista cara a cara que me invitó a participar en una conversación en el programa En Carne Cruda de Radio 3. Eso fue el pasado 22 de abril. Sí, como pasa el tiempo y sin decir nada. Digamos que entre que llego la maldita fiesta del libro, el tema del alud que ya os explicaré en otro momento y que me olvidé pues, bueno, más vale tarde que nunca y que el pájaro en la mano lleve bozal. Si queréis escuchar mi cantarina, cristalina y arrulladora voz cual obrero de la construcción abriendo una calle a las seis de la mañana de un viernes festivo, pues pincháis sobre la frase subrayada (ver algo más arriba) y a partir del minuto 26 aparece la voz de Natalia y un poco más palante mi vocecita diciendo cuatro tontás.

Me lo pasé bien, pero fue breve. Lo mejor es ese primer contacto con Natalia, los apuntes de un par de títulos de discos y esa sensación de que mi plan para dominar el mundo sigue el camino trazado pues mi voz ya se ha oído a nivel nacional y se ha colado de forma cobarde en el subconsciente de mucha gente. Ja ja ja. Por algo me preparé un guión genial para contestar bien a las posibles preguntas con todas las variantes posibles de preguntas y respuestas. ¿Y si me habla de política? Pues digo que todos son una panda de mangantes y que lo que haría falta en este país es una buena pelea entre Gamera y Godzilla para arreglar las cosas. ¿Y si me pregunta algo de geografía? Pues diré que me parece una tierra maravillosa llena de gente estupenda. ¿Y si me pregunta por mi trabajo? Ajá... pues esto:

- Hola Jorge, crudas tarnes.
- Crudas Carnes tú como te llames.
- ¿Alguna anécdota divertida de la librería?
- Pues me acuerdo de ese día en que una niña de seis años me pidió si teníamos libros de Tocoyó para su hermana pequeña y yo le dije que Tocoyó los huevos, que se dice Pocoyó cateta, burra, absurdidad con patas, anda y largo y que te hagan una lobotomía completa para que no vuelvas a pronunciar palabras, que anda que no eres inútil, y empecé a perseguirla por la tienda con un montón de bolas de papel rellenas de piedras abucheándola y luego le hice una foto y la puse en el facebook con la leyenda la burra de seis años que dice Tocoyó y luego le hice un vídeo con música graciosa cuando se chocó con una grua.
- ¿No fuístes un poco duro?
- ¿Y tú que sabrás locoturcillo de tres al cuarto? No te atrevas a corregirme porque voy para allá y te meto un...

A. me dijo que no sería una buena idea.

Mientras preparaba el guión de lo que iba a decir en la entrevista y no soltar muchas tontás.
Las patillas que se me ven tienen una explicación: cuando me cortaron el pelo me quedé dormido y al despertarme me las vi y me dio cosa decirle nada a la peluquera (¡Hola Nuria!). Ahora ya me he medio acostumbrado (por por pereza que por otra cosa, es verdad). Y, como podéis ver, las dos manos están visibles por lo que de verdad estaba trabajando y no viendo pornografía.

2. Cenando con unos conocidos, comentaban no sé qué sobre la serie de Perdidos (¿a alguien le suena?) y sobre si nosotros (me refiero a A. y yo) la veíamos. No. A. dijo que si había visto uno entero era mucho. Por mi parte dije que dos capítulos, pero que todo me sonaba tanto a Verne que no me interesó nada de lo que veía. Nosotros ahora estamos viendo Cheers. Silencio.


Le prometí a A. que pondría la canción en el blog.

Es lo que tenemos A. y yo. Dentro de veinte años ya nos miraremos todas esas series que miráis ahora. Nos gusta ir contracorriente.

3. Tanto es así que no tenemos televisor en casa. No. Bueno, mentira tenemos la tele, pero no la miramos. Bueno, mentira. Nos ponemos películas y viejas series que me he ido comprando con el tiempo. Lo que no tenemos es TDT. Bueno, tenemos uno, pero no lo sabemos conectar. O no nos da la gana, mejor dicho. Un año sin ver nada de televisión. ¿Y sabéis qué? Se puede vivir sin ella. Ahora cuando hablan de personajes, de series, de cosas que han pasado tanto A. como yo ponemos cara de habernos perdido en una convención de filólogos kinglorianos. Me encanta la cara que se le pone a la gente cuando se entera que no vemos la tele. Y la pregunta que nos hacen después, claro.
- Y si no tenéis tele, ¿qué hacéis?
- Pues leemos, hablamos, vemos una películas, escuchamos música, tenemos gente en casa, sexo, hacemos dibujitos... no sé, lo que hacen las parejas, ¿no?

4. Y por último. Anuncio desde ya la próxima comercialización de bolsas, camisetas, bolsas para desayuno de niños de guardería y demás cosas que se nos ocurran con dibujitos de A. Será un producto fantaburroso y exclusivo. Para muestra, un botón.


Y además de este dibujito habrán muchos más y se aceptarán peticiones del tipo: "Pues yo quiero un vampiro vegetariano", "yo una caperucita", y etc.

Las dos primeras peticiones se beneficiarán de una oferta exclusiva: gratís con la condición de hacernos una buena publicidad y digan por ahí lo guapos que somos. Dejad un comentario con la petición y sed rápidos.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Excursión a BCN o como por accidente aparecieron dos nuevos héroes

Como ya dejé escrito en la entrada anterior (y como decía Mara Luisa Ponte en El verdugo, lo escrito, escrito se queda, hasta que llega alguien que conoce la contraseña y lo borra, añado yo) en el día de hoy relataré la increíble, improbable pero cierta historia de como A., Chistorra, La Piltrafilla, El Bicho y yo mismo bajamos a Barcelona para visitar el triángulo friki, compramos cosas, desayunamos, nos enfrentamos a la secta de Los Sostenibles, se reveló una superheroina y se creo un superhéroe y volvimos a Igualada (conocida también por Torontoentero) con un gran peso en nuestros hombros, unos dados de rol y un pincel pequeño más mono él... Así que iniciaremos nuestra aventura con las palabras y el tono que se merece. Antentos que empezamos...

Canta, oh diosa, la cólera del embutido que vive en mallas; cólera funesta que arrasó tres barrios de Barcelona, retrasó más todavía las obras de la Sagrada Familia y el metro y formó la vida posterior de una alma valerosa de heroina y el alma más bien timorata y cobarde, pero compleja de un cansado héroe y de sus enemigos que vieronse convertidos en comida para carroñeros y fundas para movil desde el momento en que los increparon que con las suelas de sus alados zapatos y estropeadas bambas no eran Sostenibles.

Sobre las diez menos diez de un soleado día de sábado un atractivo, pero bostezante Jorge, narrador imparcial de esta crónica, y una preciosa y elegante A. entraron en el Chistorramóvil maqueado en carrocería de civil y presentaron sus respetos con "Buenos días qué tal" al inefable Capitán Chistorra y a su prole, El Bicho y La Piltrafilla que sentados en su aerodinámicos asientos los contemplaron en silencio.
- ¿Qué? ¿Nos vamos?
- Venga.
Y con esas palabras que cambiarían la historia, nos lanzamos a la carretera en dirección Barcelona.

Llegaron a la ciudad en el tiempo previsto y aparcaron el Chistorramóvil en una de esas zonas delimitadas de azul que utiliza el ayuntamiento de Barcelona para controlar a los que por allí pasan. Depositamos las monedas en la máquina que garantizaría que no se adueñarían del vehículo y nos dirigimos a la primera de las tiendas objetivo. La librería Gigamesh. Durante el tiempo que duro nuestro una extraña sensación de inquietud y acojone iba adueñándose de mi elevado espíritu. Las calles se encontraban semivacías y los escasos peatones caminaban pegados a las fachadas de los edificios. Antes de entrar en la tienda oímos un extraño ruído que alteró nuestro ánimo. Algo así como... como... ¿cómo reproducirlo? Sonaba como piticlin, piticlin. Nos giramos y ante nuestros ojos vimos deslizarse esto:


Bajamos inmediatamente de la acera pese a que en ese momento pasaba el desfile de elefantes que el ayuntamiento de Barcelona había decidido organizar para competir con el de Jaipur y convertirse en la capital mundial del polo sobre elefante y, según el palabras del propio alcalde, "la ciudad con las trompas más bonitas del mundo". La persona que iba subida en ese aparato rojo y blanco solo nos alcanzó un momento con la vista y murmuró un "insostenibles" cargado de desprecio. Nos repusimos del susto y entramos en la tienda; una excelente librería dedicada a la ciencia ficción y la fantasía con una espectacular colección de libros en inglés que me hicieron plantear mi ignorancia de esa lengua. Parecía haber tantas obras de segunda fila por descubrir entre sus anaqueles... El Capitán Chistorra miraba por allí y por allá, mientras A. observaba libros de ilustraciones. Entre los tres controlábamos que El Bicho y La Piltrafilla no abrieran un tunel dimensional por equivocación. Salimos de la tienda sin comprar nada y nos dirigimos a la primera de las tiendas donde encontraríamos dados, material y figuritas del apasionante mundo del rol. Antes de entrar en la segunda tienda me fije en un detalle.


Ante nosotros habían aparecido muchos más de esos vehículos blancos y rojos cada uno acompañado de una persona que nos miraba con odio en los ojos y jersey al cuello.
- Mirad, van caminando.
- Seguro que no son de aquí.
- ¿Y entonces de dónde?
- ¿Se puede ser de otro sitio?
- Sus zapatos están desgastando el suelo.
- Y eso no es...
- No es...
- No es...
- Sostenible - gritaron todos. Y se lanzaron en nuestra dirección subiéndose en sus extraños vehículos.
- ¡Corred! - gritó Chistorra.
Y corrimos claro. Siempre hay que hacer caso a un superhéroe aunque vaya vestido de civil. Nos escondimos en la tienda objetivo. Cerramos la puerta y esos seres empezaron a dar vueltas por la calle gritando cosas como:
- ¡Vivo en una ciudad sostenible donde las casas son más que casas!
- ¡Vivo en una ciudad donde se llama multiculturalidad a la degradación urbana!
- ¡Vivo en una ciudad donde Woody Allen ha rodado una película!
Mi mirada se convirtió en la de un loco muy acojonado al ver aquella gente danzando en sus vehículos delante de la casa, matando a los elefantes porque sus patas contaminaban acústicamente.
- ¡Vivo en una ciudad donde celebraremos los deportes de invierno aunque no haya nieve!
- ¡Vivo en una ciudad que tiene el paseo marítimo más bonito del mundo!
- ¡Vivo en una ciudad que es más grande y más bonita y tiene mejor oferta cultural que Londres, París y Berlín juntas!
- ¡Vivo en Barcel...!
No pude reprimir un grito.
- ¿Quiénes son? ¿Quiénes son? ¿Quiénes son?
A. me dio una bofetada.


- Cálmate Jorge, me dijo. Estás histérico.
- ¿Quiénes son? - preguntó el Capitán Chistorra a uno de los dependientes.
- Son la secta de los Sostenibles.
- ¿Quién?
- Una secta espántosa que está convirtiendo la vida en esta ciudad insoportable. Empezaron como una broma y los consideramos inofensivos, pero después descubrimos que un virús mutado en las faldas del Llobregat y diseminado por el ayuntamiento en su publicidad sobre cómo cerrar los grifos del agua mientras uno se cepilla los dientes, provocó que cada vez más personas empezaran a creerse la falsa publicidad que el ayuntamiento ha ido difundiendo estos años. A partir de entonces persiguen a los que no consideran Barcelona la mejor ciudad del mundo, a los que ellos no consideran suficientemente sostenibles, a los que no apoyan al alcalde en sus demenciales ideas como la de construir un Taj-Majal en el Paralelo para que Barcelona tenga la tumba funeraria más bonita del mundo. Persiguen a todo el mundo que critique, intervenga o tenga un motivo de queja. Los barceloneses normales tenemos miedo. Y cada día somos menos. Alguien tendría que hacer algo.
- ¡Y ese alguien está aquí! - dijo el Capitán Chistorra vestido de paisano.
- ¿Usted? ¿Y usted quién es?
- Ah... sí... ¿tienes lavabo?
- Sí, allí, al fondo a la izquierda.
- Gracias.
Se cerró la puerta del lavabo, se oyó un, joder puta cremallera no si tendré que ponerme a regimen y dejar de untar los chorizos en mantequilla, vale... y la capa.... joder... en el cochecito... Jorge alcánzame la capa del cochecito... gracias... vale... ya está... Y abrió la puerta del lavabo. Y apareció él, el héroe.


- ¡El Capitán Chistorra! - dijeron los frikis que trabajaban en la tienda.
- Pero sólo no podrás.
- No está solo - una sensual voz resonó en nuestras espaldas. Nos giramos y vimos a A. con un ceñido traje y una espectacular melena ondeando en un viento inexistente - porque la Capitana A está con él. Y Bichobaby y MegaPiltrafilla.
- A., ¿eres una superheroina? ¿Por qué no me los ha dicho antes?
- Se me pasó. ¿Vamos Chistorra? Tenemos que comprar unos dados, pero antes repartir unas leches.
- Vamos Capitana A.
Y salieron a la calle a repartir tortas a diestro y siniestro. Bichobaby y MegaPiltrafilla salieron también a la calle porque querían repartir sus buenas hostias a los Sostenibles. Yo me quede en la tienda mirando un manual de rol sobre ropa interior mágica.
- Oye, tú.
- Sí.
- ¿Y tú no tienes poderes?
- Pues no.
- Debe ser duro ser el tio sin poderes, ¿no? El inútil al que siempre tienen que salvar. El patético tio que solo sabe decir lo obvio y pronunciar el nombre de los héroes con admiración, ¿no?
- Bueno...
- Debe ser humillante y tú sentirte patético, ¿verdad?
- Hombre...
Y me alejé de ellos. Miré por la puerta acristalada la batalla que se sucedía en la calle. El Capitán Chistorra su superaliento a ajillo reconcentrado para eliminar a parte de los Sostenibles que clamaban por una ciudad abierta al mar. La Capitana A. volaba entre los Sostenibles y les lanzaba potentes rayos que los convertía en caricaturas exquisitamente dibujadas en DinA3. Bichobaby y MegaPiltrafilla se habían aliado para convertir sus chupetes en perfectas máquinas de picar carne descerebrada. Aun así, la batalla era desigual. Los sostenibles seguían apareciendo y apareciendo por todas las calles. Se oían sus cánticos de que vivían en una ciudad donde no solo iban a convertir la Diagonal en una rambla, sino que además tendría su heliopuerto y sus iceberg a la altura de Francesc Macià. Decían que el tranvia era útil y que clonarían a Copito de Nieve para hacerlo presidente del Barça. Chistorra y A. no podían con tantos. Bichobaby y MegaPiltrafilla estaban teniendo dificultades porque toda la carne que habían picado se volvía a juntar en nuevos engendros que alababan la belleza física y moral de un alcalde que habia prometio muy pronto llevaría a Barcelona el festival de la langosta de Maine porque en la ciudad condal era donde se criaban los crustaceos más buenos y bonitos del mundo. La batalla parecía perdida. No podrían con tantos Sostenibles. ¿Qué hacer? ¿Qué hacer? ¿Qué hacer? Con tanto estrés, tantos nervios, tanta preocupación y tanto de todo solo pude hacer una cosa.

Me dormí.
Claro, que se puede esperar de un narcolpesico.
Jordi, en esta entrada no sales. Así que ya puede largarte.
Fascista.

Y tuve un sueño. En él apareció entre las nubes


y me dijo con su habitual frialad e inexpresión.
- Has sido elegido...
- ¿Otra vez?
- ... para tener un gran poder. Ha partir de ahora serás conocido como Doctor Morfeo. Cada vez que te duermas tendrás el poder de dar vida a los sueños más hermosos para las personas que aprecias y las pesadillas más horribles para tus enemigos. Se justo y utilizalo bien. Recuerda que todo poder conll...
- Sí, sí, me se el resto de otras veces.
- Que mi inexpresión y mis turgentes, redondos y hermosos pechos te bendigan.
Y desperté.
Con uniforme y todo.
Los frikis solo pudieron decir.
- Mola.
- Toma una figurita de regalo.
Y salí a la calle a tomar parte en la batalla.
El Capitán Chistorra, con el pantalón medio bajado y enseñando la regatera a media ciudad, estaba a punto de lanzar su ataque mortal de ventosidad ignifuga. MegaPiltrafilla aguantaba cerca del trasero de su padre un enorme mechero. La Capitana A. se defendía como podía de los ataques de los enemigos lanzando sus famosos lapices de dos colores que provocaban estadillos de color y perspectiva. Bichobaby lanzaba sus berreos para reventar los oídos de los atacantes. Pero era inútil. Así que me plante ante el enorme trasero de Chistorra, y lancé a los Sostenibles una mirada llena de profundidad y sentido que despertara en ellos su peor pesadilla mientras me dormía. (Ya sé que es difícil mirar y dormir a la vez, pero los superhéroes no tenemos que andar con explicaciones, ¿entendido?).


Al momento los Sostenibles empezaron a roncar y a mecerse en sueños llenos de terror, de miedo, de asco, de ratas en los árboles, y ver a su alcalde en ropa interior moviendo el pompis arriba y abajo.

Los héroes nos reunimos de nuevo ante la tienda y miramos a los Sostenibles retorciéndose en sus pesadillas.
- ¿Volveremos a enfrentarnos a ellos?
- Seguro - dijo Chistorra -. El poder de la manipulación política es enorme, pero ahora estamos preparados.
- Sí.
- Sí.
- Sí.
- ¿Y ahora qué hacemos?
- Hemos venido a comprar material friki para treintañeros y eso haremos.
Y entramos de nuevo en la tienda. Un nuevo grupo de héroes acababa de nacer, pero eso no ocultaba lo que en verdad se escondía en nuestros corazones: unos frikis de cojones que acabaron comprando tres manuales de rol, unos mapas, dados, un pincel, un cómic y que pasaron juntos una gran mañana.

FIN


- ¿Qué te ha parecido la entrada?
- Larga de cojones.
- Y superficial.
- Y ese final...
- Como se nota que no sabía como acabar la historia.
- Si es que no hay que pedirle más al muchacho.
- Bueno, espero que después de tanta palabra nos deje tranquilos una temporada.
- No creas, tengo la impresión que ha iniciado una nueva novela por entregas que no acabará nunca.
- Madre de Dios... va, quita ya este blog y busca pornografía.
- Si es que al final es lo más interesante que se puede encontrar por Internet.

martes, 18 de mayo de 2010

Que sobre rol va a ir la cosa

A los que no lo sabían supongo que no les sorprenderá el siguiente anuncio: juego a rol. Sí, sí, el juego ese donde un grupo de inadaptados según la leyenda popular se reúnen en un bar o local y se dedican a tirar dados por un lado y por otro mientras dicen cosas como:

- Soy un guerrero enano.
- Blando mi espada +4 y le arranco la cabeza al orco.
- Tira un dado de 20... 14... súmale tu Bonificador de fuerza... sí, le das... tenía una CA de 15.
- Exploro la gruta.
- Tiro por percepción... un 1... no percepteo una mierda.
- Joder... ¡pero cuántos bichos más tienen que salir!
- Me baño en la sangre de los muertos y le arranco la cabeza al jefe orco para llevármela de trofeo.
- Etc.

Con sus hojas de personajes, sus dados de muchas caras, sus mapas, sus figuritas, sus peleas, sus chanzas, sus meteduras de pata y sus cervezas y manzanilla.


Sí, juego a rol. ¿A alguien le ha sorprendido la noticia?

¿Y por qué me lanzo hoy a hablar de esto? Bueno, en principio por la frase aparecida en el blog del Capitán Chistorra.

"Mi afición por el rol estaba latente, pero hace cosa de un par de años encontré a un par de "personajillos" (mi amigo Jorge y el loco de David) con los que comenzamos de nuevo a jugar."

Por alusiones: A ver... apreciado Capitán Chistorra... analicemos ese fragmento de la oración que dice "hace un par de años". ¡Mentira! ¡Deja de quitarte año, pardiez! Echando cálculos diría que nuestras partidas se remontan ya a unos buenos cuatro años con sus interrupciones. Sí, muchacho, el tiempo pasa y nos vamos haciendo viejos.... si la Piltrafilla estaba recién inaugurada cuando empezamos con esto del rol. Como se nota que las continúas y repetidas tortas que te ha metido Morcillus están dañando de forma irremediable tu ya maltrecho cerebro.

Porque efectivamente, mi compañero de rol desde el inicio de los tiempos es el inefable Chistorra (aunque debo decir que para jugar se quita su uniforme y utiliza su identidad secreta que no desvelaré aquí ya que me hizo esa gran confianza un día de borrachera en que agarrado a una farola que intentaba polinizar me dijo: Xip, ssoi el Capitán Shistorra... el deffenshor de los debilesh y las buenorrash. Y lanzó unos de sus super-eruptos que rebentó la fachada de la iglesia neo-gótica de Torontoentero.). Se me presentó en la librería un día y me soltó:

- ¿Quieres jugar a rol?
A lo que contesté.
- Sí.
Fin de la historia.

Montamos un primer grupo que aguantó. Se nos fue uno de los miembros. Seguimos tres. Se acabó yendo un miembro (¿dónde estás David? Añoro tu forma surreal de joder las partidas al master). Quedamos dos que empecinados continuábamos dándonos de tortas. Entró A. en mi vida y entró en nuestras partidas. Éramos de nuevo tres. Hasta que desde hace unos meses nos encontramos seis personas en un bar para repartir tortas entre nosotros.

Y nos lo pasamos de bien... Y para enseñar al mundo lo bien que nos lo pasamos Chistorra ha decidido abrir un blog donde explicará nuestras aventurillas, nuestras grandezas y miserias, nuestros desconciertos, nuestras peleas y reconciliaciones, donde habrá violencia, peleas, nobleza, enanos guerreros desnudándose, dibujillos de A., dibujillos míos si Chistorra los acepta... Y este nuevo blog donde los coleccionistas completistas de mi vida pondrán encontrar infinitas referencias se llama:

LA PARTIDA DE LOS LUNES
Pincha sobre la imagen y te verás transportado a tan imprescindible blog.
De izquierda a derecha:
Chistorra, Cintu, Juan, Jorge (como master; por eso llevo gorro), A. y Alcalde.

Esto del rol me ha traído muchas cosas buenas. He hecho buenos amigos, me he reído mucho, me he aficionado a la novela fantástica a una edad ya libre de prejuicios, ha fomentado mi creatividad y mi imaginación y, sobre todo, me ha hecho volver a jugar. Porque lo mejor de la partida de los lunes es ver a un grupo de treintañeros largos, algún cuarentón creo, jugando. Quedar con los amigos para jugar. ¿Cuántos nos podemos dar ese gustazo? ¿En qué momento dejamos de jugar con los amigos y pasamos a hablar de política? Y eso, amigos y amigas, no lo podemos consentir. Hay que seguir jugando.

Y vivir aventuras. Porque la que viví el sábado es... buff... impresionante. La explicaré mañana para que comáis bien y reforcéis vuestro corazón para impedir que sufra por imágenes vivas, violencia desatada, peleas antológicas y mucha, mucha casquería. Porque mañana explicaré la excursión que hicimos A., el Capitán Chistorra, la Piltrafilla, el Bicho y yo mismo a la ignota ciudad de Barcelona el sábado para visitar el Triángulo Rolero. Y no todo el mundo está preparado para leer lo que allí pasó.

El nacimiento de un nuevo superhéroe y la revelación final de una superheroina.

Este superhéroe no es el que nació entre las ruedas de la secta maléfica de Los Sostenibles. Es sólo un ejemplo, lo que pasa es que el uniforme no está diseñado todavía.

sábado, 15 de mayo de 2010

Se fue el Ozores

Siempre que se muere un cómico, el mundo se queda un poco más solo y es menos agradable. Los cómicos, los actores de comedia, los payasos, los caricatos y toda esa ralea que hasta hace poco no se les enterraba en terreno sagrado, no se les permitía entrar en las ciudades ni acercarse a las muchachas solteras y casaderas, son uno de los seres más valiosos y que mejor debemos cuidar de toda la creación. Porque se ríen de ellos, porque se ríen de nosotros y consiguen que nosotros nos ríamos de nosotros.

¿Y por qué todo esto? Bueno, porque esta semana se ha ido uno de esos cómicos.

Antonio Ozores (Valencia, 24 de agosto de 1928 - Madrid, 12 de mayo de 2010).
Actor, escritor, dramaturgo, director, dibujante, diseñador y por encima de todo cómico.

Se habla de cerca de 160 películas, unas 200 obras de teatro entre las protagonizadas, escritas y/o dirigidas y no sé cuanta televisión y algunas novelas y etc. Un hombre que hizo gran parte del más vilipendiado cine español basado en la sal gruesa y en los felpudos femeninos. Que realizo algunas composiciones divertídisimas, que era un zorro astuto; uno de esos actores secundarios especializados en robar plano a los protagonistas. No me gustó todo lo que hizo. No creo, tampoco, que todo lo que hiciera fuera bueno. Pero le reconozco el valor a una persona que decidió que su vida sólo estaría consagrada a una única cosa: hacer reír.

Y para hacer eso hay que echarle huevos.

Porque se paga un precio: no ser tomado en serio por parte de los listos, las mentes pensantes y gafapastosos varios. Quien se dedica al humor y solo al humor, lo tiene muy crudo para ser reconocido. A no ser que haga un drama. Entonces se le reconoce como gran actor. Es la gran injusticia del mundo de la actuación. Para ser reconocido sólo se tienen dos opciones:

1. Que te reconozcan en vida un grupo de surrealistas (como le paso a Chaplin, Keaton o Lloyd).
2. Que se descuelge el cómico un día con un potente drama olvidando el tópico cierto de que la comedia es el género más difícil de todos. El más complicado, el más arriesgado, pero el más agradecido a la postre.

Así que aquí va mi homenaje a Antonio Ozores, cómico popular, con una escena de la película Yo hice a Roque III (Mariano Ozores, 1980) y que para mí es uno de los mejores diálogos que se han escrito en el cine español. Un ejemplo perfecto de lo que se llama cine del absurdo o diálogo para besugos.


jueves, 13 de mayo de 2010

Diez días por delante

Sí, diez días de descanso



en los que espero hacer eso, descansar. Aunque sea un poco. Además me gustaría leer, escribir un montón de mails que tengo atrasados, escribir un poco de lo mío, preparar la partida de rol (con lo que supone de mapas, monstruos y putadas para los jugadores), ver películas, pasear con A. y los nenes por Igualada, salir a cenar, ir al cine algún día, a comprar dados, perder el tiempo miserablemente y, por lo menos un par de veces, levantarme muy tarde.

Y escribir en el blog, claro, que me apetece volver a la dinámicas de hace un tiempo. La verdad es que esto del sueño me ha limitado mucho porque muchos mediodías los dedico a echarme siestas para sobrellevar la tarde con toda la dignidad posible y limitar las salidas a una sobre la siete y media en busca de algo de azúcar. Un zumo de piña, por ejemplo. Así que si algún lector se pasa por la librería a partir del día 24 y me quiere traer un zumo, un poco de chocolate o algo dulce tendrá mi más eterno agradecimiento, un lugar en el cielo de los justos y alguna compensación. ¿Cómo cuál? No sé... lavar el coche, masajes, dar recados, adivinar el futuro, explicar un cuento por la noche, hacer la colada, pintar el recibidor... O lo que me pidan... Eso sí, no prometo hacerlo bien.

Esta imagen es cuando ayudé a una señora a cruzar la calle.
No preguntéis qué pasó.

Ah, y me dejaba algo para hacer estos días. Releer a Kurt Vonnegut, ese tipo de escritor necesario que nos recuerda que el mundo es cruel, estúpido y absurdo ante el cual sólo nos quedan dos opciones que el mismo autor resume muy bien.

"Reír y llorar pueden ser respuestas al agotamiento y la frustración. Por mi parte prefiero reír, simplemente porque hay menos que limpiar después. "

Kurt Vonnengut.
Admirado, respetado y plagiado.


Si no habéis leído nada de Vonnengut, ya tardáis. Merece mucho la pena, ¿verdad Bellota y Leola? Por mi parte es uno de mis imprescindibles.

Nos vemos estos días.