sábado, 30 de agosto de 2008

Por fin he visto Johnny Guitar

Ayer por la noche vi por primera vez Johnny Guitar (Nicholas Ray, 1954) y quiero presentar mis disculpas por no haberla visto antes. Se que es imperdonable, pero la falta ha sido enmendada.

Se que al leer la frase anterior se pueden dar varias reacciones:
a) ¿Johnny qué?
b) Yo tampoco la he visto, ¿pasa algo?
c) No haberla visto es grave, pero tienes toda la vida por delante y ya lo has solucionado.
d) ¡No has visto Johnny Guitar! ¡Y tú dices que te gustan las películas del oeste! ¡Merecerías que te despeñaran por un monte, desgraciado!
y os puedo asegurar que no estoy orgulloso de haber vivido treinta años y no haberla visto hasta ayer noche, tumbadito en cama y ultraemocionado por lo que estaba viendo. Ésta es una de esas películas que te hacen pensar, ¿y cómo podía yo vivir antes? Para mí el cine es una de las cosas más importantes de mi vida y el western es uno de los géneros favoritos. Y no haber visto esta película era una falta. Así que ayer, al ver que la tenían en Posa'l disc, me la llevé a casa.

Una experiencia increible.

Porque digámoslo ya, Johnny Guitar pese a todos sus defectos es una puñetera obra maestra. Aunque utiliza algunos de los tópicos del género, la dueña de un salón que ofrece refugio a unos supuestos bandoleros (lo que nos remite directamente a otra pedazo joya del western y película rara donde las haya que es Encubridora de Fritz Lang), el jinete de óscuro pasado, la rivalidad entre terratenientes, el miedo a la llegada del tren, linchamientos, odios, violencia, etc, la película de Nicholas Ray trasciende el género para erigirse en un intensísimo melodrama de pasiones donde personajes perdidos y atrapados en sí mismos van a intentar darse una última oportunidad. Estamos delante de una preciosa historia de amor y redención, pero ante una historia de odio más poderosa todavía.

Johnny Guitar es, además, una de las películas visualmente más hermosas que se han rodado. De colores intensos, primarios en los vestidos de Vienna, la forma de componer las secuencias, de colocar a los actores en el plano para crear belleza y equilibrio, el incendio recortado en la noche, el acoso de los hombres vestidos de negro a una belleza madura vestida de blanco, etc. Y nada es fortuito, nada es porque queda bonito, cada color, cada plano, cada mirada y sonrisa están construidos y pensados para explicar algo, añadir un detalle, dotar a la historia de más profundidad.

Y es una película donde las mujeres no son comparsa, no son las chicas atrapadas en una pelea de gallos, sino que empuñan los revolveres, lideran los linchamientos y se construyen como seres complejos, profundos y muy alejados de las damiselas en peligro.

Y los actores... el bueno de Sterling Hayden en el papel de Johnny Guitar, duro, amargado, intentado recuperar el amor de su vida, cansado de su anterior papel de pistolero, pero sin poder quitárselo de encima. Mercedes McCambridge intensísima como Emma Small tan cargada de amor y de odio, sobre todo odio, y motor del conflicto. Secundarios como Ward Bond, Ernest Borgaine, John Carradaine. Y Joan Crawford...

Joan Crawford es una de esas actrices que están más allá del bien y del mal. Definirla en términos de buena o mala actriz no es decir nada porque ella, como la Davis, la Hepburn, la Bergman o la Garbo, están por encima de estas consideraciones. Su trabajo en Johnny Guitar es fascinante, extraño, hipnótico, sutil. Las miradas que le lanza a Johnny, la frialdad al hablar con Emma sabiendo que solo vivirá una de las dos, la mirada de derrota cuando pronuncia las fatídicas "Sálvate tú" a Turkey. Nunca he considerado a Joan Crawford una de mis actrices favoritas, pero cuando la veo en su esplendor no puedo evitar sentirme fascinado por su fuerza y personalidad.

Y os dejo como postre uno de los diálogos de la película. No, no he sido original y he puesto el archífamoso diálogo entre Johnny y Viena, uno de los diálogos más famosos de la historia del cine, que más influencia han tenido y sí, uno de los más hermosos.


Johnny
: ¿A cuántos hombres has olvidado?
Vienna: A tantos como mujeres tú recuerdas.
Johnny: ¡No te vayas!
Vienna: No me he movido.
Johnny: Dime algo agradable.
Vienna: Claro, ¿qué quieres que te diga?
Johnny: Miénteme. Dime que me has esperado todos estos años. Dímelo.
Vienna: Te he esperado todos estos años.
Johnny: Dime que habrías muerto si yo no hubiese vuelto.
Vienna: Habría muerto si tu no hubieses vuelto.
Johnny: Dime que aún me quieres como yo te quiero.
Vienna: Aún te quiero como tú me quieres.
Johnny: Gracias (bebe). Muchas gracias.

1 comentario:

Cloe dijo...

"Joan Crawford es una de esas actrices que están más allá del bien y del mal. Definirla en términos de buena o mala actriz no es decir nada porque ella, como la Davis, la Hepburn, la Bergman o la Garbo, están por encima de estas consideraciones."

Genial, yo no lo hubiera podido decir mejor, para mi Joan Crawford es sublime en todo, una de mis favoritas.
Y si, no haber vito antes Johnny Guitar tiene delito jaja, pero ya está, ahora ya la viste.

Ahh, y felicidades por ese sobrino!

Saludos!