viernes, 11 de septiembre de 2009

Crónica de una obra XIV

Nota: Por amenazas a mi integridad física y por aquella hacha que me encontré clavada en la espalda una mañana al despertarme, adelanto a hoy la entrega de la fastuosa, despopilante y muy verdadera crónica.

Resumen de lo publicado
: Así que decidimos ayudar a la muchacha y ella nos llevó a su pueblo. Intentar hablar con ella sobre lo que había pasado o qué era un shauzer óscuro era imposible porque se empeñaba en decir incoherencias, desmayarse y vomitar sangre. Al entrar al pueblo, desapareció. Perfecto. Diambulamos por el pueblo, pero no encontramos un alma viviente. Decidimos entrar en una casa que parecía abandonada, y mientras el mimo y el yesero se probaban ropa de mujer, yo encontré un libro. En él se decía qué era un shauzer óscuro y que Jordi tenía razón. La habíamos cagado. Toma, toma, toma, toma, jodeos.

Shauzer óscuro (sust. m/f/?): criatura mágica nacida de las fuerzas óscuras y espirituales de la larga tradición hechicera orca. Le gusta la carne humana, los arreglos florales y pasear por el bosque a la luz de la luna. Atrapa a sus víctimas creando una hermosa muchacha de sus propias heces e insuflada de corta vida gracias a su poderoso escupitajo que viaja buscando héroes incautos y sin mucha personalidad que irán a ayudarla. Una vez allí, el shauzer óscuro se los come entre atroces sufrimientos y gases. Nadie sabe qué es o cómo es un shauzer óscuro porque nadie a sobrevivido a su encuentro.

Lo que antes era la bella Aldana, ahora era un amasijo ponzoñoso y humeante de carne y huesos que se volvían a convertir en lo que de verdad eran, mierda. Consternados mirábamos aquello mientras la risa se convertía en hipidos y acababa en un "ay, que gracia me ha hecho". De los ojos del yesero empezó a asumar una tímida lágrima.
- ¿Qué pasa tio? ¿Te ha afectado? - pregunté.
- Sí, tío, es que era muy buena chica. ¡Y pensar que anoche me hice una paja en su boca mientras estaba desmayada! Y, mírala ahora, hecha mierda.
- No es momento el romanticismo - dijo el paleta -. Tenemos que salir de este pueblo antes de que nos pille el bicho ese.
- NO SOY UN BICHO...
- Ay madre de dios - dijo el electricista -. Vamos a morir, vamos a morir, vamos a morir...
Vais a morir por no hacerme caso. Sí... sí... ¿qué aguante esto? Es que yo no trabajo aquí... sí, ya... bueno...
- Con esta actitud, seguro. Preparad las armas.
Y nos armamos.
- ¡Ven si tienes huevos! - chillaba desesperado el yesero -. Has matado a la chica con la que he tenido una relación más sana. ¡Yo la quería y respetaba! ¡Ven si te atreves!
- No sé si llamarlo es buena idea - le dijo por lo bajo el electricista. - Si acaso nos vamos hiendo.
- NADIE SALDRÁ DE AQUÍ PORQUE ESTÁIS MUERTOS... MUY MUERTOS... MUERTOS DEL TODO... BIEN MUERTOS... PERO MUY MUERTOS...
- Vale - dije -. Pero vienes o no, porque no podemos estar aquí todo el día y si acaso ya vendremos.
- YA VOY, YA VOY...

Nos tensamos, preparamos las armas. Desenfundé mi espada. El electricista cogió el arco sin cuerda y preparó una de sus flechas sin punta. El mimo apuntaló los tacones al suelo y cogió aire con las manos cargadas de piedras. El yesero lloraba y agarraba con fuerza su caña para sacar ojos. El paleta sólo escupió. Algo se acercaba, algo fuerte, inmenso, con mucho poder... algo que nos haría mucha pupita.

Y a la plaza entró un niño. De unos cuatro años. Iba desnudo y descuidado.
Vamos, sucio.

- Eh, chaval - dijo el paleta -. Anda, tira, que va a venir un monstruo. ¿Dónde están tus padres?
El niño sonrió y habló.
- OS ARRANCARÉ EL CORAZÓN Y ME LO COMERÉ DESPUÉS DE MEARME EN VUESTROS OJOS VACÍOS. SOÍS BASURA Y ESCORIA HUMANA QUE SÓLO SIRVE PARA ALIMENTAR MI FABRICA DE CACA. MALDITOS HIJOS DE PUTA, REPUGNANTES TROZOS DE BILIS INFECTADA.
- Será jodio el niño. Habla con más respeto a tus mayores.
- EL MISMO RESPETO QUE LE TUVE A TU MADRE CUANDO ME LA FOLLÉ TAN FUERTE QUE LE SALTARON LOS OJOS DE LAS CUENCAS.
- ¡Con mi madre no te metas!
Y el paleta salió corriendo hacia el niño a velocidad de tractor averiado. Se le plantó delante y le soltó una hostia.
La hostia.
- Sí, la que le ha dado.
La cabeza del niño salió disparada a un lado extendiendo el cuello diez metros. Miró al paleta. Y sonrió. Sus dientes medía cerca de ocho centímetros y supuraban una pus verdusca.
- ¡La virgen!
El niño dio una patada al paleta en la entrepierna y lo lanzó treinta metros. No se movió de donde había caído. Solo pudo cubrirse sus partes con cariño. El mimo actúo con rapidez y lanzó tres piedras seguidas. Una dio en una pared, otra en el suelo a quinientos metros del niño y otra me dio en el cogote.
- Joder, vigila.
Me hizo el signo internacional de no te ponga en medio, cabrón.
- ¡Pero si estaba detrás tuyo!
El niño flexionó las piernas y pegó un salto que lo plantó delante del electricista. Éste empezó a chillar y le clavó la flecha en un ojo. El niño sonrió.
- GRACIAS.
Y parpadeó. La flecha volvió al electricista dándole en el hombro. Empezó a llorar.
- OS COMERÉ A TODOS LOS HIGADILLOS CON UNA BUENA BOTELLA DE VUESTRA SANGRE.
El mimo lanzó otra piedra, pero el niño la cogió al vuelo y la devolvió. Rompió un tacón al mimo, perdió éste el equilibrio y cayó al suelo de bruces. Su maquillaje blanco se ensució con la tierra.
El niño me miró y sonrió. Abrió dos palmos...
Más o menos
...más o menos la boca y se lanzó hacia mí. Su lengua chirriaba con sus dientes dándome una dentera horrible. ¡Qué manía! ¡Qué mania! Y el niño crecía, crecía... ahora parecía un adolescente desmanejado e incoherente que desplegaba unas alas recién nacidas en su espalda.
- TE ARRANCARÉ LOS COJONES DE UN BOCADO Y ME LOS TRAGARÉ.
Tropecé con mi propio miedo y en un momento lo tenía encima de mí.
- PREPARATE A MORIR.
- Puedo hacerte una pregunta.
- SÍ.
- ¿Existen shauzers claros?
- ¿QUÉ?
- Pues eso, si existen shauzers claros.
- NO.
- ¿Entonces porque se llaman shauzers óscuros y no shauzers a secas o shauzes pistacho? Y, por cierto, ¿dónde está el shauzer? Hemos venido a luchar con él y no a jugar con un niñato.
- ¿QUÉ ESTÁS DICIENDO? MORIRÁS AHORA MISMO... AHORA... EN UNOS POCO MOMENTOS, VAMOS QUE TE QUEDA MENOS QUE NADA, CASI UNA RESPIRACIÓN, DOS SI SOY MISERICORDIOSO, MENOS DE NA, CASI UN SUSPIRO DE MONJA ENAMORADA...
Mientras el niño estaba dándome la paliza del poco tiempo que me quedaba de vida vi al yesero acercarse por atrás con su navaja trapera en las manos. Una vez detrás del niño, la enarboló y se la metió directamente en una de las orejas. Y empezó a remover la navaja como si estuviera batiendo un huevo. El niño empezó a chillar y a cambiar de forma. Sus brazos se alargaban y contraían, su mandíbula se convertía ahora en una tostadora, ahora en un cajón lleno de calcetines desparejados. Un líquido negro y espeso empezó a salirle por la oreja y por la nariz. Me caía encima.
- Esto es por Aldana, la quería, entiendes, la quería. Y tú la has matado, niñato de mierda.
El niño, ahora ya casi un adulto, gritó al cielo un nombre. Y murió.
El yesero me quitó el cadáver de encima y me ayudó a levantarme.
- ¿Qué ha dicho ante de morir? - pregunté.
El yesero permaneció en silencio. Los demás se habían recuperado un poco y se acercaron a nosotros.
- Según parece la oreja era su punto debil.
- Vámonos - dije -. Nos espera un largo camino.
- Dejadme sólo un momento - dijo el yesero - . Tengo que despedirme de Aldana.
Y empezó a bajarse los pantalones.
Nosotros, en señal de respeto, nos dimos vuelta y empezamos a andar. Nos esperaban las amazonas.
- Por cierto -dijo el paleta -. ¿Y el shauzer? ¿Dónde coño se ha metido?
- Yo que sé - dije -. A lo mejor le hemos dado miedo.
- Será eso.
Y caminamos hacia el camino mientras detrás nuestro se oían los sollozos y jadeos del yesero.

Mientras tanto en otro lugar del reino de Aqualata

- El shauzer óscuro ha fallado, maestro.
- Lo sé, Feto, lo oí llamarme en su agonía.
- ¿Qué hacemos ahora, maestro?
- Manda a los jinetes.
- ¿A los seis y medio?
- Sí.
- Bien, maestro.
- No necesito tu aprobación, Feto.
- Lo sé, maestro. Por cierto, maestro.
- ¿Sí?
- ¿Qué le apetece cenar hoy?
- Algo ligero, Feto. Una ensalada, por ejemplo. Sí, una ensalada.


El jodio niño. Y el shauzer sin aparecer.

2 comentarios:

Mara Oliver dijo...

¿CÓMO PUEDE NO TENER COMENTARIOS?
HA SIDO EL MEJOR DE TODOOOOOS!!!
aunque después de lo de Aldana prometía, síííí, me pusiste los dientes largos y esteme ha encantauuuu.
Lo malo, que me huelo que me quedaré con las ganas de que termines la historia :S

Mara Oliver dijo...

PD: otra cosa en común que tenemos, amo los personajes que parecen niños muy pequeños, pero son mucho, mucho más :D jejeje