jueves, 15 de abril de 2010

Crónica de una obra XVI

Resumen de lo publicado: Continuamos nuestro camino sin más incidentes que la depresión amorosa del yesero. Aún no se había recuperado de ver a su amada Aldana como se convertía en un amasijo de excrementos. Paramos a cenar y el paleta amenizó la velada con anécdotas de la mili. Nos dormimos. El mimo hizo guardía y nos avisó que había avistado un carromato conducido por un enano de aspecto poco amigable. Naturalmente, el yesero se fue de la boca y me vi inmerso en una pelea. Cuando estaba a punto de saber qué sentía en el patíbulo María Antonieta, una hermosa enana barbuda interrumpió la pelea y nos invitó a desayunar. El enano se presentó como Cindarm, aunque sus amigos le llamaban Chistorra.

Nos acercamos al destartalado carromato. Parecía a punto de caerse y una tela de color turquesa chillón lo cubría.
- ¿Hay tenemos que entrar? - preguntó el paleta -. Pero si no cabe ni un peo más.
- Por dentro es más grande de lo que parece. Id entrando.
Y así hicimos. Y sí, por dentro era más grande de lo que parecía por fuera.

Nos encontramos con un amplio recibidor adornado en sus laterales por una interesante colección de antiguas armaduras de guerra enanas y seis gigantescos tapices elficos que relataban con profusión de detalles la historia del héroe enano Ragman el arrancahigadillos. Dos amplias escaleras de marmol conectaban con los pisos superiores. Chistorra nos condujo a la cocina diciendo que el comedor principal sólo se abría cuando había reuniones familiares o alguna conferencia. Eso sí, antes de ir nos enseñó su casa. Pasamos por la biblioteca pequeña y la biblioteca grande, el salón de música, el centro termal, el gimnasio de guerra, la habitación de los niños, la segunda habitación de los niños y el cuarto de los juguetes. Nos enseñó orgulloso su colección de esculturas de titanes a tamaño real (más bajitos de lo que dice la leyenda) y, por fin, y después de saltarnos cuatro alas de la casa llegamos a la cocina.
- Bueno, ¿qué os parece la casa?
- Es grande. ¿Cómo es posible?
- Bueno, el carro es un regalo de un mago élfico al que una vez salvé el culo de una secta de adoradores de langostas cantarinas. Una historia muy violenta llena de sangre, fantasmas y traiciones que a los críos les encanta que les explique antes de ir a dormir. En agradecimiento el elfo me hizo este regalo. Me explicó que se debe a una distorsión del espacio/tiempo y que gracias a la dimensiónB y a obviar todas las normas físicas y matemáticas se puede conseguir cualquier cosa. Me dijo que las ciencias, la matemática, la química y la física limitan la percepción de la realidad de los seres vivos, inmobilizan la imaginación y provocan que las cosas que podrían suceder no sucedan porque las contreñimos en los límites de lo posible.
- Me gusta esta teoría, Chistorra.
- Así funciona este mundo.
Realmente la casa es preciosa... y muy bien decorada.
- ¿Quién dijo eso? - preguntó chillando Chistorra mientras enarbolaba su hacha.
Yo.
- ¿Y quién eres tú?
Jordi.
- ¿Dónde estás?
En todas partes y en ninguna.
- ¿Eres Dios?
Sí... soy Di...
- Es un gilipollas - dije -. Ni caso. Lo que pasa es que se aburre.
No sabes como.

Nos acomodamos en las sillas. La esposa de Chistorra se presentó como Tolantra, aunque le gustaba que le llamaran Tolo.
- Y allí, jugando con los cuchillos están nuestros nenes. Fyrlynn y el pequeño Shalagha. Y aquí tenéis la comida.
Y nos plantó delante siete ciervos rellenos de alondras y perdices, veintitres jarras de cerveza enanil y un pastel de frutas silvestres de cuatro pisos.
- Siento no ofrecer más, pero es que nos habéis pillado de improviso.
- Y bueno - pregunté mientras le arrancaba una pata a un ciervo y me la ponía en el plató - ¿adónde vais?
- A Piltas de Rio Abajo a la Derecha. Nos mudamos allí. He oído que se traspasa una taberna y hemos decidido dejar de vagar de un lado a otro, de guerra en guerra, de escaramuza en escaramuza y sentar el culo en un sitio y empezar una nueva vida. Además, venderemos este carro y compraremos una casa más pequeña.
- Las mudanzas son un rollo - dijo el paleta con la boca llena de lo que parecía era uno de los corazones del ciervo.
- Sí, un follón. Pero si uno quiere que sus dos pequeños... ¡Niños! ¡Dejad de tirar dagas al mimo! Tranquilo, señor, dejará de sangrar en un momento. Que sus dos pequeños tengan un futuro y vayan al colegio y no se pasen todo el día por estos campos matando a un mago maligno, ahora a un orco, ahora a un ejercito de elfos oscuros armado sólo con un palillo de dientes... pues, bueno, que...
- Oiga, enano - dijo el yesero.
- ¿Qué?
- Que perdón por lo de enano de mierda y eso... que es que se me calienta la boca... y eso...
- No pasa nada, chaval. Ardor guerrero y eso.
Y una boca grande.
- ¿Quién ha dicho eso? ¿Quién? ¿Hay un brujo?
Que no, que soy bulímico y por eso la telepatía...
- Muestrate y pelea, brujo.
Paciencia hay que tener, coño.
- Criatura del infierno te voy a hacer...
- ¡Cindarm, basta! Deja de golpear la cabeza del pobre electricista. Tómate tu medicación, anda guapo. ¿Y vosotros? ¿Cuál es vuestra historia?
- Es una larga historia.
- Tranquilo, tengo tiempo y el sueño fácil.
Y le explicamos nuestra historia.
Bueno, mejor dicho le explicaste tú la historia y como tú quisistes.
- ¿Qué quieres decir?
Todo eso de la pelirroja que te dio la espada, y lo que tú solito luchaste contra seis minotauros y que eres el más guapo y los demás una panda de inútiles y...
- ¿Quién ha dicho eso? - dijo Chistorra despertándose.
No sé ni para qué me esfuerzo.
- Así que las amazonas... niños iros a jugar fuera... peligroso es, si señor. Y eso de salvar el universo... - Tolo hizo una pausa.
- Eso no es nada mujer... ¿cuántas veces lo he hecho yo?
- Sí, Cindarm, tú lo has hecho por lo menos siete veces, pero eres un guerrero. Estos son unos pobres inútiles, dicho con cariño.
- No pasa nada.
- No se preocupe.
- Si es que somos unos inútiles.
Nariz alzada, labios para afuera.
- ¡Inútil lo será tu put...!
Cuatro pares de manos agarraron los testículos del yesero y lo hicieron callar.
- Si queréis os daré algunos consejos cuando os enfrentéis a las amazonas.
- Sería de gran ayuda.
- Pues bien - erupto - el punto debil de las amazonas es la cabeza. Si se la cortas, se acabó el problema. Y ya está.
Vaya mierda de consejo.
- ¿Quién ha dicho eso?
- ¿Algo más? - intervine rápido para que Chistorra no se perdiera.
- Nada más. Corta la cabeza del enemigo y se acabó el problema. A no ser que sean jinetes descabezados, que entonces tienes que cortarle los pies. Cuestión de equilibrio.
- Lógico.
- ¿Y qué caminos seguís?
- Todo recto.
- Tardaréis mucho. Mejor si cortáis camino por los páramos.
- ¡Heathcliff, Heathcliff!
Me miraron como si hubiera perdido el juicio.
- Lo siento - dije -. Es un tic.
- Pues eso, que si cruzáis por los páramos...
- ¡Heathcliff, Heathcliff!
-... que si cruzáis por los par... por el sitio ese que ya he dicho, recortaréis tres días de viaje. Eso sí hay peligros en cada esquina, monstruos increíbles, amenazas, horror.... y en los páramos...
- ¡Heathcliff, Heathcliff!
-...vive la terrible bruja de los páramos...
- ¡Heathcliff, Heathcliff!
-... la que se conoce como el nombre de Leola, la bruja de los para... ¡Cómo vuelvas a decir eso te corto el gaznate!
- Hombre - dijo el paleta -, si se recortan tres días de viaje.
- Pero hay peligros.
- ¿Qué podemos hacer?
- Papá, papá... - desde el exterior se oyo la voz de la pequeña Fyrlynn - nos atacan un puñado de goblins a lomos de lobos huargos. ¿Podemos luchar contigo? Shalagha ya ha cogido su hacha.
- Claro niños, bueno, señores, atacan los goblins y hay que matarlos. Son mis invitados y no puedo obligaros a luchar conmigo. Yo defenderé vuestras vidas de la amenaza. Eso sí, sería un detalle que vuestros rostros acabaran salpicados de sangre globlin. ¿Qué decidís?

Si queréis que nuestros héroes peleen contra los goblins en una desigual batalla y, además, decidan ir por el sendero de los páramos...
- ¡Heathcliff, Heathcliff!

... dejad un comentario que incluya la frase "Pero Jorge, qué guapo eres."


Si queréis, en cambio que nuestros héroes se queden en la comodidad del carromato y vayan por el camino más tranquilo donde no sucederá nada interesante en las próximas seis entregas, pero que les supondrá una tranquilidad de espíritu y el peligro alejado de sus cuerpos dejad un comentario que incluya la frase "Mi madre se olvidó de comprar ternera."


Cocina del carromato. Acorde con la decoración del resto del hogar.

1 comentario:

Mara Oliver dijo...

pero Jorge qué guapo eres y cómo pilotas en cuestión de equilibrio, ya hubiera querido saber Icabod Crane (o algo así) que tenía que cortarle los pies al descabezado de Sleepy Hollow, así le fueee... por cierto, Heathcliff, Heathcliff cortinilla de estrella que da paso a una confesión: leí a esa Brönte demasiado joven y los protas solo me parecieron un par de hijoputas egoístas, hasta que no lo estudié no le pillé el gusto :P