Para quien no lo sepa, parte de mi tiempo libre lo dedico a una entidad sin animo de lucro (o sea, acabamos poniendo dinero nosotros) que se dedica a promover acciones culturales en Igualada y la comarca de l'Anoia para demostrar un par de cosas; que la Catalunya central existe y que en Igualada se hacen cosas. Presentaciones de libros y revistas, conferencias, debates, promover la creación de un concurso de microcortos, etc. Entre lo que más solemos hacer, y lo que más aceptación popular tiene, son recitales de poesía cada último jueves de mes. Contactamos con los poetas y nos vienen a leer durante una hora sus poemas. Ya ha venido gente como Enric Cassasses, Ernest Farres o Josep Pedrals, y ya tenemos en agenda tres poetas más. Es algo que nos gusta y con lo que lo pasamos bien. Por cierto, el nombre de la entidad es paranoia accions.
Ayer jueves hicimos el consabido recital. El lugar, el ya característico: L'Ou com balla, uno de los mejores bares de copas de Igualada, un lugar donde estar a gusto, hablar de cualquier cosa, escuchar buena música y dejarse mecer por los efluvios de una Moritz. Sin embargo, en esta ocasión no tuvimos a un poeta que leyera sus poemas, sino que contactamos con quince personas para que leyera sus poemas favoritos. Éramos libreros, comerciales, profesores de secundaria, dependientas de ropa, camareras, etc. Lo único que nos unía era que nos gusta la poesía y nos gusta compartirla con la gente.



Conversación y música y recibimos a Ana Rodríguez con una canción popular Mariagneta donde sentimos toda una historia de amor triste y desesperado. La gran figura de Josep Maria de Sagarra vuelve a aparecer en escena con la voz de Clara Dalmau que nos recita La cançó del suburbi. Con Karla Sánchez hacemos el último viaje a América y Benedetti nos recibe en su Argentina y nos pide que no nos salvemos. El poeta Ernest Farres nos lee Elogi a ma germana en traducción de... sí, lo habéis adiviando, Josep Maria de Sagarra, de la gran poeta Wislawa Szymborska. Y para acabar el recital, Jordi Pons, armado con sentido del humor, una buena dicción del latín macarrónico y una fotocopia hecha por su peor enemigo, nos leyó un romance escatológico del siglo XIX sobre las virtudes y la importancia del buen cagar. Todos tuvimos que estar de acuerdo.

Y se acabó el recital. El público salió del bar contento, pidiendo que organizáramos más recitales populares como éste lo que quizá demuestra que la poesía no está tan alejada de la gente como nos gusta creer. Quizá lo que deberíamos hacer es acercar la poesía, devolverla a la gente con este tipo de actos de lecturas en voz alta, de buscar el humor y la emoción, la identificación, la fiesta, la lectura de Cummings, de Baudelaire, de Emily Dickinson, de los romances picarescos y los sonetos petrarquistas entre vapores de cerveza y ligeros coqueteos con desconocidas que esperamos que pronto dejen de serlo. Hacer que la poesía vuelva a ser lo que una vez fue, algo que una a gente de diferentes culturas, idiomas, creencias y edades. Que vuelva a hacernos creer en lo hermoso.
Y que de nuevo sirva para conquistar a mujeres.
2 comentarios:
Bueno que para conquistar a alguien que mejor que "Táctica y estrategia" de Benedetti. Y que sorpresa que México haya aparecido por aquellos barecillos catalanes, que gusto.
Esos recitales y eventos de ese tipo, es lo que muchas veces nos vuelve a recordar dónde está la poesía diaria... ésas veces que las personas se vuelve muy cercanas y cómplices, aunqeu sea por un ratito. Ah pero si la poesía siempre se anda colando en cada rinconcito de nuestras vidas... malo si no lo hicera.
POr cierto gracias por las referencias... comienzo con decirte que me encanta Canteca de MAcao... "CONTIGO" es mi favorita. Aün no termino de escuchar el disco que me bajé de ellos. PEro buscaré a los demás que me recomiendan.
Muchas gracias a tu hermana también! UN abrazo a los dos! y les avisaré si me he enamorado de otra rumba!!!!
Felicidades por iniciativas como estas, son extraordinarias. Gracias a tu blog descubrí la página de ParAnoia, me parece interesantísimo lo que hacéis. ¡A ver si algún jueves me puedo escapar!
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