Imagen de la fiesta de cumpleaños de Niño Lobo del año pasado.
Hay que ver lo que es capaz de hacer A. con un par de globos, unas máscaras y dos mil extras.
Y Niño Lobo castigado. Pero no en una habitación para que piense en lo que ha hecho. Eso no sirve para nada. Mis padres me encerraron día sí, día también para que dejara de robar plutonio a los iranies y mira... tanto tiempo libre para pensar me hizo pensar que el plutonio no es la solución, sino la construcción de mi propio ejercito de soldados y los viajes temporales. Así que Niño Lobo se vería obligado a contemplar su propia fiesta de cumpleaños desde la distancia. Como un Vigilante.
Condenado a contemplar todos los acontecimientos, pero sin intervenir en ningún momento. Y los regalos nos los repartiríamos los adultos. Así aprendería.
Y nos hemos reído... es un castigo cruel, desproporcionado e innecesario. Señor, cuánto bien haría al mundo si me decidiera a utilizar mi imaginación para el bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario