Hace unos días por medio de una nota de facebook me invitaban a nombrar a quince escritores, poetas incluídos (no acabé de entender la distinción), que te hayan influenciado, cuyas historias siempre te acompañen. La idea era que apuntará quince nombres y avisará a la persona que me avisó y a las infinitias grandes corporaciones que nos vigilan con sus estudios de marketing a punto de esas influencias.No suelo responder a este tipo de iniciativas porque siempre las veo cuando tengo en mente otra cosa (o porque no me interesan), pero ésta me hizo gracia. Así que sin pensarlo mucho puse mis quince escritores:
Jane Austen / Leopoldo Alas "Clarín" / Marqués de Sade / Dashiell Hammet / John Irving / Julio Verne / Robert Louis Stevenson / Stephen King / Laurence Sterne / Miguel de Cervantes / Pere Calders / Chejov / Billy Wilder /Ibañez / Karen Eiffel
No todos estos escritores son ahora mismo mis favoritos. Hay alguno que sigue siendo muy imprescindible. De otros hace años que no leo nad. Menos dos, el resto comparten la característica de que los leí antes de cumplir los dieciocho años. Para mí eso es importante. Soy de los que creen que las lecturas e impresiones que recibes en la infancia y la juventud son las que realmente acompañan el resto de la vida. Pero, claro, esta lista es insuficiente poque no refleja la complejidad de las influencias que puede llegar uno a recibir. Todas las listas lo son. La influenciass no solo se nutren de literatura.
Y es que lo malo también influye y marca. Me explico. Hace muchos años, cuando Jorge aun no sabía que existían dos sexos y no había descubierto la mentira de la gravedad, su madre compró una revista Lecturas (o se la dejaron o la mangó, no me acuerdo). En aquellos años en la revista venía siempre un breve cuento acompañado de una ilustración (desconozco si todavía lo hacen). Sin saber qué leer, Jorge se leyó ese cuento y se encontró con algo que le cambió la vida para siempre y que le hizo consciente de la literatura y de qué quería escribir él. Por primera vez, Jorge se dio cuenta de lo que no quería escribir.
Era el cuento de un asesino que mataba a persona maleducadas. Sí. Un chico que iba paseando y se sentía mal y miserable viendo lo borde que era el mundo con su prójimo. Y un día decide dar una lección de etiqueta a esos desconocidos. A un conductor de autobús que no daba cambio a una abuela, o a otro que no ayudaba a una chica lleva unas bolsas, y cosas así. El tipo empieza su carrera de psicópata con modales y empieza a matar a esas personas dejando en el lugar una rosa. No le importan si el conductor de autobús tenía un mal día porque le habían dicho que tenía una enfermedad o porque acababa de recibir una carta donde se le informaba que el banco se quedaría con su casa, su patrimonio y su primogénito. La vida de los bordes no le interesa porque esto no puede seguir así. No recuerdo todo el desarrollo del cuento y cómo relacionan los asesinatos con la educación, pero la gente empiza a ser más amable para evitar una horrosa muerte. No recuerdo el final (el vertedero que tengo por mente tiene sus límites), pero tengo impresión de que acababa con una reflexión del tipo que lo que necesita esta sociedad es más asesinos amables de estos.
Disculpe caballero, pero le voy a abrir la rabadilla.
Tendría que haber dado los buenos días en la panadería
Tendría que haber dado los buenos días en la panadería
Creo que fue con este cuento la primera vez que pensé, joder vaya mierda. Y la primera vez que pensé, no quiero escribir algo como esto. Y la primera vez que pensé, yo puedo hacerlo mejor. Una de las influencias más importantes que he tenido y una historia que siempre he tenido en mente. En momento de duda recuerdo a un tipo disparando a un hombretón porque vio como a una señora se le había caído el pañuelo y no se lo había recogido, y pienso cómo no hacerlo yo.
Lo malo como revulsivo para hacer de mi forma de escribir algo mejor.
P.S. Si alguien conoce el título o el autor de ese cuento, por favor que me lo comunique sin falta. Me gustaría saber a quien agradacer tanto bien en lo mal.
Lo malo como revulsivo para hacer de mi forma de escribir algo mejor.
P.S. Si alguien conoce el título o el autor de ese cuento, por favor que me lo comunique sin falta. Me gustaría saber a quien agradacer tanto bien en lo mal.
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