Gracias al blog de la encantadora Amanda, he aprendido que en estos días se ha celebrado en buena parte del mundo el Rosh Hashaná o el Año Nuevo Judío (según la tradición judía es el día en que Dios con mayúsculas creo el mundo y por donde se debe empezar a contar los años, lo que quiere decir que estamos, si no me equivoco, en el año 5769).
No voy a explicar en que consiste la festividad o su significado religioso. Hay muchas páginas por Internet que lo explican, libros o amigos a los que preguntar. Y si nadie tiene nada de todo esto, siempre está la wikipedia. Además sería raro que precisamente yo hablara de religión (los que me conocen saben que precisamente una persona religiosa o creyente no soy), pero hay un detalle de esta festividad que me ha gustado mucho.
A ver iré poco a poco porque no quiero decir ninguna estupidez ni falta el respeto a nadie ni nada de todo eso (eso quiere decir, Amanda, que si digo alguna tontería me lo digas al instante, ¿vale?).
En estos día del Rosh Hashaná es usual dejar de correr, detenerse y hacer un análisis tranquilo y profundo de nuestra vida, de ver adónde hemos llegado y pensar en los lugares a los que queremos ir. Poner en una balanza (uno de los símbolos de esta fiesta) lo bueno y lo malo del año pasado, lo bueno y lo malo que nos ha pasado y que hemos hecho, las lágrimas y las risas, y pensar en todo esto en un ejercicio tranquilo y pausado. Son días de instrospección, de análisis, de pensamiento. Y creo que esto es bueno. Detenerse y pensar en nuestra vida y lo que implica en la vida de los demás, pero con tranquilidad y calma.
Y comer dulces, que le da otro punto a la festividad.
Lo que quiero decir es que al leer a Amanda, buscar en libros en qué consistía el Rosh Hashaná (soy curioso por naturaleza y no me contento con tener una idea aproximada de algo) empecé de forma involuntaria a pensar en este último año y en lo que es mi vida en estos momentos. No a colocar en balanzas, sino a intentar valorar lo que tengo y, más importante, lo que soy. Y el resultado es bueno. Sigo en casa con mis padres, gasto más de la cuenta, mi vida amorosa/sexual/afectiva brilla por su ausencia y es muy solitaria (aunque no me agobia), sigo sin carnet de conducir, he herido a personas con lo que he dicho o no dicho, no pido suficientes disculpas y no digo a la gente lo que siento por ellos, quizá peco en ocasiones de frío y cerebral. Esto en un lado.
En el otro... pues, he hecho nuevos amigos y conservo los viejos, me he implicado en nuevos proyectos, he vuelto a escribir, he llorado poco y en el cine, me he reído mucho, me he enamorado y me han roto el corazón y me he vuelto a enamorar sin grandes dramatismos, el blog me ha permitido conocer personas de todo el mundo que me han enseñado, divertido, he descubierto nuevas músicas, soy aún más curioso... y creo que este año soy mejor persona. Se han cerrado círculos, otros se han abierto y otros siguen su camino. Pido disculpas a los que he herido o defraudado.
Sea como sea y pese a todo y a todos, puedo decir sin equivocarme mucho que soy razonablemente feliz.
Y nos vemos en los bares.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Querido Jorge
Cierto es que no es fàcil (ni habitual) autoanalizarse y mucho menos autocriticarse si es menester, lo cual el ejercicio de hoy creo que te honra (y te hace humano).
Que vivas en casa de tus padres es algo que le pasa a muchos veinteañeros y treinteañeros, así que la independencia ya te llegará cuando puedas tenerla, o quizás sea bueno arriesgarse, tú mas que nadie sabe cuál es tu economia y a veces es mejor perder vida social para conseguir la necesaria independencia.
La vida sexual/amorosa/afectiva va como va, a veces nos obcecamos con este tema y en otros momentos estamos en letargo como los latargos, en una pared esperando que llegue el deshielo. Sobre este punto solo recordarte que es mejor estar teóricamente solo que con alguien que no te quiere de verdad. Deduzco que eres alguien cariñoso y que lo da todo a la persona que quiere, asi que no puedes recibir menos que eso. Y puede que el amor lo encuentres a los 30, a los 40, a los 53 o nunca, esto va como va. Mientras tengas claros tus sentimientos adelante, y sobretodo la verdad por delante. Es mejor una retirada a tiempo que perder del todo a esa persona, con quien puedes compartir muchas cosas aunque no la que tú quisieras.
El carnet de conducir bueno, va bien tenerlo, pero tampoco es la panacea.
Y sobre herir a los que te quieren o quieres, bueno, los enfados y las alegrias forman parte de cualquier relación, así que si un dia das un palo recuerda luego de dar la zanahoria. Y tu forma de ser es la que, y los que te quieren ya saben cómo eres.
Sobre las cosas buenas creo que no es necesario que diga nada, ya lo dices tú todo solito.
Y respecto los circulos, bueno, ese tema da para mucho, los caminos se cruzan, se juntan y se separan, es ley de vida. Unos duran toda una vida y otros solo unas cuantas horas.
Lo de las disculpas ya son palabras mayores. Poca gente las da y son conscientes de que quizás, sólo quizás, hayas hecho algo mal. Y soy del parecer que si alguien merece la pena pero has cometido un error, todo es cuestión de volver a llamar la puerta y tarde o temprano se volverá a abrir.
Y veo que el café que acabo de tomarme me ha hecho efecto por la paliza verbal que te acabo de meter.
En fin, un saludo fraternal y te seguiré leyendo
Lo importante es justamente eso...llegar a ser feliz, de alguna forma.
Me gusta esa costumbre del año nuevo, de verdad creo que detenerse a reflexionar sobre el pasado y sobre el presente y a planificar el futuro, es un ejercicio que purifica el alma.
Otra vez, un placer rondar por acá :)
Abrazos
Que lindo todo lo que dices...
Sobre todo esa parte en la que dices que eres feliz.
Ha sido una sorpresa tu post sobre el Rosh Hashana, y es agradable compartir con alguien esto de la introspección y cerrar círculos.
Te mando abrazos y besos dulces, y buenas vibras para el próximo año, o círculo! jajjaa
Jag sameaj Rosh HAshana!!!!
Feliz año!
Xavi: la verdad no se que tenía ese café... gracias por el largo comentario. No creas que temas como el letargo afectivo o los treinta me agobian mucho... lo mejor es echar sentido del humor.
Anita: realmente puedo decir que soy feliz. ¿Qué hay cosas en mi vida que podrían mejorar? Claro, pero estoy contento en mi día a día. Y eso es importante. Y como siempre, me encantan tus visitas.
Amanda: ¿qué decirte a ti, preciosa? Me enseñas cosas nuevas y me regalas músicas... eres de las mejores personas que he conocido este año.
Publicar un comentario