jueves, 7 de agosto de 2008

Elogio de la risa

El tipo que tenéis aquí al lado tocando un violonchelo con los pies y sentado encima de un tambor (aunque mal mirado podría ser una barrica de vino) es una de las personas que más aprecio en esta vida. ¿Quién es? Jacques Offenbach, músico. Sí, soy consciente que nunca lo he conocido y que lleva muerto unos 128 años, pero eso no es un inconveniente para toda la compañía que me ha hecho en buenos y malos momentos (nada mejor que su cruel sátira de las relaciones humanas para esos momentos en que te parten el corazón), lo que me ha emocionado otros pasajes de su obra y, sobre todo, lo que me ha llegado a hacer reír.

Pero hagamos una presentación un poco más formal. Gente que lee, Jacques Offenbach. Jacques Offenbach, gente que lee.

Este señor es músico. Nació en Colonia (Alemania), el 20 de junio de 1819, y murió en París, el 5 de octubre de 1880. Compuso conciertos para violonchelos, operetas en un acto, en dos, en tres y en cuatro. Operas bufas y una gran ópera. En mi particular panteón de deidades de la música lírica es uno de los doce grandes dioses que se sientan a la diestra de Beethoven y se beben su vino y levantan las faldas de las cocottes. Junto a él hay gente como Rossini, Mozart, Verdi, Boïeldieu, Strauss y tantos otros. Pero Jacques Offenbach es uno de los más queridos y admirados. ¿Y por qué? Bueno, la razón es muy tonta. Me hace feliz.

Prácticamente toda la obra de Offenbach se inscribe dentro del género cómico. Sus operetas son joyas de orfebrería donde se unen algunas de las mejores melodías del siglo XIX, momentos musicalmente hermosos, paródicos, críticos al sistema en el que vivía y del que vivía (el Segundo Imperio de Napoleon III), en ocasiones cruel, compasivo con ciertos sujetos del género humano (jóvenes poetas, desarraigados, pobres y artistas) y sin compasión con los ricos, los militares y cualquier atisbo de poder. Su música es popular, divertida y poco pretenciosa. La escribía para que gustara, para que la gente la cantara, para ganar dinero y vivir bien. Era divertido, ingenioso, tenía talento, le gustaba su trabajo, pero ni entonces ni ahora Jacques Offenbach está lo suficientemente reconocido. Y creo que se debe al hecho de que gran parte de su obra sea comedia. Entonces, como ahora, la comedia está infravalorada. Títulos como Orfeo en los infiernos, La bella Helena, Los cuentos de Hoffman, Les brigands, La vie parisienne, Fantasio, etc. merecerían ser cuidados, guardados y escuchados hasta la saciedad como cura contra lo peor que tiene el ser humano dentro precisamente porque con su música denunció todo esto: los convencionalismos, la hipocresía de la sociedad, la doble moral, los intolerantes, la corrupción de los poderosos, la arbitrariedad de la justicia y todo esto con una música brillante y chispeante y muy divertida. Y, además, Offenbach tuvo una virtud que ningún otro compositor puede decir que tenga: nunca fue aburrido.

Y para muestra un botón. Un fragmento de su obra Orfeo en los infiernos. Os pongo en contexto. El matrimonio entre Orfeo y Euridice no pasa por su mejor momento. Ella se aburre muchísimo. Engañada o dejándose engañar por el dios de los infiernos muere y se va a vivir al Infierno esperando encontrar la alegría y la marcha que le falta a su matrimonio. Aunque Orfeo es feliz al ver a su mujer muerta, la presión de la opinión pública (los convencionalismos de la sociedad) le hacen ir al Olimpo a pedir, de mala gana, que le devuelvan a su mujer. Zeus accede a los ruegos de Orfeo y decide ir al Infierno a por Euridice aunque su única intención es beneficiarsela. Euridice se aburre en el Infierno porque no es la mitad de animado de los que ella imaginaba. Zeus llega a la habitación de Euridice, se enamora (por no decir que se pone cachondo perdido) y ayudado por Cupido hace una de sus famosas metamorfosis para meterse en la cama de la "virtuosa" esposa de Orfeo. A continuación, el duo de amor entre Euridice y Zeus convertido en... bueno, mejor lo veis. Cantan los maravillosos Laurent Nouri y Natalie Dessay.



Después de ver esto, ¿alguien puede seguir pensando que toda la ópera es aburrida?

Y para finalizar, como alguien dijo la obra de Offenbach cumple la función de remediar la estupidez de la vida, darle un descanso a la razón y estimular la actividad mental. Vamos, que si escuchas a Offenbach seréis más inteligentes y mejores persona. Así que ya lo sabéis.

2 comentarios:

Amanda dijo...

Offenbach me encanta.. mi favorita es Les contes de Hoffmann... y por supuesto la Barcarolle
http://es.youtube.com/watch?v=KEiZ-J97O5A

Jorge dijo...

Hoffman ya son palabras mayores... es de ese tipo de obras que solo pueden ser llamadas milagros. Mi momento es "La canción de la muñeca" interpretada por Natalie Dessay. Si no la conoces te dejo un enlace.

http://es.youtube.com/watch?v=rv1Bj8_6ID4&feature=related