viernes, 8 de mayo de 2009

Sobre libros, aventura y monstruos

A veces me suelen preguntar por qué habiendo tantos libros en el mundo suelo dedicar tanto tiempo de lectura a literatura infantil y juvenil. Suelo decir que es por mi trabajo. Al ser el encargado de la sección infantil/juvenil de la librería tengo que estar informado de las novedades y de los clásicos. El verdadero motivo, claro, es otro. Junto con la novela negra, la literatura infantil y juvenil es mi género favorito. ¿Y por qué? Porque es un canto maravilloso a la imaginación y a la libertad.

La mejor literatura "para niños" no está contaminada por los adultos. Pienso en autores como Maurice Sendak, Cornelia Funke, Walter Moers, en libros como Carta al rey, Poderosa, Ottolina, El viento en los sauces, los conejos de la Potter, jóvenes magos, piratas da igual si en el Caribe o en Malasia, viajeros, astronautas, manos negras, flechas negras, sociedades secretas, monstruos, monos, espejos mágicos, lobos feroces, princesas de mal carácter, principes pusilánimes, casitas de dulce, orcos incomprendidos, elfos pesados, libros vivos, secretos en voz baja, bolas de cañon, sueños, pesadillas, la nada, encontrar el cadáver de un niño, tesoros fabulosos, asistir al propio entierro, terribles ciegos, etc.


En la literatura infantil todo está por descubrir y todo es maravilla y sorpresa. Todo está permitido. Se permiten los viajes fantásticos, las aventuras imposibles y los mejores personajes. Las hadas existen, los duendes viven entre nosotros y los dragones son las criaturas más hermosas de la creación. El sentido de la aventura y la sorpresa perviven y se alejan de toda esa horrible carga de malhumor y escepticismo con la que nos vamos haciendo mayores. Al crecer cuesta más maravillarnos por lo fantástico y a las historias siempre pedimos algo más que aventura e imaginación. Y cometemos el terrible y odioso error de empezar a utilizar la palabra "infantil" como algo peyorativo...

- Esta novela es muy infantil... es para niños... es fantasiosa... no es real...

¡Qué frases más inquietantes!

Pero no todos los adultos somos así, claro. Estamos los irredentos inmaduros que todavía soñamos con encontrar un tesoro pirata con los amigos, sentimos el viento en la cara al abrir con pasión un libro y nos emocionamos cuando uno de los nuestros nos sorprende con una película que parecía que no podría hacerse y vemos que los monstruos más adorables de toda la historia sí que existen y podremos viajar a ellos navegando a través del día y de la noche, entrando y saliendo por las semanas, saltándonos casi un año hasta llegar...


5 comentarios:

Cesc Sales dijo...

Tu si que sabes!!

La imaginación de los niños es desbordante y supera a muchos guionistas de cine. Lo que pasa es que no les tomamos demasiado en serio...

Pequeños bribones imaginarios con cara de pirata!!

kweilan dijo...

Como si la imaginación y la fantasía ya no tuvieran razón de ser en la edad adulta. Excelente post!!!

carina dijo...

M'agrada el teu post, massa sovint la literatura infantil i juvenil ha estat denostada per la crítica. Hi ha autors dels anomenats clàssics que han deixat un llegat impressionant, entre tots ells em quedo amb el grandíssim Roald Dahl i amb l'Illa del tresor d'Stevenson. Petonets (igual aquest comentari et surt tres vegades, m'he fet un embolic)

-Anna- dijo...

=) Que ternura!!! A mi también me encanta ese tipo de literatura y de cine. De una que formo la fila para verla.
Coincido con el comentario de cesc, nada como la creatividad y la imaginación de la infancia.

Un abrazo!

Lali dijo...

oooolé !!
no hompodries haber expresat millor !1
i no t'oblidis que molts de nosaltres no volem deixar de ser nens mai, precisament per no perdre aquesta capacitat de srprendrens i aquesta curiositat gairebé malaltissa !!