martes, 2 de diciembre de 2008

Sobre música, bailes y estertores

Continuando con el tópico, La Habana es una ciudad musical. Pero precisemos. Cuando decimos que para el cubano la música es importante, por favor, que no venga a vuestras mentes la típica imagen de un montón de mulatas bailando por las calles, que en cada esquina hay un grupo de son o que de todas las ventanas y puertas de la ciudad sale música execrada por un disco. No. La realidad musical cubana está mucho más allá de los tópicos que las agencias de viaje de aquí y de allá venden, siendo éstas las primeras en explotar la ecuación mulata+salsa:sexo convirtiendo un país preñado de tradición, cultura y atractivos en un receptáculo para viejos, y no tan viejos, caducos y patéticos en busca de carne joven con la que alimentar fantasías por cuatro duros (el viaje fue maravilloso, pero naturalmente hay cosas que no se pueden pasar por alto y la imagen de un viejo español comportándose como un chuloputas visitando la colonia con una niña que no llegaba a los dieciséis años a la que se le salían los ojos delante de un plato de comida, son de las que cuesta asimilar y olvidar).

Pero estamos aquí para hablar de música y no para hacerme mala sangre.

Y para contar un par de historias musicales que viví. Y no, antes de que os hagáis ilusiones, no bailé. Como ya expliqué en otra entrada, soy incapaz de bailar (aun no he encontrado mi pareja) pese a la insistencia de Enrique (un amigo obsesionado conque aprenda a bailar casino) y las pocas clases que me dio Aurora y su eterno reproche, "suave, suave, ¿pero es que no oyes la música?".

1. Me gusta el bolero. Se que algunos opinan que es música de viejos y pasada de moda. Y posiblemente tengan razón. Pero me gusta el bolero. Por eso Aurora y yo fuimos al "Gato Tuerto", un local donde escuchar a viejas glorias de la canción entonando viejos boleros y donde poder cantar todas esas canciones de nuestras abuelas que nos sabemos de memoria. Y fue donde comprobé que el bolero es una música que se debe escuchar dosificada. Os aseguro que en un mal momento, en una situación anímica especialmente sensible, el bolero puede ser cruel. Quiero decir, escuchar "Cuando un amigo se va" en un contexto donde empiezas a despedirte de tu mejor amiga... pues agradable no es por mucho que guste la canción, y más como lo cantó aquella mujer... desgarrada y rota porque ella también se estaba despidiendo.

2. En este mismo local, mientras nos tomábamos Aurora una malta y yo una Bucanero, asistimos a una posesión diabólica (es la única excusa posible). Entraron poco después de nosotros una pareja de catalanes (¿cómo sabías que eran catalanes, listillo? Por que hablaban en catalán. Ah, vale. Y, además, te podría decir que eran de Barcelona por esa ausencia pasmosa de vocales neutras). Un hombre ya maduro, por no decir viejuno, y una mujer de unos cuarenta y tantos años que con la luz adecuada y muchas cervezas podía pasar por atractiva. Eso sí, el vestido era precioso (siempre según Aurora). La relación entre ellos era extraña. No se comportaban como una pareja al uso, ni como matrimonio. Llegamos a la conclusión que debía ser o jefe/secretaria, o conocidos en un congreso o algo así. Él estaba chocho perdido con ella, ella más preocupada fingiendo que se lo pasaba bien. Empezó el concierto y ellos empezaron a bailar. Bueno, decir que fue apocalíptico es ser benévolo. Él bailaba como el típico español (pantalón por encima del ombligo, paso marcial, olvido total de la existencia de algo llamado cadera y cintura, brazos en posición de púgil y bamboleo rítmico del tronco de derecha a izquierda... vamos, la conocida figura de baile llamada "Yo para ser feliz quiero un camión). Ella... bueno... hablando con Aurora llegamos a la conclusión que se le habría metido un ratón en las bragas y le estaba comiendo el clítoris. Así tendría excusa para esos movimientos estertóricos de persona que lleva instalada un desfibrilador a máxima potencia. El movimiento aleatorio de pies y brazos, la cabeza que giraba, la cadera fija y una absoluta falta de ritmo y coordinación con la música que provocó que la cantante se despistara más de una vez. Aurora la miraba fascinada por alguien que tenía tanta falta de coordinación músico-motriz. ¿Todas las gallegas bailan así?, me preguntó. Supongo que no, dije. Pero luego recordé "Mira quien baila" y las verbenas de mi ciudad y, la verdad, ya no estoy tan seguro.

3. Donde peor música cubana se escucha es sin dudarlo en los taxis. La música está tan alta que suele hacer sangrar los oídos y el género rey es, sin dudarlo un momento, el cubaton una versión patria del reaggeton. Os aseguro que estar media hora en un taxi sin aire acondicionado, con ocho personas (una de ellas más cerca de lo que sería conveniente), con dolor de cabeza y oyendo a un tipo diciendo cosas como "chupa-chupa que a las mujeres lo que les gusta es el chupa-chupa" o a una tipa haciendo una declaración de intenciones tan profunda como "dame por atrás que tengo el bombi escocido" resulta, como mínimo, molesto. No quiero ser uno de esos que critican el reaggeton por su procacidad sexual, por su machismo o por su poco respeto con la tradición musical (críticas que se hicieron en su momento al jazz o al rock y que ahora se le hacen a él), yo lo critico porque, después de escucharlo durante largas horas en taxis, bares, restaurantes y tiendas, he llegado a la conclusión de que es una mierda. Y punto.

Y, bueno, de momento lo dejo aquí porque no me quiero alargar más. Aunque la sensación que me queda es que no he profundizado en nada, que esta entrada no es más que un prologo a lo que quiero contar... Supongo que ya volveré a la música en Cuba (hay mucho que me he dejado por decir... y, precisamente, lo más importante e interesante... como las descargas, las apasionantes mezclas que se están haciendo entre hip-hop, son y rock, mi debut como cantautor...).

Os dejo para compensar la superficialidad de la entrada, un vídeo de Benny More, el bárbaro del ritmo, uno de los grandes de la música en Cuba.


7 comentarios:

Annabel dijo...

Una forma de contar divertida. Me ha encantado leerlo.
(Bueno, lo de la mujer que con setencientas cervezas de más podría parecer atractiva... es que tu tienes 30 añicos así que no vale, jaja).

Jorge dijo...

No seas injusta... soy fan de la mujer madura... pero hay mujeres y mujeres...

Cloe dijo...

"llegamos a la conclusión que se le habría metido un ratón en las bragas y le estaba comiendo el clitoris."

Jajajajajaja, lo que me pude reir con eso jaja.

El reegeton ese es una mierda como tu dices y no hay más q hablar, y todas sus variantes también. Anque reconozco que una canción de esas (pero solo una) con unas copas de más en una discoteca para bailar no hace tanto mal....

El bolero...tampoco puedo mucho con él, aunque algunos pseudo boleros de los Rodriguez y cosas por el estilo los aguanto (aunque nada que ver con los cubanos claro).
Preguntonta: ¿no se oía nada de Bebo Valdés por alli? Eso si que me gusta a mi, mira por donde.

Besos!

Jorge dijo...

Bebo es un dios y Chucho otro. El jazz latino está muy metido por allá. Y el disco que hizo con "El cigala" es todo un mito.

Y lo del bolero... no sé, a mí me gusta, pero en pequeñas dosis. Tanto sentimiento desatado a veces me puede.

La chica automática dijo...

Dear Yiorgos,

Me encanta retomar tu blog. Después de mi opípara cena me he dado un atracón de buenas frases tuyas y jamás conocí mejor digestivo. No estoy nada empachada, al revés.

Tengo mucho que comentarte, pues hace harto ya que no nos vemos.

1. Gene Tierney... I know.

2. ¿Cómo sabías lo de Las doce sillas? Mil millones de gracias. Confieso que aún no lo he leído, así que si es necesario te mando mi dirección. Jeje.

3. Una noche de hacer poquito en Beijing mi amiga y yo vimos Tropic Thunder. Creo que necesito verla otra vez, pero la imagen de Robert Downey Jr. siendo incapaz de salirse de su papel de negro... ¡no puedo con ella!

4. Algún día iré a Cuba, seguro. Pero ahora yo aquí, desde mi humilde opinión de madrileña y lesbiana, recomiendo China sin falta. Horrible. Sucia. Cultura inaguantable. Pero chico, qué gozada.

5. De allá te traigo a una escritora shanghainesa que quizás ya conozcas: Anchee Min. Sus libros pueden parecer best-sellers al uso, y seguramente lo sean. Pero si alguna vez vas a Pekín deberías tenerla presente. Más que a la Lonely Planet.

6. Me encanta que te encante Joan As Police Woman. La descubrí de coña en Madrid hace un par de años porque vi un poster suyo en la calle y me moló el diseño. Corrí a internet y resultó ser uno de los Johnsons de Antony, fue novia de Jeff Buckley y, sobre todo, colabora sin parar con el grande entre los grandes: Rufus Wainwright. La he visto en directo dos veces ya: espectacular. Sexy a rabiar y simpatiquísima. El próximo día 9 de diciembre volveré a verla aquí, en Londres. En la banda sonora de mi vida sin duda ocupa un lugar fundamental su canción Flushed Chest. Y la de To Be Lonely del nuevo disco va por el mismo camino.

7. Muchos besos y bienvenido de vuelta.

Libélula dijo...

Hola Jorge,

De nuevo aquí, siguiéndote... Disfruté muchísimo las historias, los coqueteos, las bebidas, la música. Pero nuevamente, me quedo con ganas de más.

¿Aceptarías algún día viajar conmigo? Me encantaría tenerte de compañero de viajes ¿a dónde? No importa, seguro que lo pasaremos de la ostia.

Besos, Libélula
Pd: ABORREZCO EL REAGGETON Y TODAS SUS FORMAS. Aquí sufro mucho la cumbia que también la odio y todas sus variantes.

Jorge dijo...

Admirada automática:
1. Ya se... ya.
2. Intuición... y dame tu dirección... alguna sorpresa podría llegar.
3. Tropic Thunder es una obra maestra. Genial. Y Robert Downey Jr. está de oscar y de todos los premios. Por cierto, ¿no te recordó en las escenas finales a Russell Crowe?
4. Creo que Cuba sería un país que te gustaría mucho. No te conozco lo suficiente, pero como catalán y heterosexual creo que conectarías mucho con la gente y el paisaje. Y si necesitas contactos, dímelo. Y China lo tengo en la lista de pendientes. También se que algún día iré.
5. Me apunto la escritora y haré mis deberes.
6. Conocí Joan as police woman por pura casualidad, pero ahora forma parte de los imprescindibles. ¿Conoces a Amanda Palmer o Sarah Blasko? Si no las conoces ya tienes deberes.
7. Contento de hallarte y de tu regreso. Nos leemos.

Libélula: Pues claro que podemos viajar juntos algún día. Aunque te advierto que soy poco de guía y mucho de perderme. Ya encontraremos un destino, no te preocupes. Y entiendo lo de la cumbia... lo entiendo mucho.