martes, 15 de marzo de 2011

"Knockemstiff" de Donald Ray Pollock

Última lectura.


Knockemstiff de Donald Ray Pollock, Libros del Silencio, 2011.

Vale. Aun estoy noqueado. La acabé anoche cerca de la medianoche, pero sigo viendo el pollo muerto, el cartón sucio, la botella de vino con pajita, las pastillas robadas , la peluca rubia, el lavabo del autocine y el ambiente sucio, sordido y triste en el que viven los personajes. Uno de los mejores libros que he leído este año y uno de los mejores libros que leeré en lo que queda de él (si leo muchos libros como éste creo que implosionaré). Como le dije a A., es un libro que se lee con un peso de plomo en el estómago por lo que cuenta y por como lo cuenta. Leyendo los cuentos que conforman el volumen me aparecían O'Connor, Fante, Bukowski, Carver, Caldwell, etc. Pero Pollock tiene voz.

Es un libro duro, violento, sucio, sordido, pero presentado con "dignidad" y como muy bien apunta el prólogo, sin caer en paternalismos ni condescedencia. ¿De qué va? Personajes atrapados en una mierda de pueblo que no pueden / no quieren escapar de él. Y no solo se joden a ellos, sino que joden a los demás y dan vueltas y vueltas.

Y tiene alguno de los finales de cuento más brillantes que recuerdo en tiempo. Pienso en "Pildoras" y en "Bendencido".

¿Tono? Las dos primeras frases del primer cuento.

Mi padre me enseñó a hacer daño a la gente una noche de agosto en el autocine Torch cuanto yo tenía siete años. Era lo único que se le dio bien alguna vez.

Si existieran los libros imprescindibles, éste sería uno.

4 comentarios:

Bellota dijo...

Me lo apunto. En materia de libros, de decoración y de tácticas para dominar al mundo, usted sigue siendo mi maestro y mentor.

Jorge dijo...

Bellota, creo que tú eres precismanete una de esas personas que disfrutará y valorará la crudeza de este libro como se merece. Ya me dirá.

El aguador dijo...

Me alegra constatar, amigo Jorge, que este libro ha suscitado en ti la misma impresión que en mí. Yo apuntaría algo más aparte del tono y la experiencia vital que es leer algo así. Y es la maestría con la que este tipo define a un personaje con apenas unas pinceladas de su comportamiento. Increíble, pero logra darles una vida tremenda y eso, en un cuento, es muy difícil.

El caso es que a mí el toque de atención me lo dio el relato en el que el tipo que trabaja en la gasolinera se deja hacer una foto por un par de "forasteros" junto a su amor platónico. Impresionante, me tuvo dos tardes -en las que estuve ocupado y no pude leerlo- pensando en ese libro.

Léete también "Abluciones" de Patrick de Witt.

Jorge dijo...

Aguador, es que se hace heredero de la mejor tradición de la narrativa americana. Pienso en Caldwell, O'Connor, Fante... el cuento que mencionas es esplendido en su técnica y desolador en su fondo.

"Abluciones" lo tengo en cola, pero después de tu comentario cae seguido.