y a esa señorita que me deja mensajes en el contestador del teléfono ofreciéndome paraisos en la tierra y magia y secretos y oportunidades maravillosas si me cambio de móvil y que estoy convencido de que es una persona maravillosa y muy maja, pero que me incomoda que me llame tanto y me hable con tanta confianza cuando no nos conocemos,
dejen de llamarme, por favor.
Dejen de llenar mi buzón con ofertas, con promociones y oportunidades. No me interesa un nuevo teléfono, no me interesa una nueva tarifa plana que ya no es que sea plana, sino que es descendente, ni que me regalen 12.000 mensajes MSS o SMM o DHS o KKO o CIA o HSA porque no los utilizaré nunca y no me especifican si los impuestos indirectos van por su parte o por la mía, ni que si contrato algo que no sé que es podré bajarme de algún sitio el último vídeo de Shakira, o Marta Sánchez o Carlos Baute u otras cantantes igualmente femeninas que ni conozco ni me interesan.
Por favor, dejen de asegurarme que con un simple cambio de móvil, con un par de años de permanencia que eso no es nada y que por mi primogénito, voy a poder llamar gratis las veces que me salga de ahí abajo al mismo número, ni que me enviarán una cesta de quesos cada Navidad como agradecimiento, ni que por mi cumpleaños vendrá un rápsoda profesional a recitarme el Nabí de Josep Carner mientras me inunda de nuevas ofertas. Por favor, dejen de llamar dos o tres veces al día y de enviarme mensajes de esos raros que son pantallas que pasan sin que yo toque ningún botón. Y, sobre todo, no me manden más mensajes de texto con fría y aséptica profesionalidad porque me hago ilusiones de que alguien ha pensado en mí y me ha mando un mensaje y luego resulta que no han pensado en mí porque estoy seguro que esos mensajes los envía una máquina y no una persona que dice, venga, voy a enviarle un poco de publicidad a Jorge que seguro que se siente solo.
Señores, me gusta mi móvil y no me lo voy a cambiar. Porque le he cogido cariño, porque sé como funciona, porque tengo grabados mis records de los juegos que a lo mejor no son gran cosa, pero son mis records y mis juegos. Así que, por favor, dejen de acosarme con publicidad no deseada y que he pedido por activa, por pasivo y por perifrástica que dejen de enviarme. No le hago caso porque nunca me ha gustado que me digan lo que debo hacer.
Pero para que vean que soy una persona racional y que se puede hablar conmigo, si me aseguran que cambiándome el móvil cuando me funciona y me resulta cómodo sólo por el placer de tener móvil nuevo y poder decir a mis amistades, mira móvil nuevo, me proporciona las siguientes ventajas, entonces sin dudarlo un momento lo cambiaré y firmaré los años de permanencia que me digan. A saber:
- Que pueda recibir y emitir llamadas.
- Que pueda recibir y emitir mensajes de texto.
- Que pueda jugar con él al tetris, a alguno de rebentar bolas y a alguno de puzzles.
- Que haga tostadas y me las mantenga caliente hasta que me apetezca comérmelas, pero sin quemarlas.
- Que me llame "mi amo" y que haga sonidos sexis cada vez que toco el botón... no sé... nueve.
- Que me permita viajar en el tiempo sin añadir un coste extra a mi factura.
- Que en el caso de que los muertos se levante y se inicie una apocalipsis zombis con visos de borrar de la faz de la tierra la raza humana, sirva como escudo, como arma y puede elegir a las cincuenta personas que también se salvarán sin importar la compañía que tengan.
- Que me haga volar.
- Y ser invisible.
- Y tener poderes de esos de mover los lapices de un lado de la mesa a otro, pero a lo grande. Que en vez de ser lápices sean, no sé, coches. O aviones teledirigidos. O lápices gigantes de esos que los ves y dices, "Dios mío, mi abuelo se ha convertido en un lápiz mutante venido del espacio exterior para exterminarnos".
- Que en el caso de que mi abuelo se convierta en un lápiz mutante venido del espacio exterior con la idea de exterminarnos, pues que también me salve junto con las cicuenta personas que elija sin importar la compañía que tengan.
- Que sea una fuente ilimitada de dinero en efectivo para gastarlo en cosas que me gustan, en cosas que gustan a mis amigos y en lo que me salga de los huevos.
- Una opción de "Otras tontás que se me pueden ocurrir en el momento menos pensado" que me permita hacer realidad esas otras tontás que se me puedan ocurrir en el momento menos pensado, por ejemplo en la cola del pan.
Así que hasta que hasta que no me puedan ofrecer todos estos servicios integrados en un móvil de forma areodinámica y cómodo de llevar, por favor dejen de tocarme los huevos con tanta llamadia, tanto mensaje y tanta tontería.
Atentamente
Jorge, alguien a quien los móviles siempre le han hecho menos gracia...
3 comentarios:
¡Uy! ¡Qué raro en ti! Te has olvidado de la función más importante: que al pulsar la tecla almohadilla puedas ver a la persona que tienes en frente en pelotas, pero que a su vez tenga un sistema de bloqueo de seguridad por si, pongamos por caso, en ese momento se cruza Carmen de Mairena en tu camino y no lo/la has visto venir.
¿Cómo se te pasa por alto algo tan trascendente en el mundo de la telefonía móvil?
Pensaba que lo que no se le ocurría a Jorge no se le ocurría a nadie. Gracias Jordi, entre los dos podríais mejorar los servicios del mundo de la telefonía.
Jajajajajaja
Dios, al parecer los servicios de telefonía son los mismos acá, allá y en la china. Que gente insoportable! Juro que me llegan más mensajes de la empresa que de mis amigos o de gente mínimamente conocida.
Y es cierto lo que decís, tipo 4 de la mañana, suena el teléfono y uno se siente súper importante, y cree que ya apareció alguien que le va a hacer la vida feliz...y no! "Nuevo mensaje de CLARO" -o de VODAFONE, en este caso-.
Buena denuncia Jorge.
Yo quiero un celular que me haga masajes...esos podrán existir?
Besos!
PD: La palabra de verificación es MATERA, y yo estoy tomando mate desde...no sé, continuamente desde hace 3 días más o menos jeje. Al menos tenemos un blogger telepático. Chan!
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