jueves, 31 de marzo de 2011

Otro de esos sueños maravillosos

Entre las siete y media y las diez y veinte de la mañana he tenido un sueño fantástico. Como ya sabéis era cinematográfico, en colores y dobly sourround, cinemascope, con una dirección muy elegante y no dejaba de ser una versión de El mundo en sus manos, (The world in his hands, Raoul Walsh, 1952). El reparto era un servidor como protagonista estelar acompañado de 




Un gran presupuesto gastado en espectaculares exteriores, carreras de barcos, amores imposibles, hachas que volaban, naufragios, rescates en el últimos segundo, cuerdas cortadas, tormentas en el mar, reencuentros años después, reconciliación con Kirsten Dunts, música de Morriconne y un brutal y gigantesco kraken


que casi me ha hecho llorar de emoción.

Y es que puestos a soñar, prefiero sin dudarlo la magia y el encanto de las superproducciones y del cine de aventuras.

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