domingo, 5 de octubre de 2008

Crónica de una obra III

Resumen de lo publicado: Al descender al túnel nos encontramos con una puerta. De arquitectura desconocida se abrió al entrar en contacto con mi sangre (accidentalmente me había cortado). Indecisos sobre lo que debíamos hacer, al final uno a uno fuimos entrando a lo desconocido. La puerta se cerró detrás de nosotros dejándonos atrapados y en una absoluta oscuridad. Nuestro único contacto con el exterior era mi amigo Jordi que gracias a sus habilidades como telépata se podría comunicar con nosotros por medio de cursivas.

La oscuridad nos envolvía. Negra como...
La boca de un lobo.
- Muy original, muchacho.
Era por decir algo.
- ¿Qué hacemos? - dijo el electricista.
- Enciende la linterna y busquemos a los otros. No tendríamos que habernos separado.
- Hay un problema... la mía funciona con luz solar.
- ¿Y para qué coño quieres una linterna solar?
- No sé... es más ecológico.
Madre de Dios.
- Sí, hijo sí.
- ¿Has oído algo? - dijo el electricista cogiéndome la mano.
No había oído nada. Pero eso es normal al ser fumador. Pero al momento lo oí. Un siseo. Un delicado arrastrar de pies como de alguien que no quiere hacer ruido.
- Hay algo... - me apretó más fuerte la mano.
- ¡Suelta la mano!
- Lo siento... es que cuando me pongo nervioso me da por el contacto humano.
Yo me estaría calladito... pero a mí plin. Yo estoy tan ricamente aquí arriba.
Por una vez Jordi había dicho algo sensato. Permanecimos en silencio esperando que pasara algo. Ese siseo que habíamos creído oír no se repitió. Metí la mano en mi pantalón buscando el mechero. Quizá así viéramos algo. No lo encontré. Busqué en el otro bolsillo. Tampoco. Quizá en los de atrás, pero me extrañaría porque allí nunca pongo nada. No estaba. ¿Me lo habría dejado en la mochila? No... me había encendido un cigarrillo desayunando y luego me lo había puesto en el bolsillo derecho. Volví a buscar. Y allí estaba. En el bolsillo.
¿Qué estaba ocurriendo?
Lo encendí. Lo primero que vi fue la cara desencajada del electricista que se abrazaba a sí mismo. Extendí el brazo. Ante nosotros se abría una amplia galería que parecía no tener fin. Avancé unos pasos. El suelo era de tierra y de él emergían columnas que parecían querer herir el techo para arañarlo con fuerza y conseguir la libertad.
Perdona, pero esa imagen es una mierda.
Empecé a notar que el mechero se calentaba. Un poco más, por favor, antes de quemarme. Pero en el mismo momento que lo pensé, me quemé. Pero antes de que la luz se apagara creí ver dos ojos animales que me observaban desde el techo.
- Hay algo - le dije al electricista cuando la oscuridad volvió a nosotros.
- Sí que hay algo - dijo una voz. Y un poderoso haz de luz hizo que por unos momentos perdiera el poco mundo que tenía delante de vista.
- ¡Joder!
- Perdona.
Eran el paleta y el mimo. Este último nos demostraba su alegría por encontrarnos subiendo una escalera imaginaria.
- ¿Y el yesero? - preguntó el electricista.
- ¿No estaba con vosotros?
- Fue el primero en entrar... Jordi, ¿notas su presencia?
A ver... yo soy telépata y atractivo... lo de notar presencias no entra en el lote. Pero yo de vosotros tendría cuidado. Noto más de cuatro presencias en la galería... noto como unas treinta.
- Pero no acabas de decir que...
¿Qué?
- Nada. ¿Qué hacemos?
- Seguidme - dijo el paleta - he encontrado algo...
El mimo puso cara de disgusto hinchando mucho los carrillos.
- ... perdona, hemos encontrado algo.
Andamos unos minutos siguiendo el haz de luz de la linterna. No me parecía muy buena idea alejarnos de la puerta, pero la curiosidad era un sentimiento más poderoso. Quizá estábamos ante un descubrimiento que nos haría ricos.
- Aquí está.
Y el paleta proyectó la luz de la linterna al suelo. Era una huella. Pero no parecía humana ni animal. Medía medio brazo de largo y más o menos un palmo de ancho. Ligeramente palmípeda.
- ¿Qué es?
Una huella.
- Gracias listo. Pero, ¿de qué?
- Parece que bajo Igualada hay más cosas que tierra, ratas y cocodrilos.
¡Joder! ¡Se han despertado!
- ¿Quién se ha despertado?
Ellos. Y están por todas partes.
Empezamos a oír jadeos, chillidos, succiones y algo parecido a ladridos. El paleta dirigió la linterna hacia donde creímos que surgía el ruido (lo que nos llevo cinco minutos de discusión), pero no conseguimos ver nada. Solo borrosas sombras de algo peludo que corría entre las columnas. De repente, vimos aparecer una calavera que golpeó la linterna. Ésta cayó al suelo rompiéndose. Encendí el mechero. Era una calavera humana. Y no parecía muy feliz.
El electricista empezó a llorar. Yo cerré los puños. No iba a permitir que ninguna criatura infrahumana me succionara la carne.
Nos juntamos los cuatro formando un círculo. Entonces el mimo empezó a hacer el signo internacional de "he visto algo".
A lo lejos apareció una luz.
Y una voz.
- Venid hacia la luz.
Podía ser una salida. Pero podía ser una trampa. ¿Qué podíamos hacer? ¿Enfrentarnos a lo que parecía una horda de monstruos o ir hacia luz?
¿Qué elegir?

Si quieres que nuestros héroes vayan hacia la luz, deja un comentario que diga "quiero que vayan hacia la luz".

Si quieres que se enfrenten a eso que acecha en la oscuridad, deja un mensaje que diga "quiero que se enfrenten a eso que acecha en la oscuridad".

La huella que encontramos no se parece en nada a ésta.

CONTINUARÁ

10 comentarios:

Cesc Sales dijo...

Desde Star Wars que lo tengo mú claro: EL LADO OSCURO, por favor!!!!!! Clamaba el público...

-Anna- dijo...

Nunca supe que decir en esos libros de elige tu aventura y demás, así que estoy en duda entre la luz y la oscuridad. Supongo que la luz...si, si, quiero que vayan hacia la luz :P

Ya me leí las otras dos crónicas, y entre otras cosas esto: "Era una calavera humana. Y no parecía muy feliz." me mató de risa jajaja.

Muy buenas crónicas, desde acá las seguiré...

Saludos!

Anónimo dijo...

La llum...sempre la llum!

Unknown dijo...

Jodeeeeeeeeeeeeertt, cuanta tensión!
Emoción, intriga, dolor de barriga!

Creo que el grupo debe tener el "ojete" mas pequeño que los calzoncillos de Torrebruno (kenpazdescanse!).
Nada, hacia la luz se ha dicho! Y seguro que será mala elección...

saludos y pajillas

Alejo Malia dijo...

Tiene algo tu blog que lo hace interesante

Montse dijo...

"quiero que vayan hacia la luz"

aunque en estos libros de elige tu propia aventura siempre acababa muriendo, y de unas formas la mar de crueles...

Jorge dijo...

Bueno Cesc... de momento creo que nuestros héroes irán hacia la luz... creo que es más que evidente... Pero bueno, piensa que aun queda una semana para que las cosas puedan cambiar.

Anónimo dijo...

Per cert, Jorge, quan apareix el sol·licitat mim en el relat?

PD besos!

Jorge dijo...

Laura... el mim apareix ja al primer capítol. On diu "mimo"... va vestit amb ratlles i fa coses de mímica... el que es desvetllarà es un terrible secret d'aquest mimo que fara trontollar la civilització occidental (bueno, poder no tant, però quasi)

Mara Oliver dijo...

Ese puntazo a lo elige tu propia aventura... pena que llego 5 años tarde, jejeje, por otra parte
"Era una calavera humana. Y no parecía muy feliz." XD