lunes, 8 de diciembre de 2008

Crónica de una obra VI

Resumen de lo publicado: Después de cruzar las segundas puertas nos encontramos en el reino de Aqualata, un lugar hermoso y mágico lleno de espesos árboles, ríos majestuosos y dos soles (solo que uno no funcionaba). El grupo de héroes se reunió de nuevo bajo la sombra de unos árboles y Ciocco nos explicó algo que todos sabíamos e intuíamos; el origen mítico de la Conca d'Odena. Y nos explicó la única forma de volver a casa: encontrar tres objetos mágicos perdidos: una llave en propiedad de las amazonas, el pomo robado por un herrero que hace más de dos mil años que no ve nadie y el aceite que según la leyenda tiene la secta de los profundo.

El viento susurraba cálido las hojas de los árboles. La cerveza permanecía fría y con espuma (prueba indiscutible del carácter mágico de la tierra que pisábamos). Ninguno de nosotros decía nada. Solo oíamos los sollozos del electricista y su voz por lo bajo llamando a su mamá.
- Bueno - dijo Ciocco con su poderosa voz de bajo resfriado - ¿qué decidís?
Todos los ojos me miraron.
- ¿Por qué tengo que elegir yo?
- No se - dijo el paleta -, nadie quiere esa responsabilidad. Además, tú eres el líder.
- ¿Desde cuando?
- Desde el momento que hay que decidir cosas importantes - dijo el yesero. - Si quieres hierba de la buena me lo dices a mí, pero para tomar decidisiones...
El mimo y el electricista asistieron. Panda de cobardes...
- Pues vale - me dirigí a Ciocco. Era una elección importante. Tenía que escoger bien y no dejarme llevar por frivolidades - ¿qué pilla más cerca?
- Las amazonas.
- Pues para allá vamos.
- Pues venga - dijo el paleta levantándose de un salto.
El yesero pegó un salto entusiasmado por la aventura y empezó a hacer una kata de judo con la ayuda del mimo. Fue apocalíptico. Era como ver a dos elefantes intentado pasar desapercibidos en una reunión de polillas. El electricista se limpió los mocos.
- Si es lo que decide la mayoría...
Ciocco levantó sus cortos brazos y pidió silencio.
- ¿Estáis seguros? Empezáis por lo más difícil.
- Explícanos algo de esas amazonas.
- Son mujeres guerreras que viven en lo más profundo de un bosque plagado de peligros. Y ellas son el peor peligros. Horribles mujeres de metro ochenta de estatura, de piel cobriza, generosos pechos, amplias caderas y cintura estrecha. Ojos almendrados, boca sensual y generosa, piel delicada. Mujeres de fuerte carácter y con un apetito sexual voraz. Suelen secuestrar a despistados viajeros, no importa si son hombres o mujeres, e imponerles la tortura de días y días de relaciones puramente sexuales en las más variadas formas. A veces con dos o tres amazonas a la vez. Extraen de los viajeros todo el placer que pueden y cuando se cansan los devuelven al camino de donde los encontraron sin pedirles nada a cambio, solo exigen un puro y duro placer sexual sin ningún tipo de compromiso. ¿Estáis seguro que queréis enfrentaros a eso?

Silencio.

- Hombre Ciocco - dije - si tan mal nos lo pintas... mejor nos lo quitamos de encima cuanto antes, ¿no chicos?
- Sí, sí, sí... - dijeron todos.
- ¿Y somos héroes, no? Tenemos que enfrentarnos al peligro... y si eso supone que alguno de nosotros caiga en los brazos de alguna de esas mujeres... pues, ¿qué se le va a hacer? ¿Verdad, chicos?
- Sí, sí, sí... - dijeron todos.
- ¡Qué valientes sois! Tenéis la actitud de los héroes. Rezaré por vosotros. Y con ese entusiasmo volveréis pronto a casa.
Una cosa...
- Ya decía yo que estabas muy callado. ¿Sí, Jordi?
Os estaba escuchando y tal... lo de las amazonas me parece que será una aventura complicada... pero, bueno, ¿por qué queréis volver?
- Explícate - dijo el paleta.
Me refiero que aquí estáis de puta madre... Buen tiempo, cerveza fría, paisajes preciosos, mujeres voluptuosas, gente simpática... ¿Qué os espera en Igualada? Unos trabajos de mierda y una vida de fracasados.
- Hombre, mirado así...
- Pero es vuestra misión. Sois los héroes de la profecía, los que impedirán que las fuerzas oscuras...
Y Ciocco calló.
- ¿El qué? Sigue - le pedí.
- No.
- ¿Qué ibas a decir?
- Nada.
- Dilo, va.
- Pues que si no volvéis a vuestro mundo y la puerta no se cierra definitivamente... pues que...
- ¿Qué?
- Las fuerzas de la oscuridad entrarán en vuestro mundo y destruirán el universo.
- Joder...
- Y para lograrlo solo tenéis un año.
Yo no me puedo estar aquí un año. No jodáis.
- Tranquilo, voz en cabeza.
Me llamo Jordi.
- Un año en el reíno de Aqualata solo es una hora en el exterior.
- Mira qué bien, Jordi. No llegarás tarde al trabajo.
Joder, mierda, joder, hostia puta, joder, joder, mierda.
- Eso es mucha responsabilidad - dijo el electricista - ¿estamos preparados?
La reflexión del electricista hizo que todos nos sumiéramos en un profundo silencio. Cada uno encerrado en sí mismo pensando si estaríamos a la altura de lo que se nos pedía. El futuro del universo dependía de nosotros... pero, ¿somos dignos de tal aventura? ¿Podremos hac...?
En menudo follón os habéis metido, pringados.
- Jordi, tío que estaba intentado crear un ambiente profundo.
A la mierda el ambiente y la narración. Estáis jodidos.
- Oye, que yo no he firmado nada.
- Ni yo.
- Nos podemos negar.
- Bastante tengo yo con lo mío.
- Además, Jorge me parece un imbécil.
- Llevo tirándome pedos todo el rato y nadie se ha dado cuenta.
¿Eso quién lo ha dicho?
- No se...
- Yo.
- Tócame los pezones que me siento solo.
¿Y eso?
- Ni idea.
- Me gustó el disco de Paris Hilton y Mariah Carey me pone cachondo.
¿Quién ha dicho esa barbaridad? Jorge, tío, a ver si acotamos los diálogos. Aunque sea un poco, joder, que si no nos liamos. Solo se me distingue a mí y porque hablo en cursivas.
- Vale - dije yo - ¿Quién ha dicho lo de Mariah Carey? ¿Y lo de que parezco imbécil?
- Yo.
- ¿Y tú eres?
Silencio.
- Cobarde - dije - en cuanto acoto como nos callamos todos, ¿verdad?
- Pero bueno, ¿vamos o no vamos? Que llevamos seis capítulos y no ha pasado nada que sea mínimamente interesante - dijo el paleta.
- Vamos - dijo Ciocco -. Pero primero iremos al pueblo a comprar el material que necesitéis para la aventura.
¿Ves como con las acotaciones todo queda más claro?
- Gilipollas.
¿Quién ha dicho eso?
- Yo.
Ya me lo imaginaba.

Mientras tanto, en otro lugar del reino de Aqualata

- La puerta se ha abierto, maestro.
- Lo sé.
- Y han llegado los héroes.
- Lo sé.
- Usted lo sabe todo, maestro.
- No todo, Feto, no todo. No tengo ni puta idea de cómo acabará todo esto. Lo que si sé es que esos héroes de pacotilla no volverán a ver el exterior. Yo me encargaré de eso...
- Sí, maestro. El universo será nuestro.
- No, Feto, mío. Será mío.

Ésta es la expresión de horror que se nos puso a todos al pensar en las Amazonas.

5 comentarios:

Jordi Vivancos dijo...

¡Uff! ¡Qué escalofrío me entra con sólo recordarlo! Mujeres de pechos generosos, caderas amplias y cintura estrecha (además de ojos almendrados, boca sensual y piel cobriza... La descripción me recuerda a la Sophia Loren más rotunda de los tiempos de películas como "Pan, amor y..."), con un apetito sexual voraz que utilizan a los hombres como si fueran mondadientes y no buscan el compromiso en absoluto... ¡¡Menuda pesadilla!! ¡¡Vosotros sí sois héroes, y no ese tal José de San Martín!! ¡¡Y lo que sufristeis!!

Una cosa tuve clara de inmediato: aunque en el exterior sólo fuera a transcurrir una hora, no pensaba ir al trabajo... Total: por seis horas que me quedaban de trabajo, ya no valía la pena, ¿no?

¡Ay! ¡Qué emoción! ¡Ya falta menos para que se descubra quién era en verdad el mimo! ¡¡Os vais a quedar de piedra!!

Starlet dijo...

jajajajajajajjajajajaja casi me pipeo de la risa....que imaginacion tan desbordante...Jordi y tu...teneis tiempo eh??? jajajajajajaj un beso para ambossss los quiero..

-Anna- dijo...

Jajajajaja por Dios!! "Yo" es genial jajajaajjaja y casi me da un ataque con el elefante en la convención de polillas...ya quiero leer el próximo!!!!

Gracias por tantas risas Jorge!

Abrazo grande!!

Libélula dijo...

Jorge, estoy bastante perdida... Lamento decir...

Es la primera vez que engancho esta historia. Deberé retroceder y leer cada capítulo.

Igual, entre paréntesis me he descostillado de risa, y para variar, tengo una fría espectacular a mi lado...

Besos, Libélula.

Mara Oliver dijo...

cojonudas acotaciones!!! XD
jejejejejejejejeje, yo debería ir a bañar al baby, pero si van a por el pomo (fuck yeah!), no lo voy a dejar aquí, con lo que van a sufrir los pobres :P