miércoles, 3 de febrero de 2010

Sobre la responsabilidad

Hace un par de días, A. y yo acabamos de ver La mejor juventud (La meglio gioventù, Marco Tullio Giordana, 2003). La hemos visto a trozos durante tres días por un sencillo motivo: una duración de seis horas que no se hace nada pesada, ni larga, ni cansina. La película es la historia de dos hermano, Matteo y Nicola y de la historia de Italia durante los últimos cuarenta años. Una historia sencilla, directa, a veces poética, íntima, divertida, dramática... casi como la vida de cualquiera. Y eso es lo mejor de la película, que trata de la vida de cualquiera. De personas sin nada especial, sin poderes extraordinarios ni grandes dramas edípicos encima. Vidas con sus amores, sus muertes, sus silencios, sus secretos y sus grandes equivocaciones.


Entre la multitud de temas que se tratan en la película, hay uno en concreto que me toca especialmente (y no me refiero al momento de la inundación de Florencia en 1966 y la destrucción de valiosos libros antiguos, o las imágenes de antiguas bibliotecas anegadas de agua con páginas destruidas flotando... que también), sino algo que a falta de una expresión mejor, llamaría "responsabilidad por el futuro". Cada personaje encara el futuro, su vida y su relación con los demás de una manera diferente. Matteo se encierra en sí mismo al creer que no se puede cambiar nada. Naturalmente, esta actitud lo carcome por dentro. Giula decide cambiar el mundo a base de "fuego y sangre", lo que nunca es una opción. Otros personajes implicándose directamente en la vida política de un país. Otros, haciendo bien su trabajo y ayudando a sus amigos. Una chica retrata su realidad detrás de una camara. Otros, huyen de ellas Nicola entiende que no puede cambiarlo todo, pero algo sí que puede hacer. Y dentro de su trabajo, la psiquiatría, intenta construir algo mejor: dignificar la vida de las personas encerradas en psiquiatricos (a los que me niego llamar enfermos mentales o locos y no es por ningún pudor políticamente correcto).

Y esta actitud de Nicola es la que me gusta, la que me enternece y me impulsa a una identificación. Hace bien su trabajo, intenta cambiar las cosas para las personas y no para las ideas o los símbolos. Ayudar, crecer y dar un legado. Y dar las herramientas para la generación que vendrá después para que sean buenas personas. Sin ocultar que el mundo también es sufrimiento, pero que existen los amigos, los amores, la música y La isla del tesoro.

Lamentablemente el mundo no se puede cambiar. Los que mandan son los malos y el ser humano es especialista en cagarlo todo, pero creo que es responsabilidad nuestra dar a la siguiente generación las armas precisas para que, al menos, tengan la ilusión de poder cambiar el mundo. No arrebatarles el derecho de equivocarse por sus propios medios, de ilusionarse por los imposibles y creer que el mundo es bueno y que todo es hermoso.

Joder... si estoy hablando como un viejo carrascoso a mis trein... veint... treint... a mis años. Supongo que el cinismo que tengo con todo pasa factura y el haber pertenecido a una generación que ha crecido oyendo que no se puede cambiar nada, que no lo conseguiremos, que el mundo es malo, que para qué luchar, que hay que conformarse, que todo se reduce a comprar acaba pasando factura.

No sé... la verdad es que esta entrada no ha salido como quería y las ideas que tenía en la cabeza apenas han quedado esbozadas. Supongo que no tengo preparado el cerebro para dar un mensaje mínimamente profundo... no sé... Lo que quiero decir es que tenemos la responsabilidad de intentar hacer el mundo un poco mejor aunque sea en nuestro pequeño entorno, con la risa, con escuchar, con el arte. Y que tenemos una responsabilidad con la generación que no sigue, decirles que pueden hacer cosas y ser lo que quieran ser, que el mundo es es malo, pero hay muchas cosas hermosas, que no pierdan la ilusión, que no dejen de disfrutar de lo más sencillo... No sé... quizá es que estoy empezando a hacerme viejo...


La mejor juventud.
Nicola conoce a Giula a los sones de
Mozart, sonata KV 310
.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha encantado esta entrada hermanito! :)

Ya me pasarás la peli.


Recuerdos para todos!!
Nos vemos el finde!


mon

Leola dijo...

Supongo que la primer responsabilidad es con uno mismo. Y no te creas, a veces, no es fácil entenderla.
Un beso.

P.D. Palabra de verificación: MATIZ